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sábado, 31 de mayo de 2014

La Ascensión del Señor no es una especulación meramente teológica

Viernes 30 May 2014 Corrientes (AICA): El arzobispo emérito de Corrientes, monseñor Domingo Salvador Castagna, aseguró que la Ascensión del Señor “es la ocasión para señalar que la Resurrección no es el mero triunfo sobre la muerte de una persona virtuosa, sino el inicio de la etapa definitiva de la historia, tomada por el Verbo Eterno para redimir a la humanidad”.

 “Esto podría considerarse como una especulación meramente teológica, sin proyección sobre la realidad convulsionada a causa de la existencia del pecado. No es así. Es preciso simplificar su formulación hasta convertirla en un mensaje eficaz de salvación”, consideró en su sugerencia para la homilía del próximo domingo.

El prelado sostuvo que esto es “lo que la sociedad actual está necesitando de la Iglesia, aunque aparente no desearlo. Es lo que la Iglesia de Cristo debe ofrecer al mundo, sin cuidarse de las manchas de barro que amenazan su pulcritud legal”.


Texto de la sugerencia

1.- La etapa eclesial de la misión de Jesús. El Señor resucitado manifiesta la trascendencia de lo que ha ocurrido en el Misterio de su Pascua. No concluye su misión sino que inaugura la etapa eclesial de la misma, la que recibió de su Padre. Todo poder le ha sido otorgado, en el instante de la Resurrección, para que, acompañado de los suyos, pueda prolongar hasta el fin de los tiempos su obra redentora. La Ascensión es la ocasión para señalar que la Resurrección no es el mero triunfo sobre la muerte de una persona virtuosa, sino el inicio de la etapa definitiva de la historia, tomada por el Verbo Eterno para redimir a la humanidad. Esto podría considerarse como una especulación meramente teológica, sin proyección sobre la realidad convulsionada a causa de la existencia del pecado. No es así. Es preciso simplificar su formulación hasta convertirla en un mensaje eficaz de salvación. Es lo que la sociedad actual está necesitando de la Iglesia, aunque aparente no desearlo. Es lo que la Iglesia de Cristo debe ofrecer al mundo, sin cuidarse de las manchas de barro que amenazan su pulcritud legal.

2.- La Ascensión y el mandato misionero. La Ascensión es el momento de la exposición formal del testamento del Señor resucitado. Mi afirmación constituye un rodeo verbal de la realidad que intento señalar. El mandato misionero de Jesús supera toda formalidad; no es el testamento espiritual de un gran hombre dirigido a sus seguidores. A partir de entonces el Resucitado se hace Iglesia para el mundo. Aquellos primeros discípulos darán sus vidas al Señor y ofrecerán sus historias personales para actualizar, eficazmente, el Misterio de la Salvación. La misión que el Señor les encomienda adquiere, desde aquel momento, las dimensiones universales que le son propias. Todo el mundo es alcanzado por la intención evangelizadora de aquel mandato misionero; incluyo toda su historia: sus intentos, esperanzas y profundas debilidades. Con el empeño de trascender la búsqueda ansiosa de la verdad, cada persona pone lo suyo para hallar lo que no tiene y recibirlo como don. Dios es la Verdad buscada y la ofrece como don gratuito de su misericordia. Cristo lo es: "yo soy la Verdad". Es preciso identificar a Cristo como "Verdad". Es gracia y don "gratuito" que nadie puede merecer fuera de Él. Se trabaja en vano imaginando una verdad de la exclusiva invención de los hombres.

3.- En busca de la Verdad. ¿Cuánta justificación abrigan los intentos actuales por hallar la verdad? El sendero que conduce a ella es humanamente improgramable. La sucesión de fracasos viene a ser la evidencia dolorosa de la incapcidad humana para posesionarse de la Verdad necesaria. Esa Verdad, personalizada en Jesucristo, es el don de amor del Padre al mundo: "Dios amó tanto al mundo que le dió a su Hijo único". (San Juan). El primer paso hacia la Verdad es el reconocimiento de que es un don de la liberalidad de Dios. Decia un viejo amigo: "No es Dios invención del hombre, sino el hombre invención de Dios". Por esa razón, la Verdad absoluta y necesaria no puede ser invento genial del más habilidoso de los intelectuales - científico o político - es don divino que reclama del receptor un gesto de humile acogida. La conversión a Jesucristo es una auténtica conversión a la Verdad. A toda la Verdad, "a la única necesaria". La soberbia trastoca los valores y confunde sus términos. Lo comprobamos a diario, sobre todo en los debates fantasiosos de los habituales cultores del discurso dialéctico. La declaración de Jesús a Marta expresa su exacto sentido: "Yo soy la Resurrección y la Vida. El que cree en mi, aunque muera, vivirá; y todo el que vive y cree en mí no morirá jamás". ( Juan 11, 25-26).

4.- La visita del Papa Francisco a Tierra Santa. La visita que cumplió el Papa Francisco a Tierra Santa debe ser comprendida en clave evangélica. Es Sucesor del principal de aquellos Apóstoles (Pedro) que conformaron sus vidas con el mandato misionero recibido. Con estilo propio, con la sencillez y fervor que lo caracterizan, el Santo Padre abrió su corazón y permitió que el vigoroso llamado a la paz fuera un gesto de amor. Así entró Dios en el mundo, mediante la Encarnación. La Iglesia, en todos sus bautizados, pero, de manera especial, en sus pastores, debe mostrarse como el sorprendente gesto de la Encarnación del Verbo de Dios. El mandato misionero, formulado el dia de la Ascensión, incluye ese mensaje original, predicado por los Apóstoles; me refiero al anuncio de la Verdad buscada: Dios ama a los hombres, a todos los hombres, cualquiera sea el estado en que se encuentren. Su amor es reconstructor de las relaciones rotas port el pecado, en su versión de odio y violencia, destrucción y muerte. El mensaje del Papa Francisco y de los Obispos, debe ser entendido como un definitivo gesto de amor. De otra manera no se lo entenderá. Los grandes dirigentes del Medio Oriente, al aceptar la humilde mediación del Santo Padre, manifiestan entenderlo.+

Cuatro pasos para rezar con tu cónyuge

¿Se ha preguntado alguna vez cómo rezar más íntimamente con su esposo? ¿Le gustaría estar espiritualmente más cerca de su esposa? Puesto que la misa es la oración perfecta entre Cristo y su Esposa, la Iglesia, las parejas pueden aprender mucho de la misa acerca de cómo rezar juntos como esposos y de cómo a la vez aumentar su intimidad. Los esposos que quieren aprender a rezar juntos pueden comenzar por seguir la misma estructura que sigue la misa. Así que observemos primero cómo el Pueblo de Dios, la Iglesia, reza durante la misa, y luego exploraremos cuatro pasos sencillos para rezar con su cónyuge.


Estructura de la Misa

La misa consta de cuatro partes: el Rito de Entrada, la Liturgia de la Palabra, la Liturgia Eucarística y el Rito de Conclusión. En el Rito de Entrada, la Iglesia se reúne, hace la señal de la cruz, y le pide perdón a Dios, lo cual prepara nuestros corazones para una unión más profunda con Él. Luego viene la Liturgia de la Palabra, durante la cual escuchamos activamente las lecturas de las escrituras. Esta etapa se puede comparar con una conversación entre Cristo y la Iglesia; Cristo nos habla en las lecturas y nosotros cantamos salmos a Dios con el corazón. Después, en la Liturgia Eucarística, Cristo y la Iglesia intercambian su amor mutuo. Mediante la transformación del pan y el vino en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, Cristo se hace substancialmente presente. Él se nos da en la Eucaristía; nosotros, a la vez, lo recibimos y nos entregamos a Él, profundizando -una íntima unión. Finalmente, el Rito de Conclusión nos recuerda ir en paz a servir al Señor siempre.


Cuatro pasos sencillos

Rezar con su esposo debería ser sencillo y enriquecedor. Se puede comenzar por seguir la estructura de la misa. He aquí un proceso de cuatro pasos para rezar juntos como esposo y esposa.


Primer paso: Reconciliarse y llenarse de gozo

Primero, aparten algún tiempo durante la semana para los dos, a solas; reúnanse en un lugar cómodo o den un paseo tomados de las manos. Hagan la señal de la cruz y tómense un momento para estar presentes el uno para el otro y para Dios, como al comienzo de la misa. Al comenzar, tómense un tiempo para reconciliarse; hablen de cómo podrían haber herido al otro durante la semana, luego pidan perdón y perdónense. Esto les ayudará a acercarse a Dios con el corazón abierto y a estar unidos en la oración. Una vez se hayan reconciliado, llénense de gozo ofreciendo una oración de acción de gracias a Dios.


Segundo paso: Descubrir a Dios juntos

El segundo paso se basa en la Liturgia de la Palabra. Luego de reconciliarse y llenarse de gozo, pasen un tiempo descubriendo a Dios juntos. Hay varias formas de hacer esto; por ejemplo, podrían leer la Biblia y comentar juntos el pasaje leído. Si no saben por dónde comenzar a leer la Biblia, una buena opción es leer el evangelio que se proclamará el siguiente domingo. Las lecturas de la misa de cada día se pueden ver en http://www.evangeliodeldia.org/main.php?language=SP.

Otra opción es leer los salmos, que han sido llamados el “libro de oraciones”. Los salmos expresan dolor y gozo, temor y esperanza, anhelo de Dios, y alabanza. Al mirar los títulos de los salmos juntos pueden encontrar alguno con el que puedan identificarse en ese momento. Recen con el salmo pausadamente y luego comenten cómo el salmo les mueve por dentro y en qué los hace pensar.

Otra manera de acercarse a Dios juntos es simplemente hablar de lo que piensan en sus mentes y lo que sienten en sus corazones. ¿De qué están agradecidos esta semana? ¿Qué dificultades se presentan en sus vidas? ¿Qué necesitan del otro y de Dios? Respondan estas preguntas honestamente y luego ofrezcan oraciones de petición a Dios. Recuerden dar gracias a Dios al verle responder fielmente a sus peticiones.


Tercer paso: Compartir el amor

El tercer paso se deriva de la Liturgia Eucarística. Después de descubrir a Dios juntos, pueden profundizar en la oración compartiendo su amor mutuo. Compartir el amor en el contexto de la oración puede incluir un beso, descansar en los brazos del otro, cuidar del esposo enfermo, decir unas palabras de apoyo o alguna otra genuina muestra de amor. Nuevamente, tengan un corazón agradecido a medida que su intimidad profundiza la presencia de Dios.


Cuarto paso: Servir al otro por reverencia a Cristo

A medida que su tiempo juntos se acerca al final, recuerden irse en paz para servir al Señor y el uno al otro. ¡La oración y la intimidad nunca terminan! Que su servicio e intimidad vivan cada día mientras cocinan, limpian, escuchan, trabajan, etc. El fruto que brotará de su rutina de oración bendecirá su matrimonio, profundizará su amor por Dios y el del uno por el otro, y les permitirá reflejar el amor entre Cristo y su amada esposa, la Iglesia.

escrito por Chris Stravitsch, MA, LPC, LMFT-A 
Becario de HLI America, una iniciativa educacional de Vida Humana International (Human Life International) y miembro de la facultad del Seminario de la Asuncion (Assumption Seminary) en San Antonio, Texas. Sus trabajos pueden encontrarse tanto en inglés como en español en el foro sobre la verdad y la caridad (Truth and Charity Forum) en www.hliamerica.org
(fuente: www.portumatrimonio.org)

viernes, 30 de mayo de 2014

Cáritas La Rioja se embarca en un “junio solidario”

Viernes 30 May 2014 La Rioja (AICA): El obispo de La Rioja, monseñor Marcelo Daniel Colombo, presentó la colecta anual de Cáritas, que se realizará el próximo sábado 7 y el domingo 8 de junio en todas las parroquias y capillas del país. El prelado convocó a la sociedad provincial a colaborar con los pobres y necesitados y llamó a no limitar la ayuda al fin de semana particular de la colecta, sino más bien embarcarse en la vivencia de un “junio solidario”.

