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miércoles, 30 de septiembre de 2015

El silencio de la imaginación

Hemos visto que el silencio de la memoria comporta un dinamismo interior que conserva en el recuerdo solamente aquellas vivencias del pasado que pueden ayudar a vivir el presente según los designios de Dios. Así como la memoria es la conservación del pasado, la imaginación es la anticipación del futuro. ¿Cómo es posible que una facultad tan noble, que acerca el futuro, pueda ser llamada “la loca de la casa” por alguien tan insigne como Santa Teresa de Jesús?


La imaginación: la loca de la casa

La santa andariega tenía toda la razón. ¿Qué sabemos con certeza del porvenir? Nada. Pero la imaginación no se aguanta y se forja un futuro fuera de una cierta lógica humana. Recuerdo un ejemplo que escuché más de una vez a mi padre cuando, de pequeño, acudía con él a ver un partido de fútbol. Me decía: “imagínate, Juan Carlos, que ahora avisan por megafonía que con el boleto de entrada se va a rifar un coche. La mayoría de las personas dirían: ‘a mí nunca me toca, yo tengo muy mala suerte, nunca me toca nada’. Piensa que a los diez minutos se da un segundo aviso: ‘nos acaban de avisar que a las afueras del estadio han robado un coche’. Entonces todos entrarían en pánico afirmando que es muy posible que sea el coche propio el que han robado”. ¿Nos damos cuenta de la poca lógica de la imaginación? La lógica dice que si el estadio tiene capacidad para 40.000 espectadores, la posibilidad de que algo suceda a uno de ellos, sea que toque la lotería o que roben el coche, es una entre cuarenta mil. Pero ¿cuál es la lógica de la imaginación? “Si es algo malo, casi seguro que me tocará a mí; si es algo bueno, nunca me tocará”. Como vemos, la imaginación, al anticipar el futuro, es muy poco lógica. En verdad, es la loca de la casa.


Cómo lograr el silencio de la imaginación

Ante esta realidad, ¿cómo hacer silencio en la imaginación? Ante todo, la imaginación no puede permanecer inactiva, ni podemos encasillarla. Si así hiciéramos, estaríamos destruyendo una facultad potencialmente positiva. Hablaríamos de la muerte de la imaginación. No, como facultad humana, como don de Dios a cada persona, la imaginación no se puede cancelar. Por el contrario, hay que ponerla al servicio de la santificación, al servicio del apostolado.

Esto implica una educación de la imaginación. Y como toda educación comporta evitar unos extremos y promover una integración o plenitud en su ejercicio.


Evitar el triunfalismo

Por una parte, se evitará el extremo triunfalista de idealizar un futuro inalcanzable que lleva a falsas expectativas que terminan en desilusiones y frustraciones. Uno debe imaginar un futuro personal, propio, es decir, realista, a la medida de las propias posibilidades personales. Por lo tanto, silencio de la imaginación es hacer silencio a tantos sueños, idealismos y castillos en el aire que no tienen fundamento lógico ni real. Silencio de la imaginación es hacer silencio de actitudes competitivas que buscan alcanzar lo que los demás son en vez de luchar por lo que uno mismo puede lograr. En concreto, la imaginación debe proyectar un futuro acorde con el propio presente.


Vencer los miedos

Pero el extremo más frecuente en el que cae la imaginación es el de los miedos ante el futuro. Es decir, nuestra mente desea un bien, que considera necesario, y teme no alcanzarlo o perderlo, si ya lo posee. Por ello, será necesario educar la imaginación en el silencio de los temores.

En la vida espiritual aparece el miedo a la entrega. Tememos que si entregamos todo a Dios, Él, efectivamente, nos lo tomará todo. Es necesario silenciar la imagen de un Dios despótico y aprovechado. Dios pide todo pero eso no significa que vaya a tomarlo todo. El Señor nos pide únicamente una actitud de desprendimiento, una disposición a darlo todo. Y a partir de ahí, vivir en el silencio. La actitud adecuada consiste en estar dispuesto a entregar todo a Dios, sin temor alguno, y, con plena confianza, dejarle actuar según su beneplácito.


Cómo vencer el temor

En línea de principio, el hombre tiene miedo, pánico, al sufrimiento. Es necesario, silenciar los males que todavía no existen. Esto se logrará, con la certeza de que Dios es lo suficientemente bueno y poderoso como para sacar siempre un bien de todo mal y sufrimiento.

El temor a fallar, a equivocarse, es más frecuente e insidioso. ¿Cómo hacer silencio ante la posibilidad de los propios errores? No es voluntad de Dios el no pecar nunca, el no errar en ninguna ocasión. Lo que Él quiere es que reconozcamos y aceptemos la incapacidad y limitación de nuestras fuerzas, la imposibilidad de preverlo todo y, poniendo los medios que estén a nuestro alcance confiemos en Él, seguros de que solo Dios nos puede librar de no pecar y que Él es capaz de sacar un bien de nuestros males.

Sabemos bien que la buena educación, sin renunciar al trabajo de evitar errores, implica sobre todo promover el desarrollo más amplio posible de la virtud. En este sentido, ¿qué entendemos por educar la imaginación? Si, como hemos dicho, la imaginación es la facultad que anticipa del futuro, educar la imaginación significará recrear la virtud de la esperanza.

La imaginación, como toda facultad, no puede estar vacía, necesita de su objeto propio, es decir, el futuro. En consecuencia, debemos ofrecer a la imaginación un objeto de recreo para que su ejercicio, en vez de estorbarnos, ayude positivamente a nuestra santificación. En realidad, son muchas los misterios que tenemos los cristianos para recrear la esperanza. Podemos ofrecer a la imaginación las bellezas del cielo, la bondad del Padre, los encantos del Señor, las escenas del Calvario.


Dos problemas con la imaginación

Aquí nos encontramos con dos problemas. El primero, y más fundamental, es la imagen que tenemos del Padre y de Jesucristo: ¿son en verdad un padre y un hermano en mi vida? Lo mismo diríamos del cielo: ¿anhelo ir al cielo o en realidad lo evito por miedo a la muerte? Y no digamos del Calvario: ¿es Cristo en la cruz motivo de paz y alegría o de vergüenza y sentido de culpa por los pecados? Es necesario conocer los misterios divinos desde el amor de Dios: sentirnos realmente en el corazón del Padre; acogidos, protegidos, aconsejados por Él, siempre con bondad y ternura. Es necesario ver a Jesús que, como buen pastor, nos quita las espinas que impide movernos, ver su sonrisa de satisfacción por habernos rescatados, sabernos abrazados en su pecho y puestos en sus hombros, y la alegría de todos al presentarnos nuevamente ante nuestro Padre común. Ayuda mucho imaginarnos ya en el cielo, con todos nuestros seres queridos y sobre todo con la Virgen, con Jesús, todos felices por estar juntos, como una buena familia. Y mirar a la cruz para ver principalmente, no el mal de nuestros pecados o el dolor de Cristo, sino el corazón misericordioso del Padre y de su Hijo. Contemplar la cruz es sabernos amados en todo momento por alguien, por el mismo Dios.

El segundo problema, quizá más concreto y frecuente, es entender mal la función de la imaginación. Ésta, lo hemos repetido varias veces, es anticipación del futuro. Pero anticipar no significa convertir el futuro en presente. El futuro siempre será futuro. Si se convirtiera en presente, dejaría de ser futuro para ser ya presente. Por lo tanto, anticipar el futuro significa mantenerse sin lo que se anhela pero con la certeza de que en el futuro lo tendremos.

El ejemplo típico para entender esta verdad es el del paracaídas. El paracaidista anticipa el futuro, no abriendo su paracaídas en el avión, sino lanzándose al vacío con la certeza de que el paracaídas se va a abrir y le hará aterrizar con suavidad. Similarmente, recrear la esperanza no es gozar ahora del cielo o tocar las expresiones del amor de Dios. Recrear la esperanza es tener ahora la certeza, la seguridad de que en el futuro estaré en el cielo, de que en el futuro palparemos el amor divino que ya recibimos ahora, pero sin verlo.


 A forma de resumen

En resumen, el silencio de la imaginación consiste en acallar todas aquellas imágenes, sean idealismos sin fundamento o sean temores y miedos, que impiden lanzarse al vacío de la vida con el paracaídas de la esperanza y confianza teologal. Expresándolo de un modo positivo, silencio de la imaginación es dar pruebas de confianza plena en el Amado, es decir, de certeza de que su amor nunca nos faltará en el futuro, pase lo que pase, ocurra lo que ocurra.

escrito por P. Juan Carlos Ortega, L.C. 
(fuente: www.la-oracion.com)

martes, 29 de septiembre de 2015

Santos arcángeles: Miguel, Gabriel y Rafael

Sus nombres significan "¿quién como Dios?", "fortaleza de Dios" y "medicina de Dios"

Si nuestro futuro está en lo cielos, ¿por qué no anticiparlo lo más posible? ¿Por qué no vivir en la tierra como si ya estuviéramos en el cielo? Si hemos de vivir para siempre en el cielo con nuestros hermanos, ¿por qué no entrenarnos ya ahora con verdadero amor?.

¿Por qué, durante nuestra jornada terrena, no buscamos más espacios para conversar con Jesús y con la Virgen María? ¿Por qué no cultivamos una amistad más íntima con nuestros santos predilectos? ¿Por qué no tenemos más familiaridad con los ángeles? Y esto, no para desentendernos de nuestros compromisos temporales, sino para ser más responsables.

Miguel significa "¿quién como Dios?". Fue su divisa de guerra contra Lucifer y los ángeles rebeldes cuando quisieron igualarse con el Creador. Miguel es el jefe de la milicia celestial, es el príncipe de la luz. Es el defensor de la justicia, por lo que se le representa con una balanza. Es el protector y defensor de la Iglesia. Es la fiesta más antigua en honor de los ángeles. Es patrono de radiólogos y de los policías.

Gabriel significa "fortaleza de Dios". Es el anunciador, el gran mensajero celestial. A Daniel le anunció la venida del Mesías. A Zacarías le anunció el nacimiento del precursor de Jesús, Juan el Bautista. Y seis meses después se presentó en Nazaret y trajo a María la noticia más grande y feliz de todos los siglos: el Amor eterno la había escogido para ser madre del Redentor. Es patrono de las comunicaciones y de los filatelistas. El embajador san Gabriel es también patrono de los embajadores.

Rafael significa "medicina de Dios". Curó a Tobit y acompañó a su hijo Tobías en el viaje que emprendió enviado por su padre. Curó también a Sara, la mujer de Tobías. Es el acompañante fiel y portador de salud. Es patrono de los novios y de los esposos. Le tienen también por patrono los caminantes, los marineros, los ciegos, los enfermos de peste, los farmacéuticos y los médicos.

(fuentes: evangeliodeldia.org; aleteia.org)

lunes, 28 de septiembre de 2015

Papa Francisco: "Aquellos que piensan en el divorcio católico se equivocan"

La entrevista durante el vuelo desde Filadelfia: Algunos obispos “cubrieron abusos, comprendo a las familias que no pueden perdonar el abuso de un hijo”. La reforma de la nulidad matrimonial no es un “divorcio católico”. La objeción de conciencia, incluso para los gobernantes, “es un derecho”. El Papa insiste en que le gustaría ir a China. “¿Yo soy una estrella? Soy el siervo de los siervos.

“Los muros para detener a los migrantes antes o después caerán, caerán todos, y no son la solución, porque solo hacen que aumente el odio.” Lo dijo Papa Francisco en la conversación con los periodistas durante el vuelo de American Airlines que lo llevó de Filadelfia a Roma.

Bergoglio habló sobre los abusos de menores cometidos por religiosos y dijo comprender que las familias no perdonen; habló de la comunión a los divorciados que se han vuelto a casar y de su reciente reforma sobre las nulidades matrimoniales, explicando que no se trata de un “divorcio católico”. Dijo también, entre otras muchas cosas, que ama al pueblo chino e insistió en que le gustaría visitar pronto el país.

- Fue su primera visita a Estados Unidos: ¿Qué le sorprendió y qué fue diferente?

- Sí, fue la primera visita, nunca estuve aquí. Me han sorprendido las miradas, el calor de la gente, tan amable, una cosa bella y también diferente. En Washington (tuve) un recibimiento caluroso pero un poco más formal, en Nueva York un poco extralimitado, y en Filadelfia, muy expresivo. Tres modalidades diversas, pero la misma acogida. Me ha impresionado mucho el recibimiento en las ceremonias religiosas y también por la piedad, la religiosidad. Se veía a la gente rezar y esto me impresionó mucho,mucho, era bello.

