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jueves, 17 de septiembre de 2015

El Antiguo Testamento: Los Libros Históricos


Josué y Jueces 

I. INTRODUCCIÓN

Comenzamos una serie de libros inspirados por Dios que narran la historia religiosa de Israel, desde la muerte de Moisés (finales del siglo XII a.C.) y su relevo con Josué a la cabeza, hasta Juan Hircano (135-104 a.C.); es decir, desde la entrada en la Tierra Prometida de Canaán hasta la llegada de los Macabeos.

Para comprender estos libros hay que enmarcarlos en una visión religiosa: el plan de Dios para entrar en comunión con el hombre y traernos la salvación en Jesucristo, su Hijo, el Mesías prometido y esperado por Israel. Nos ayudarán estas palabras del Concilio Vaticano II: “...Estos libros, aunque contienen elementos imperfectos y pasajeros, nos enseñan la pedagogía divina. Por eso los cristianos deben recibirlos con devoción, porque expresan un vivo sentido de Dios, contienen enseñanzas sublimes sobre Dios y una sabiduría salvadora acerca del hombre, encierran tesoros de oración y esconden el misterio de nuestra salvación” (Constitución dogmática “Dei Verbum” n. 15).

Antes de entrar en cada uno de estos libros, hay que decir que Israel y Judá tuvieron que luchar contra reinos invasores:

- Invasión asiria: 900-609 a.C.
- Invasión neobabilónica: 626-539 a.C.
- Invasión persa: 559-330 a.C.

El pueblo elegido por Dios tenía que luchar para defenderse. Hoy nos cuesta mucho entender estas guerras, pero Israel lo hacía con esa conciencia de proteger la elección de Dios y ser fiel a las promesas y a la Alianza de Dios. No es sólo lucha por la supervivencia personal, sino lucha por dejar bien claro ante todas las naciones que Dios es único y que Él quiso escogerse un pueblo para realizar su plan de salvación.

Por eso, los autores inspirados por Dios cuentan la historia de Israel con una mentalidad teológica, más que con una mentalidad histórica. Ven y escriben los acontecimientos del pueblo con ojos de fe, relacionándolos con el Dios de la Alianza y de las promesas mesiánicas. Unas veces seleccionan hechos, otras omiten o repiten episodios, atentos a todo lo que pueda concientizar al pueblo sobre la idea central de la Alianza.

Por eso las dos grandes ideas que atraviesan estos libros son: ALIANZA y MESÍAS.


II. OBJETIVO DOCTRINAL: Descubrir que la verdadera Tierra Prometida es la comunión con Dios, comenzada aquí abajo mediante la gracia y la amistad con Él, y consumada en el cielo.


III. OBJETIVO VIVENCIAL: Motivar que la razón de ser de nuestras tareas diarias debe ser Dios y el deseo del cielo, verdadera tierra prometida.


IV. TESIS: El libro de Josué narra la conquista de la Tierra Prometida, llevada a cabo después de la muerte de Moisés por Josué. El libro de los Jueces contiene la historia del período transcurrido entre la muerte de Josué y la implantación de la monarquía. Dios solía llamar a los jueces en tiempos de suma necesidad, para que librasen a su pueblo de sus invasores.


V. EXPLICACIÓN DE LA TESIS:

1. Autor y fecha

Los seis libros que van de Josué al segundo de los Reyes, forman una sola obra, escrita por uno o varios autores pertenecientes a la escuela teológica llamada deuteronomista porque en ella nació el Deuteronomio.

Josué fue escrito en torno al destierro (siglo VI a.C.), o sea casi siete siglos después de los acontecimientos.

No se ha aclarado todavía la fecha del libro de Jueces. Se estima que se fue ensamblando durante el exilio.

2. Características literarias:

a) El libro de Josué está escrito en género literario épico, grandioso, como para manifestar la fidelidad de Dios a sus promesas.

b) El libro de los Jueces es género literario narrativo, en forma novelada y, a veces, folclórica. Lo importante es la figura del héroe o juez que salva al pueblo, en nombre de Dios.