Monseñor Colombo recordó que en el mes se articularán distintas iniciativas de Cáritas Argentina. Lo recolectado durante el mes se dividirá en tres partes iguales para atender las necesidades de Cáritas Argentina, Cáritas diocesana y las Cáritas parroquiales. El prelado pidó a los agentes pastorales que sean “puntillosos en la rendición”.

“Es muy importante destinar algo del dinero de la colecta, en su nivel parroquial, a una obra concreta de Cáritas” insistió el obispo, quien contó que Cáritas diocesana ya se comprometió para satisfacer necesidades de varias comunidades de la provincia.

Asimismo, el obispo alentó a que esta Colecta concrete el objetivo de que cada parroquia cuente un equipo estable de Cáritas: “El nivel parroquial es la cara visible de la solidaridad cristiana para nuestros barrios y comunidades, y se apoya, necesariamente, sobre dos pilares fundamentales: la asistencia para las urgencias y emergencias, y la promoción del compromiso samaritano con la dignidad de los pobres”.

Monseñor Colombo convocó a los feligreses a asistir el sábado 31 de mayo, de 10 a 17, a la plaza Juan Facundo Quiroga, de la capital, para celebrar la Fiesta de la Solidaridad. Durante esta jornada se buscará concientizar sobre la importancia de colaborar con los que menos tienen.+

¿Pero Dios realmente nos escucha?

No pocas personas cuando comienzan a orar o perseveran en un camino de oración se ponen la pregunta si realmente Dios les escucha o más bien toda la vida de oración es un producto de su mente, de su fantasía desorbitada, de su afán de que Dios realmente exista y nos oiga para poder ser consolados y así eludir el drama de la vida en su dureza y realismo. La oración no sería otra cosa que una pía consolación para nuestra existencia, muchas veces tan llena de dolores, sufrimientos, golpes, contratiempos, reveses.

Otros sí creen que Dios existe pero que Él está demasiado "ocupado" para poner atención a nuestras pequeñas cosas, que tienes Él otras muchas más importantes que las nuestras y que nuestras peticiones, a veces ridículas, no le interesan para nada.

La pregunta puede estar ahí en nuestro corazón como algo que lo corroe y le quita fuerzas. La duda puede surgir. Pero hay que responder con fuerza de modo afirmativo: ¡Sí, Dios sí nos escucha! Y el único modo que tenemos de saberlo es por la fe, a no ser que Dios quiera darnos algún signo especial en algún caso extraordinario.

Jesús lo ha dicho claramente en el Evangelio: "Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá, porque el que pide, recibe, el que busca encuentra y al que llama se le abrirá" (Mt 7, 7-8). Él no dijo: "pedid y a lo mejor se os dará, buscad y es posible que encontraréis, llamad y quizás se os abrirá". No dijo claramente que la petición será oída y tenida en cuenta. Claro todo lo que se pida como favor o gracia concreta que supera las formas ordinarias de acción divina y que son un milagro hay que hacerlo añadiendo: "si es ésta tu voluntad".

Lo que pasa es que con frecuencia no creemos del todo a las palabras de Jesús. Pensamos que Él se ha olvidado de nosotros, que no le interesamos, que en el fondo que no nos ama. Eso es. Dudamos de su amor. Y no nos sentimos amados por Él. Y esto le duele mucho a Él, porque Él nos ama de un amor infinito. Él ha sido paciente con nosotros, ha sido amable, ha dado su vida por nosotros, nos ha dicho de mil modos que nos ama. Y luego nosotros dudamos de su amor. No le creemos. No lo aceptamos. Sin duda ninguna debe ser ésta una gran herida abierta en su Corazón.

Pero sí, Dios nos escucha. Escucha nuestras palabras, pero sobre todo escucha nuestro corazón, los quejidos de nuestro corazón, los gritos inenarrables de nuestro corazón. ¿Cómo no nos va a escuchar Él que vive en nosotros por la gracia? ¿Cómo no nos va escuchar quien ha querido dar su vida por nosotros? ¿Cómo no nos va a escuchar el que no espera más que un gesto nuestro para hacerse presente en nuestra vida?¡La fe es tan sencilla! Dios en realidad, ¡pide tan poco! No seamos incrédulos sino creyentes. Sintamos el gozo de sentirnos amados por Él, de sentirnos escuchados, de sentirnos sus hijos.

escrito por P. Pedro Barrajón, L.C. 
(fuente: www.la-oracion.com)

miércoles, 28 de mayo de 2014

Sobreestimación de muertes por aborto en México obstaculiza esfuerzos en reducción de mortalidad materna

Un estudio colaborativo conducido en México por investigadores de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (México), University of West Virginia-Charleston (EEUU), Universidad de Chile y el Instituto de Epidemiología Molecular de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (Chile), reveló que IPAS-México sobreestimó 35% las tasas de mortalidad materna y por aborto en las últimas dos décadas en el país. La investigación publicada recientemente en International Journal of Women's Health destaca que México presenta una disminución de la mortalidad materna entre 1957 y 2010 de 82,7%, desde 216,6 a 37,5 decesos por cada 100.000 nacidos vivos; para el periodo entre 1990 y 2010, esta disminución fue de 30,6%. "Estos resultados directamente contradicen las cifras publicadas recientemente por investigadores del IPAS-México, quienes no sólo no detectaron un progreso significativo en la salud materna desde 1990, sino que sobreestimaron sustancialmente las tasas de muerte materna en México" señaló Elard Koch, epidemiólogo chileno que lideró la investigación.

El grupo de investigadores re-analizó las causas muerte materna oficiales registradas en México utilizando la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE) de la Organización Mundial de la Salud y las cifras de nacidos vivos observados cada año. Además, realizó una comparación directa de los resultados obtenidos con los estudios conducidos por IPAS-México, detectando que las discrepancias con este último se debieron a errores en el numerador y el denominador de las tasas de mortalidad, así como al uso impreciso de los códigos de muerte de la CIE. "Por ejemplo, es común encontrar la agrupación de los nueve códigos asociados con muerte materna con desenlace abortivo como si todos ellos fueran resultado de aborto inducido ilegal; esto es claramente inapropiado ya que el embarazo ectópico, las pérdidas espontáneas, los productos anormales de la concepción y el aborto médico no están relacionados con el aborto ilegal." explicó Byron Calhoun, especialista en Obstetricia y Ginecología de la University of West Virginia-Charleston y co-autor del estudio.

Las tasas de mortalidad por aborto también fueron sobreestimadas. De hecho, el estudio muestra que la mortalidad por aborto inducido en México ha disminuido a tal punto que alrededor de 98% de las causas de muerte materna totales en el país dicen relación con hemorragia del parto, hipertensión y eclampsia, causas indirectas y otras condiciones patológicas no asociadas con abortos inducidos. Koch indicó que "dada la baja mortalidad por aborto observada en México y los resultados similares en el experimento natural chileno publicados en mayo de este año en PLOS ONE, es muy improbable que cambios en el estatus legal del aborto puedan tener efectos significativos en la mortalidad materna." Por ejemplo, durante el año 2009 se produjeron 1207 muertes maternas totales en México, de las cuales solamente 25 fueron atribuibles al aborto inducido con una tasa de 0.97 por cada 100,000 nacidos vivos. En el caso de Chile, de un total de 43 muertes maternas observadas durante 2009, sólo 1 podría atribuirse al aborto inducido, con una tasa de 0,39 por 100,000 nacidos vivos. Los autores agregaron que "investigar con precisión cuáles son las principales causas de muerte materna es fundamental para orientar una adecuada política de salud pública y distribución de recursos que nunca son ilimitados."

Un hecho que preocupó a los investigadores es que una parte de los decesos por aborto en México posiblemente estarían relacionados con la violencia contra la mujer durante el embarazo, cuya prevalencia se ha incrementado en forma alarmante en el país. Las "Encuestas de Violencia contra las Mujeres" (ENVIM) conducidas en 2003 y 2006 muestran un aumento en la prevalencia de violencia en la pareja de 9,8% a 33,3% y de violencia física durante el embarazo de 5,3% a 9,4%. Koch precisó que "además de algunas muertes debidas a pérdidas espontáneas que se complican rápidamente por sepsis, la ruptura de membranas y aborto subsecuente son frecuentemente observados en mujeres embarazadas que sufren episodios de violencia física excesiva, caídas o accidentes. Si estas mujeres no reciben atención médica inmediata, pueden fallecer por complicaciones clínicas. Es importante remarcar que estas muertes no se pueden evitar impulsando cambios en las legislaciones de aborto, simplemente porque son el resultado de otras causas, especialmente falla orgánica múltiple debida a shock séptico resistente a antibióticos."

Los investigadores concluyeron que la implementación de unidades obstétricas de emergencia y un acceso oportuno al cuidado de embarazos de alto riesgo, especialmente en las regiones más vulnerables, son claves para continuar reduciendo la mortalidad materna en México. "Cientos de mujeres mexicanas están muriendo por hemorragia, eclampsia y causas indirectas y esto requiere estrategias muy concretas que claramente no están relacionadas con el estatus legal del aborto" sentenció el investigador.

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Koch E, Aracena P, Gatica S, Bravo M, Huerta-Zepeda A, Calchoun BC (2012) Fundamental discrepancies in abortion estimates and abortion related mortality: A reevaluation of recent studies in Mexico with special reference to the International Classification of Diseases. Int J Women Health 4: 613-623.

Koch E, Thorp J, Bravo M, Gatica S, Romero CX, et al. (2012) Women's Education Level, Maternal Health Facilities, Abortion Legislation and Maternal Deaths: A Natural Experiment in Chile from 1957 to 2007. PLoS ONE 7(5): e36613. doi:10.1371/journal.pone.0036613.

Para mayor información acerca de este tema o para programar una entrevista con el Dr. Koch y/o con el Dr. Byron Calhoun, por favor contacte a Lea Parks, de la Oficina de Relaciones Públicas del Instituto MELISA, a lea.parks@melisainstitute.com o al +56 41 234 5814.

(fuente: www.eurekalert.org)

martes, 27 de mayo de 2014

Una arriesgada jugada para cambiar el clima en Medio Oriente

Miles de palestinos aclamaron ayer a Francisco en Belén,
 durante el momento más sensible de su gira por Tierra Santa. Foto: AFP
BELÉN.- El Papa repitió una y otra vez, antes y después de este viaje a una de las zonas más conflictivas del planeta, que se trataba de un peregrinaje "estrictamente religioso" para, con su reunión con el patriarca Bartolomé I, conmemorar el abrazo en 1964 entre Pablo VI y el patriarca ortodoxo Atenágoras, después de cinco siglos de división.

Pero ahora los expertos creen que esa insistencia fue tan sólo una suerte de "pantalla".

Francisco nunca ignoró el costado inevitablemente político de esta gira. No por nada indaga, analiza y observa, desde hace meses, cómo se podía iniciar un proceso que "hiciera lío" en Medio Oriente.

Hombre de gran espiritualidad, pero también hábil estratega, Francisco volvió a romper los esquemas. Antes del viaje, muchos se mostraron escépticos y pronosticaron que el paso del ex arzobispo de Buenos Aires iba a quedar reducido a buenas intenciones, a llamados de paz que se llevaría el viento desértico de esta Tierra Santa, porque su programa no preveía gestos de acercamiento entre las partes. No fue así.


Contra el escepticismo

Francisco sorprendió al mundo con un hecho concreto e inesperado: una cumbre, tan sólo en dos semanas, en su "casa", el Vaticano, entre los presidentes Shimon Peres y Mahmoud Abbas, máximos representantes de israelíes y palestinos, en pugna desde hace 66 años.