- ¿Hubo alguna provocación, algún hecho indeseable?

- No, gracias a Dios no. Todo fue bien, no hubo ninguna provocación, todos educados. Ningún insulto, no, ninguna cosa fea. No, no. Tenemos que continuar trabajando con este pueblo creyente y como han trabajado hasta ahora, acompañando al pueblo en el crecimiento de sus cosas buenas y en sus dificultades, acompañándoles en la alegría, en los momentos malos, en las dificultades, cuando no hay trabajo, está la enfermedad.

El desafío de la Iglesia, ahora comprendo bien, es el de ser como ha sido siempre, próxima a la gente, próxima al pueblo de los Estados Unidos, con proximidad. No una Iglesia separara del pueblo, sino próxima. Este es un desafío que la Iglesia de los Estados Unidos ha entendido bien, lo ha entendido.

- Filadelfia ha pasado tiempos difíciles, tiempos muy difíciles con el escándalo de los abusos sexuales. Algunos se sorprenden que en su discurso haya consolado a la Iglesia. ¿Por qué cree que tiene que compadecerse de los obispos?

- En Washington hablé a todos los obispos de los Estados Unidos, estaban de todas partes. Sentí la necesidad de expresar la compasión porque me pasó una cosa feísima. Y tantos sufrieron que no sabían esto o cuando surgió la cosa sufrieron tanto, hombres de Iglesia, de oración, verdaderos pastores, y yo dije que sabía que ellos, usé una palabra de la Biblia, del Apocalipsis: vosotros estáis viniendo de la gran tribulación y eso es lo que sucedió, fue una gran tribulación, pero no solo el sufrimiento afectivo, es lo que he dicho hoy al grupo de las personas abusadas, fue no digo una apostasía, pero casi un sacrilegio.

Cuando los abusos, lo sabemos, están por todas partes, están en el entorno familiar, en el entorno vecinal, en las escuelas, en los gimnasios… pero cuando un sacerdote comete un abuso es gravísimo porque la vocación del sacerdote es hacer crecer ese niño, esa niña, hacia el amor de Dios, hacia la madurez afectiva, o el bien.

En vez de hacer eso lo ha impulsado al mal y por esto es casi un sacrilegio. Y él ha traicionado la vocación, la llamada del señor, por esto la Iglesia en este momento también no se debe encubrir.

También son culpables aquellos que tapado estas cosas, también hay algunos obispos que han tapado esto. Es una cosa feísima y las palabras de consuelo no son decir: estate tranquilo, no es nada. No, no, no. Ha sido así, pero ha sido tan feo. Me imagino que habéis llorado tanto que en ese sentido han sido esas palabras. Y hoy he hablado duro.

- Usted ha hablado mucho del perdón, que Dios nos perdona y los que a menudo estamos pidiendo perdón somos nosotros. Hay muchos sacerdotes que han metido abusos sexuales en perjuicio de menores y no han pedido perdón a sus víctimas. ¿Usted los perdona? Y por otra parte, ¿usted entiende a las familias que no logran perdonar no quieren perdonar?

- Si una persona ha hecho mal, es consciente de lo que ha hecho y no pide perdón, yo le pido a Dios que lo tenga en cuenta. Yo lo perdono, pero él no recibe el perdón. Está cerrado al perdón. Una cosa es dar el perdón. Todos estamos obligados a perdonar porque todos fuimos perdonados, pero otra cosa es recibir el perdón y si ese sacerdote está cerrado al perdón no lo recibe porque él cerró la puerta con la llave desde adentro y lo que queda es rezar para que el Señor le abra esa puerta.

O sea, para dar el perdón hay que estar dispuesto, pero no todos lo pueden recibir, lo saben recibir o no están dispuestos a recibirlo. Es duro lo que estoy diciendo y así se explica que haya gente que termine su vida dura, mal, sin recibir la caricia de Dios. ¿La segunda pregunta cuál era?

- ¿Usted entiende a las víctimas y sus familias que no han logrado perdonar o no quieren perdonar?

- Sí, los comprendo, rezo por ellos y no los juzgo. Una vez en una de estas reuniones me encontré con varias personas y una mujer me dijo cuando mi madre se enteró que me habían abusado blasfemó contra Dios, perdió la fe y murió atea. Yo la comprendo a esa mujer. La comprendo.

Y Dios, que es más bueno que yo, la comprende. Y estoy seguro que a esa mujer Dios la ha recibido porque lo que fue manoseado, lo que fue destrozado era su propia carne, la carne de su hija. Yo la comprendo. No juzga a alguien que no puede perdonar. Rezo y le pido a Dios porque Dios es un campeón en buscar caminos de solución. Pido que lo arregle.

- Padre, sobre todo gracias por este momento. Todos lo hemos sentido hablar tanto del proceso de paz en Colombia, entre las FARC y el gobierno. Ahora hay un acuerdo histórico. ¿Usted se siente un poco parte de este acuerdo? Usted había dicho que iba a ir a Colombia cuando hubiese el acuerdo, ahora muchos colombianos lo están esperando. Y otra pequeñita, usted ¿qué piensa cuándo pasó este viaje tan largo y el avión se va?

- La primera. Cuando tuve la noticia de que en marzo se va a firmar el acuerdo le dije al señor: “Señor hace que lleguemos a marzo, que se llegue con esta bella intención porque faltan pequeñas cosas pero la voluntad existe, de ambas partes, de ambas partes. Existe. También en el pequeño grupo, por lo tanto están de acuerdo. Tenemos que llegar a marzo al acuerdo definitivo.

Queda el punto de la justicia internacional. Yo me quedé contentísimo y me sentí parte en el sentido que yo siempre quise esto. Hablé tres veces con el presidente Santos sobre este problema, y la Santa Sede está muy abierta a ayudar como pueda.Lo otro, esto es un poco personal pero debe ser sincero.

Cuando el avión parte después de una visita me vienen las miradas de tanta gente, me vienen las ganas de rezar por ellos, decirle al señor: “Yo vine aquí para hacer algo, para hacer el bien. Tal vez hice mal, perdóname pero custodia toda esa gente que me ha visto, que ha pensado las cosas que yo he dicho, me ha escuchado, incluso los que me criticaron y por todos siento esto. No se, me viene. Me perdone, es un poco personal. Esto no se puede decir en los periódicos.

- Santo Padre, quería hacer una pregunta sobre las relaciones de la Santa Sede con China y sobre la situación en este país, que es bastante difícil también para la Iglesia católica. ¿Qué piensa de esto?

- La China es una gran nación que aporta al mundo una gran cultura y tantas cosas buenas. Yo dije una vez, en el avión cuando estábamos sobrevolando, volviendo de Corea que me gustaría mucho ir a China. Yo amo al pueblo chino, lo quiero mucho. Yo deseo que existan las posibilidades de tener buenas relaciones, buenas relaciones. Tenemos contactos, hablamos e ir adelante. Para mi tener un país amigo como China, que tiene tanta cultura y tanta posibilidad de hacer bien, sería una alegría.

- Quería preguntarle sobre la crisis migratoria. Muchos países están construyendo las nuevas barreras de alambre de espino. ¿Qué piensa sobre esto?

- Usted ha usado una palabra: crisis. Se convierte en un estado de crisis después de un proceso largo. Esto es el resultado de un proceso de años, porque las guerras de las que aquella gente huye son guerras de años. El hambre es hambre de años. Cuando yo pienso en África, esto es un poco simple, eh, pero lo digo como ejemplo.

Pienso en África, el continente explotado y ahora vienen las guerras rivales, pero tienen detrás intereses económicos. Y yo pienso que antes de explotar un continente, un país, una guerra, se podría hacer inversiones para que aquella gente tengan trabajo evitaría esta crisis. Es verdad, es una crisis de refugiados, como he dicho al Congreso, nunca vista desde la Segunda Guerra Mundial.

Y usted me pregunta sobre las barreras. Usted sabe cómo terminan los muros. Todos todos los muros caen, hoy, mañana, o dentro de cien años, pero todos caen. No es una solución. El muro no es una solución. En este momento Europa está en dificultades es verdad. Debemos ser inteligentes porque viene toda aquella ola migratoria y no es fácil encontrar soluciones.

Pero con el diálogo entre países deben encontrarlo. Los muros nunca son la solución. En cambio, los puentes sí. Siempre. Siempre. Eso es lo que pienso sobre los muros y las barreras. No son una solución. El problema permanece y permanece con más odio.

- Santo Padre, usted no puede obviamente anticipar el debate de los padres sinodales. Lo sabemos perfectamente, pero queríamos saber si antes del Sínodo en su corazón de pastor. Queremos saber si su «motu proprio» sobre la regulación de la nulidad ha cerrado este debate. ¿Qué responde a aquellos que temen que con esta reforma la creación de facto del llamado divorcio católico?

- Empiezo por la última. En la reforma de los procesos he cerrado la puerta a la vía administrativa, que era la vía por la cual podía entrar el divorcio. Y se puede decir que aquellos que piensan en el divorcio católico se equivocan porque este último documento ha cerrado la puerta al divorcio que podía entrar por la vía administrativa. Siempre está la vía judicial.

Después, la reforma la habían pedido la mayoría de los padres sinodales en las reuniones del año pasado. Hacía falta reducir los procesos. Había procesos que duraban diez, quince años. Una sentencia, y luego otra sentencia, y una apelación y otra apelación y no se terminaba nunca.

La doble sentencia, cuando era válida, fue introducida por Benedicto XIV, porque en Centroeuropa, no digo el país, había algunos abusos, y para pararlos él introdujo la doble sentencia. Pero no es una cosa esencial al proceso. Los procesos cambian y la jurisprudencia cambia y se mejora siempre.

Este documento, este motu proprio, facilita los procesos en el tiempo, pero no es un divorcio, porque el matrimonio es indisoluble cuando es sacramento, y esto la Iglesia no lo puede cambiar, es doctrina, es un sacramento indisoluble.

- Santo Padre, usted visito a las Pequeñas Hermanas de los Pobres, y nos dijeron que usted quería mostrar su apoyo para ellas y de su caso en la corte. Y, Santo Padre, usted también apoya a las personas, incluso funcionarios del gobierno, que por objeción de conciencia no llevarían adelante por ejemplo una legislación en favor del matrimonio homosexual? ¿Usted apoyaría también este tipo de reivindicaciones en el marco de la libertad religiosa?

- No puedo conocer todos los casos que pueden existir de objeción de conciencia. Pero sí puedo decir que la objeción de conciencia es un derecho que entra en cada derecho humano. Es un derecho. Y si una persona no permite hacer objeción de conciencia, niega un derecho.

En cada estructura judicial debe entrar objeción de conciencia porque es un derecho, un derecho humano. En caso contrario, terminamos en la selección de los derechos: este es un derecho de calidad, este es un derecho de no calidad, este… Es un derecho humano, ¿eh?

A mí siempre, y esto va en mi contra, siempre me conmovió cuando de joven leí muchas veces La Chanson de Roland, cuando estaban todos todos los mahometanos en fila y delante estaba la pila bautismal, o la espada. Y tenían que elegir. No le estaba permitido la objeción de conciencia. No, es un derecho y si tenemos que hacer paz, hay que respetar todos los derechos.

Incluyendo también a funcionarios gubernamentales…

¡Es un derecho humano! Si el funcionario de gobierno es una persona humana, tiene ese derecho. Es un derecho humano.

- Usted en la ONU utilizó palabras muy fuertes para denunciar el silencio del mundo ante la persecución de los cristianos que son privados de sus casas, son privados de sus bienes, esclavizados y ademas brutalmente asesinados. Ahora el presidente Hollande anunció el inicio de bombardeos de parte de Francia contra las bases del sobre Isis, en Siria. ¿Qué piensa de esta acción militar?. ¿Por otra parte, también una curiosidad, el alcalde de Roma, Ignazio Marino, el alcalde del Jubileo, declaró que vino a la misa del Encuentro Mundial de Familias porque usted lo invitó. ¿Cómo fueron las cosas?

- Empiezo por la segunda: yo no invité al alcalde Marino ¿claro? No lo hice y le pregunté a mis colaboradores y ni siquiera ellos lo invitaron. Él se dice, católico y vino espontáneamente. Es claro.