3. División y contenido temático

a) Josué: los israelitas entran en la tierra de Canaán al mando de Josué, atraviesan el Jordán, frontera de la tierra, y las murallas de la primera ciudad cananea, Jericó; caen milagrosamente ante ellos. En la conquista de otras ciudades interviene el Señor de distintas maneras. Hay tres partes: Conquista (cp. 1-12), reparto del territorio (cap. 13-21) y apéndices (22-24).
b) Jueces: Es una recopilación de tradiciones sobre la conquista y posesión de la tierra. Pone de relieve la idea de que la posesión de la tierra exige la fidelidad a la Alianza. Por eso, cuando el pueblo no es fiel -cuando peca- Israel pierde parte de su territorio. La conversión del pueblo (o vuelta a la fidelidad a la Alianza) recompone la unidad territorial. En esta acción interviene un personaje elegido por Yahveh: el juez, que en muchos casos es un jefe de tribu en la guerra santa. Algunos de estos jueces tienen un carácter mítico. Los jueces elegidos por Yahveh libraban a Israel de sus enemigos. Se llamaban jueces porque se hicieron instrumento de la justicia de Dios para salvar al pueblo de los extranjeros que amenazaban. Los más conocidos son Gedeón (cap. 6-9), Sansón (cap. 13-16) y una mujer, Débora (cap. 4 y 5).

4. Contenido teológico y espiritual

a) Josué: ideas que remacha
Dios es fiel en el cumplimiento de su promesa.
El Señor combatía a favor de Israel. De este modo, la lucha por la posesión de Canaán se narra como una guerra santa.
Si el pueblo se mantiene fiel a la ley, Dios estará con él y la conquista avanzará.
Una tierra para un pueblo, en función de unas promesas, que requieren fidelidad a la Alianza con Yahveh.

b) Jueces:
Clara teología de la historia en cuatro momentos: pecado de idolatría del pueblo; castigo por parte de algún pueblo extranjero; el pueblo se arrepiente y pide auxilio a Yavhé, y Yavhé envía un juez que libera a su pueblo. Por tanto, el libro de los Jueces presenta a Dios como el protagonista de la historia humana. Es un Dios temible, que exige fidelidad absoluta a la alianza; pero es también misericordioso, que perdona y ayuda.
En la vocación de los jueces se manifiesta visiblemente el elemento carismático: el Espíritu de Yavhé baja sobre ellos, los guía con eficacia a través de un don especial (p.e. la fuerza de Sansón, el ángel de Gedeón, etc...).
Este elemento carismático puede derrumbarse bajo el peso de su humanidad, y también puede pecar ese elegido, porque Dios sigue dejando libre a quien elige. Hay que educar la libertad para que siempre elija el bien.

VI. CONCLUSIÓN:

Estos libros nos invitan a la fidelidad a Dios y a cuidarnos de la idolatría. Sólo si somos fieles, tendremos éxito en nuestras empresas humanas y divinas. Pero, aunque hubiéramos caído, siempre está la posibilidad de arrepentirse sinceramente y acudir a Dios para pedirle perdón y volver a comenzar.

ORACIÓN: Señor, Tú nos has llamado para llevar tu promesa de salvación a este mundo. Danos la fuerza de los jueces para enfrentarnos a cuanto obstáculo encontremos en el camino y revístenos de tu Espíritu para ganar la batalla. Amén.



Samuel, Reyes, Esdras, Nehemías, Macabeos.

I. INTRODUCCIÓN

La monarquía duró 450 años, hasta el cautiverio de Babilonia. El destierro duró 70 años. Por decreto del rey Ciro en el año 538 a.C. se da la posibilidad del retorno a los desterrados (cf. Esd 1, 1). Los que vuelven a la patria, el “Resto de Israel”, llevan una nueva esperanza de restauración del Reino glorioso de David, que está sólo en el recuerdo de los ancianos. Hay un nuevo fervor de fidelidad al Dios de la Alianza, pero no bastan los entusiasmos de unos pocos, como la familia de los Macabeos, para reconstruir la unidad del pueblo y la fe en el Dios de los padres. Se necesita la fidelidad de todo el pueblo.