Jesuita hasta los tuétanos, Jorge Bergoglio inició así un proceso que, aunque no resucitará de inmediato el diálogo de paz, podría cambiar el clima de escepticismo total que reina desde hace demasiado tiempo para que haya avances reales.

Es una jugada valiente y arriesgada de Francisco. La frase que suele decirles una y otra vez a los pastores de la Iglesia Católica -"prefiero una Iglesia que sale y se accidenta que una Iglesia encerrada y enferma"- es la que mejor explica la decisión de involucrarse en primera persona en uno de los conflictos más complejos, añejos y difíciles de la historia moderna, que según una vez dijo un canciller de la Santa Sede es "la madre de todos los conflictos".

Entre los obstáculos que enfrenta está que Peres, premio Nobel de la Paz junto con el fallecido líder palestino Yasser Arafat, termina su mandato en julio.

Además, Peres tiene un cargo protocolar y una visión muy distinta de la del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, de derecha.

Las negociaciones de paz entre israelíes y palestinos se interrumpieron en abril pasado, cuando el partido de Abbas (Al-Fatah) anunció un acuerdo de "unidad palestina" con el grupo islámico Hamas.

Desde su reanudación, en julio de 2013, sin embargo, las tratativas siempre terminan embarrándose y chocando con cuestiones esenciales, como las fronteras, los asentamientos israelíes en los territorios ocupados, la seguridad, el estatuto de Jerusalén -ciudad sagrada para las tres grandes religiones monoteístas y considerada capital tanto por israelíes como por palestinos- y los refugiados palestinos.


"Misión imposible"

El Papa lo sabe. Es consciente de que se mete en una "misión imposible". Pero no le importa. Hay que jugarse, involucrarse. Una vez más, muestra coherencia y da el ejemplo de esa "audacia" que también les pide una y otra vez a sus pastores, exigiéndoles, también, ser guiados por el Espíritu de sus tiempos.

Señal de que se mete en un pantano, en el que quedaron atrapados personajes como Bill Clinton, Tony Blair y John Kerry, ayer mismo comenzaron a oírse voces contrarias a este intento de dar vuelta la página, de abrir un nuevo capítulo de la historia.

Entre ellas, sorprendió la del rabino jefe de Roma, Riccardo Di Segni, que sin medias tintas se manifestó contrario a la cumbre para una plegaria religiosa de Abbas, Peres y el Papa.

"El Vaticano está metido dentro del conflicto palestino-israelí, no puede hacer de mediador", dijo, en declaraciones que también dejaron en claro su total disgusto ante la oración silenciosa que ayer Francisco sorpresivamente hizo ante el "muro de la vergüenza" de Belén.

"Yo vivo en Roma y la Ciudad del Vaticano está protegida por altísimos muros por motivos históricos. Pero nadie puede entrar en el Vaticano sin mostrar un pasaporte o un documento", dijo Di Segni.

"El día que se abran los muros del Vaticano y puedan acceder todos libremente, entonces yo creeré en esta oración silenciosa hecha frente al muro. Todos quisiéramos que no existieran muros, pero si existen es porque hay motivos de violencia y de necesidad de protección de las poblaciones. Si no resolvemos estos problemas, es inútil hacer retórica de muros", disparó.

Más allá de las dificultades, obstáculos e intereses en juego, Francisco no se deja intimidar. Es un hombre convencido del poder de la oración y de la acción de Dios en la historia de la humanidad, como demostró cuando convocó al ayuno por la paz en Siria.

Y, como dijo por lo bajo anoche un alto prelado de su séquito, también cree firmemente "en la política de la oración".

escrito por Elisabetta Piqué 
(fuente: www.lanacion.com.ar)

Abusos, celibato y curia: las definiciones del Papa

En el avión de regreso a Roma, volvió a hablar de los escándalos; dijo que no habrá "privilegios"

ROMA.- El viaje fue agotador para los periodistas. Pero para Francisco, el gran protagonista, no. Media hora después de que el vuelo de El Al que lo llevó de regreso a Roma despegara de Tel Aviv, tal como había anunciado en el viaje de ida, Jorge Bergoglio apareció en la "fosa de los leones", la parte trasera del Boeing 777, para responder, sin filtro, preguntas de todo tipo durante 45 minutos.

Francisco no defraudó con sus respuestas: anunció, entre otras cosas, que a principios de junio se reunirá con víctimas de abusos por parte del clero, delito que comparó con las "misas negras", ritos satánicos.

También dijo que "el celibato no es un dogma de fe" y que el tema podría discutirse; admitió que podría renunciar, siguiendo el ejemplo de su predecesor, Benedicto XVI; anunció que en enero viajará a Sri Lanka y a Filipinas; habló de la reforma de la curia y de la polémica sobre los divorciados vueltos a casar, un tema que lamentó que se haya vuelto el único del próximo sínodo de obispos sobre la familia. Ante una pregunta sobre los escándalos que sacudieron recientemente el Vaticano, donde hay algunos que parecen no entender su mensaje de austeridad y de "Iglesia pobre para los pobres", no defendió al cardenal Tarcisio Bertone.

Muy hábil, Francisco respondió con humor, inteligencia y claridad a todas las preguntas. Y pareció divertirse, pese al cansancio de su cargada gira. Es más: si no hubiera sido porque se trataba de un vuelo corto, hasta se hubiera quedado más tiempo con los "leones", como ocurrió cuando dio su primera conferencia de prensa a 10.000 metros de altura, al regresar de Río de Janeiro en julio pasado. A continuación, lo más destacado.

- Usted habló con palabras muy duras contra el abuso sexual de menores de parte de los sacerdotes. En todas las iglesias locales hay normas que exigen una fuerte obligación moral y a menudo legal a colaborar con las autoridades civiles. ¿Qué hará usted si hay un obispo que no ha observado estas normas? ¿Se lo excluye, se le pide que dimita u otras sanciones?

- En la Argentina, a los privilegiados les decimos "éste es un hijo de papá", y en este problema no habrá "hijos de papá". En este momento hay tres obispos que están bajo investigación: uno ya está condenado y se está estudiando la pena que debe tener. No existen privilegios. El tema de los menores, un delito tan feo, es un problema grave en muchos lados, pero a mí me interesa la Iglesia. ¿Qué nos aporta quién hace esto? Traiciona el cuerpo del Señor. Estos sacerdotes en vez de llevar a la santidad a los chicos y chicas, muchachos o muchachas que confían en ellos, abusan. Y esto es gravísimo. Les haré una comparación: es como una misa negra. Tú tienes que llevarlo a la santidad y lo llevas a un problema que va a durar toda la vida. Y el 6 o el 7 de junio, los primeros días del mes, va a haber una misa en Santa Marta con seis u ocho personas abusadas y después, una reunión con ellas. Son personas de Alemania, Inglaterra o Irlanda. Serán unos ocho, con el cardenal [Sean] O'Malley, de la comisión [para protección de menores]. Pero sobre esto tenemos que seguir adelante, adelante. ¡Tolerancia cero!

- Usted lanzó este mensaje fuerte de una Iglesia pobre, simple y austera. Pero vemos escándalos, como por ejemplo el del departamento del cardenal Bertone, su supuesta malversación de 15 millones de euros, la famosa fiesta el día de las canonizaciones. ¿Qué pretende hacer para que no haya contradicciones con su mensaje?

- El mismo Jesús una vez, según se dice en los Evangelios, les dijo a sus discípulos que es inevitable que haya escándalos, porque somos humanos y pecadores todos. La cuestión es tratar de evitar que haya más. En la administración económica se necesitan honestidad y transparencia. Las dos comisiones, la que estudió el IOR y la que estudió el Vaticano, llegaron a sus conclusiones y ahora la secretaria de Economía que dirige el cardenal [George] Pell llevará adelante las reformas que estas comisiones han aconsejado. Pero seguirá habiendo escándalos, siempre, porque somos humanos. Debemos estar atentos y reformar a diario la Iglesia, porque somos pecadores, somos débiles. La administración que esta Secretaría de Economía lleva adelante ayudará mucho a evitar escándalos y problemas. Por ejemplo, en el IOR creo que hasta este momento se cerraron 1600 cuentas de personas que no tenían derecho a tener una cuenta en el IOR. Sobre el asunto de los 15 millones, es una cosa que se está estudiando, no está clara. Quizá sea verdad, pero en este momento no es definitivo, está en estudio.

- Estuvo con el patriarca ecuménico Bartolomé: ¿cree que la Iglesia Católica puede aprender algo de la Iglesia Ortodoxa, por ejemplo en el caso de los curas casados?

- La Iglesia Católica tiene curas casados: católicos griegos, católicos coptos. Hay en el rito oriental. Porque el celibato no es un dogma de fe, sino una regla de vida que yo aprecio mucho y que es un don para la Iglesia. Al no ser un dogma de fe, siempre está la puerta abierta. Pero no hablamos de esto con el patriarca Bartolomé porque es secundario.

- Si en un día muy lejano se siente sin las fuerzas suficientes, ¿haría la misma elección de su predecesor, renunciar al pontificado?

- Haré lo que el Señor me diga que debo hacer: rezar y buscar la voluntad de Dios. Creo que Benedicto XVI no es un caso único. Ha sucedido que no tenía las fuerzas, y honestamente un hombre de fe tan humilde ha tomado esta decisión. Creo que él es una institución. Hace 70 años no existían los obispos eméritos. Ahora hay muchos. ¿Qué pasará con los papas eméritos? Creo que debemos ver a Benedicto como una institución que abrió una puerta, la de los papas eméritos. Si habrá más, lo sabe Dios. Pero esa puerta está abierta. Creo que un obispo de Roma que siente que bajan sus fuerzas debe hacerse las mismas preguntas que se hizo el papa Benedicto.

- Como líder espiritual y político mundial, usted está creando muchas expectativas tanto en la Iglesia, por ejemplo con el tema de la comunión a los divorciados vueltos a casar, como en la comunidad internacional, ahora con su mediación en el conflicto palestino-israelí. ¿No está poniendo demasiada carne al asador?

- Este encuentro [de Peres y Abbas] en el Vaticano será un encuentro de oración. No será para hacer una mediación o buscar una solución. Rezar juntos, sin entrar en discusiones. Habrá un rabino, un musulmán y yo. Le agradezco la pregunta sobre los divorciados. El sínodo será sobre la familia, sus problemas, sobre la riqueza de la familia, la situación actual de la familia. La presentación preliminar que hizo el cardenal [Walter] Kasper tenía cinco capítulos. Cuatro sobre las cosas lindas de la familia desde el aspecto teológico, las problemáticas familiares, el problema pastoral de las separaciones, la nulidad matrimonial, los divorciados y el problema de la comunión. A mí no me gustó que tantas personas, incluso en la Iglesia, sacerdotes, etc., hablasen de la comunión a los divorciados como si todo se redujese a una casuística. Sabemos que hay una crisis de la familia. Los jóvenes no quieren casarse o no se casan, conviven. Yo no querría que entrásemos en la casuística: lo que se puede hacer o no se puede hacer. Por eso agradezco tanto esta pregunta, porque me da la oportunidad de clarificar. El problema pastoral de la familia es muy, muy amplio y no se debe deshojar caso a caso. Lo que el papa Benedicto dijo tres veces es que hay que estudiar los procedimientos de nulidad matrimonial. Estudiar la fe con la que una persona va al matrimonio y clarificar que los divorciados no son excomulgados. Muchas veces se los trata como si lo fuesen.

- ¿Cuáles son los obstáculos para la reforma de la curia romana?