La otra sobre el bombardeo. En verdad tuve noticia la noticia antes de ayer y no leí, la verdad es que no conozco bien la situación. Escuché decir que Rusia tenía una posición, los Estados Unidos aún no estaba claro. La verdad, no sé que decirte, no entendí bien la cosa… Pero cuando escucho la palabra bombardeo, muerte, sangre, repito lo que dije en el Congreso y en las Naciones Unidas: hay que evitar estas cosas, pero no sé, la situación política no la juzgo porque no la conozco.

- Santo Padre, por primera vez ha visitado EEUU, ha hablado ante el Congreso, ante Naciones Unidas, se ha llevado auténticos baños de multitudes. ¿Se siente más poderoso?. Y quería preguntarle también, porque le hemos escuchado destacar el papel de las mujeres, las monjas en EEUU, ¿veremos alguna vez sacerdotes en la Iglesia católica, como piden grupos en EEUU y como tienen otras Iglesias cristianas?

- Las monjas en EEUU han hecho maravillas. En el campo de la educación, en el campo de la salud… El pueblo de EEUU ama a las monjas; no sé cuánto ama a los curas, pero a las monjas las ama, las ama mucho. Son buenas, son mujeres estupendas, estupendas. Cada una sigue a su congregación, sus reglas, hay diferencias… Pero son magníficas. Y por eso yo me he sentido en la obligación de agradecer todo lo que han hecho.

Una persona importante del gobierno de EEUU me ha dicho en estos días: “Yo, lo que tengo de cultura, se lo debo primariamente a las monjas”. Las monjas tienen escuelas en todos todos los barrios, ricos, pobres, trabajan con los pobres en los hospitales. Esta era la primera, de la tercera me acuerdo, ¿y la segunda cuál era?.

- ¿Se siente poderoso después de haber estado en EEUU con esta agenda y de haber tenido tanto éxito?

- Yo no sé si he tenido éxito o no. Pero yo tengo miedo de mí mismo. Porque me siento siempre débil, no sé, en el sentido de no tener el poder. También el poder es una cosa pasajera, hoy está y mañana no está. Es importante si tú con el poder puedes hacer el bien. Y Jesús ha definido el poder: el verdadero poder es servir. Hacer los servicios más humildes. Y yo tengo todavía que avanzar en este camino del servicio, porque siento que no hago todo lo que debo hacer. Ese es el sentido que yo tengo del poder.

Y en tercer lugar, las mujeres sacerdotes. Eso no puedo hacerlo. El Papa San Juan Pablo II, después de largos largos tiempos de reflexión, lo dejó dicho claramente. ¡No porque las mujeres no tengan la capacidad! Mira que en la Iglesia son más importantes las mujeres que los hombres. Porque la Iglesia es mujer. La Iglesia, no el Iglesia. La Iglesia es la esposa de Jesucristo. Y la Virgen es más importante que los papas y los obispos, y que los curas.

Hay una cosa que debo reconocerte: nosotros estamos un poco con retraso en una elaboración de la teología de la mujer; debemos avanzar en esa teología. Eso sí es verdad. Gracias.

- Santo Padre, en EEUU usted se ha convertido en una estrella. ¿Es bueno para la Iglesia que el Papa sea una estrella?

- ¿Tú sabes cuál era el título que usaban los papas y que se debe usar? Siervo de los siervos de Dios. Es un poco diferente de una estrella. Las estrellas son bonitas para verlas. A mí me gusta mirar cuando el cielo está sereno, en verano… Pero el Papa debe ser, debe ser, el siervo de los siervos de Dios.

Sí, en los medios de comunicación se usa esto, pero hay otra verdad: cuántas estrellas hemos visto que después se apagan y caen. Es una cosa pasajera. En cambio, ser el siervo de los siervos de Dios es bueno; eso no pasa. No sé, así lo pienso.

(fuente: aleteia.org)

¿Quién puso capítulos a la Biblia?

Fueron los judíos quienes, al reunirse los sábados en las sinagogas comenzaron a dividir en secciones la Ley.


Un detalle no previsto

Dentro de las cientos de páginas que contiene la Biblia, es muy fácil encontrar exactamente una palabra o frase cualquiera en muy poco tiempo gracias al sistema de capítulos y versículos que tiene, y que se emplea para citarlas.

Pero cuando los autores sagrados compusieron individualmente los libros que luego formarían parte de la Biblia, no los dividieron así. En efecto, nunca imaginaron, mientras escribía cada uno su obra, que ésta terminaría siendo leída por millones y millones de personas, explicada a lo largo de los siglos, comentadas cada una de sus frases, analizado su estilo literario. Ellos simplemente dejaron correr la pluma sobre el papel bajo la inspiración del Espíritu Santo, y compusieron un texto largo y continuo desde la primera página hasta la última.

Fueron los judíos quienes, al reunirse los sábados en las sinagogas comenzaron a dividir en secciones la Ley (es decir, los cinco primeros libros bíblicos, o Pentateuco), y también los libros de los Profetas, a fin de poder organizar la lectura continuada.

Nació así la primera división de la Biblia, en este caso del Antiguo Testamento, que sería de tipo "litúrgica" puesto que era empleada en las celebraciones cultuales.


El ensayo judío

Como los judíos procuraban leer toda la Ley en el transcurso de un año, la dividieron en 54 secciones (tantas, cuantas semanas tiene el año) llamadas "perashiyyot" (= divisiones). Estas separaciones estaban señaladas en el margen de los manuscritos, con la letra "p".

Los Profetas no fueron divididos enteros en "perashiyyot", como la Ley, sino que se seleccionaron de ellos 54 trozos, llamados "haftarot" (= despedidas), porque con su lectura se cerraba en las funciones litúrgicas la lectura de la Biblia.

El evangelio de san Lucas (4, 16-19) cuenta que en cierta oportunidad Jesús fue de visita a su pueblo natal, Nazaret, en donde se había criado, y cuando llegó el sábado concurrió puntualmente a la sinagoga a participar del oficio como todo buen judío. Y estando allí lo invitaron a hacer la lectura de los Profetas. Entonces él pasó al frente, tomó el rollo y leyó la "haftarah" que tocaba aquel día, es decir, la sección de los Profetas correspondiente a ese sábado. Lucas nos informa que pertenecía al profeta Isaías, y que era el párrafo que actualmente ha quedado formando parte del capítulo 61 según nuestro moderno sistema de división.


El ensayo cristiano

Los primeros cristianos tomaron de los judíos esta costumbre de reunirse semanalmente para leer los libros sagrados. Pero ellos agregaron a la Ley y los Profetas también los libros correspondientes al Nuevo Testamento. Es por eso que resolvieron dividir también estos rollos en secciones o capítulos para que pudieran ser cómodamente leídos en la celebración de la eucaristía.

Nos han llegado hasta nosotros algunos manuscritos antiguos, del siglo V, en donde aparecen estas primeras tentativas de divisiones bíblicas. Y por ellos sabemos, por ejemplo, que en aquella antigua clasificación Mateo tenía 68 capítulos, Mc 48, Lc 83 y Jn 18.

Con este fraccionamiento de los textos de la Biblia se había logrado no sólo una mejor organización en la liturgia, y una celebración de la palabra más sistemática, sino que también servía para un estudio mejor de la Sagrada Escritura, ya que facilitaba enormemente el encontrar ciertas secciones, perícopas o frases que normalmente hubieran llevado mucho tiempo hallarlas en el intrincado volumen.


Lo hizo un arzobispo

Pero con el correr de los siglos se acrecentó el interés por la palabra de Dios, por leerla, estudiarla, y conocerla con mayor precisión. Ya no bastaban estas divisiones litúrgicas, sino que hacía falta otra más precisa, basada en criterios más académicos, donde se pudiera seguir un esquema o descubrir alguna estructura en cada libro. Además se imponía una división de todos los libros de la Biblia, y no sólo los que eran leídos en las reuniones cultuales.

El mérito de haber emprendido esta división de toda la Biblia en capítulos tal cual la tenemos actualmente correspondió a Esteban Langton, futuro arzobispo de Canterbury (Inglaterra).

En 1220, antes de que fuera consagrado como tal, mientras se desempeñaba como profesor de la Sorbona, en París, decidió crear una división en capítulos, más o menos iguales. Su éxito fue tan resonante que la adoptaron todos los doctores de la Universidad de París, con lo que quedó consagrado su valor ante la Iglesia.


Se conserva el manuscrito

Langton había hecho su división sobre un nuevo texto latino de la Biblia, es decir, de la Vulgata, que acababa de ser corregido y purificado de viejos errores de transcripción. Esta división fue luego copiada sobre el texto hebreo, y más tarde transcripta en la versión griega llamada de los Setenta.

Cuando en 1228 murió Esteban Langton, los libreros de París ya habían divulgado su creación en una nueva versión latina que acababan de editar, llamada "Biblia parisiense", la primera Biblia con capítulos de la historia.

Fue tan grande la aceptación que tuvo la minuciosa obra del futuro arzobispo, que la admitieron inclusive los mismos judíos para su Biblia hebrea. En efecto, en 1525 Jacob ben Jayim publicó una Biblia rabínica en Venecia, que contenía los capítulos de Langton. Desde entonces el texto hebreo ha heredado esta misma clasificación.

Hasta el día de hoy se conserva en la Biblioteca Nacional de París, con el número 14417, la Biblia latina que empleara el arzobispo de Canterbury para su singular trabajo y que, sin saberlo él, estaba destinado a extenderse por el mundo.


Más cortas, son mejores

Pero a medida que el estudio de la Biblia ganaba en precisión y minuciosidad, estas grandes secciones de cada libro, llamadas capítulos, se mostraron ineficaces. Era necesario todavía subdividirlos en partes más pequeñas con numeraciones propias, a fin de ubicar con mayor rapidez y exactitud las frases y palabras deseadas.

Uno de los primeros intentos fue el del dominico italiano Santos Pagnino, el cual en 1528 publicó en Lyon una Biblia toda entera subdividida en frases más cortas, que tenían un sentido más o menos completo: los actuales versículos.

Sin embargo no le correspondería a él la gloria de ser el autor de nuestro actual sistema de clasificación de versículos, sino a Roberto Stefano, un editor protestante. Éste aceptó, para los libros del Antiguo Testamento, la división hecha por Santos Pagnino, y resolvió adoptarla con pequeños retoques. Pero curiosamente el dominico no había puesto versículos a los 7 libros deuterocanónicos (es decir, a los libros de Tobías, Judit, 1 y 2 Macabeos, Sabiduría, Eclesiástico y Baruc), por lo cual Stefano tuvo que completar esta labor.


El trabajo definitivo

En cambio la división del Nuevo Testamento no fue de su agrado, y decidió sustituirla por otra, hecha por él mismo. Su hijo nos cuenta que se entregó a esta tarea durante un viaje a caballo de París a Lyon.

Stefano publicó primero el Nuevo Testamento en 1551, y luego la Biblia completa en 1555. Y fue él el organizador y divulgador del uso de versículos en toda la Biblia, sistema éste que con el tiempo se impondría en el mundo entero.

Esta división, al igual que la anterior en capítulos, también fue hecha sobre un texto latino de la Biblia. Sólo en 1572 se publicó la primera Biblia hebrea con los versículos.

Finalmente el papa Clemente VIII hizo publicar una nueva versión de la Biblia en Latín para uso oficial de la Iglesia, pues el texto anterior de tanto ser copiado a mano había sido deformado. La obra vio la luz el 9 de noviembre de 1592, y fue la primera edición de la Iglesia Católica que apareció con la ya definitiva división de capítulos y versículos.


No salió del todo bien

De esta manera quedó constituida la fachada actual que exhiben todas nuestras Biblias. Pero lejos de ser afortunadas, estas divisiones muestran muchas deficiencias, que revelan la manera arbitraria en que han sido colocadas, y que los estudiosos actuales pueden detectar pero que quienes las hicieron entonces no estaban en condiciones de saberlo.

Por ejemplo, Esteban Langton en el libro de la Sabiduría interrumpe un discurso sobre los pecadores para colocar el capítulo 2, cuando lo más natural hubiera sido colocarlo un versículo más arriba, donde naturalmente comienza. Otro ejemplo más grave es el capítulo 6 del libro de Daniel, que comienza en el medio de una frase inconclusa, cuando debería haberlo puesto pocas palabras más adelante.

También los versículos exhiben esta inexactitud. Uno de los casos más curiosos es el de Génesis 2, en el que el versículo 4 abarca dos frases. Pero la primera pertenece a un relato del siglo VI y la segunda a otro... ¡cuatrocientos años anterior! Y ambos forman parte de un mismo versículo. También en Isaías 22 tenemos que la primera parte del versículo 8 pertenece a un oráculo del profeta, mientras que la segunda, de otro estilo y tenor, fue escrita doscientos años más tarde.