Palestina sigue siendo una región ocupada por las potencias extranjeras: primero, los asirios; luego, los persas, después, los griegos, y finalmente, los romanos. La influencia de los pueblos extranjeros empujaba a la idolatría y a los cultos paganos, que hacen perder la identidad de pueblo de Israel.

El pueblo judío, dividido internamente, sin posibilidad de libertad política, porque es sólo un territorio ocupado por la nación de turno, se refugia en el recuerdo de su pasado glorioso y en la esperanza de un libertador y Mesías.


II. OBJETIVO DOCTRINAL: Descubrir la verdadera dimensión de la monarquía de Israel: un Reino guiado por Dios.


III. OBJETIVO VIVENCIAL: Despertar el compromiso que tenemos desde el Bautismo: somos reyes que servimos a la gran Causa de Cristo y luchamos contra el pecado y el mal, hasta establecer el Reinado de Cristo en este mundo: reino de justicia, amor y paz.


IV. TESIS: Los libros de los Reyes narran la historia del Pueblo de Dios desde la muerte de David (971 a.C.) hasta el destierro de Judá en Babilonia (587 a.C.); comprendiendo así un periodo de 400 años de historia. Estos libros quieren mostrar cómo los reyes observaron o no las normas de la Ley y de qué manera Dios cumplió sus promesas y amenazas. A la posición que toma cada rey respecto de la Ley corresponde su suerte personal y la de su reino. Será grande aquel rey que cumple la Ley; será pequeño e impío, si la descuida, con su consecuente derrota para él y su pueblo.


V. EXPLICACIÓN DE LA TESIS:

1. Autor y fecha

a) Los dos libros de Samuel datan de finales del siglo IX a.C.
b) Los dos libros de los Reyes fueron compuestos más o menos entre el año 562 y el 538 a.C.
c) Los libros de las Crónicas fueron redactados a finales del siglo IV a.C.
d) Tanto el libro de Esdras como el de Nehemías fueron escritos, más o menos, en el siglo IV a.C.
e) Macabeos: Las luchas narradas en los libros de Macabeos abarcan cuarenta años, del 170 a.C. al 130 a.C. Y el libro fue escrito en torno al año 100 a.C. La canonicidad es atestiguada por muchos Padres, como Clemente de Alejandría, Orígenes, Cipriano, Hilario, Ambrosio, Agustín, Crisóstomo y por los concilios de Hipona (393) y Cartago (397). Trento terminó con las dudas y los incorporó al canon de las Escrituras, en el siglo XVI.

2. Características literarias

a) Los dos libros de Samuel forman una sola obra y figuran entre los escritos llamados “Profetas anteriores”. El autor se sirvió de fuentes, documentos y tradiciones que corrían por ahí.
b) El autor de los libros de los Reyes ha tenido a su disposición fuentes escritas, los anales de los reyes de Judá y de Israel.
c) Los libros de las Crónicas fueron llamados “Paralipómenos”, o sea, “libros de las cosas omitidas o, también, transmitidas al lado de”. El autor recoge noticias de la historia del pueblo que no están presentes en los otros libros históricos. Ha usado diversas fuentes: escritos bíblicos, escritos extrabíblicos y aportación personal. Ha habido un trabajo redaccional más elaborado, empleando la técnica de eliminación de cuanto no le interesaba para sus fines; la técnica de adaptación o retoque, para idealizar la figura de David. Usó el género midrash, es decir, extrajo de un hecho narrado todas las posibles enseñanzas morales para instruir religiosamente al pueblo.
d) Esdras y Nehemías: constituyen una sola obra. El autor-redactor utilizó documentos oficiales escritos en arameo, tales como cartas y decretos de reyes persas relacionados con la comunidad de Jerusalén, listas de repatriados y colaboradores activos en la reconstrucción de la muralla. Estos documentos fueron encontrados, tal vez, en los archivos del templo de Jerusalén. El autor ordenó todos estos materiales con criterios más teológicos-personales que histórico-cronológicos y conservó en bastantes casos la lengua original aramea de los documentos utilizados.
e) Macabeos: es una muestra de lo que podríamos llamar “historia monográfica”. A diferencia de la historia deuteronomista y de la historia cronística, que se pueden denominar “historias panorámicas”, los libros de los Macabeos se refieren a un solo acontecimiento: la insurrección macabea ante la dominación seléucida de Antíoco IV Epífanes y las luchas sucesivas de Judas Macabeos y sus hermanos por la libertad religiosa, cultural y política de los judíos. El libro fue escrito en hebreo. Predomina el elemento narrativo, aunque inserta himnos, discursos y documentos oficiales. El segundo libro de los Macabeos es anterior al primero; su estilo es ampuloso, retórico y recargado. A menudo introduce paréntesis llenos de paradojas y contrastes. Más que narrar busca conmover y persuadir y no le importa incorporar elementos milagrosos y sobrenaturales.