- El primer obstáculo soy yo. (risas). Un mes después de mi elección se nombró el consejo de los ocho cardenales, y está estudiando todo el sistema del Vaticano. Uno de los puntos claves es el económico, y por esto tienen que trabajar de forma conjunta con la Secretaría de Estado. Los resultados todavía no se ven todos. Los obstáculos son los normales de cualquier proceso. Limpiar el camino, el trabajo de persuasión. Hay algunas personas que no lo ven claro. Se está trabajando mucho y yo estoy contento.

por Elisabetta Piqué 
(fuente: www.lanacion.com.ar)

Sorpresivo y audaz gesto del Papa para acercar a israelíes y palestinos

BELÉN.- Envuelto en la mística de la ciudad natal de Jesús, el papa Francisco pasó de la palabra a la acción en su apuesta por revivir el proceso de paz en Medio Oriente.Decidió implicarse de lleno y, en una jugada diplomática sorpresiva y de impacto global, convocó ayer a los presidentes de Israel y de Palestina a reunirse con él en el Vaticano para "rezar" por el fin del conflicto crónico que desgarra a la región.

Francisco reveló la oferta de mediación durante la misa que ofició a un costado de la Iglesia de la Natividad, mientras los asistentes todavía digerían otro gesto histórico: en su camino hacia la Plaza del Pesebre pidió que se detuviera el papamóvil y se bajó a rezar en silencio frente al gigantesco muro de hormigón que separa a Israel de Cisjordania.

Los presidentes Shimon Peres y Mahmoud Abbas comunicaron casi de inmediato que habían aceptado la invitación. Ya le pusieron fecha: será el 6 de junio.

El Papa pretende reflotar a través de una iniciativa religiosa el infructuoso diálogo de paz que impulsó Estados Unidos durante el último año. Israel dejó la mesa de negociación el mes pasado, cuando el partido de Abbas anunció un acuerdo de unidad con los islamistas de Hamas, que dominan la Franja de Gaza.

Las gestiones se manejaron con un hermetismo total, y Francisco anunció su propuesta al mundo en el final de la misa, cuando recibió la certeza de que Peres y Abbas darían el sí.

Ante un sol abrasador y delante de 9000 cristianos que se habían reunido para rezar con él, el pontífice argentino pidió el micrófono y dijo que iba a dirigirse a Abbas -sentado en primera fila- y a Peres: "Deseo invitarlos a que elevemos juntos una intensa oración pidiendo a Dios por la paz. Ofrezco la posibilidad de acoger este encuentro en mi casa, el Vaticano". Religión y política, dos conceptos que otra vez el papa Bergoglio consiguió fundir hasta hacer imperceptible la línea divisoria.

El anuncio más impactante de la gira por Tierra Santa pasó casi inadvertido entre los presentes en la plaza, que agitaban banderitas ante cada palabra del Papa, pero no comprendían el italiano.

Cuatro horas más tarde, en el aeropuerto de Tel Aviv, Francisco repitió la invitación en la bienvenida a Israel que le dieron a pie de pista Peres y el primer ministro, Benjamin Netanyahu.

"Construir la paz es difícil, pero vivir sin ella es un tormento", enfatizó, mientras el viento del desierto le volaba el solideo.

Así como en su primer día en Medio Oriente clamó en cada acto oficial por el fin de la guerra civil en Siria, ayer se encargó de involucrarse personalmente en el conflicto territorial entre israelíes y palestinos y sentar una posición diplomática de equilibrio, pero no exenta de riesgos.

A Belén llegó directamente desde Jordania, sin pasar por Israel, en un virtual reconocimiento a la soberanía palestina sobre ese territorio. Al reunirse con Abbas fue explícito y destacó "la buena relación entre la Santa Sede y el Estado Palestino". Palabras inéditas en boca de un papa.

"Ya es hora de poner fin a esta situación, que se hace cada vez más inaceptable", leyó Francisco.

Les pidió a las dos partes que tuvieran "la audacia de la generosidad y creatividad al servicio del bien, el valor de la paz, que se apoya en el reconocimiento, por parte de todos, del derecho de dos Estados a existir y a disfrutar de paz y seguridad dentro de unos confines reconocidos internacionalmente".


El festejo palestino

De ahí partió hacia la misa. Conmovió a los fieles que seguían el recorrido desde una pantalla gigante instalada en la plaza cuando se saltó el protocolo y se bajó a rezar ante el muro controlado por soldados israelíes que corta el paso desde Belén hacia Jerusalén. Los palestinos lo celebraron como un triunfo único. Después, el Papa almorzó con cinco familias cristianas palestinas que le contaron un mosaico de dramas derivados del conflicto con Israel.

La apelación a una solución pacífica también surgió en una reunión distendida que Francisco mantuvo con niños de un campo de refugiados a las afueras de Belén.

En una sala rodeada de fotos con imágenes de ataques israelíes sobre poblaciones palestinas, los chicos lo esperaron con carteles que decían: "Vivimos bajo ocupación" o "Nunca fui al mar".

Francisco recibió regalos, los escuchó cantar y antes de irse pidió el micrófono: "Leí los carteles. Entiendo el mensaje que me quieren dar. Quiero decirles que no dejen nunca que el pasado les determine la vida. Miren siempre para adelante. La violencia no se vence con la violencia; se vence con la paz".

Para esa hora la apuesta diplomática del Papa empezaba a tomar cuerpo. "Es una iniciativa original, llena de coraje, para buscar la paz a través de la oración", detalló el vocero de la Santa Sede, Federico Lombardi.

Peres mandó comunicar de inmediato que iría al Vaticano. "Él siempre ha apoyado y seguirá apoyando cualquier iniciativa para alentar la causa de la paz", informó la oficina del presidente. Abbas le dio el sí al Papa al saludarlo después de la misa.


La cautela israelí

Existían dudas sobre cómo tomaría el plan Netanyahu, después de haber decidido la ruptura del proceso que gestionaba el secretario de Estado norteamericano, John Kerry. El vocero de la cancillería israelí, Ygal Palmor, declaró: "Esta información nos sorprendió y no sabemos si fue algo improvisado. Es positivo mientras sirva para acercar a los líderes".

De todos modos dejó en claro hasta qué punto es difícil la distensión en un conflicto que lleva más de 60 años sin tregua: "Los palestinos convirtieron este viaje de contenido espiritual en un espectáculo de propaganda política".

A Israel le desagradaron las imágenes de Francisco ante el Muro de Separación -de gigantesca repercusión internacional-. Donde ellos ven "seguridad" los palestinos denuncian "ocupación".

A cambio, el gobierno de Netanyahu valora como un hito sin precedente el gesto que el Pontífice tendrá hoy al homenajear a Theodor Herzl, fundador del sionismo e inspirador de un Estado para el pueblo judío en Medio Oriente.

El agotador segundo día del Papa en Tierra Santa terminó -tras volar de Belén a Tel Aviv y de allí a Jerusalén- con una ceremonia histórica: el encuentro ecuménico con el patriarca ortodoxo Bartolomeu y los líderes de todos los credos cristianos en la Iglesia del Santo Sepulcro. Esa foto de unidad religiosa era, en teoría, el objetivo central de la visita hasta que Francisco se zambulló en el más arriesgado movimiento diplomático desde que empezó su pontificado.


LA MANO DIPLOMÁTICA DEL PAPA

En constante equilibrio, Francisco les hizo guiños a palestinos e israelíes

1: Rezo en el muro: Fuera del protocolo, el papa Francisco tuvo ayer un gesto inesperado y de afecto frente al muro que separa la ciudad palestina de Belén e Israel, donde se detuvo, lo tocó y oró, apoyando la frente sobre la barrera, debajo de una pintada que decía "Palestina libre"

2: Reconocimiento de soberanía: Se convirtió en el primer papa ayer en hablar explícitamente de un "Estado palestino". El viaje en helicóptero desde Amman hasta Cisjordania, sin pasar por Israel, fue considerado como un gesto de reconocimiento de soberanía.

3: Una corona para Theodor Herzl: Otro de los gestos de mayor impacto diplomático tendrá lugar hoy cuando Francisco coloque una corona de flores en la tumba de Theodor Herzl fundador del movimiento sionista que durante décadas buscó la fundación de Israel.

escrito por Martín Rodríguez Yebra
(fuente: www.lanacion.com.ar)

lunes, 26 de mayo de 2014

Francisco en la Mezquita: un llamado al respeto y amor fraterno

'Nadie instrumentalice la violencia en el nombre de Dios'

Roma, 26 de mayo de 2014 (Zenit.org) Con algunos minutos de anticipación sobre el programa, hacia las 8 horas de la mañana, el santo padre Francisco inició su último día de peregrinación en Tierra Santa visitando la mezquita de la Roca, aquella con la cúpula dorada que es muy famosa en las fotos de Jerusalén.

A la entrada se quitó los zapatos como indica la tradición para poder visitar este lugar de culto.

Con él estaba también el exponente musulmán de Argentina, el jeque Omar Ahmed Abboud, amigo del Papa. En el viaje le acompañó tambien el rabino Abrahán Skorka; ellos trabajaron con él en Argentina favoreciendo el diálogo ecuménico y demostrando que la amistad entre personas de diversas religiones se mantiene en el tiempo y se incrementa.

Recibido en el interior del edificio del Gran Consejo, ubicado en la explanada de las mezquitas, en el discurso de bienvenida el gran muffí musulmán expuso sus dificultades, y reivindicó sus derechos especialmente ante sus vecinos de Israel. “Pedimos a su santidad con su autoridad moral interceda para que se ponga termino a estas prácticas violentas e injustas contra los musulmanes”, concluyó.

Una segunda autoridad, del consejo supremo musulmán, responsable de la custodia de esta mezquita que según la tradición fue el lugar en que Mahoma fue llevado al cielo, tras darle la bienvenido en nombre de todos, reiteró que sufren persecución por parte de extremistas de Israel, y de los palestinos presos. Y concluyó que la paz no llegará si no se produce el final de la ocupación.

El discurso era en idioma árabe y un sacerdote franciscano, Silvio de la Fuente, compatriota del Papa, le traducía simultáneamente.


Discurso del Santo Padre

Excelencia, Queridos amigos Musulmanes:

Me complace poder encontrarme con ustedes en este lugar sagrado. Les agradezco de corazón la cortés invitación que me han dirigido y, en particular, le doy las gracia a Usted, Excelencia, y al Presidente del Consejo Supremo Musulmán.

Siguiendo las huellas de mis Predecesores y, sobre todo, la luminosa estela dejada por el viaje de Pablo VI, hace ya cincuenta años –el primer viaje de un Papa a Tierra Santa–, he tenido mucho interés en venir como peregrino a visitar los lugares que han visto la presencia terrena de Jesucristo. Pero mi peregrinación no sería completa si no incluyese también el encuentro con las personas y comunidades que viven en esta Tierra, y por eso, me alegro de poder estar con Ustedes, Amigos Musulmanes.

En este momento me viene a la mente la figura de Abrahan, que vivió como peregrino en estas tierras. Musulmanes, cristianos y judíos reconocen a Abrahan, si bien cada uno de manera diferente, como padre en la fe y un gran ejemplo a imitar. Él se hizo peregrino, dejando a su gente, su casa, para emprender la aventura espiritual a la que Dios lo llamaba.

Un peregrino es una persona que se hace pobre, que se pone en camino, que persigue una meta grande apasionadamente, que vive de la esperanza de una promesa recibida (cf.Hb11,8- 19). Así era Abrahán, y ésa debería ser también nuestra actitud espiritual. Nunca podemos considerarnos autosuficientes, dueños de nuestra vida; no podemos limitarnos a quedarnos encerrados, seguros de nuestras convicciones. Ante el misterio de Dios, todos somos pobres, sentimos que tenemos que estar siempre dispuestos a salir de nosotros mismos, dóciles a la llamada que Dios nos hace, abiertos al futuro que Él quiere construir para nosotros.