La minuciosidad sabida

La disposición en capítulos y versículos de la Biblia ha sido el comienzo de un cada vez más profundo estudio de este libro.

Hoy de la Biblia conocemos hasta sus más pequeños detalles. Sabemos que sus capítulos son 1.328. Que posee 40.030 versículos. Que las palabras en el texto original suman 773.692. Que tiene 3.566.480 letras. Que la palabra Yahvé, el nombre sagrado de Dios, aparece 6.855 veces. Que el salmo 117 se encuentra justo en la mitad de la Biblia. Que si uno toma la primera letra "t" hebrea en la primera línea del Génesis, y luego anota las siguientes letras número 49 (49 es el cuadrado de 7) aparece la palabra hebrea "Torá" (= Ley) perfectamente escrita.

El libro ha sido puesto en la computadora, minuciosamente analizado, cuidadosamente enumerado en todos los sentidos, al derecho y al revés, y descubierto las combinaciones y las cábalas más curiosas imaginables. Se ha encontrado la frecuencia constante de determinadas palabras a lo largo de los distintos libros, hecho misterioso ya que quienes los escribían no sabían que iban a terminar formando parte de un volumen más grueso.

Ha sido sometida a cuantos estudios puedan hacerse. Ahora sólo falta que nos decidamos a vivir lo que enseña, y a creer lo que nos promete, con el mismo ahínco.

(fuente: catholic.net)

9 detalles inolvidables del paso del Papa Francisco por Filadelfia

FILADELFIA, 27 Sep. 15 / 06:45 pm (ACI).- Filadelfia fue la tercera y última etapa del viaje que llevó al Papa Francisco a Cuba y Estados Unidos, el más largo de su Pontificado. Por donde iba repartió diversas muestras de cariño y cercanía. Esta ciudad lo recibió con alegría y en todo momento reinó un ambiente festivo. Estos gestos, anécdotas e imágenes han marcado la vida de grandes y chicos.

¡Detengan el auto!

Cuando el Papa Francisco salía del aeropuerto de Filadelfia en dirección a la ciudad, vio a Michael Keating, un niño de 10 años que sufre de parálisis cerebral que estaba en una silla de ruedas junto al camino.

Apenas lo vio, el Santo Padre ordenó que detuvieran el auto en el que se transportaba. Bajó del vehículo para darle la bendición y un beso en la frente. Michael es hijo de Chuck Keating, director de la banda de la escuela secundaria Bishop Shanahan, el conjunto musical que tocó durante la llegada del Pontífice a Filadelfia.

La mejor propina de su vida

Kathy Mirano trabaja como camarera en Olympia Gyro, un restaurante de comida griega ubicado en el Reading Terminal Market de Filadelfia.

Mientras la joven atendía a los peregrinos, dos religiosas le preguntaron si asistiría a alguno de los eventos del Papa Francisco. Kathy respondió que no y entonces una de ellas le dio la que considera la mejor de las propinas que ha recibido hasta ahora: un pase para la Misa de Clausura del Encuentro Mundial de las Familias.

Filadelfia se convirtió en Francisville

En su encuentro con obispos, sacerdotes y religiosas de Filadelfia, el Arzobispo anfitrión, Mons. Charles Chaput, dijo al Papa Francisco que en estos días la ciudad se ha convertido en Francisville (Villa Francisco) y no le falta razón.

La visita del Papa Francisco trajo alegría y color a las calles de Filadelfia, inundadas con carteles con el rostro del Pontífice y mensajes como “el amor es la medida de la fe”. Muchos restaurantes dibujaron en sus pizarras la imagen del Santo Padre, se vendieron diversos artículos alusivos a su visita y la gente portaba sombreros, banderas, entre otros.

“No se parece a vos”

En el encuentro con los inmigrantes y por la libertad religiosa del sábado 26 de septiembre, el Pontífice saludó a un grupo de personas que le llevaron regalos. En ese momento recibió como regalo una muñeca de una niña. Al recibirla, el Papa le sonrió y le preguntó: “¿para mí? Gracias”. Después la señaló y le dijo a la niña: “no se parece a vos”.


La “babypope” que hizo reír a Francisco

Mientras el Pontífice recorría las calles de Filadelfia, vio una bebé vestida de “mini Papa” (con mitra incluida), se rió y pidió al guardia de seguridad que la acercaran a él. Cargó a la niña, la besó y luego le dijo unas palabras al guardia.

La bebé se llama Quinn y fue llevada por sus padres, Daniel y Dana Madden, para que viera al Santo Padre.

Cuando el guardia la devolvió a sus padres, les dijo a los Madden que el Papa comentó que “ambos tenían un buen sentido del humor”. La sonrisa de sus guardaespaldas es elocuente.

Un regalo desde Cuba

El Papa Francisco recibió en Cuba como encargo una preciosa imagen de la Virgen de la Caridad de Cobre de los obispos de la isla para que la regale a alguna comunidad cubana en Estados Unidos.

Durante su encuentro con los obispos invitados al Encuentro Mundial de las Familias en el Seminario de San Carlos Borromeo, dijo que dejaría a Mons. Joseph Kurtz, Presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, el lío de decidir a qué comunidad darla y la entregó junto a un cáliz para el seminario.

◙ Estuve preso y me visitaste

En la mañana de este domingo, el Pontífice visitó el Instituto Correccional de Curran-Fromhold en Filadelfia. Ahí dirigió a los reos unas palabras sobre la purificación del alma y la posibilidad de cambiar. Al final del discurso, el Papa saludó uno por uno a todos los presos. Este reo rompió con el protocolo y abrazó al Santo Padre que correspondió al gesto.



◙  La cercanía con los judíos

Fuera del programa y en su afán de promover el diálogo entre las religiones del mundo, el Papa Francisco visitó la Universidad Saint Joseph para saludar a algunos de sus miembros y apreciar una escultura de bronce que ha sido llamada “La sinagoga y la iglesia en nuestro tiempo”.

La obra ha sido realizada por el artista Joshua Koffman y fue instalada el 25 de septiembre.

La escultura ha sido hecha en honor a los 50 años del documento Nostra Aetate del Concilio Vaticano II que se refiere al diálogo interreligioso.

De Lima a Filadelfia y de Filadelfia a Lima

Manuel Palacios llegó como peregrino desde Lima (Perú) junto a su esposa Aida y sus dos hijas para el Encuentro Mundial de las Familias.

“Estamos llevando a casa el mensaje de que debemos fortalecer a nuestras familias. Que debemos hacer un trabajo mucho más fuerte con respecto a la evangelización a las parejas y a los matrimonios”, dijo Palacios a ACI Prensa y añadió que aplicará las enseñanzas del Papa en su parroquia.

Desde Argentina en combi

Después de recorrer 18 mil kilómetros y pasar por 13 países durante 194 días en total, la familia Walker puedo ver al Papa Francisco.

El encuentro se realizó después del encuentro del Pontífice con las víctimas de abusos y antes de la reunión con los obispos asistentes al Encuentro Mundial de las Familias.

Los Walker dijeron en su Facebook que este fue el mejor regalo de su vida.

domingo, 27 de septiembre de 2015

"El que no está contra nosotros está con nosotros"

Lectura del santo Evangelio según San Marcos
(Mc 9, 38-43. 45.47-48)
Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Juan le dijo a Jesús: "Hemos visto a uno que expulsaba a los demonios en tu Nombre, y como no es de los nuestros, se lo prohibimos". Pero Jesús le respondió: "No se lo prohíban, porque no hay ninguno que haga milagros en mi Nombre, que luego sea capaz de hablar mal de Mí. Todo aquél que no está contra nosotros, está a nuestro favor: Todo aquél que les dé a beber un vaso de agua por el hecho de que son de Cristo, les aseguro que no se quedará sin recompensa. Al que sea ocasión de pecado para esta gente sencilla que cree en Mí, más le valdría que le pusieran al cuello una de esas enormes piedras de molino y lo arrojaran al mar. Si tu mano te es ocasión de pecado, córtatela; pues más te vale entrar manco en la vida eterna, que ir con tus dos manos al lugar de castigo, al fuego que no se apaga. Y si tu pie te es ocasión de pecado, córtatelo; pues más te vale entrar cojo en la vida eterna, que con tus dos pies ser arrojado al lugar de castigo. Y si tu ojo te es ocasión de pecado, sácatelo; pues más te vale entrar tuerto en el Reino de Dios, que ser arrojado con tus dos ojos al lugar de castigo, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga" .

Palabra del Señor. 
Gloria a ti Señor Jesús.






Es llamativo como en el corazón discipular, a pesar de estar frente a la presencia del Señor, no pude dejar de prevalecer el pensamiento humano. Jesús no se escandaliza por esto porque sabe que solo pasando por el tamiz de la Pascua ese corazón será convertido.

¿Qué hay en el corazón de los discípulos? Me parece que un miedo a lo diferente, a perder las seguridades, la seguridad de estar con Jesús. Por sus falsas seguridades habían reducido a Dios a un planteo puramente humano. Planteo que cegaba al discípiulo ante la verdadera obra del Señor.

Nosotros, como discipulos, debemos preguntarnos cuando en nuestra vida de fe somos demasiado duros al juzgar la participación de los demás dentro de la Iglesia. Jesús quiere convertir nuestro corazón a una mirada más amplia, Él nos invita a buscar y afirmar aquello que nos une, que nos da una común unión. Quien cree en Jesús cree en la comunión. A veces en nuestra vida comunitaria, de moviento, parroquial, etc., no estamos dispuestos a la comunión, a aceptar lo distinto porque hemos entendido nuestra religión, nuetro modo de ser, nuestro don como el unico modo de entender la realidad a la que todos tienen que responder.

Jesús nos libera de ésta mirada parcial, fanática que es la que cercena nuestra mirada social y personal. Esta actitud cierra las puertas y el corazón dejando afuera la experiencia profunda de la fraternidad, de la comunión. La Iglesia, como esposa y discípula de Cristo nos aprendió y lo sigue haciendo, a vivir y enseñar ésta vida de comunión.

A continuación compartimos los puntos 1 y 28 de la encíclica Gaudium Et Spes:

1. Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón. La comunidad cristiana está integrada por hombres que, reunidos en Cristo, son guiados por el Espíritu Santo en su peregrinar hacia el reino del Padre y han recibido la buena nueva de la salvación para comunicarla a todos. La Iglesia por ello se siente íntima y realmente solidaria del genero humano y de su historia.

28. Quienes sienten u obran de modo distinto al nuestro en materia social, política e incluso religiosa, deben ser también objeto de nuestro respeto y amor. Cuanto más humana y caritativa sea nuestra comprensión íntima de su manera de sentir, mayor será la facilidad para establecer con ellos el diálogo.

Esta caridad y esta benignidad en modo alguno deben convertirse en indiferencia ante la verdad y el bien. Más aún, la propia caridad exige el anuncio a todos los hombres de la verdad saludable. Pero es necesario distinguir entre el error, que siempre debe ser rechazado, y el hombre que yerra, el cual conserva la dignidad de la persona incluso cuando está desviado por ideas falsas o insuficientes en materia religiosa. Dios es el único juez y escrutador del corazón humano. Por ello, nos prohíbe juzgar la culpabilidad interna de los demás.

La doctrina de Cristo pide también que perdonemos las injurias. El precepto del amor se extiende a todos los enemigos. Es el mandamiento de la Nueva Ley: «Habéis oído que se dijo: "Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo". Pero yo os digo : "Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian y orad por lo que os persiguen y calumnian"» (Mt 5,43-44).

El Señor nos educa como educa a los discipulos, nos habla al corazón. Es Él quien va forjando un corazón de comunión. Es en la comunión con Él que nuestro corazón aprende a entrar en comunión con los demás y entra en una paz que solo Jesús puede regalar.

Debemos promover lo que une, lo bueno. Comprometernos con este modo de mirar. Servir al hombre y al mundo desde este compromiso con lo que nos une, promoviendo ésta común unión. Evitando la desunión y el miedo a todo lo distinto. Es un camnio de renuncia, de ayumo en la caridad.