3. División y contenido temático

a) Samuel: Los dos libros de Samuel recopilan tradiciones y escritos sobre un acontecimiento clave para Israel: la instauración de la monarquía. En el primer libro, Samuel, el último juez, elige a Saúl como primer rey; se narra también la sucesión de Saúl. El segundo libro es una crónica del reinado de David, que consigue la unidad política y religiosa de Israel. Los profetas velan por la fidelidad de este pueblo a la Alianza y los sacerdotes mantienen el culto y el santuario. Dicha unidad se simboliza en Jerusalén. Todas estas transformaciones suceden a lo largo de un siglo. Estructura:

Samuel: 1 Sam 1-7
Samuel y Saúl: 1 Sam 8-15
Saúl y David: 1 Sam 16 y 2 Sam 1
David: 2 Sam 2-20
Apéndice: 2 Sam 21-24

b) Reyes: Narran la evolución de las instituciones básicas de Israel: el pueblo, el culto, el sacerdocio y la monarquía, a lo largo de 400 años (desde el 971 hasta el destierro de Babilonia, en el 561). La consolidación y esplendor de la monarquía con Salomón durará poco tiempo, ya que el reino se divide en dos a la muerte de Salomón. Es la época de máximo esplendor de los profetas, entre los que destacan Elías, Eliseo, Isaías. Se consolida la institución del templo con el sacerdocio, como pilares de la comunidad religiosa de Israel. Estructura del libro:

Historia de Salomón: 1 Re 1-11
División del reino e historia de Judá e Israel: 1 Re 12-22. Los profetas Elías y Eliseo.
Continuación de la historia de Judá e Israel: 2 Re 1-17
Reino de Judá hasta el destierro: 2 Re 18-25

c) Crónicas: estos dos libros son un compendio de la historia de Israel desde los orígenes del mundo hasta el año 538, fecha del edicto de Ciro que liberó a los judíos cautivos de Babilonia. Esta síntesis -que forma un grupo literario con los libros de Esdras y Nehemías- se redactó a finales del siglo IV a.C. y tiene como fin resaltar la restauración del pueblo de Israel desde una perspectiva religiosa. Sus líneas directrices son la exaltación del rey David y de la ciudad santa de Jerusalén. Estructura:

Genealogía de las tribus de Israel: 1 Cro 1-9
David y su obra: 1 Cro 10-29
Salomón y su obra: 2 Cro 1-9
Sucesos de Salomón: 2 Cro 10-36
El libro se cierra con la destrucción del templo y la deportación a Babilonia, como castigo de la infidelidad del rey y del pueblo.