En nuestra peregrinación terrena no estamos solos: nos encontramos con otros hermanos, a veces compartimos con ellos un tramo del camino, otras veces hacemos juntos una pausa reparadora. Así es el encuentro de hoy, y lo vivo con particular gratitud: se trata de un agradable descanso juntos, que ha sido posible gracias a su hospitalidad, en esa peregrinación que es nuestra vida y la de nuestras comunidades. Vivimos una comunicación y un intercambio fraterno que pueden reponernos y darnos nuevas fuerzas para afrontar los retos comunes que se nos plantean.

De hecho, no podemos olvidar que la peregrinación de Abrahán ha sido también una llamada a la justicia: Dios ha querido que sea testigo de su actuación e imitador suyo. También nosotros quisiéramos ser testigos de la acción de Dios en el mundo y por eso, precisamente en este encuentro, oímos resonar intensamente la llamada a ser agentes de paz y de justicia, a implorar en la oración estos dones y a aprender de lo alto la misericordia, la grandeza de ánimo, la compasión.

Queridos amigos, desde este lugar santo lanzo un vehemente llamamiento a todas las personas y comunidades que se reconocen en Abrahán:

Respetémonos y amémonos los unos a los otros como hermanos y hermanas. Aprendamos a comprender el dolor del otro. Que nadie instrumentalice el nombre de Dios para la violencia. Trabajemos juntos por la justicia y por la paz.

¡Salam!

(26 de mayo de 2014) © Innovative Media Inc.

Declaración conjunta entre el Papa Francisco y el Patriarca Ecuménico Bartolomé

Texto completo de la declaración

Ciudad del Vaticano, 25 de mayo de 2014 (Zenit.org) El Santo Padre y el Patriarca Ecuménico Bartolomé han firmado esta tarde en la Delegación Apostólica de Jerusalén un declaración conjunta durante un encuentro privado. Publicamos el texto a continuación.

1. Como nuestros venerables predecesores, el Papa Pablo VI y el Patriarca Ecuménico Atenágoras, que se encontraron aquí en Jerusalén hace cincuenta años, también nosotros, el Papa Francisco y el Patriarca Ecuménico Bartolomé, hemos querido reunirnos en Tierra Santa, “donde nuestro común Redentor, Cristo nuestro Señor, vivió, enseñó, murió, resucitó y ascendió a los cielos, desde donde envió el Espíritu Santo sobre la Iglesia naciente” (Comunicado común del Papa Pablo VI y el Patriarca Atenágoras, publicado tras su encuentro del 6 de enero de 1964). Nuestra reunión –un nuevo encuentro de los Obispos de las Iglesias de Roma y Constantinopla, fundadas a su vez por dos hermanos, los Apóstoles Pedro y Andrés– es fuente de profunda alegría espiritual para nosotros. Representa una ocasión providencial para reflexionar sobre la profundidad y la autenticidad de nuestros vínculos, fruto de un camino lleno de gracia por el que el Señor nos ha llevado desde aquel día bendito de hace cincuenta años.

2. Nuestro encuentro fraterno de hoy es un nuevo y necesario paso en el camino hacia aquella unidad a la que sólo el Espíritu Santo puede conducirnos, la de la comunión dentro de la legítima diversidad. Recordamos con profunda gratitud los pasos que el Señor nos ha permitido avanzar. El abrazo que se dieron el Papa Pablo VI y el Patriarca Atenágoras aquí en Jerusalén, después de muchos siglos de silencio, preparó el camino para un gesto de enorme importancia: remover de la memoria y de la mente de las Iglesias las sentencias de mutua excomunión de 1054. Este gesto dio paso a un intercambio de visitas entre las respectivas Sedes de Roma y Constantinopla, a una correspondencia continua y, más tarde, a la decisión tomada por el Papa Juan Pablo II y el Patriarca Dimitrios, de feliz memoria, de iniciar un diálogo teológico sobre la verdad entre Católicos y Ortodoxos. A lo largo de estos años, Dios, fuente de toda paz y amor, nos ha enseñado a considerarnos miembros de la misma familia cristiana, bajo un solo Señor y Salvador, Jesucristo, y a amarnos mutuamente, de modo que podamos confesar nuestra fe en el mismo Evangelio de Cristo, tal como lo recibimos de los Apóstoles y fue expresado y transmitido hasta nosotros por los Concilios Ecuménicos y los Padres de la Iglesia. Aun siendo plenamente conscientes de no haber alcanzado la meta de la plena comunión, confirmamos hoy nuestro compromiso de avanzar juntos hacia aquella unidad por la que Cristo nuestro Señor oró al Padre para que “todos sean uno” (Jn 17,21).

3. Con el convencimiento de que dicha unidad se pone de manifiesto en el amor de Dios y en el amor al prójimo, esperamos con impaciencia que llegue el día en el que finalmente participemos juntos en el banquete Eucarístico. En cuanto cristianos, estamos llamados a prepararnos para recibir este don de la comunión eucarística, como nos enseña san Ireneo de Lyon (Adv. haer., IV,18,5: PG 7,1028), mediante la confesión de la única fe, la oración constante, la conversión interior, la vida nueva y el diálogo fraterno. Hasta llegar a esta esperada.

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meta, manifestaremos al mundo el amor de Dios, que nos identifica como verdaderos discípulos de Jesucristo (cf. Jn 13,35).

4. En este sentido, el diálogo teológico emprendido por la Comisión Mixta Internacional ofrece una aportación fundamental en la búsqueda de la plena comunión entre católicos y ortodoxos. En los periodos sucesivos de los Papas Juan Pablo II y Benedicto XVI, y del Patriarca Dimitrios, el progreso de nuestros encuentros teológicos ha sido sustancial. Hoy expresamos nuestro sincero aprecio por los logros alcanzados hasta la fecha, así como por los trabajos actuales. No se trata de un mero ejercicio teórico, sino de un proceder en la verdad y en el amor, que requiere un conocimiento cada vez más profundo de las tradiciones del otro para llegar a comprenderlas y aprender de ellas. Por tanto, afirmamos nuevamente que el diálogo teológico no pretende un mínimo común denominador para alcanzar un acuerdo, sino más bien profundizar en la visión que cada uno tiene de la verdad completa que Cristo ha dado a su Iglesia, una verdad que se comprende cada vez más cuando seguimos las inspiraciones del Espíritu santo. Por eso, afirmamos conjuntamente que nuestra fidelidad al Señor nos exige encuentros fraternos y diálogo sincero. Esta búsqueda común no nos aparta de la verdad; sino que más bien, mediante el intercambio de dones, mediante la guía del Espíritu Santo, nos lleva a la verdad completa (cf. Jn 16,13).

5. Y, mientras nos encontramos aún en camino hacia la plena comunión, tenemos ya el deber de dar testimonio común del amor de Dios a su pueblo colaborando en nuestro servicio a la humanidad, especialmente en la defensa de la dignidad de la persona humana, en cada estadio de su vida, y de la santidad de la familia basada en el matrimonio, en la promoción de la paz y el bien común y en la respuesta ante el sufrimiento que sigue afligiendo a nuestro mundo. Reconocemos que el hambre, la pobreza, el analfabetismo, la injusta distribución de los recursos son un desafío constante. Es nuestro deber intentar construir juntos una sociedad justa y humana en la que nadie se sienta excluido o marginado.

6. Estamos profundamente convencidos de que el futuro de la familia humana depende también de cómo salvaguardemos –con prudencia y compasión, a la vez que con justicia y rectitud– el don de la creación, que nuestro Creador nos ha confiado. Por eso, constatamos con dolor el ilícito maltrato de nuestro planeta, que constituye un pecado a los ojos de Dios. Reafirmamos nuestra responsabilidad y obligación de cultivar un espíritu de humildad y moderación de modo que todos puedan sentir la necesidad de respetar y preservar la creación. Juntos, nos comprometemos a crear una mayor conciencia del cuidado de la creación; hacemos un llamamiento a todos los hombres de buena voluntad a buscar formas de vida con menos derroche y más austeras, que no sean tanto expresión de codicia cuanto de generosidad para la protección del mundo creado por Dios y el bien de su pueblo.

7. Asimismo, necesitamos urgentemente una efectiva y decidida cooperación de los cristianos para tutelar en todo el mundo el derecho a expresar públicamente la propia fe y a ser tratados con equidad en la promoción de lo que el Cristianismo sigue ofreciendo a la sociedad y a la cultura contemporánea. A este respecto, invitamos a todos los cristianos a promover un auténtico diálogo con el Judaísmo, el Islam y otras tradiciones religiosas. La indiferencia y el desconocimiento mutuo conducen únicamente a la desconfianza y, a veces, desgraciadamente incluso al conflicto.

8. Desde esta santa ciudad de Jerusalén, expresamos nuestra común preocupación profunda por la situación de los cristianos en Medio Oriente y por su derecho a seguir siendo ciudadanos .

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pleno derecho en sus patrias. Con confianza, dirigimos nuestra oración a Dios omnipotente y misericordioso por la paz en Tierra Santa y en todo Medio Oriente. Pedimos especialmente por las Iglesias en Egipto, Siria e Iraq, que han sufrido mucho últimamente. Alentamos a todas las partes, independientemente de sus convicciones religiosas, a seguir trabajando por la reconciliación y por el justo reconocimiento de los derechos de los pueblos. Estamos convencidos de que no son las armas, sino el diálogo, el perdón y la reconciliación, los únicos medios posibles para lograr la paz.

9. En un momento histórico marcado por la violencia, la indiferencia y el egoísmo, muchos hombres y mujeres se sienten perdidos. Mediante nuestro testimonio común de la Buena Nueva del Evangelio, podemos ayudar a los hombres de nuestro tiempo a redescubrir el camino que lleva a la verdad, a la justicia y a la paz. Unidos en nuestras intenciones y recordando el ejemplo del Papa Pablo VI y el Patriarca Atenágoras, de hace 50 años, pedimos que todos los cristianos, junto con los creyentes de cualquier tradición religiosa y todos los hombres de buena voluntad reconozcan la urgencia del momento, que nos obliga a buscar la reconciliación y la unidad de la familia humana, respetando absolutamente las legítimas diferencias, por el bien de toda la humanidad y de las futuras generaciones.

10. Al emprender esta peregrinación en común al lugar donde nuestro único Señor Jesucristo fue crucificado, sepultado y resucitado, encomendamos humildemente a la intercesión de la Santísima siempre Virgen María los pasos sucesivos en el camino hacia la plena unidad, confiando a la entera familia humana al amor infinito de Dios.

“El Señor ilumine su rostro sobre ti y te conceda su favor; el Señor se fije en ti y te conceda la paz” (Nm 6,25-26)

Jerusalén, 25 de mayo de 2014. (25 de mayo de 2014) © Innovative Media Inc.


En el Santo Sepulcro el abrazo de Francisco y Bartolomé
En el encuentro con el Patriarca Bartolomé, el Papa recuerda que las divergencias no deben intimidarnos ni paralizar nuestro camino

Ciudad del Vaticano, 25 de mayo de 2014 (Zenit.org) "En esta Basílica, a la que todo cristiano mira con profunda veneración, llega a su culmen la peregrinación que estoy realizando junto con mi amado hermano en Cristo, Su Santidad Bartolomé". Con estas palabras ha comenzado el discurso del papa en el Santo Sepulcro de Jerusalén.

Después del encuentro privado en la Delegación Apostólica de Jerusalén que ha tenido lugar esta tarde, el Santo Padre Francisco y el Patriarca Bartolomé se han dirigido al Santa Sepulcro para la Celebración Ecuménica, momento culminante de la Peregrinación en el 50 aniversario del histórico encuentro entre el papa Pablo VI y el Patriarca Atenagora.

En Papa ha entrado en la plaza por la Puerta del Muristan, el Patriarca Ecuménico por la Puerta de Santa Elena, y se han encontrado en el centro de la plaza. En el momento del abrazo fraterno han sonado las campanas.