La mirada que Jesús nos exige en y desde el Evangelio de hoy es la de la caridad. Saliendo de mí mismo para encontrarme con el otro, valorando el tú. Es lo que nos ayuda a entrar en comunción. El samaritano es un ejemplo claro de esto. Él se detuvo ante el herido tirado al borde del camino. Lo miró con ternura lo curó. Incorporó el dolor del otro, se empobreció por el bien del otro, se hizo cargo de él. Esa comunión samaritana, con estos rasgos de ternura, de empobrecimiento por el bien ajeno, es un camino que nos puede llevar a una auténtica comunión; que no es estar con los que piensan y son como yo sino con aquello que nos lleva a una comunión universal que me permite acercarme aún a esas realidades que me parecen repugnates. Cuando nuestro corazón se abre a ésta comunión samaritana, superamos toda falsa expectativa y ponemos en nuestro corazón la verdad y la caridad.

Edificando la comunión desde y en la caridad avanzamos en el camino de la santidad.

escrito por el Padre Daniel Nardini
(fuente: www.radiomaria.org.ar)

sábado, 26 de septiembre de 2015

El corazón, centro de la persona

El corazón es el órgano principal del aparato circulatorio. Funciona como una bomba impulsando la sangre. Desde el punto de vista simbólico, actualmente se lo considera la sede de los sentimientos y la pasión, en oposición a la cabeza que simboliza el pensamiento y la racionalidad.

En cambio, en las antiguas civilizaciones era considerado el centro del ser. Se sostenía que desde el corazón se originaban no sólo los sentimientos, sino también “los pensamientos y las ideas, la voluntad y las decisiones, la conciencia, los valores y desvalores. En este centro que es el corazón se hacían los planes, se pensaba y se juzgaba…” (Luis Rivas, Diccionario de Símbolos).

El corazón en diversas civilizaciones de la antigüedad: Entre los antiguos egipcios era el único órgano que dejaban en los cuerpos al momificarlos, debido a que lo consideraban algo indispensable para acceder a la vida eterna. En la antigua Grecia el corazón representaba el centro de los sentimientos, pero también de los pensamientos y de la voluntad. En las ceremonias rituales de los aztecas, el sacrificio del corazón y el posterior derramamiento de sangre simbolizaban la liberación de la fuerza vital y de la simiente de vida, ya que ese órgano representaba para ellos el centro de la fuerza de la existencia.


El corazón en el libro del Deuteronomio: amor a Dios y al prójimo
DEUTERONOMIO es una palabra de origen griego, que significa “segunda ley”. Tal designación expresa sólo en parte el contenido del quinto libro del Pentateuco, ya que este, más que un código de leyes en sentido estricto, es una larga y vibrante exhortación destinada a “recordar” a Israel el sentido y las exigencias de la Alianza. De allí que las prescripciones concretas estén siempre acompañadas de advertencias y reproches, de promesas y amenazas.

El libro se presenta como las últimas palabras de Moisés al final del camino por el desierto. Después de los cuarenta años de caminata, Moisés repasa desde una perspectiva global todas las peripecias del camino.

El amor a Dios: En el primer discurso del libro, cuando Moisés “repasa” la historia del pueblo, exhorta a no apartar el corazón de Dios (Dt 4,7-9), a buscar a Dios con todo el corazón (Dt 4,29-31) y a meditar en el corazón que Dios es el único dios (Dt 4,39-40).

En el segundo discurso presenta la “Shemá”, la proclamación de fe en el Dios único (Dt 6,4-9):

4 Escucha, Israel: el Señor, nuestro Dios, es el único Señor. 5 Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas. 6 Graba en tu corazón estas palabras que yo te dicto hoy. 7 Incúlcalas a tus hijos, y háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas de viaje, al acostarte y al levantarte. 8 Átalas a tu mano como un signo, y que estén como una marca sobre tu frente. 9 Escríbelas en las puertas de tu casa y en sus postes.

Las filacterias son tiras que se enrollan en los brazos o se llevan en el cuerpo para recordar estas palabras. La mezuzá es un pequeño estuche que se coloca en los dinteles de las puertas, donde se contienen las palabras de la Shemá y el texto de Dt 11,13-21.

De los sabios judíos: La secuencia dice “grábalas en tu corazón” y luego “incúlcalas a tus hijos”. Sólo cuando tú mismo las hayas impreso en tu corazón podrás grabarlas en tus hijos, como dice el refrán: Las palabras que provienen del corazón pueden penetrar el corazón”.


El amor al prójimo:

Dt 15,7-11: El libro del Deuteronomio exhorta a “no endurecer el corazón ni cerrar la mano” hacia el hermano necesitado. Hace especial mención de los pobres, las viudas, los húerfanos y los inmigrantes (Dt 24,14-15.19-22)

Cuando recojas la cosecha en tu campo, si olvidas en él una gavilla, no vuelvas a buscarla. Será para el extranjero, el huérfano y la viuda, a fin de que el Señor, tu Dios, te bendiga en todas tus empresas.

Jesús señala que el amor a Dios y al prójimo está el resumen de toda la Ley: Mt 22,34-40.


Guardar la palabra en el corazón

En la parábola del sembrador, la semilla que cae en buena tierra “son los que escuchan la Palabra con un corazón bien dispuesto, la retienen, y dan fruto gracias a su constancia” (Lc 8,15).

Los discípulos de Emaús reconocieron a Jesús Resucitado porque la Palabra les había hecho “arder el corazón” (Lc 24,32).

María es la discípula que tiene esta actitud fundamental de guardar la Palabra en el corazón. En los dos capítulos en que narra la infancia de Jesús, Lucas la describe así:

“Mientras tanto, María conservaba estas cosas y las meditaba en su corazón” (Lc 2,19, después de la visita de los pastores).

“Él regresó con sus padres a Nazaret y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba estas cosas en su corazón” (Lc 2,51, al final de todo el relato).

“Lucas presta una atención particular a María, el único adulto de los relatos de la infancia y de la adolescencia que continuará hasta el ministerio público. Sólo más tarde ella comprenderá la verdadera naturaleza de la familia de Jesús. En Lc 8,19-21, cuando María y los hermanos preguntan por Jesús, éste manifestará que su importancia no se basa en el vínculo físico sino en su obediencia a Dios: “Mi madre y mis hermanos son los que escuchan la Palabra de Dios y la practican”. La grandeza de la madre de Jesús surge de la forma en que ella tomó la decisión de hacerse discípula escuchando la Palabra de Dios y practicándola. Su decisión permitió hacerla “bendita entre las mujeres”. (Raymond Brown, Un Cristo adulto en Navidad, Ed. San Pablo)


"Todo corazón"

"Te lo digo desde el fondo de mi corazón…"; "Esa persona es todo corazón…"; y otras expresiones así reflejan lo que el corazón simboliza para nosotros. Es el lugar de los sentimientos y los afectos.

En el lenguaje de la Biblia, el corazón es esto y algo más. Para los antiguos, el corazón es el punto en que se unen inteligencia y sentimientos, razón y pasión. "Corazón" es lo más íntimo e interior de cada persona, es el centro del ser. Allí reside la voluntad y el discernimiento. Con el corazón se hacen las grandes opciones de vida. El corazón "se inclina" hacia el bien o hacia el mal.

Cuando el rey Salomón pide sabiduría para gobernar a su pueblo, le dice a Dios: "Dame Señor, un corazón que escuche" (1 Re 3,9).

Un corazón que escucha es aquel que se pone en total disponibilidad a la Palabra de Dios. Es un corazón que quiere conocer y vivir esas palabras. Así lo hizo María, que ante los grandes misterios que le tocó vivir "conservaba estas cosas y las meditaba en su corazón" (Lc 2,19).

Jesús se nos presenta como quien es "manso y humilde de corazón" (Mt 11,29). Su corazón no es de piedra dura y rígida, sino un corazón de carne que se deja conmover. No permanece insensible ante nuestro dolor y nuestra miseria. Desde lo más íntimo de su ser, el corazón de Jesús ama y comprende por su gran misericordia. De Jesús podemos decir realmente que es "todo corazón".

En este mes de junio, en que honramos los Sagrados Corazones de Jesús y María, pidamos al Espíritu Santo que haga nuestro corazón dócil, maleable y sensible a la Palabra de Dios y a las necesidades de nuestros hermanos.

escrito por Prof. Gloria Ladislao
(fuente: radiomaria.org.ar)

El trasfondo de la prostitución

Un estudio de los Jesuitas españoles para los migrantes (Sjm) constata que la trata es uno de los principales negocios en el mundo.

Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), cerca de 21 millones de personas son víctimas de la trata de seres humanos en el mundo, una lacra que no para de crecer y que supone uno de los principales negocios a nivel planetario.

Esto es lo que constata un reciente estudio, 'La trata de seres humanos, el negocio del comercio de las personas', que se puede consultar en el documento adjunto y que ha sido elaborado por el servicio de los Jesuitas españoles para los migrantes (Sjm).

Se trata de un negocio y fenómeno criminal global que golpea en particular a mujeres y niñas, que en la mayoría de los casos acaban siendo explotadas sexualmente. De hecho, cada año cerca de 500.000 mujeres provenientes de países pobres entran en Europa para ser explotadas en el ámbito de la economía criminal con un objetivo sexual, afirma el estudio.

De esta manera, en el trasfondo de la prostitución, sobre cuya despenalización hay un vivo debate en España y otros países europeos, está la constatación de que el 79% del tráfico de personas tiene que ver con la explotación sexual, señala el informe de los Sjm.

Se trata de una estadística que cabría recordar a organizaciones como Amnistía Internacional, que promueve la despenalización de la prostitución, argumentando que la venta de sexo "es un trabajo".


Diferentes cifras, todas preocupantes

Uno de los problemas de fondo al que nos enfrentamos, observa el estudio, es el de la falta de estadísticas sobre el fenómeno elaboradas por los diferentes Estados. Es decir, no existe todavía un monitoreo articulado a nivel local del problema y sin embargo al mismo tiempo son numerosas las investigaciones llevadas a cabo por agencias internacionales que describen en conjunto un cuadro alarmante.

Según las Naciones Unidas, el contrabando de seres humanos a través de las fronteras afecta al menos a cuatro millones de personas y factura entre siete y diez millones de dólares cada año.

Sin embargo, según la Interpol (Organización internacional de la policía criminal), sumando las ganancias provenientes de la trata verdadera a los intereses de las bandas criminales que controlan el tráfico de migrantes, los números son distintos: el negocio alcanzaría de hecho los 39 mil millones de dólares cada año, una cifra que compite con las derivadas del tráfico de droga y de armas.


"Crímenes muy graves"

No por casualidad la Santa Sede ha recordado en repetidas ocasiones durante los pasados meses la unión entre estos distintos fenómenos gestionados a menudo por las mismas organizaciones criminales o por grupos en contacto entre ellos.

El pasado mes de abril el Papa afirmó: “He declarado en repetidas ocasiones que estas nuevas formas de esclavitud –tráfico de seres humanos, trabajos forzados, prostitución, comercio de órganos– son crímenes muy graves, una plaga en el cuerpo de la humanidad contemporánea”.

Francisco invocó después a una legislación adecuada para contrarrestar el fenómeno, llevar a los traficantes ante la justicia y reinvertir las ganancias de un comercio criminal.


Feminización de la trata y menores

También el trabajo en negro y el trabajo en esclavitud son aspectos directamente relacionados tanto con las migraciones como con el comercio de seres humanos.

En este sentido, el estudio de los Jesuitas españoles habla de feminización de la trata: el 55% de todas las víctimas de la explotación del trabajo son mujeres o niñas.

Un cuadro general que se confirma con otros datos de carácter global: según las Naciones Unidas, la mayor parte de los mil millones y medio de personas que viven con un dólar al año está compuesta por mujeres.

En el documento se observa además que quienes gestionan el reclutamiento de mujeres jóvenes lo hacen a través de falsas promesas de trabajo como modelos, secretarias o dependientes en un país rico; sin embargo, subraya, algunas de ellas saben bien de estar destinadas a ejercer la prostitución, teniendo el consenso (exhorto con promesas económicas) de sus familias.

El informe cita algunos itinerarios seguidos por los modernos mercaderes de esclavos sexuales, como el que va desde Myanmar, China y Camboya hasta Tailandia; o el que va desde Rusia a los Emiratos del Golfo, o el camino que pasa desde Filipinas y Colombia hasta Japón, o desde Brasil, Paraguay, Colombia y Nigeria y llega hasta España.

El documento de los Jesuitas señala también que “desde el fin de la cortina de hierro, decenas de miles de mujeres y niñas han sido 'exportadas' desde Rusia, Ucrania, Moldavia y Rumania para ser explotadas en las ciudades de Europa occidental y Japón”.