d) Esdras y Nehemías: Formaron en su origen un solo libro y narran los hechos de la comunidad de Israel a partir del edicto de Ciro (538 a.C.). Los protagonistas de estos hechos son Esdras (sacerdote) y Nehemías ( escriba nombrado gobernador de Judea por Artajerjes). Marcan las líneas básicas de la restauración de Israel: la reconstrucción del templo y de la ciudad santa, y la formación de una nueva comunidad israelita basada en el culto y en la renovación de la Alianza, que se concreta en la observancia de la ley de Moisés. Nace el judaísmo, nuevo tipo de comunidad religiosa agrupada en torno al templo, a la ciudad y a la ley. Estructura:

Retorno de los judíos exiliados y reconstrucción del templo: Esd 1-6.
Actividad de Esdras y restauración de la comunidad de Jerusalén: Esd 7-10.
Primera misión de Nehemías: Neh 1-7.
Lectura de la ley y renovación de la alianza: Neh 8-10.
Reorganización de la comunidad por parte de Nehemías: Neh 11-12
Segunda misión de Nehemías en Jerusalén: Neh 13

e) Macabeos: Cuentan las luchas de los judíos, dirigidos por Judas, el Macabeo (“martillo”) y sus hermanos, contra los seléucidas para defender la libertad religiosa y política. El primer libro sintetiza los cuarenta años de guerra (entre 175 y 124 a.C.), mientras que el segundo libro narra, con un estilo distinto, los hechos de los primeros capítulos del primero. Estructura:

Primer libro: Causas de la rebelión y comienzos de la resistencia (1-2); y hazañas de los tres hermanos: Judas, Jonatán y Simón (2-13).
Segundo libro:
- Causas de la rebelión (1-8)
- Insurrección de Judas (2-9)
- Hazañas del Macabeo hasta la muerte de Nicanor

4. Contenido teológico y espiritual

a) Samuel: en estos libros se contienen estas verdades:

Monarquía: el rey garantizaba la estabilidad moral, social y material del pueblo. El rey era ungido y se convertía en persona sagrada. David fue el rey ideal. Saúl, el rey reprobado.
Profetismo: nace para hacer frente a la tentación del pueblo de buscar la salvación por medio de los recursos y efectivos humanos; y para contrarrestar las tendencias absolutistas y soberbias de la monarquía. No por ser rey se le permite todo. Tenemos el ejemplo del profeta Natán que echa en cara el pecado de David.
Unidad de todas las tribus y de todo el territorio.
La formación del pueblo de Dios. b) Reyes:

Dios ha delegado en el rey sus poderes. Por eso, el rey llega a ser representante de Dios cerca del pueblo y del pueblo ante Dios. Dios lo elige mirando el corazón, y no siempre las cualidades externas.
La misión y la autoridad del rey es misión de servicio a Dios y al pueblo.
El rey, a pesar de estar consagrado, sigue siendo hombre. Por eso, debe vivir él primero en el amor y temor de Dios para caminar por el sendero del bien, pues tiene las mismas pasiones de todo hombre: lujuria, mentira, envidia, etc. Baste recordar 1 Sam 18-24, las relaciones entre David y Saúl, y 2 Sam 11 y 12, el pecado y el arrepentimiento de David. El fracaso del pueblo de Dios se debe a la infidelidad de los reyes que gobiernan y al pueblo.
La palabra de Dios se realiza a pesar de los reyes impíos. Es Dios y su Palabra que construye la historia de Israel, a través de la voz de los profetas (Elías y Eliseo).
El éxito o el fracaso en las empresas depende de la fidelidad o no a la Alianza.
A pesar de los enemigos externos, la fuerza de la fe del ungido logrará la victoria, como le pasó a David frente a Goliat (1 Sam 17, 4-11)
Dios es presentado como Señor Supremo, el Dios de las fuerzas y de la Naturaleza; un Dios nacional, celosamente reivindicado por el pueblo elegido, tan estrechamente apegado al suelo de la tierra prometida que no se le pueden ofrecer sacrificios fuera de esa pequeña región donde Israel realiza su voluntad. Es un Dios tan próximo, tan vivo, que colma de amor y protección.
La idea de la justicia divina hace progresos. Si bien protege a su pueblo, Yahvé no deja de manifestarle un rigor justo. Y si hay arrepentimiento, Dios manifestará misericordia. Todo cuanto se narra en los libros es un canto de reconocimiento y alabanza a la justicia divina. El castigo no es sino el cumplimiento de lo que en el Deuteronomio aparece reservado a los que son infieles a la Alianza (cf. Dt 28, 15).
Aletea en todas las páginas de estos libros el rayo de esperanza: Dios es fiel y cumple sus promesas. Una página central en la historia de la salvación es 2 Sam 7, 1-16, donde Dios renueva la alianza con David con una promesa grandiosa: la continuación de la dinastía de David en el trono. Se habla, pues, del Mesías.
Prefiguraciones: anticipación del bautismo (2 Re 4, 1-37: Naamán el leproso que se baña en el río). c) Crónicas:

El centro del mensaje religioso de las Crónicas es la realización de las promesas, la constitución del Reino de Dios sobre la tierra. El centro de este Reino es Jerusalén, como centro religioso. Los elementos del Reino serán: el Templo, el sacerdocio levítico y la dinastía davídica.
El Señor gobierna toda la historia y es fiel a sus promesas.
De Israel ha hecho una comunidad santa. Se transforma de una comunidad real y profética en una sacerdotal.
La santidad se demuestra en la obediencia a la Ley y en la observancia de los ritos. d) Esdras y Nehemías.

Pilares de la restauración de Israel: Ciudad Santa, Jerusalén, con su Templo, y la Comunidad, basada en la observancia estricta de la Ley.
Detrás de la ley está siempre un Dios vivo que habla y actúa. Y acompañando la ley está un culto cálido y sincero, y una plegaria espontánea.
La comunidad asume un carácter específicamente religioso: busca la santidad moral, poniendo aparte sus anhelos de libertad política. Con este espíritu nacen en este tiempo las sinagogas, o lugares de culto; los escribas, consagrados al estudio de la ley, y el Sanedrín, es decir, la autoridad interna, espiritual y jurídica.
La acción combinada de un sacerdote exigente y erudito (Esdras) y la de un seglar enérgico y comprometido (Nehemías) ha conseguido el milagro de reconstruir la comunidad de salvación. Y todo ello sin alardes personalistas; lo único que importa es la misión que Dios les ha encomendado. e) Macabeos:

El segundo libro tiene una mayor densidad religiosa y mucho menos interés político y militar, como el primero.
Ambos libros ponen en evidencia las tremendas pruebas que sufrió el pueblo escogido por querer imitar a los paganos, y destacar el auxilio de la divina Providencia en aquella lucha de vida y muerte, que humanamente hablando, habría debido tener por consecuencia la aniquilación del pequeño pueblo judío. Por tanto, la fidelidad a Dios es condición básica para conservar la unidad y la identidad del pueblo escogido. La lucha por la fe empieza en esta tierra y tiene su victoria definitiva sólo más allá del tiempo.
El templo significa la santidad de Dios, expresada en sus santas leyes, el culto, los sacrificios y el sumo sacerdocio que ejerce una mediación determinante para su pueblo.
Valor de la oración y del sacrificio, el poder ejemplar y expiatorio del martirio de los justos, la retribución tras la muerte y la esperanza en la resurrección futura. Aquí encontramos el argumento de la oración por los difuntos y, por lo mismo, la verdad sobre el purgatorio. VI. CONCLUSIÓN:

Todos estos escritos nos invitan a un absoluto monoteísmo y fidelidad a la fe de los padres o antepasados en la fe. A Yavhé, único Dios a quien adorar y servir, se le puede encontrar en la oración o en la ley. Dios es justo remunerador, no deja a los justos sin ayuda. Los que caen en la batalla o reciben la persecución o martirio, resucitarán a la vida, mientras que los impíos recibirán tormento para siempre. VII. ORACIÓN:

Señor, sé para nosotros el único Dios. Que tu santa Ley sea la senda hacia la felicidad y la conquista de esa tierra prometida. Danos conciencia de que somos reyes desde el día de nuestro bautismo, para luchar contra el mal en todos los ámbitos, y siempre desde la caridad y la justicia. Amén.