En la Celebración Ecuménica, ha dado inicio a las 20.00, han participado los Ordinarios Católicos de Tierra Santa, el arzobispo copto, el arzobispo siriaco, el arzobispo etiópico, el obispo anglicano, el obispo luterano y otros obispos.

El Papa Francisco y el Patriarca Ecuménico han sido acogidos por los tres superiores de la Comunidad del "Statu quo" (Greco-ortodoxa, Franciscana y Armenia Apostólica): el Patriarca Greco-Ortodoxo de Jerusalén, Theophilos III; el Custodio de Tierra Santa, el padre Pierbattista Pizzaballa; y el Patriarca Armenio Apostólico, Nourhan; quienes han venerado la “Piedra de la Unción”.

El Papa y el Patriarca Ecuménico la veneraron contemporáneamente, arrodillados lado a lado, mientras todos los otros participantes a la celebración se dirigieron hacia el "coro de los Franciscano", frente a la edificio del Santo Sepulcro donde han sido acompañados el Santo Padre y el Patriarca. La celebración ha sido introducida por las palabras de acogida de su beatitud Teófilo III, Patriarca Greco-Ortodoxo de Jerusalén en nombre de las tres comunidades del "Statu quo". Tras el canto del Aleluya y la proclamación del Evangelio de la Resurrección, el Patriarca Ecuménico y el Santo Padre han pronunciado sus discursos.

En primer lugar ha hablado el Patriarca, quien ha indicado que "esta Tumba sagrada nos invita a vencer otro miedo que es quizás el más extendido en nuestra época moderna: el miedo al otro, el miedo a lo diferente, el miedo al que sigue otro credo, otra religión u otra confesión". Por ello ha observado que el fanatismo religioso "amenaza la paz en muchas regiones de la tierra, donde incluso el don de la vida es sacrificado en el altar del odio religioso". En estas circunstancias --ha afirmado el Patriarca-- el mensaje de la tumba vivificante es urgente y claro: amor al otro, al diferente, a los seguidores de otros credos y de otras confesiones.

Asimismo, ha señalado que hace 50 años el Papa Pablo VI y el Patriarca Ecuménico Atenágoras "se liberaron del miedo que había prevalecido durante un milenio". Como sucesores suyos, ha añadido, "hemos intercambiado un abrazo de amor, si bien nuestro camino hacia la plena comunión en el amor y en la verdad continúa, para que el mundo crea que no hay otro camino para la vida sino el camino del amor, la reconciliación, la paz auténtica y la fidelidad a la Verdad".

Así, Francisco ha recordado que "peregrinamos siguiendo las huellas de nuestros predecesores, el Papa Pablo VI y el Patriarca Atenágoras, que, con audacia y docilidad al Espíritu Santo, hicieron posible, hace cincuenta años, en la Ciudad santa de Jerusalén, el encuentro histórico entre el Obispo de Roma y el Patriarca de Constantinopla".

El Papa ha recordado que en este lugar el sepulcro vacío, "es el lugar de donde salió el anuncio de la resurrección". Este anuncio, ha afirmado, "es el corazón del mensaje cristiano, trasmitido fielmente de generación en generación". Y ha añadido que "lo que nos une es el fundamento de la fe, gracias a la cual profesamos juntos que Jesucristo, unigénito Hijo del Padre y nuestro único Señor". El Obispo de Roma ha recordado que "cada uno de nosotros, todo bautizado en Cristo, ha resucitado espiritualmente en este sepulcro, porque todos en el Bautismo hemos sido realmente incorporados al Primogénito de toda la creación, sepultados con Él, para resucitar con Él y poder caminar en una vida nueva".

De este modo el Papa ha invitado a acogerse a la gracia especial de este momento: "Detengámonos con devoto recogimiento ante el sepulcro vacío, para redescubrir la grandeza de nuestra vocación cristiana: somos hombres y mujeres de resurrección, no de muerte". Del mismo modo ha pedido que "aprendamos, en este lugar, a vivir nuestra vida, los afanes de la Iglesia y del mundo entero a la luz de la mañana de Pascua". Francisco ha expliado en su discurso que el Buen Pastor, cargando sobre sus hombros todas las heridas, "sufrimientos, dolores, se ofreció a sí mismo y con su sacrificio nos ha abierto las puertas a la vida eterna" y que "a través de sus llagas abiertas se derrama en el mundo el torrente de su misericordia". Por esta razón ha exclamado el Papa: "¡No nos dejemos robar el fundamento de nuestra esperanza! ¡No privemos al mundo del gozoso anuncio de la Resurrección!".

El Papa ha pedido también no hacer oídos sordos al fuerte llamamiento a la unidad que resuena precisamente en este lugar.

Aunque el Papa ha reconocido que "no podemos negar las divisiones que todavía hay entre nosotros, discípulos de Jesús", "este lugar sagrado nos hace sentir con mayor dolor el drama".

Ya han pasado 50 años después del abrazo de aquellos dos venerables Padre, y el Santo Padre ha afirmado que "hemos de reconocer con gratitud y renovado estupor que ha sido posible, por impulso del Espíritu Santo, dar pasos realmente importantes hacia la unidad".

Francisco ha añadido al respecto que "somos conscientes de que todavía queda camino por delante para alcanzar aquella plenitud de comunión que pueda expresarse también compartiendo la misma Mesa eucarística, como ardientemente deseamos; pero las divergencias no deben intimidarnos ni paralizar nuestro camino". Y ha realizado una metáfora al comparar la piedra del sepulcro que fue movida con "los obstáculos que impiden aún la plena comunión entre nosotros", que también pueden ser removidos.

Será una gracia de resurrección, que ya hoy podemos pregustar, ha reconocido, "siempre que nos pedimos perdón los unos a los otros por los pecados cometidos en relación con otros cristianos y tenemos el valor de conceder y de recibir este perdón, experimentamos la resurrección".

Así como "siempre que, superados los antiguos prejuicios, nos atrevemos a promover nuevas relaciones fraternas, confesamos que Cristo ha resucitado verdaderamente". Y finalmente "siempre que pensamos el futuro de la Iglesia a partir de su vocación a la unidad, brilla la luz de la mañana de Pascua". A continuación, Francisco a renovado la voluntad ya expresada por sus predecesores, de mantener un diálogo con todos los hermanos en Cristo para encontrar una forma de ejercicio del ministerio propio del Obispo de Roma que, en conformidad con su misión, se abra a una situación nueva y pueda ser, en el contexto actual, un servicio de amor y de comunión reconocido por todos.

El Papa ha tenido presenten nuevamente a toda la región de Oriente Medio "desgraciadamente lacerada con frecuencia por la violencia y los conflictos armados". También ha pedido no olvidar "en nuestras intenciones de tantos hombres y mujeres que, en diversas partes del mundo, sufren a causa de la guerra, de la pobreza, del hambre; así como de los numerosos cristianos perseguidos por su fe en el Señor Resucitado". El Pontífice ha explicado que cuando cristianos de diversas confesiones sufren juntos "se realiza el ecumenismo del sufrimiento, se realiza el ecumenismo de sangre, que posee una particular eficacia no sólo en los lugares donde esto se produce, sino, en virtud de la comunión de los santos, también para toda la Iglesia".

Para concluir Francisco ha pedido dejar a un lado los recelos que hemos heredado del pasado y abrir el corazón a la acción del Espíritu Santo, el Espíritu del Amor y de la Verdad "para marchar juntos hacia el día bendito en que reencontremos nuestra plena comunión".

Para finalizar la ceremonia, se ha rezado un Padre Nuestro y finalmente el Santo Padre y el Patriarca Bartolomé han venerado el Santo Lugar y encendieron una vela. Antes de marchar dieron la bendición juntos.

(25 de mayo de 2014) © Innovative Media Inc.

Los padres de familia son sal y luz

Definitivamente una de las grandes profesiones que tiene una alta cuota de responsabilidad y sacrificio en la sociedad es la de ser Padres e Familia.

Este trabajo o vocación que se hace sin recibir cheque semanal, este amor que se da a veces sin recibir lo mismo como respuesta de parte de los hijos tiene dos ingredientes que el Evangelio de Mateo en palabras de Jesús nos lo recuerda: Ustedes son la sal de la tierra y la luz del mundo.

Ustedes padres son sal y la luz de sus hijos en la medida en que a cada enseñanza, a cada consejo, a cada llamado de atención, a cada plática siempre exista un sabor especial y una luz propia que si hijo pueda identificar y diferenciar de los demás sabores y luces que a su alrededor el mundo le ofrece. Por eso ustedes son la sal de la tierra y la luz del mundo, porque son los únicos que desde el nacimiento de sus hijos pueden hacer que ellos sean útiles, responsables, sensibles con el hermano necesitado, solidarios y comprometidos con las obras sociales, integrantes de algún movimiento o grupo que en su parroquia exista, dedicados a sus estudios y respetuosos de las normas que se lleven en la casa. Es decir, su hijo es lo que usted le ha enseñado en el transcurso de su vida, su hijo es lo que ha visto en usted como padre de familia, su hijo es el reflejo de su personalidad, su hijo actúa de acuerdo a como usted es en la casa.

Es verdad que afuera del hogar, los hijos aprenden muchas cosas buenas y desafortunadamente poco productivas para ellos, pero la primera enseñanaza es la que prevalece en ellos, ya que actúa como un juez interior que desde lo profundo de sus corazones les ayudarán a decidir entre lo bueno y lo malo (en algunos casos muchos hijos son alcohólicos o adictos porque vieron estos ejemplos en sus propias casas).

Padres, recuerden que Jesus nos dice hoy si la sal pierde sus propiedades o la luz no ilumina, no sirven para nada; entonces si los padres no cumplen sus funciones como sal y luz de sus hijos, sirven para algo?, usted como padre de familia es sal y luz de sus hijos?

No es fácil ser padres, no es facil educar, no es fácil entender al otro, creo que la única manera de poder hacer esto fácil y motivante es recordar siempre que sus hijos son el resultado del amor, son el milagro de la vida bendecido por Dios, son la continuidad de su sangre o raza, son la comtemplación del misterio de la vida.

Padres, es el momento de fortalecer las acciones buenas que hacen que su familia tenga un sabor especial y luz propia. Si no ha comenzado, es el momento para hacerlo.

(fuente: portumatrimonio.blogspot.com.ar)

domingo, 25 de mayo de 2014

Jesús nos promete la venida del Espíritu

Lectura del Santo Evangelio según San Juan 
(Jn. 14, 15-21)
Gloria a ti, Señor.

Si ustedes me aman, cumplirán mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre, y él les dará otro Paráclito para que esté siempre con ustedes: el Espíritu de la Verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque no lo ve ni lo conoce. Ustedes, en cambio, lo conocen, porque él permanece con ustedes y estará en ustedes. No los dejaré huérfanos, volveré a ustedes. Dentro de poco el mundo ya no me verá, pero ustedes sí me verán, porque yo vivo y también ustedes vivirán. Aquel día comprenderán que yo estoy en mi Padre, y que ustedes están en mí y yo en ustedes. El que recibe mis mandamientos y los cumple, ese es el que me ama; y el que me ama será amado por mi Padre, y yo lo amaré y me manifestaré a él".

Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.