Finalmente explica que la trata con fines de explotación sexual tiene como víctimas también otro grupo muy vulnerable: los menores.

Según Unicef, hasta dos millones de niños son obligados a prostituirse en el comercio sexual en todo el mundo. Pero la trata de menores presenta otras posibilidades igualmente graves: la adopción ilegal de menores extranjeros, el tráfico de órganos, el secuestro de menores para ser utilizados en los conflictos armados (niños soldado) o en la mendicidad, a menudo acompañado por actividades delictivas.

(fuentes: forumlibertas.com; actualidadyanalisis.blogspot.com; catholic.net)

viernes, 25 de septiembre de 2015

Buenos Aires: Miles de fieles veneran a la Virgen María en San Nicolás

Se cumplen 32 años de su primera aparición; llegan peregrinos de distintos puntos del país

Una multitud, en su gran mayoría peregrinos provenientes de distintas provincias, concurría hoy desde las primeras horas a celebrar el 32 aniversario de la aparición de la Virgen del Rosario en la ciudad de San Nicolás, ubicada en el extremo norte bonaerense.

Hasta las 9 se habían congregado miles de personas y se estima que, por la tarde, llegarán varios más.

A la medianoche los fieles realizaron el saludo a la Virgen en el tradicional campito. Luego, se hicieron estallar bombas de estruendo, fuegos artificiales y el obispo de la ciudad, monseñor Héctor Cardelli, ofició la primera misa, momentos después de un intenso chaparrón.


La historia

La Virgen, según testimonios y de estudiosos del Vaticano, se habría manifestado por primera vez el 25 de setiembre de 1983, ante Gladys Quiroga de Motta, una humilde mujer, que en ese entonces tenía 48 años y que sigue viviendo a 50 metros del lugar del santuario.

"Haced valer mis derechos", le habría manifestado la Virgen a la mujer y a partir de ese momento, se produjeron numerosos mensajes y contactos. Hasta el momento, la postura de la Iglesia y del Obispado ha sido de gran cautela con relación al denominado "Milagro de San Nicolás", no obstante ha despertado una inmensa devoción que incluso es vista con agrado por el papa Francisco.

Según el testimonio de Gladys, la Virgen también le habría pedido que se construyera un templo con pilares de mármol rosado, indicaciones que tras anotarlas, se la entregó al cura párroco. Posteriormente, a los siete años de la primera aparición, la Virgen María le habría indicado a la mujer que buscara agua en su santuario y un rayo de luz iluminó la cripta del santuario. No obstante, geólogos de la provincia de Buenos Aires negaron que en ese lugar se encontrara un surgente natural. Al realizarse una perforación en la cripta apareció el surgente de agua y los fieles consideraron este hecho como milagroso.

La última aparición se habría producido en febrero de 1990, aunque, según la leyenda popular, las comunicaciones privadas entre la Virgen y la mujer continúan. El tradicional campito es el escenario que concitará la mayor confluencia de los miles de peregrinos procedentes de distintas provincias y de países limítrofes. Miles de ómnibus, combis y automóviles demuestran el grado de movilización de la devoción que provoca en los fieles el fenómeno de la fe.

A partir de las 6 se realizan misas cada hora hasta las 12 y luego a las 15 se hará la tradicional procesión por la zona y la misa concelebrada con bendición Apostólica e Indulgencia Plenaria que será presidida por el obispo Cardelli.

(fuente: lanacion.com.ar)

En el Congreso de Estados Unidos aplauden de pie el discurso del Papa, sincero y a 360 grados

Washington: Vida, inmigrantes, libertad de religión y extremismos, trabajo y libre iniciativa, respeto del ambiente, nuevas esclavitudes, pena de muerte, bloqueo a Cuba y familia, los temas centrales que ha tratado el Papa

Roma, 24 de septiembre de 2015 (ZENIT.org) El papa Francisco tras saludar a un numeroso público de jóvenes a la salida de la nunciatura apostólica en Washington, en donde pasó la noche y por la mañana celebró la santa misa, partió hacia el Congreso de los Estados Unidos, centro del poder político estadounidense. Durante su paso en la Fiat que le llevaba rodeada de vehículos blindados, muchos le saludaban y gritaban viva en Papa.

El primer Pontífice que habla en el Capitolio --el edificio que alberga el Senado y la Cámara de diputados-- ha sido recibido por el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, con quien tuvo un encuentro privado, Después dirigió sus palabras a ambas Cámaras, al vicepresidente Joe Biden, jueces y autoridades del Estado.

El Papa agradeció “la invitación que me han hecho a que les dirija la palabra en esta sesión conjunta del Congreso en «la tierra de los libres y en la patria de los valientes»”, y el hemiciclo se puso de pie y le aplaudió, como otras 36 veces.

◙ La política
El Santo Padre les recordó que los políticos “están llamados a defender y custodiar la dignidad de sus conciudadanos en la búsqueda constante y exigente del bien común” y le gustaría “tener la oportunidad de dialogar con miles de hombres y mujeres que luchan cada día para trabajar honradamente, para llevar el pan a su casa, para ahorrar y –poco a poco– conseguir una vida mejor para los suyos”.

◙ Voluntariado y ancianos
Francisco elogió a las personas “que no se resignan solamente a pagar sus impuestos”, sino que “crean lazos de solidaridad por medio de iniciativas espontáneas pero también a través de organizaciones que buscan paliar el dolor de los más necesitados”. Elogió a los voluntarios entre los cuales tantos que “se jubilan pero no se retiran”.

◙ Libertad de Religión y peligro de extremismos
“El mundo es cada vez más un lugar de conflictos violentos, de odio nocivo, de sangrienta atrocidad, cometida incluso en el nombre de Dios y de la religión”, indicó el Papa y reconoció que “ninguna religión es inmune a diversas formas de aberración individual o de extremismo ideológico”. Y al mismo tiempo “proteger la libertad de las religiones, de las ideas, de las personas”

◙ No dividir en buenos y malos, sino respetar talentos y diferencias
​Invitó también a reflexionar en una visión reductiva y simplista que divide la realidad en buenos y malos, y del riesgo que en el afán de “liberarnos del enemigo exterior podemos caer en la tentación de ir alimentando el enemigo interior”. El reto que tenemos que afrontar hoy --aseguró el Santo Padre-- “exige poner en común los recursos y los talentos que poseemos y empeñarnos en sostenernos mutuamente, respetando las diferencias y las convicciones de conciencia”.

◙ Nuevas formas de esclavitud
El Santo Padre señaló también como importante “que la voz de la fe” pueda seguir siendo escuchada para erradicar las nuevas formas mundiales de esclavitud”.

◙ Democracia promover la dignidad y bien de la persona
Se apeló por ello “a la historia política de los Estados Unidos, donde la democracia está radicada en la mente del Pueblo”, y el la que “toda actividad política debe servir y promover el bien de la persona humana y estar fundada en el respeto de su dignidad”. Indicó también su satisfacción porque Estados Unidos siga siendo para muchos la tierra de los 'sueños', “que movilizan a la acción, a la participación, al compromiso”.

◙ Inmigración
Así el Pontífice indicó que “no nos asustamos de los extranjeros, porque muchos de nosotros hace tiempo fuimos extranjeros. Les hablo como hijo de inmigrantes”, dijo, si bien “cuando el extranjero nos interpela, no podemos cometer los pecados y los errores del pasado”, en particular ante la actual crisis de refugiados, recordando: 'Hagan ustedes con los demás como quieran que los demás hagan con ustedes'.

◙ Pena de muerte
Indicó también la necesidad de “custodiar y defender la vida humana en todas las etapas de su desarrollo”, y “solicitar la abolición mundial de la pena de muerte”, porque “este es el mejor camino, porque cada vida es sagrada, cada persona humana está dotada de una dignidad inalienable y la sociedad sólo puede beneficiarse en la rehabilitación de aquellos que han cometido algún delito.

◙ Recursos naturales, empresas y creación de trabajo
“El justo uso de los recursos naturales, la aplicación de soluciones tecnológicas y la guía del espíritu emprendedor son parte indispensable de una economía que busca ser moderna pero especialmente solidaria y sustentable”. Citando la Laudato Si', recordó, porque “la actividad empresarial, que es una noble vocación orientada a producir riqueza y a mejorar el mundo para todos, puede ser una manera muy fecunda de promover la región donde instala sus emprendimientos, sobre todo si entiende que la creación de puestos de trabajo es parte ineludible de su servicio al bien común”.

◙ Desafío ambiental
Por ello ha invitado a un diálogo “que nos una a todos, porque el desafío ambiental que vivimos, y sus raíces humanas, nos interesan y nos impactan a todos”. Así indicó el Parlamento “no tengo alguna duda de que los Estados Unidos --y este Congreso-- están llamados a tener un papel importante”. Para una “aproximación integral para combatir la pobreza, para devolver la dignidad a los excluidos y simultáneamente para cuidar la naturaleza”.

◙ Cuba
Y sobre Cuba, sin mencionarla directamente dijo que “cuando países que han estado en conflicto retoman el camino del diálogo, que podría haber estado interrumpido por motivos legítimos, se abren nuevos horizontes para todos”.

◙ Tráfico de armas
Invitó así a acabar con el tráfico de armas y los muchos conflictos armados que afligen nuestro mundo. E interrogó: ¿Por qué las armas letales son vendidas a aquellos que pretenden infligir un sufrimiento indecible sobre los individuos y la sociedad? Y respondió “simplemente por dinero”.

◙ La familia
Al señalar su participación en Filadelfia, al Encuentro Mundial de las Familias, les recordó lo fundamental que “ha sido la familia en la construcción de este País”. No escondió su preocupación porque las relaciones fundamentales son puestas en duda, como el mismo fundamento del matrimonio y de la familia. No puedo más que confirmar no sólo la importancia, sino por sobre todo, la riqueza y la belleza de vivir en familia. Y de prestar atención a los “más vulnerables”, es decir, los jóvenes. “Aun a riesgo de simplificar, podríamos decir que existe una cultura tal que empuja a muchos jóvenes a no poder formar una familia porque están privados de oportunidades de futuro. Sin embargo, esa misma cultura concede a muchos otros, por el contrario, tantas oportunidades, que también ellos se ven disuadidos de formar una familia”.

◙ Libertad, cultura, justicia, fe
Una Nación es considerada grande cuando defiende la libertad, como hizo Abraham Lincoln; cuando genera una cultura que permita a sus hombres «soñar» con plenitud de derechos para sus hermanos y hermanas, como intentó hacer Martin Luther King; cuando lucha por la justicia y la causa de los oprimidos, como hizo Dorothy Day en su incesante trabajo; siendo fruto de una fe que se hace diálogo y siembra paz, al estilo contemplativo de Merton.

Y concluyó que desea que los jóvenes puedan heredar y vivir en una tierra que ha permitido a muchos soñar. Que Dios bendiga a América.

Saludo final en el balcón del Capitolio

Al salir de la Cámara, el Santo Padre se asomó al balcón del Capitolio, saludó y dijo: "Les agradezco por su acogida y su presencia ya los personajes importantes que están aquí. Quiero pedirle a Dios que les bendiga. Señor padre de Todos bendice a este pueblo, a cada uno de ellos, bendice a sus familias, y da a ellos lo que más necesitan. Y le pido a todos los presentes que recen por mi. Y si hay alguien que no cree, o no puede rezar, le pido por favor que que me deseen cosas buenas".


El Papa a los sintecho: 
"Jesús llegó al mundo como uno que no tiene casa"
El Santo Padre se reúne con un grupo de personas sin hogar y les recuerda que en la oración, no hay ricos y pobres, hay hijos y hermanos

Ciudad del Vaticano, 24 de septiembre de 2015 (ZENIT.org) No hay ningún tipo de justificación social, moral o del tipo que fuese para aceptar la falta de alojamiento. Son situaciones injustas, pero sabemos que Dios está sufriéndolas con nosotros, está viviéndolas a nuestro lado. No nos deja solos. Y es que el Hijo de Dios entró en este mundo como uno que no tiene casa. Son palabras del santo padre Francisco durante el encuentro con un grupo de sintecho del centro de caridad de la parroquia San Patricio en Washington. Allí le han recibido cientos de personas. Procedente del Congreso de Estados Unidos, donde ha pronunciado un histórico discurso, el Papa se ha dirigido a visitar y acariciar a los últimos, a los más necesitados.