Libros Didácticos: Rut, Tobías, Judit y Ester

I. INTRODUCCIÓN

Rut, Tobías, Judit y Ester componen un grupo de libros breves que se suelen calificar como Didácticos o Hagiográficos, y que podríamos titular como “vidas de santos de Israel”. Los cuatro tienen fines didácticos y pedagógicos, centrados en un personaje concreto y no en acontecimientos del pueblo. Por tanto, su finalidad es enseñar, exhortar y animar a los lectores. No abarcan espacios de tiempo más o menos largos, tienen sólo como tema un episodio concreto con un protagonista que da nombre al libro.

Dios en estos libros es Maestro que nos enseña lecciones de vida. Nosotros somos los discípulos. Se nos pide atención, silencio, recogimiento, para absorber todas las enseñanzas de vida eterna que nuestro buen Dios nos da, y así ponerlas en práctica.


II. OBJETIVO DOCTRINAL: Repasar estos libros didácticos.


III. OBJETIVO VIVENCIAL: Aprender las lecciones que estos libros nos ofrecen y llevarlas a nuestra vida.


IV. TESIS: Aunque relaten hechos históricos, estos libros tienen como objetivo enseñar al pueblo, por ser historias edificantes, y fortalecer la fe de los judíos que vivían en la Diáspora (fuera de la Patria) proponiendo las virtudes de sus personajes como ejemplo de vida, tanto en la vida personal como en la vida familiar.


V. EXPLICACIÓN DE LA TESIS:

1. Autor y fecha

a) Rut: no se sabe cuándo se escribió esta preciosa historia del tiempo de los jueces, que trata de los antepasados de David. Muy probable es la hipótesis de que fuera escrita en tiempos del mismo rey David, y se supone que el autor es aquel que escribió el primer libro de los Reyes, tal vez, el profeta Samuel.
b) Tobías: fue escrito alrededor del año 200 a.C. Es libro deuterocanónico.
c) Judit: fue escrito probablemente hacia el año 150-100 a.C. Es libro deuterocanónico, como el de Tobías.
d) Ester: fue escrito en hebreo, durante el período entre el V y el II siglo a.C.

2. Características literarias

La característica literaria de todos estos libros es ésta: son relatos midráshicos, es decir, escritos didácticos que describen una situación histórica, y viene idealizada, añadiendo personajes y relatos aptos para dar su enseñanza y su doctrina. Son obras maestras del arte narrativo hebreo.

3. División y contenido temático

a) Rut: es la historia de una joven moabita, una extranjera en Israel. A pesar de las tendencias nacionalistas y xenófobas de gran parte de la literatura bíblica de después del destierro, el libro de Rut es una ventana abierta a la universalidad de la salvación, es decir, Dios ha venido a salvar a todos, y no sólo al pueblo de Israel.
b) Tobías: se trata de una historia de familia inspirada en los relatos patriarcales del Génesis. A través de la historia de Tobías, hijo de Tobit y Ana, y su mujer Sara, se intenta inculcar los valores tradicionales del judaísmo, sea en el ámbito personal como en el familiar. La institución familiar es escuela de aprendizaje, de vivencia y transmisión de las enseñanzas morales y religiosas judías.
c) Judit: Judit, la “judía”, es prototipo, punto de referencia, modelo que encarna las mejores virtudes de su pueblo: confianza y fe en Jahveh, obediencia a la Ley y sincera religiosidad. Es una heroína que se enfrenta, sola, al general enemigo Holofernes y le da muerte, para así librar al pueblo del yugo enemigo.
d) Ester: relato ambientado en los años del dominio persa -ambientación que es parte de la ficción literaria- y según el cual una mujer judía, Ester, llegó a reina de Persia y salvó a su pueblo, una comunidad judía condenada al exterminio.

