El Papa reflexiona y da las indicaciones para vivir la vocación siguiendo tres ideas clave: cercanía, profecía y memoria
Ciudad del Vaticano, 17 de septiembre de 2015 (ZENIT.org)
Hay una libertad que viene del Espíritu y hay una libertad que viene de la mundanidad. Así lo ha indicado el santo padre Francisco, que se ha reunido este jueves por la mañana con jóvenes consagrados venidos de todas las partes del mundo, para el encuentro que se está celebrando en Roma con motivo del Año de la Vida Consagrada. A propósito, ha explicado que una madre que educa a sus hijos en la rigidez y no deja que los hijos sueñen y crezcan, “anula el futuro creativo de los hijos. Los hijos serán estériles”. De este modo, ha señalado que también en la vida consagrada se puede ser estéril, cuando no es precisamente profética, cuando no se permite soñar. “Profecía, capacidad de soñar es el contrario de la rigidez. Los rígidos no pueden soñar”, ha indicado.
Durante el encuentro, el Papa ha hablado durante casi una hora improvisando su discurso y respondiendo a algunas preguntas que le realizaron. Así, Francisco ha destacado tres ideas sobre las que ha reflexionado: cercanía, profecía y memoria.
Ha reconocido que uno de los pecados que a menudo encuentra en las comunidades religiosas es la incapacidad de perdón entre los hermanos y las hermanas. Del mismo modo, ha advertido sobre el pecado del chismorreo, que es “terrorismo” porque “lanza una bomba” sobre la fama del otro y lo destruye. Del mismo modo, Francisco ha llamado la atención sobre la cultura de lo provisional invitando a entrar en “la cultura de lo definitivo: ¡Dios ha enviado a su Hijo para siempre!”
Respondiendo a otra de las preguntas, el Pontífice ha reconocido que evangelizar no es lo mismo que hacer proselitismo, “no somos una asociación de fútbol que busca socios”. Si tu corazón arde de amor por Jesucristo “eres un buen evangelizador o una buena evangelizadora”, ha reconocido el Papa. Al respecto, ha pedido perdón por ser “un poco feminista” pero que ha querido dar las gracias por el testimonio de las mujeres consagradas --no todas, pero, hay algunas un poco histéricas--: tenéis esas ganas de ir siempre en primera fila. ¿Y por qué sucede esto?, se ha preguntado el Papa. “Porque sois madres, tenéis esta maternidad de la Iglesia, que os hace estar cerca”. La religiosa --ha asegurado-- es el icono de la Madre Iglesia y la Madre María.
Al hablar de la memoria, Francisco ha invitado a recordar el “primer encuentro con Jesús”, “la memoria de la vocación”. Ha exhortado a que “en los momentos oscuros, en los momentos de tentación, en los momentos difíciles de nuestra vida consagrada, volver a las fuentes, hacer memoria y recordar el estupor que hemos sentido cuando el Señor nos ha mirado”. Recordando el día de su primera llamada, el 21 de septiembre de 1953, Francisco ha contado que lo que le ha fascinado de Jesús y del Evangelio fue “su cercanía conmigo: el Señor no me ha dejado solo, tampoco en los momentos feos y oscuros, tampoco en los momentos de pecado”.
El Santo Padre ha invitado a los presentes a aprender a hacer memoria de la propia vida delante del Señor y hacer fiesta “cuando recuerdes las maravillas que el Señor ha hecho en tu vida”.
Para finalizar su discurso, el Pontífice ha explicado que uno de las peores actitudes de un religioso es “el narcisismo”. Frente a esto, el Papa ha propuesto la adoración, la oración silenciosa: “sed hombres y mujeres de adoración”, ha concluido Francisco.
(17 de septiembre de 2015) © Innovative Media Inc.
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