El sistema tradicional de educación ha dejado de ser referencia para leer y dar significado a la realidad. Del mundo creado por las tecnologías, nacen nuevos lenguajes y sobre todo, nuevas relaciones entre las personas, modificando el tiempo y el espacio tradicionales.
El concepto de espacio hoy es más amplio dando origen a los ciberespacios, con ciudadanos en las redes que comparten conocimientos, ideas, sueños y comportamientos, y todo ese cambio se da en un territorio virtual y no real. Desaparece lo concreto, el espacio físico, lo que puede tocarse, el contacto y se entra en otra dimensión de percepción.
Por otra parte las nuevas tecnologías no solo descentran las formas de transmisión y circulación del saber, sino que constituyen un ámbito decisivo de socialización, de identificación, de propuestas de comportamientos, de estilos de vida de modelos culturales, entre otros.
El gran desafío de las instituciones en este escenario es el de promover el acceso a las nuevas formas de conocimiento y comunicación, dando oportunidades, como en nuestro caso, a los estratos sociales más desfavorecidos que residen en los contextos geográficos periféricos respecto a los centros promotores de la tecnología multimedial, multiplicando las iniciativas existentes de educar en la comunicación, a todos los niveles de instrucción, proponiéndose como instituciones educativas de uso de la web, dando su aporte para educar a los “navegantes” en la red hacia sitios cualificados desde el punto de vista informativo.
De igual forma; para ofrecer un soporte a la educación de los jóvenes creando nuevas comunidades educativas en el ciberespacio, es indispensable una comunicación eficaz y comprensible, no solo de información sino que elabora estrategias comunicativas, creando un ambiente abierto al dialogo, al reconocimiento del otro como ser social, que requiere estar a la vanguardia de la nueva era de las comunicaciones, pero que sabe que el otro existe y forma parte de una sociedad a la cual pertenece y a la que se debe como sujeto que interacciona para alcanzar la transformación de su realidad y la de su entorno inmediato.
De igual forma me atrevo a afirmar que la educación tiene su fundamento principal en la relación y sus dinámicas interactivas y comunicativas, enseñando y motivando a través de una buena relación entre pares, entre alumnos y docentes y estos y padres de familia, generando un clima favorable y estimulante para lograr una comunicación asertiva que permita la interacción entre unos y otros, sin desconocer la gran cantidad de medios comunicativos e informáticos que se presentan a la orden de día.
Otro elemento fundamental es reconocer los cambios socioculturales por los cuales esta pasando el mundo, están exigiendo una nueva configuración en los modelos educativos y culturales y la escuela no es la única institución educadora y no tiene el primado de la educación de la sociedad. Coexisten diversos agentes educativos. El concepto de aprendizaje ha evolucionado, y hace comprender que la educación y la cultura están muy próximas, que los agentes culturales son también agentes educativos y viceversa, que hay una interrelación constante entre la política, la condición de ciudadano y la educación, que hay una gran correlación de temática entre los diferentes aspectos de la sociedad y la vida humana.
Ahora bien; el oratorio de Don Bosco fue en términos actuales un ecosistema educativo; Don Bosco lo vivió en la calle, la casa, la escuela, la iglesia, el taller… e hizo de cada espacio un ambiente digno para fortalecer los valores humanos, ayudando a favorecer el desarrollo personal. Don Bosco no tenía Internet, pero se comunicaba con sus jóvenes a través del lenguaje del amor, y como hoy nosotros, se comunicó a través de su experiencia de vida con el mundo entero.
La escuela para nosotros se convierte en la calle como escenario para la formación del joven, pues en nuestras instituciones educativas vivimos la experiencia de calle desde la experiencia de los jóvenes. El tiempo libre de muchos de nuestros niños y jóvenes lo viven en la calle y nuestra tarea consiste en dar a conocer al joven las herramientas útiles para que a través de esa calle se forme como un ciudadano de principios y valores sociales. Nosotros no tenemos como Don Bosco que buscar los jóvenes en la calle, nuestra tarea consiste, y así lo hacemos, en evitar que los jóvenes vayan a la calle, contamos con la gracia de tenerlos en nuestra institución y debemos acogerlos, amarlos y formarlos para la vida “cuando un joven llega nuestra casa ya es nuestro”.
Nos convertimos en una casa de puertas y corazones abiertos cuando acogemos al joven, cuando lo recibimos, cuando leemos su rostro y por medio de él podemos decir este niño, este joven, está alegre, triste, preocupado, enfermo. Nuestra casa es casa que acoge, casa que recibe al estudiante y hace que su permanencia sea significativa, una casa donde vivimos el acompañamiento salesiano y se vive la familiaridad, la fraternidad y el afecto.