4. Contenido teológico y espiritual

a) Rut:

Apertura universalista: la pertenencia a la comunidad judía no está condicionada por la raza; un extranjero puede formar parte de ella. Ya se va perfilando cómo la salvación es para todos y hay que evitar los nacionalismos fanáticos.
Defensa del sentido de solidaridad familiar y la ley del Levirato. Los hebreos tenían un fuerte sentido de solidaridad familiar, también para garantizar una descendencia: en una época en que los hombres no tenían idea de la resurrección, ellos buscaban la inmortalidad del propio nombre a través de los hijos y nietos. La continuidad de la familia era amenazada también por la falta de hijos. La costumbre del Levirato venía a resolver esta crisis; al morir uno sin hijos, el hermano del difunto estaba obligado a tomar para sí a la viuda, y el primer hijo que nacía de esa unión era considerado hijo del muerto, heredero de su pertenencia. El hermano que cumplía con este cometido se llamaba “levir”, de donde viene el término “levirato” para designar a esta ley. Rut es un fiel reflejo de esta solidaridad de los tiempos antiguos, cuando podía pasar que incluso un pariente lejano, como Booz, se casara con una viuda sin hijos, para suscitar un heredero a la familia del difunto.
La Divina Providencia dispone y hace que concurran aún los menores sucesos al cumplimiento de sus mayores designios.

b) Tobías:

El tema principal del libro es el camino de la felicidad, representado en el viaje de Tobías bajo la guía del ángel. El camino de la felicidad consiste en esto: temor de Dios en la obediencia a los mandamientos; respeto y piedad hacia los padres; práctica de las obras de misericordia, oración y ayuno, justicia y honestidad.
La Providencia divina: Dios cuida de sus hijos, no es responsable del mal de los hombres; es más, sale en su ayuda, aunque estén en la diáspora.
Misión de los ángeles, buenos y malos: el bueno ayuda, sana y salva; el malo, destruye la obra de Dios. Los ángeles buenos son el instrumento de Dios.
Las virtudes familiares: piedad, amor, respeto, unión.

c) Judit:

Dios es el Señor de la historia; todo es conducido por Él para los mejores intereses de su pueblo.
Rol importante de la mujer en el designio de Dios: Dios elige lo que es débil, a los ojos humanos, para confundir a los fuertes. El relato pone en evidencia la sabiduría de la mujer, su fe en Dios, elogiando las virtudes de la mujer viuda y piadosa y anticipa la alabanza de las virtudes de Ana (cf. Lc 2, 36-37), de María y de las virtudes cristianas (cf 1 Tim 5, 5).
Acción de gracias en las pruebas: en los libros históricos las adversidades eran consideradas como un castigo por la infidelidad a Dios. Aquí se está purificando poco a poco la mentalidad religiosa: las adversidades son prueba para la fe del pueblo.

d) Ester:

Inviolabilidad del pueblo de Israel en la historia, es decir, aunque es pequeño y perseguido, lleva en sí la bendición y el favor de Dios y es portador de salvación.
Providencia de Dios: Dios interviene en la historia para salvar a su pueblo perseguido.

VI. CONCLUSIÓN: Una cosa es cierta: Dios nos acompaña en las buenas y en las malas. Basta que no nos soltemos de su mano, pues Él nos quiere llevar a la salvación. Y quiere salvar a todos, sin distinción de razas, lenguas y colores. El dolor y la adversidad son pruebas a nuestra fe. Aceptemos la prueba, pues acrisolará nuestra virtud.

VII. ORACIÓN: Señor, tu Providencia nos acompaña siempre, pues eres nuestro Padre. No permitas que nos separemos de ti, y danos fuerza para soportar las pruebas de la vida. Que tus ángeles buenos nos guíen y nos acompañen en el camino de nuestra vida, para que nuestro pie no tropiece en piedra alguna. Amén.

escrito por P. Antonio Rivero LC
(fuente: catholic.net)

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