LECTIO DIVINA

Oración inicial

Oh Padre!, ya Cristo tu Hijo está orando por nosotros, pero tú concédenos que nuestro corazón se abra a Tí en la plegaria profunda, intensa, verdadera, luminosa, dentro de las pautas de esta tu Palabra, que, para nosotros, es vida. Mándanos el Consolador, el Espíritu de la verdad, para que no sólo more junto a nosotros, sino que entre dentro de nosotros y se quede por siempre en nosotros. Él es el fuego de amor que te une a Jesús, es el beso que incesantemente os intercambiáis; haz que también nosotros, a través de tu Palabra, podamos entrar en este amor y vivir de él. Tocad nuestro espíritu, nuestra mente, y todo nuestro ser, para que podamos acoger los mandamientos, escondidos en estos pocos versículos, conservarlos, o sea, vivirlos en plenitud y en verdad, delante de ti y de nuestros hermanos. Amén

Lectura

a) Para colocar el pasaje en su contexto: Estos versículos nos conducen al lugar santo donde Jesús ha celebrado la última cena con sus discípulos: lugar de su revelación, de su gloria, de su enseñanza y de su amor. Aquí estamos invitados también nosotros a sentarnos a la mesa con Jesús, a inclinarnos sobre su pecho para recibir su mandamiento y prepararnos, así a entrar también nosotros, con Él, en la pasión y en la resurrección. Después del pasaje 13, 1-30,31, que relata los gestos, las palabras, los sentimientos de Jesús y de los suyos durante la cena pascual, con 13,31 entramos en las palabras del último gran discurso de Jesús, que terminará con la oración sacerdotal del capítulo 17. Aquí estamos, por tanto, todavía en los comienzos; en 14, 1-14 Jesús se había presentado, ofreciéndose como camino al Padre, mientras en estos pocos versículos introduce la promesa del envío del Espíritu Santo, como Consolador, como presencia cierta, pero también la promesa de la venida del Padre y de Él mismo en lo íntimo de los discípulos que, por la fe, creerán en Él y guardarán sus mandamientos.

b) Para ayudar en la lectura del pasaje: vv. 15-17: Jesús ante todo, dice claramente, delante de sus discípulos, que el amor a Él, si es verdadero amor, lleva infaliblemente a la observancia de los mudamientos. Quiere decirnos, en suma, que si no hay observancia, significa que nosotros no tenemos el amor; élla es una consecuencia esencial, irrenunciable, que nos revela si nos amamos de veras o nos creemos ilusoriamente que amamos. Jesús dice también que el don del Espíritu Santo por parte del Padre es fruto de este amor y de esta observancia, que suscitan la oración de Jesús, gracias a la cual nosotros podemos recibir al Espíritu. Y explica lo que él sea: el Consolador, el Espíritu de la verdad, aquél a quien el mundo no ve, no conoce, pero los discípulos sí, y aquél que mora junto a ellos y que está dentro de ellos.
vv.18-20: Jesús promete su venida, su regreso, que está por realizarse en su resurrección; anuncia su desaparición en la pasión, en la muerte, en la sepultura, pero también su reaparición a los discípulos, que lo verán, porque Él es la resurrección y la vida. Y revela su relación con el Padre, dentro de la cuál invita a ellos y también a nosotros; dice, en efecto, que conoceremos, es decir que experimentaremos en lo profundo. Consolación más grande que ésta, no puede ser prometida, de ningún modo, por ninguno al mundo, sino por Jesús.
v. 21: Aquí el discurso de Jesús se extiende para todos; pasa del “vosotros” de los discípulos al “quien” de quienquiera que comience a amarlo, a entrar en relación con Él y a seguirlo. Lo que le ha sucedido a los discípulos, a los primeros elegidos, sucederá a todo el que crea en Él. Y aquí Jesús abre para nosotros, para cada uno, su relación de amor con el Padre, porque permaneciendo en Cristo, nosotros somos también conocidos y amados por el Padre. En fin, Jesús promete de nuevo su amor para quien lo ama y la revelación de sí mismo, a saber, una manifestación interrumpida de su amor por nosotros.

Un momento de silencio orante para que la Palabra de Dios pueda entrar en nosotros e iluminar nuestra vida.

Algunas preguntas

a) Este pasaje se abre y se cierra con las mismas palabras: la proclamación e invitación al amor hacia el Señor. Comprendo que Él ha querido prepararme, con esta lectio divina, un encuentro fuerte con el amor; quizás me asusto un poco, sé que no estoy acostumbrado, quizás me avergüenzo, quizás me creo superior a estos temas tan empalagosos. Pero Él insiste y continúa en repetir sólo esto: sólo el Amor. ¿Qué decido hacer, entonces? ¿Permanezco y entro en esta relación tan empeñativa, tan comprometedora? O mejor, ¿me voy, me escapo, porque tengo miedo, porque no siento el valor de comprometerme? ¿Escojo el Amor, o sea, la relación, el poner a la vista, el intercambio, el don recíproco, la ofrenda de mí mismo? ¿O escojo el cierre, la soledad, el aislamiento absurdo de un hombre, que no quiere estar con su Dios y con sus semejantes? Jesús dice: “Si quieres”. Él no me obliga. Pero sé que me está esperando, por tanto tiempo...¿por qué tardar todavía?

b) Leo y releo el pasaje, para que estas palabras, tan cargadas de significado, se me impriman mejor en la mente y en el corazón. Noto que Jesús pronuncia con insistencia un pronombre “vosotros”, referido a sus discípulos, a los de entonces, pero también a los de hoy. Somos nosotros, cada uno visto y mirado por Él con amor único, personal, irrepetible, que no puede ser malvendido o permutado. Sé que también yo estoy presente en aquel “vosotros”, que parece genérico, pero no lo es. Pruebo a releer una vez más las palabras de Jesús, pero poniendo el “tú” en lugar de “vosotros” y me dejo alcanzar más directamente; me pongo cara a cara, ojos con ojos con Jesús y dejo que Él me diga todo, llamándome con un “tú” rebosante de amor, con mi nombre, que sólo Él verdaderamente conoce..Si tú me amas; el Padre te dará otro Consolador; tú lo conoces; él mora junto a ti y estará en ti; no te dejaré huérfano, volveré a ti; tú me verás; tú vivirás; tú sabrás que yo estoy en el Padre y tú en mí y yo en ti.

c) Surge ahora, una expresión importante de Jesús repetida dos veces: ¡guardar los mandamientos! Es una realidad importante, fundamental, porque de ella depende la autenticidad de mi relación de amor con el Señor; si yo no observo sus mandamientos, significa que no lo amo. Pero pruebo a preguntarme con más atención qué significado tenga este verbo, que quizás parece un poco frío, un poco distante: Lo encuentro, por ejemplo en Mt 27,36, donde se dice que los soldados hacían la guardia a Jesús crucificado; se trata por tanto de una custodia atenta, escrupulosa, una vigilancia sin descanso. En Juan 2,10, sin embargo, aparece con el significado de tener a parte, reservar, como dice Jesús del vino bueno, guardado para el final. En 2Timoteo 4,7 se me presenta en aquel versículo estupendo sobre la fe: “He combatido la buena batalla; he terminado la carrera, he conservado la fe”, diciendo claramente todo el esfuerzo, toda la atención gastada para salvaguardar y custodiar aquélla realidad tan preciosa. Jesús, en Jn 17,15, pide al Padre que guarde a los suyos del maligno; significa preservar, proteger, para que nada ni nadie pueda hacerles algo malo o dañarlos. No es simplemente un guardar frío y al exterior de los mandamientos de Dios o de Jesús, sino que es mucho más, es una relación de amor, es tener en cuenta, proteger, tener en vida. En el fondo es realizar lo que ellos me dicen o me piden, en mi vida de cada día, en todo momento, en toda situación.



Una clave de lectura Los personajes que se me presentan en el pasaje: el Padre, Jesús, el Espíritu, los discípulos, el mundo.

El Padre. Esta presencia aparece enseguida como el punto de referencia de Jesús, el Hijo; es a Él a quien se dirige la propia oración. Dice, de hecho: “Yo rogaré al Padre”. Es este contacto tan particular e íntimo el que hace de Jesús el Hijo de su Padre, que lo confirma continuamente en esta realidad; la relación de amor con el Padre se alimenta y se tiene en vida precisamente por la oración, hecha durante las noches, en los momentos del día, en las necesidades, en las peticiones de ayudas, en el dolor, en la prueba más desgarradora. Si recorremos los Evangelios, muchas veces, encontraremos a Jesús así, unido en la relación con el Padre a través de la oración. Puedo leer algunos pasos: Mt 6,9; 11,25; 14,23; 26,39; 27,46; Lc 21,21s; 6,12; 10,21; 22,42; 23,34.46; Jn 11,41s; 17,1. Siento que este camino es también el mío; Jesús lo ha recorrido hasta el final, dejándome sus huellas luminosas y seguras, para que yo no tenga miedo de seguirlo en esta experiencia. También yo soy hijo del Padre, también yo puedo rezarle.
Inmediatamente después viene presentado por Jesús como Aquél que da. El dar, en efecto, es la característica principal de Dios, que es un don sin interrupción, sin medida, sin cálculo, para todos y en todo tiempo; el Padre es Amor y el Amor se da a sí mismo, da todo. No le basta habernos dado a Jesús, su Hijo predilecto, sino que aun quiere beneficiarnos, ofrecernos vida y nos envía el Espíritu Santo. Pues, como está escrito: “El que no perdonó a su propio Hijo, antes le entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos ha de dar con Él todas las cosas?” (Rom 8,32).
Pero, todavía más: ¡el Padre nos ama! (Jn 14,23; 16,27) Y este su amor nos hace pasar de la muerte a la vida, de la tristeza del pecado al gozo de la comunión con Él, de la soledad del odio, al compartir, porque el amor de Dios comporta necesariamente el amor por los hermanos.

El Hijo Jesús. En estos pocos versículos la figura y la presencia de Jesús emergen con una fuerza, con una luminosidad enormes. Él aparece primero como el orante, aquél que ora al Padre en nuestro favor; alza las manos en oración por nosotros, así como las alza en ofrenda sobre la cruz. Jesús es aquél que no se va para siempre, que no nos deja huérfanos, sino que vuelve: “Yo volveré”. Si parece ausente, no debo desesperar, sino debo continuar creyendo que Él, verdaderamente, volverá. “¡Sí, vendré pronto!” (Ap 22,20) Volverá y, como ha dicho, nos tomará con Él, para que estemos en donde Él está. (Jn 14,3)

Jesús es el viviente por siempre, el vencedor de la muerte. Él está en el Padre y está en nosotros, con una fuerza omnipotente, que ninguna realidad puede desbaratar. Él está dentro del Padre, pero también dentro de nosotros, habita en nosotros, permanece con nosotros; no hay otra posibilidad de vida plena y verdadera, para nosotros, sino en esta compenetración de ser que el Señor Jesús nos ofrece. Él dice sí, incesantemente y no se arrepiente, no se retrae. ¡Al contrario! Él nos ama, como el Padre nos ama y se manifiesta a nosotros. Se da, se ofrece, dejándose conocer por nosotros, dejándose experimentar, tocar, gustar. Pero es una manifestación que se espera con amor, como dice Pablo (2Tim 4,8).

El Espíritu Santo. En este pasaje el Espíritu del Señor parece la figura necesaria, que abraza toda cosa: él une al Padre con el Hijo, lleva el Padre y el Hijo en el corazón de los discípulos; crea una unión de amor impagable, unión de ser. Se le llama con el nombre de Paráclito, o sea, Consolador, aquél que permanece con nosotros siempre, que no nos deja solos, abandonados, olvidados; él viene y nos recoge de los cuatro vientos, de la dispersión y sopla dentro de nosotros la fuerza para el regreso al Padre, al Amor. Sólo él puede hacer todo esto: es el dedo de la mano de Dios, que aún hoy, escribe sobre el polvo de nuestro corazón las palabras de una alianza nueva, que no podrá ya ser olvidada.
Es el Espíritu de la verdad, a saber, de Jesús; en él no hay engaño, no hay mentira, sino la luminosidad cierta de la Palabra del Señor. Él ha construido su morada en nosotros; ha sido enviado y ha realizado el pasaje de estar junto a nosotros a dentro de nosotros. Se ha hecho una sola cosa con nosotros, aceptando esta unión nupcial, esta fusión; él es el bueno, el amigo de los hombres, es el Amor mismo. Por eso se dona así, llenándonos de gozo. ¡Cuidado con entristecerlo, con arrojarlo fuera, sustituyendo su presencia con otras presencias, otras alianzas de amor; moriremos, porque ninguno podrá ya consolarnos en su lugar!