Nos proponemos hacer de nuestra casa salesiana un taller que prepara para el mundo del trabajo, donde se desarrollan las competencias mínimas para que nuestros jóvenes se desempeñen en el mundo laboral, donde aprendan a valorar el trabajo propio y ajeno, donde se vivencia la ética, el trabajo cooperativo y solidario, aquí los jóvenes aprenden a comprender que el trajo dignifica al hombre y glorifica a Dios.
“En esta casa, escribe, todo invita a hacer el bien. Hay en ella un ambiente de dulzura y de alegría reflejada en todos los semblantes, que sorprende…”
Otro aspecto fundamental de nuestra casa salesiana es el patio. Patio para compartir con los amigos, para vivir la espontaneidad y la alegría, a través del patio podemos reconocer al joven tal y como es, sin prejuicios y sin condicionamientos. En el patio se reconoce la esencia del joven, sus verdaderos gustos, se analizan sus comportamientos, se genera un ambiente de confianza y por medio de ella podemos reconocer y conocer al joven que hay en medio de nosotros.
También nuestra casa se convierte en un lugar de patria, donde se forman ciudadanos con criterio, con carácter, líderes y con sentido de pertenencia, aquí vivimos experiencias de toma de decisiones, de cooperación, de solidaridad. A través de la experiencia del aula se evidencian situaciones de compañerismo y compromiso social, de defensa y promulgación de los derechos humanos, de toma de decisiones responsables, de participación democrática; en pocas palabras de formación de auténticos ciudadanos.
La casa salesiana es un lugar para la creación donde se aprende a amar y vivir en comunión con la naturaleza. Aquí se promulga el amor a Dios a través de su más hermosa creación, el ser humano, un ser humano que como lo hemos expresado en nuestro decálogo de convivencia (“soy valorado como persona, me quiero, me respeto y respeto a los demás”) se quiere y sabe que esto representa un alto valor de autoestima, que sabe que al respetarse y respetar a los demás respeta su entorno y el entorno del otro, respeta la naturaleza obra de Dios, respeta la vida y aprende a apreciar la grandeza de Dios por medio de todo lo que nos rodea.
Por otra parte es que la casa salesiana es parroquia que evangeliza; pues la razón de ser de la iglesia es evangelizar y en esto estamos totalmente comprometidos. Nuestra acción pastoral es la evangelización en Jesucristo crucificado y resucitado. Fomentamos el amor a Dios y al prójimo al estilo de Jesús buen Pastor, formamos en la fe a través de la preparación de los sacramentos, la vivencia de la eucaristía y la oración diaria.
Y finalmente lo que por lo general consideramos nuestra razón de ser: escuela que construye el conocimiento y prepara para la vida, formamos de manera integral, concientes de la responsabilidad social que tenemos como educadores.
“La escuela salesiana es una magnifica oportunidad que ofrece y abre al joven la posibilidad de proyectarse al futuro y emprender un nuevo camino, la ocasión de construir su propio proyecto de vida, obrando “con el criterio que guió las opciones de Don Bosco, es decir, dar más a quien ha recibido menos”.
Considero la escuela como un medio para responder a las necesidades de los jóvenes según su contexto histórico, geográfico y socio político, que favorece el actuar en sociedad y no se queda en la transmisión de información y teoría, sino que trasciende al desarrollo de un pensamiento emprendedurista, en la formación de un joven capaz de transformar su vida y su entorno, así se abre el camino en la construcción del conocimiento, permitiendo una apropiación real del mundo actual, saturada por medios de comunicación que se han convertido en medios de información, pero que manejados de una manera responsable se deben convertir en escenarios de aprendizaje.
La escuela que propone Don Bosco es una escuela que prepara para la vida, no es una escuela que prepara para hacer historia y cultura en el futuro, sino para lograrlas aquí y ahora, haciendo historia y haciendo cultura en cada acto educativo. Una escuela que actúa como calle, como parroquia, como casa que acoge, como taller, como patio, en pocas palabras una escuela que forma “buenos cristianos y honestos ciudadanos”.
[ 2 ]. Peresson Tonelli, Mario L; S.D.B: Educar Con El Corazón De Don Bosco. Bogotá: Librería salesiana, 2010, p.127
[ 3 ]. Peresson Tonelli, Mario L; S.D.B: Educar Con El Corazón De Don Bosco. Bogotá: Librería salesiana, 2010, p.159g
[ 4 ]. Peresson Tonelli, Mario L; S.D.B: Educar Con El Corazón De Don Bosco. Bogotá: Librería salesiana, 2010,
(Ensayo) escrito por Willia Jair Roa
(fuente: www.donbosco.org.ar)
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