De este modo, Francisco ha comenzado su discurso mencionando a san José, “una persona que quiero, que es y ha sido muy importante a lo largo de mi vida. Ha sido sostén y fuente de inspiración”, a quien “recurro cuando estoy medio apretado”. Por eso les ha dicho que ellos le recuerdan a san José, “sus rostros me hablan del suyo”.

Haciendo referencia a las situaciones difícil que san José tuvo que enfrentar, ha señalado cuando María estaba por dar a luz, “sin un techo, sin casa, sin alojamiento”. Y esta situación tuvo que cuestionar a san José en ese momento: ‘¿Por qué estamos sin hogar, por qué estamos sin un techo?’ Preguntas --ha observado el Papa-- que muchos de ustedes pueden hacerse a diario. ‘¿Por qué estamos sin un techo, sin un hogar?’ Y son preguntas, ha asegurado, que nos hará bien hacernos a todos.

Tal y como ha recordado el Pontífice, “José era un hombre que se hizo preguntas pero, sobre todo, era un hombre de fe”. Fue la fe --ha añadido-- la que le permitió encontrar luz en ese momento que parecía todo a oscuras; la que lo sostuvo en las dificultades de su vida.

Por esto, el Santo Padre ha querido subrayar que ante situaciones injustas, dolorosas, “la fe nos aporta esa luz que disipa la oscuridad”.

Asimismo, ha explicado que Jesús “se ha identificado con todos aquellos que sufren, que lloran, que padecen alguna injusticia”. Y ha recordado que “es la fe la que nos hace saber que Dios está con ustedes, Dios está en medio nuestro y su presencia nos moviliza a la caridad”. Jesús --ha subrayado el Santo Padre-- sigue golpeando nuestras puertas, nuestra vida. “No lo hace mágicamente, no lo hace con artilugios, con carteles luminosos o fuegos artificiales”, ha precisado. Jesús, “sigue golpeando nuestra puerta en el rostro del hermano, en el rostro del vecino, en el rostro del que está a nuestro lado”.

Por otro lado, ha precisado que uno de los modos más eficaces de ayuda que tenemos lo encontramos en la oración. “La oración nos une, nos hermana, nos abre el corazón y nos recuerda una verdad hermosa que a veces olvidamos”, ha indicado. En la oración, no hay ricos y pobres, hay hijos y hermanos. En la oración --ha asegurado-- no hay personas de primera o de segunda, hay fraternidad.

Para finalizar, el Papa ha pedido terminar el encuentro rezando todos juntos el Padre Nuestro.


El Papa reitera la vergüenza 
que causan a la Iglesia los casos de abusos

En las Vísperas en la catedral de San Patricio, Francico manifestó su admiración y gratitud a las religiosas de Estados Unidos

Madrid, 25 de septiembre de 2015 (ZENIT.org) El papa Francisco apeló este jueves por la tarde a la gratitud y a la laboriosidad, “los dos pilares de la vida espiritual”, durante la celebración de las Vísperas con el clero, religiosos y religiosas estadounidenses. Así, el Pontífice instó a los fieles a dedicar el tiempo de descanso a servir “a los pobres, a los refugiados, a los inmigrantes, a los enfermos, a los explotados, a los ancianos que sufren la soledad, a los encarcelados y a tantos otros pobres de Dios”.

Antes de compartir esa reflexión con los asistentes, el Santo Padre quiso dedicar sus primeras palabras a los hermanos musulmanes por “la tragedia que su pueblo había sufrido en La Meca”.

Nada más entrar en la catedral de San Patricio, con las campanas doblando, Francisco admiró la majestuosidad del templo de estilo gótico reabierto después de tres años de trabajos.

El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, el alcalde Bill Di Blasio y otros dignatarios ya lo habían recibido al pie de la escalinata del histórico edificio en plena Quinta Avenida.

En este lucido escenario, que calificó de bello y donde rezó para que los católicos refuercen “el reino de Dios en este país”, el Papa hizo referencia a los escándalos sexuales que ha vivido la Iglesia en Estados Unidos. “Los acompaño en este momento de dolor y dificultad”, dijo el Pontífice tras reconocer el sufrimiento por “la vergüenza causada por tantos hermanos que han herido y escandalizado a la Iglesia en sus hijos más indefensos”.

Como contrapunto, nombró a santa Elizabeth Ann Seton y a san John Neumann por su contribución a la educación católica. Una labor que desempeñaron “a costa de grandes sacrificios y con una caridad heroica”.

En el corazón de Manhattan, el Santo Padre volvió a levantar aplausos entre los presentes como hizo por la mañana en el Congreso en Washington DC; casi al final de su homilía en Nueva York, cuando expresó su admiración y gratitud a las religiosas de Estados Unidos. "¿Qué sería de la Iglesia sin ustedes? Mujeres fuertes, luchadoras; con ese espíritu de coraje que las pone en la primera línea del anuncio del Evangelio", subrayó el Papa antes de decirles que “las quiero mucho”.

Miles de neoyorquinos pudieron ver hoy por primera vez a Francisco mientras se dirigía a la catedral de San Patricio en el papamóvil.

(25 de septiembre de 2015) © Innovative Media Inc.

Pasajes difíciles de la Biblia

¿Qué sentido tiene para los católicos este Libro en su conjunto y en sus distintas partes?

 A veces resulta difícil comprender algunas páginas de la Biblia, especialmente del Antiguo Testamento. Leemos en ocasiones escenas, acciones, algunas presentadas como “órdenes divinas”, que hoy nos parecen contrarias a la justicia y a la bondad, que vemos como incompatibles con el modo de ser de Dios.

Las dificultades pueden superarse si aprendemos a leer la Biblia en su conjunto y en sus partes según los criterios de interpretación de la Iglesia católica. Vamos a recordar esos criterios y aplicarlos a un pasaje concreto.

Encontramos en el libro de Josué un pasaje que narra la conquista de Jericó. Josué pide a los israelitas que consagren como anatema para Yahveh todo lo que se encontraba en la ciudad, menos a Rajab la prostituta y a su familia. Las murallas de Jericó caen, y los israelitas asesinan a hombres y mujeres, jóvenes y ancianos, e incluso a los animales (cf. Jos 6,1-27).

Un poco más adelante leemos cómo los gabaonitas, que vivían en la zona, estaban convencidos de que existía una terrible orden divina de exterminio. Tras haber engañado a Josué y conseguido una forma de “coexistencia pacífica” con los israelitas, explican el motivo de su mentira:

“Le respondieron a Josué: ‘Es que tus siervos estaban bien enterados de la orden que había dado Yahveh tu Dios a Moisés su siervo, de entregaros todo este país y exterminar delante de vosotros a todos sus habitantes. Temimos mucho por nuestras vidas a vuestra llegada y por eso hemos hecho esto’” (Jos 9,24).

Surge la pregunta al leer estos pasajes: ¿Dios habría dado la orden de exterminar a los pueblos que vivían en Palestina? En otras palabras: ¿es posible que Dios haya pedido a Josué que cometiese un acto que hoy nos parece claramente injusto? ¿Qué “culpa” podrían tener los civiles desarmados, los ancianos y los niños, las mujeres y los jóvenes, para ser asesinados? Además, ¿cómo justificar la conquista de una ciudad asentada durante muchos años en un lugar concreto? ¿Qué derecho tenían los israelitas de iniciar una guerra de invasión contra poblaciones que durante siglos habían vivido en aquella región?

Son preguntas, es cierto, que nacen desde nuestro tiempo histórico, y que pueden parecen fuera de sitio al ser aplicadas a una época muy diferente de la nuestra. Sin embargo, sabemos que el asesinato de inocentes o que la guerra de exterminio son actos que siempre van contra la justicia, aunque un pueblo haya llegado a un nivel de ceguera que le impida ver la malicia de sus acciones.

Pero entonces, ¿cómo Dios permitió en el pueblo elegido una actitud y unos comportamientos tan gravemente injustos? ¿No pudo haber revelado a los israelitas que nunca es lícito asesinar a inocentes, ni expulsar a una población de la tierra en la que vive?

En el camino hacia la respuesta, hemos de tener presente qué es la Biblia para la Iglesia. Luego podremos recordar los criterios de interpretación que la Iglesia usa para leer cualquier pasaje de la Biblia, y aplicarlos al relato de la conquista de Jericó.

Preguntémonos, para empezar: ¿qué sentido tiene para los católicos la Biblia en su conjunto y en sus distintas partes?

Como enseña el Concilio Vaticano II, la Iglesia considera que Dios ha inspirado todos los libros recogidos en el “canon” (la lista de escritos que constituyen la Biblia). Decir que estos libros están inspirados significa afirmar que exponen con certeza y sin ningún error lo que Dios quiere enseñarnos para nuestra salvación, porque están escritos gracias a la acción del Espíritu Santo (cf. Dei Verbum, n. 11).

Dios es el Autor de los distintos libros de la Biblia, y también es autor el hombre (escritor sagrado) que redacta bajo la luz de Dios y según sus talentos y cualidades humanas (cf. Dei Verbum, n. 11).

Encontramos, así, dos acciones en los escritos sagrados: por un lado, la acción por la que Dios quiere comunicar su Palabra; por otro, la acción del hombre que comprende y expresa el mensaje según su modo de pensar.


Teniendo esto presente, podemos preguntarnos: ¿cómo leer, cómo interpretar cada texto?

La lectura de la Biblia, en la Iglesia, se realiza según unos criterios generales y, siempre, bajo la guía del magisterio (del Papa y de los obispos que enseñan unidos entre sí por lazos de comunión y en plena sintonía con el Papa). Vamos a ver esos criterios generales de interpretación y aplicarlos a nuestro pasaje.

a. Primero, hay que identificar cuál es el género literario usado por el autor de cada libro. Según dice Dei Verbum (n. 12), “para entender rectamente lo que el autor sagrado quiso afirmar en sus escritos, hay que atender cuidadosamente tanto a las formas nativas usadas de pensar, de hablar o de narrar vigentes en los tiempos del hagiógrafo, como a las que en aquella época solían usarse en el trato mutuo de los hombres”.
En el caso de la conquista de Jericó, el autor escoge el género de campaña militar, según la mentalidad de una época histórica en la que grupos humanos y tribus enteras pensaban que el derecho de conquista podría justificar la eliminación de las poblaciones vencidas. Además, el pueblo de Israel (y el autor sagrado es hijo de su pueblo) pensaba que ese derecho de conquista, como tantas otras tradiciones, venía directamente de Dios.
Hoy, ciertamente, reconocemos la atrocidad de la matanza de inocentes en cualquier guerra, del pasado o del presente. Pero aquel tiempo era muy diferente. Hemos de recordar, además, que Dios, en la elaboración de la Biblia, “condesciende” (cf. Dei Verbum n. 13) con los hombres y permite que elementos importantes de su mensaje queden expresados a través de palabras escritas por hombres frágiles, incluso pecadores, en un ropaje que nos puede parecer indigno, pero que es simplemente eso: lo que pensaba y vivía un grupo humano en una etapa concreta de su historia.
Hace falta, por tanto, no limitarnos a la “letra” del texto escrito para evitar el peligro de caer en el fundamentalismo. Ello nos lleva a recurrir a otros criterios de interpretación sumamente importantes. Presentamos ahora conjuntamente dos de esos criterios:

b. La Biblia necesita leerse “con el mismo Espíritu con que se escribió para sacar el sentido exacto de los textos sagrados” (Dei Verbum n. 12). En ese sentido, toda la Escritura adquiere comprensión plena a la luz de Cristo, que es el culmen de la Revelación y centro del mensaje que Dios quiere transmitir a los hombres.