Los discípulos. Las palabras dirigidas a los discípulos de Jesús son las que me interpelan más de cerca, con mayor fuerza; son para mí, entran en mi vida de cada día, alcanzan mi corazón, mis pensamientos, mis deseos más ocultos. Se me pide un verdadero amor, que sepa transformarse en gestos concretos, en atención a la Palabra y al deseo de aquél al que yo digo que amo, el Señor. Un amor verificable a través de mi observancia de los mandamientos. El discípulo, aparece como aquél que sabe esperar a su Señor, que vuelve; ¿a medianoche, al canto del gallo o ya cuando es de mañana? No importa; Él volverá y por eso es necesario esperarlo, estando preparados. ¿Qué clase de amor es, un amor que no vigila, que no guarda, que no protege? El discípulo es también uno que conoce: se trata de un conocimiento venido de lo alto, que se realiza en el corazón, o sea, en la parte más íntima de nuestro ser y de nuestra personalidad, allá donde nosotros tomamos las decisiones para obrar, allá donde comprendemos la realidad, formulamos los pensamientos, vemos, amamos. Es el conocimiento en sentido bíblico, que nace de una experiencia fuerte, prolongada, íntima, nace de una unión profunda y del don recíproco. Esto sucede entre el Espíritu y el verdadero discípulo de Jesús. Un conocimiento incontenible, siempre en expansión, que nos lleva a Cristo, al Padre y nos coloca dentro de su comunión de amor, infinita eterna: “Sabed que yo estoy en el Padre y vosotros en mí y yo en vosotros”. El discípulo es también aquél, que está en, o sea dentro, en unión increíble con su Señor; no permanece en la superficie, a distancia, a intervalos, sino que él esta siempre en relación de amor. Él mismo se va, vuelve y regresa, se deja atraer, tratar. Y así realiza las palabras del Evangelio: “Quien me ama, será amado por mi Padre”.
El discípulo de Jesús, finalmente, es un amado, un predilecto, desde siempre y por siempre.

El Mundo. El pasaje nos ofrece pocas palabras en referencia a esta realidad, que sabemos que es muy importante en los escritos de Juan: el mundo no puede recibir el Espíritu, porque no lo ve y no lo conoce. El mundo es ciego y está inmerso en las tinieblas, en el error, no ve y no conoce, no realiza la experiencia del amor de Dios. El mundo permanece lejano, se vuelve atrás, se cierra, se va. El mundo responde con odio al amor que el Señor tiene por él: el Padre ha amado tanto al mundo que ha dado su Hijo unigénito. Quizás nosotros debemos también amar al mundo, criatura de Dios; amarlo uniéndonos en el ofrecimiento, en el sacrificio del Jesús por él. ¿Está aquí, en este punto preciso, en el ofrecimiento de Cristo, también nuestra llegada, nuestra verdad más plena, más luminosa, como hijos del Padre, como discípulos, como amantes?¿Está aquí la conclusión de esta lectio divina, de este encuentro con Cristo, con el Padre y con el Espíritu? A lo mejor, verdaderamente es así; debemos llegar a la plenitud del amor, que es la observancia de los mandamientos de Jesús: amad, como yo he amado.

Un momento de oración: Salmo 22

Rit. ¡Tú estás conmigo , Señor; no me falta nada!

Yahvé es mi pastor, nada me falta.
En verdes pastos me hace reposar.
Me conduce a fuentes tranquilas,
allí reparo mis fuerzas.
Me guía por cañadas seguras
haciendo honor a su nombre.

Aunque fuese por valle tenebroso,
ningún mal temería,
pues tú vienes conmigo;
tu vara y tu cayado me sosiegan.

Preparas ante mí una mesa,
a la vista de mis enemigos;
perfumas mi cabeza,
mi copa rebosa.

Bondad y amor me acompañarán
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa de Yahvé
un sinfín de días.

Oración final

Señor, estoy lleno de ti, de tu amor: reboso de gozo, de paz profunda. Tú me has amado mucho en este encuentro a través de la Palabra. Tú te me has dado en plenitud; nada has dejado al olvido, de mí, de mi persona, de mi historia, de toda mi vida. Yo soy, porque tú eres; estás conmigo, en mí. Tú hoy me has hecho renacer de lo alto, me has vuelto nuevo, yo conozco, yo veo, yo siento en mí tu misma vida. Esta es la verdadera Pascua, verdadero paso de la muerte a la vida.¡Señor, gracias por este amor indecible, que me sumerge, me supera, incluso me levanta me realza!
Dejo aquí mi cántara vacía, inútil, incapaz y corro a la ciudad, Señor; voy a llamar a mis amigos, aquéllos que tú amas, para decirles: ¡Venid también vosotros a conocer el Amor!
Señor, una última cosa: que yo no te traicione. Si el Amor no se da, no se comparte, se aleja, desvanece, se transforma en enfermedad, en soledad. Ayúdame te ruego, haz que yo sea amor.

(fuente: ocarm.org)

sábado, 24 de mayo de 2014

Oración a María Auxiliadora por los enfermos

Bajo tu amparo nos acogemos,
Santa Madre de Dios
y Auxilio poderoso de los cristianos;
no deseches las oraciones que te dirigimos
por nuestro hermanos enfermos,
antes bien, líbralos de todo peligro,
Virgen gloriosa y bendita.
Acompáñalo en su soledad,
fortalécelos en su debilidad,
sostenlos en los momentos de desesperación.
Ayúdalos en su dolor,
aliéntalos en su tristeza,
confórtalos en sus penas.
Acrecienta su fe,
enciende su esperanza,
aviva su caridad.
Llénalos e paciencia,
concédeles optimismo,
dales constante alegría y buen humor,
Madre del Señor Jesús,
fuente de eterna salud y causa de nuestra alegría.
Y que podamos seguir diciendo
que jamás se ha oído decir
que ni uno sólo de cuantos han acudido
a tu protección e implorado tu auxilio
han sido desamparados en sus necesidades.
Amén.

(fuente: www.salesianosbernal.com.ar)

Breve historia de la devocación a María Auxiliadora

El primero que llamó a la Virgen María con el título de "Auxiliadora" fue San Juan Crisóstomo, en Constantinopla en al año 345, el dice: " Tú, María, eres auxilio potentísimo de Dios".

San Sabas en el año 532 narra que en oriente había una imagen de la Virgen que era llamada "Auxiliadora de los enfermos", porque junto a ella se obraban muchas curaciones.

San Juan Damasceno en el año 749 fue el primero en propagar la jaculatoria: "María Auxiliadora , rogad por nosotros". Y repite: la virgen es "auxiliadora para evitar males y peligros y auxiliadora para conseguir la salvación".

En Ucrania, Rusia, se celebra la fiesta de María Auxiliadora el 1 de octubre desde el año 1030, en ese año libró a la ciudad de la invasión de una terrible tribu de bárbaros paganos.

En el año 1572, el Papa San Pió quinto ordenó que en todo el mundo católico se rezara en las letanias la advocación " María Auxiliadora, rogad, por nosotros", porque en ese año Nuestra Señora libró prodigiosamente en la batalla de lepanto a toda la cristiandad que venía a ser destruida por un ejército mahometano de 282 barcos y 88.000 soldados.

En el año 1600 los católicos del sur de Alemania hicieron una promesa a la Virgen de honrarla con el título de auxiliadora si los libraba de la invasión de los protestantes y hacía que se terminara la terrible guerra de los 30 años. La Madre de Dios les concedió ambos favores y pronto había ya más de 70 capillas con el título de María Auxiliadora de los cristianos.

En 1683 los católicos al obtener inmensa victoria en Viena contra los enemigos de la religión, fundaron la asociación de María Auxiliadora, la cual existe hoy en más de 60 paises.

En 1814, el Papa Pío VII, prisionero del general Napoleón, prometió a la Virgen que el día que llegara a Roma, en libertad, lo declararía fiesta de María Auxiliadora. Inesperadamente el pontífice quedó libre, y llegó a Roma el 24 de mayo. Desde entonces quedó declarado el 24 de mayo como día de María Auxiliadora.

En 1860 la Santísima Virgen se aparece a San Juan Bosco y le dice que quiere ser honrada con el título de "Auxiliadora", y le señala el sitio para que le construya en Turín, Italia, un templo.

Empezó la obra del templo con sus tres monedas de veinte centavos cada una, pero fueron tantos y tan grande los milagros que María Auxiliadora empezó a obtener a favor de sus devotos, que en sólo cuatro años estuvo terminada la Gran Basílica. El Santo solía decir: " Cada ladrillo de este templo corresponde a un milagro de la Santísima Virgen", desde aquel Santuario comienza a extenderse por el mundo la devoción a María bajo el título de Auxiliadora de los Cristianos.

El nombre de Auxiliadora se le daba ya en el año 1030 a la Virgen María, en Ucrania (Rusia), por haber liberado aquella región de la invasión de las tribus paganas. Desde entonces en Ucrania se celebra cada año la fiesta de María Auxiliadora el 1ro de octubre.

Se tiene constancia de que hacia el año 1558 ya figuraba en las letanías que se acostumbraban recitar en el santuario de Loreto Italia.

Esta advocación se hizo fuerte ante la invasión de los turcos en 1571 donde San Pío V la invocó como María Auxiliadota de los Cristianos o con los Príncipes Católicos de Alemania fieles al catolicismo frente a las tesis protestantes o frente a las invasiones turcas sobre Viena en el siglo XVII o, incluso, como mano protectora frente a los caprichos de Napoleón Bonaparte que llevo al Papa Pío VII al destierro, y a su liberación, quiso en 1814 instituir en el 24 de mayo su fiesta litúrgica.

Pero sin duda fue San Juan Bosco, el santo de María Auxiliadora, con el que esta advocación mariana encontró el mejor paladín y trampolín para el desarrollo y popularidad, "No he sido yo, ha sido la Virgen Auxiliadora quien te ha salvado"... "Cada ladrillo de esta iglesia - se refería a la gran Basílica que en su obsequio empezó el 1863 - es una gracia de la Virgen María"...

Pero será exactamente en 1862, en plena madurez de Don Bosco, cuando éste hace la opción mariana definitiva: Auxiliadora. "La Virgen quiere que la honremos con el título de Auxiliadora: los tiempos que corren son tan aciagos que tenemos necesidad de que la Virgen nos ayude a conservar y a defender la fe cristiana".

Desde esa fecha el título de Auxiliadora aparece en la vida de Don Bosco y en su obra como "central y sintetizador". La Auxiliadora es la visión propia que Don Bosco tiene de María. La lectura evangélica que hace de María, la experiencia de su propia vida y la de sus jóvenes salesianos, y su experiencia eclesial le hacer percibir a María como "Auxiliadora del Pueblo de Dios".

En 1863 Don Bosco comienza la construcción de la iglesia en Turín. Todo su capital era de cuarenta céntimos, y esa fue la primera paga que hizo al constructor. Cinco años más tarde, el 9 de junio de 1868, tuvo lugar la consagración del templo. Lo que sorprendió a Don Bosco primero y luego al mundo entero fue que María Auxiliadora se había construido su propia casa, para irradiar desde allí su patrocinio. Don Bosco llegará a decir: "No existe un ladrillo que no sea señal de alguna gracia".

Hoy, salesianos y salesianas, fieles al espíritu de sus fundadores y a través de las diversas obras que llevan entre manos siguen proponiendo como ejemplo, amparo y estímulo en la evangelización de los pueblos el auxilio que viene de Santa María.

(fuente: www.aciprensa.com)
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