c. Hay que leer la Escritura en su unidad, de forma que ningún pasaje sea considerado de modo aislado, como si por sí mismo fuese suficiente para expresar el mensaje de Dios a los hombres. Además, el Antiguo Testamento, que contiene “algunas cosas imperfectas y adaptadas a sus tiempos” (Dei Verbum n. 15) ha de leerse e interpretarse desde la plenitud de comprensión que recibe con el Nuevo Testamento (cf. Dei Verbum n. 16).
Volvamos a nuestro texto para iluminarlo con los dos criterios que acabamos de mencionar. El Nuevo Testamento (el Antiguo Testamento se comprende en plenitud desde el Nuevo Testamento, desde Cristo) ofrece dos textos que interpretan el pasaje que estamos considerando del libro de Josué.
El primer texto se encuentra en la Carta a los Hebreos. Allí leemos lo siguiente: “Por la fe, se derrumbaron los muros de Jericó, después de ser rodeados durante siete días. Por la fe, la ramera Rajab no pereció con los incrédulos, por haber acogido amistosamente a los exploradores” (Hb 11,30-31).
El segundo texto se encuentra en la Carta de Santiago: “Ya veis cómo el hombre es justificado por las obras y no por la fe solamente. Del mismo modo Rajab, la prostituta, ¿no quedó justificada por las obras dando hospedaje a los mensajeros y haciéndoles marchar por otro camino?” (Sant 2,24-25).
Estos dos pasajes del Nuevo Testamento interpretan la conquista de Jericó y el privilegio dado a Rajab en clave de fe y de obras: quien cree y se comporta de modo correcto se beneficia de la acción salvífica de Dios. No se habla de los otros aspectos del libro de Josué (la conquista de la ciudad, la entrega al “anatema” de hombres, mujeres, niños, animales), que quedan en la sombra y no son vistos como relevantes respecto de la pregunta con la que debemos leer la Biblia: ¿qué mensaje salvífico ofrece un pasaje concreto? La respuesta de estos dos textos del Nuevo Testamento para el pasaje que estamos considerando es clara: la fe lleva a la salvación, la falta de fe provoca la ruina de los hombres.

d. Damos un paso adelante con la ayuda de otros criterios de interpretación. Uno se refiere a la Tradición viva de la Iglesia. Como enseña el Concilio Vaticano II, la Sagrada Escritura debe ser leída teniendo “en cuenta la Tradición viva de toda la Iglesia y la analogía de la fe” (Dei Verbum n. 12, cf. nn. 8-10). Nos fijamos ahora en la Tradición.
¿Qué entendemos por “Tradición viva”? En ella se recoge la predicación que los Apóstoles legaron a los obispos que les sucedieron, y que se convierte en una “transmisión viva, llevada a cabo en el Espíritu Santo”, que es “distinta de la Sagrada Escritura, aunque estrechamente ligada a ella. Por ella, la Iglesia con su enseñanza, su vida, su culto, conserva y transmite a todas las edades lo que es y lo que cree” (Catecismo de la Iglesia Católica n. 78, que cita Dei Verbum n. 8). De modo especial, los Santos Padres recogen y reflejan esta Tradición viva, y nos permiten acceder en su integridad a la Revelación de Dios (que está recogida tanto en la Tradición como en la Escritura).
Lo que acabamos de decir explica por qué el cristianismo no es una “religión del libro”: no se basa simplemente en un texto sagrado en el cual se encontraría todo y al cual se debería recurrir siempre, directamente, sin intermediarios ni interpretaciones. Sobre este punto, el Catecismo de la Iglesia católica n. 108, explica:
“Sin embargo, la fe cristiana no es una religión del Libro. El cristianismo es la religión de la Palabra de Dios, no de un verbo escrito y mudo, sino del Verbo encarnado y vivo. Para que las Escrituras no queden en letra muerta, es preciso que Cristo, Palabra eterna del Dios vivo, por el Espíritu Santo, nos abra el espíritu a la inteligencia de las mismas (cf. Lc 24,45)”.

e. Otro criterio, ya mencionado, es la analogía de la fe. Por analogía de la fe se entiende la trabazón profunda que existe entre las verdades cristianas, dentro del conjunto de la Revelación. En otras palabras, no se puede “sacar” de un pasaje bíblico una conclusión que vaya contra lo que entendemos en la lectura completa de la Biblia y de la Tradición.
Es claro que si aplicamos la analogía de la fe es imposible interpretar la conquista de Jericó como si Dios hubiera ordenado un genocidio, sencillamente porque Dios es amante de la vida y, si no amase algo, no lo habría creado (cf. Sab 11,24-26). Dios no quiere la muerte del pecador, sino que se convierta y así viva (cf. Ez 18,23). El Hijo no vino para condenar, sino para salvar a todo el que crea (cf. Jn 3,16-18). El seguidor de Cristo no puede desear que caiga fuego del cielo para destruir a los que no reciben al Señor (cf. Lc 9,51-56).

Desde la ayuda y la integración de otros pasajes bíblicos podemos llegar a una lectura correcta del libro de Josué. Si, además, vemos la Tradición viva de la Iglesia y las enseñanzas constantes de los Papas y de los obispos, aparece claramente que la Iglesia no ha defendido nunca un “derecho de conquista” que implique la destrucción completa de un pueblo, sino que más bien ha condenado siempre cualquier crimen de inocentes, también en tiempo de guerra, porque va contra el quinto mandamiento, y porque nadie debería apoyarse en la Biblia para justificar ninguna guerra de agresión ni, mucho menos, el exterminio de un pueblo.

Podemos añadir aquí que el pasaje de la conquista de Jericó, como otros pasajes bíblicos, fue interpretado por algunos Escritores eclesiásticos y Santos Padres de un modo alegórico, como una figura que escondía un significado más profundo. Por poner un ejemplo, Orígenes (siglos II-III) veía en la ciudad de Jericó una imagen del mundo; en Rajab, que acogió a los exploradores, encuentra un modelo de todos aquellos que reciben a los apóstoles por la fe y la obediencia; en el hilo escarlata que cuelga en su casa (cf. Jos 2,18) descubre una señal de la Sangre salvadora de Cristo (cf. Orígenes, Homilías sobre el libro de Josué, 6,4).

Existe, ciertamente, el peligro, ya señalado por santo Tomás de Aquino y recordado en un importante documento de la Pontificia Comisión Bíblica (El pueblo judío y sus escrituras sagradas en la Biblia cristiana, n. 20), de exagerar en el uso de la alegoría y olvidar la importancia de los datos históricos. Lo que encontramos en el libro de Josué, en un estilo que ciertamente no es el de un cronista ni el de un historiador en el sentido moderno de la palabra, es la narración de la conquista de una de las ciudades de la tierra prometida.

La conquista de Jericó es un dato histórico de un enorme dramatismo. Se coloca, por un lado, en el camino de Israel, el pueblo que sale de Egipto, que es ayudado por Dios para librarse de la opresión de los egipcios, que recibe unos mandamientos y unas promesas. Por otro lado, en el momento de la llegada, del asentamiento, de la conquista de unas tierras según un deseo divino que responde a la lógica de la promesa: si el pueblo será fiel, podrá vivir en libertad y tener una patria propia.

La ocupación de la tierra prometida se realizó, como dijimos, según modos que reflejan una mentalidad muy lejana a la nuestra. El hecho de la matanza, de haber ocurrido, sigue un modo de pensar en el que el derecho de conquista “permitía” tomar medidas muy fuertes sobre los vencidos. Pero la lectura correcta del hecho, en el contexto de una intervención de Dios en la historia, no puede prescindir de que por encima de una acción injusta, y con un pueblo todavía necesitado de una profunda conversión, Dios estaba preparando un camino para ofrecer la salvación a los hombres, si éstos la aceptaban con una fe como la que, en un modo imperfecto, encontramos en Rajab.

Además, notamos que la misma narración bíblica no nos habla de un exterminio completo de los pueblos que vivían en Palestina. Como vimos, los habitantes de Gabaón hicieron alianza con Josué (cf. Jos 9,3-27).

Otros pueblos no fueron conquistados, y serán motivo de continuas guerras y aflicciones para los judíos. El autor sagrado interpretó este hecho como parte de la voluntad de Dios, que habría querido “probar” a su pueblo para ver si mantenía o no su fidelidad. Sabemos que el pueblo no fue fiel: se unió con los pueblos vecinos y cayó en la idolatría y en numerosos males y derrotas (cf. Jue 2,20-3,8).

Está claro que siempre será incorrecto considerar a los pueblos vecinos simplemente como objeto de odio o de desprecio por parte de Dios. Aunque Israel tiene clara conciencia de ser un pueblo elegido, predilecto, amado, necesita reconocer que su elección está en función del amor que Dios tiene también a otros pueblos. Lo señala expresamente la Pontificia Comisión Bíblica en el documento antes citado:

“La elección de Israel no implica el rechazo de las demás naciones. Al contrario, presupone que las demás naciones pertenecen también a Dios, pues ‘la tierra le pertenece y todo lo que en ella se encuentra’ (Dt 10,14), y Dios ‘ha dado a las naciones su patrimonio’ (32,8). Cuando Israel es llamado por Dios ‘mi hijo primogénito’ (Ex 4,22; Jr 31,9) o ‘las primicias de su cosecha’ (Jr 2,3), esas mismas metáforas implican que las demás naciones forman parte igualmente de la familia y de la cosecha de Dios. Esta interpretación de la elección es típica de la Biblia en su conjunto” (El pueblo judío y sus escrituras sagradas en la Biblia cristiana, n. 33).

Es posible, además, realizar una lectura más precisa sobre este relato y sobre los diversos pasajes del Antiguo Testamento que hablan del “anatema”. ¿En qué consiste el “anatema”? En consagrar a Dios el botín y los despojos de los derrotados, para evitar cualquier contaminación con las religiones presentes en Palestina. En Dt 13,13-19 la orden de destrucción completa afecta no sólo a los extranjeros, sino a aquellas ciudades de Israel (es decir, a los mismos judíos) que se aparten de la Alianza y den culto a otros dioses.

En realidad, ya vimos que no todos los pueblos fueron exterminados. Con el pasar del tiempo, muchos de los pueblos hostiles dejaron de existir en Palestina. Entonces, ¿cómo entender el anatema? Lo explica el documento que citamos antes:

“En el tiempo de la composición del Deuteronomio así como del libro de Josué, el anatema era un postulado teórico, puesto que en Judá ya no existían poblaciones no israelitas. La prescripción del anatema pudo ser el resultado de una proyección en el pasado de preocupaciones posteriores. En efecto, el Deuteronomio se preocupa de reforzar la identidad religiosa de un pueblo expuesto al peligro de los cultos extranjeros y de los matrimonios mixtos” (El pueblo judío y sus escrituras sagradas en la Biblia cristiana, n. 56).

En ese contexto, pueden darse tres interpretaciones del anatema, expresados en el mismo n. 56 del documento que acabamos de citar:

-primero, teológico: reconocer la tierra como un dominio del Señor;
-segundo, moral: evitar al pueblo cualquier posible tentación que pueda dañar la propia fidelidad a Dios;
-tercero, sociológico: la tentación del pasado que puede darse en el presente “de mezclar la religión con las formas más aberrantes de recurso a la violencia” (El pueblo judío y sus escrituras sagradas en la Biblia cristiana, n. 56).

Esa tercera interpretación del anatema, podemos decirlo con seguridad, no corresponde al proyecto de amor de Dios. En otras palabras, Dios no quiso de ningún modo que fueran eliminados seres inocentes en la conquista de ciudades por parte de los judíos.

Quizá para más de uno quedaría por responder una pregunta que surge al leer la Biblia: ¿por qué no simplificar el texto sagrado? ¿No sería mejor dejar de lado un Antiguo Testamento difícil de entender, con pasajes como el de la conquista de Jericó que resultan “escandalosos”? ¿No lograríamos así un cristianismo más asequible al mundo moderno?

La respuesta está en comprender la naturaleza de la Biblia: es un único libro, en el que Cristo ocupa el lugar central, y en el que cada pieza tiene su valor. El Antiguo Testamento no es un “lastre”, sino un elemento clave de la Revelación, un conjunto de libros que nos lleva a comprender mejor la acción salvadora de Dios en su Hijo encarnado.

Como recordaba la Pontificia Comisión Bíblica en el texto antes citado: “Sin el Antiguo Testamento, el Nuevo sería un libro indescifrable, una planta privada de sus raíces y destinada a secarse” (El pueblo judío y sus escrituras sagradas en la Biblia cristiana, n. 84). O, como decía san Agustín, “en el Antiguo Testamento está velado el Nuevo, y en el Nuevo está la revelación del Antiguo” (La catequesis de los principiantes, IV,8).

En conclusión, los pasajes difíciles de la Biblia adquieren su inteligibilidad a la luz de una lectura realizada dentro de la fe de la Iglesia, según unos criterios de interpretación que nos dan la llave para la comprensión de un texto que narra una historia maravillosa: la de la llamada de un Dios que ama a los hombres; y la de la respuesta de los hombres que, en medio de las mil peripecias de la vida, y con límites debidos a las distintas épocas de la historia, se dejan guiar y maduran su respuesta de amor a quien tanto nos ha amado.

escrito por P. Fernando Pascual L.C. 
(fuente: catholic.net)
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