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martes, 21 de abril de 2015

Monseñor Arancedo llamó a "despertar la conciencia a veces aletargada ante el drama de la pobreza, del pobre, del que sufre"

Lunes 20 Abr 2015 Pilar (Buenos Aires) (AICA): En la misa de apertura de la 109ª Asamblea Plenaria, que hasta el sábado se desarrolla en la casa de ejercicio El Cenáculo-La Montonera, de Pilar, el arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor José María Arancedo, pidió orientar la justicia a la reconciliación para abrir el camino hacia ¨la concordia, la fraternidad y la amistad social, tan necesarias en la vida y el futuro de toda comunidad¨, y consideró que el Año Santo de la Misericordia convocado por el papa Francisco es un tiempo propicio para ¨despertar la conciencia a veces aletargada ante el drama de la pobreza, del pobre, del que sufre¨.


Homilía de monseñor José María Arancedo, 
arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, 
en la misa de apertura de la 109º Asamblea Plenaria

Iniciamos en esta Asamblea un nuevo trienio de nuestro camino pastoral y de “afecto colegial”, al servicio de la Iglesia en Argentina. Demos gracias a Dios por el camino recorrido, y pidamos la luz de su Espíritu para ser discípulos y testigos del evangelio.

Qué bien nos hace escuchar la palabra del Señor a sus discípulos cuando le preguntan: ¿Qué debemos hacer para realizar las obras de Dios? Jesús en su respuesta se presenta como el fundamento de la fe: “La obra de Dios es que ustedes crean en aquel que él ha enviado” (Jn. 6, 29). Volvamos nuestra mirada a él que es: “nuestro principio, nuestra vida y nuestro guía” (Pablo VI).

La fe es el primer testimonio en nuestro servicio pastoral, y un don que siempre debemos agradecer y cuidar. Ella nos hace ver la realidad desde Jesús que nos descubre el camino de Dios y el gozo pascual de su cruz, que purifica y hace más fecundo nuestro ministerio. La vivencia de la fe es sabiduría, paz y alegría. ¡Renueva, Señor, en nosotros y en la Iglesia el don de la fe para gloria de tu nombre y el servicio a nuestros hermanos!

La fe no es algo intimista, ello no pertenecería al designio de Dios: “que tanto amó al mundo que le envío a su Hijo único” (Jn. 3, 16). Es este mundo concreto el destinatario del amor de Dios. No hay nada en la vida del hombre y en el mundo que sea ajeno a Jesucristo. Él ha venido a salvar al hombre y a sanar su liberad herida por el pecado. La fe nos hace conocer la raíz del mal y nos da la certeza del amor redentor de Dios.

Ella es fuente de una palabra que da sentido a la vida del hombre en el mundo, y es también palabra de juicio hacia todo aquello que compromete su dignidad. En este sentido la Doctrina Social de la Iglesia es docencia y denuncia, no un agregado circunstancial al evangelio sino parte integrante del mismo. Decir que toda la actividad del hombre es iluminada por el evangelio, es expresión de una auténtica fe en Jesucristo.

El Santo Padre nos ha convocado a celebrar un Año Santo de la Misericordia. Vamos a vivir un acontecimiento de gracia que tiene su origen en la intimidad de Dios: Dios es amor misericordioso y vimos su cercanía en el rostro de Jesucristo. Hay momentos de la historia, nos dice Francisco, en que estamos llamados a tener la mirada fija en la misericordia del Padre para ser, como Iglesia, signos eficaces de su amor y obrar.

Es más, define a la misericordia como la viga maestra que sostiene la vida de la Iglesia. Esto nos compromete a ahondar en la “vía de la misericordia”. El pretender siempre y solamente justicia nos puede hacer olvidar, agrega, que ella es el primer paso necesario e indispensable; pero la Iglesia necesita ir más lejos para alcanzar una meta más alta y más significativa. Desde el Evangelio hablamos del perdón y la reconciliación como expresión de ese amor misericordioso del Padre que conocimos en Jesucristo. Cuando la justicia se orienta a la reconciliación se abre al camino hacia la concordia, la fraternidad y la amistad social, tan necesarias en la vida y el futuro de toda comunidad.

Frente a tantas situaciones de precariedad y sufrimiento nos manifiesta el deseo de que todo el pueblo cristiano reflexione en este Jubileo sobre las obras de misericordia corporales y espirituales. El Año Santo es un tiempo oportuno para despertar la conciencia a veces aletargada ante el drama de la pobreza, del pobre, del que sufre. Es un desafío para entrar más de lleno en el corazón social del Evangelio, donde los pobres son los privilegiados de la misericordia divina, los preferidos del Señor. Tenemos que vivir esta verdad del Evangelio con la libertad y la exigencia de una palabra, que nace en el amor de Dios y busca el bien integral del hombre.

Doy gracias a Dios que al comenzar este año podamos contar con las “Orientaciones Pastorales para el trienio 2015-2017”. Valoro el trabajo de la Comisión Permanente que nos permite continuar y actualizar el camino de las líneas pastorales que hacen a nuestro servicio a la Iglesia. Es de destacar en ellas la integración de la propuesta del Santo Padre del Año Santo, junto al Sínodo de la Familia y el Congreso Eucarístico en el camino de la Misión Continental, teniendo presente, además, las diversas áreas pastorales que hemos venido trabajando en el trienio pasado.

Que María Santísima, Nuestra Madre de Luján, nos acompañe en los trabajos de esta Asamblea Plenaria para gloria de Dios y al servicio de nuestros hermanos.

Mons. José María Arancedo, 
arzobispado de Santa Fe de la Vera Cruz 
Presidente de la Conferencia Episcopal Argentina


Los obispos abren la 109ª Asamblea Plenaria con un intercambio pastoral

Lunes 20 Abr 2015 Buenos Aires (AICA) Un intercambio pastoral sobre la realidad del país abrirá esta tarde la 109ª Asamblea Plenaria que hasta el sábado se desarrollará en la casa de ejercicios El Cenáculo-La Montonera, de Pilar, donde un centenar de obispo abordará cuestiones como la formación de los futuros sacerdotes, las actividades por el Año de la Vida Consagrada, las conclusiones de la consulta preparatoria para el Sínodo de la Familia y la organización del Congreso Eucarístico Nacional 2016, entre otros puntos del temario.

Tras la presentación de las Líneas Pastorales para el Trienio aprobadas por la Comisión Permanente, monseñor José María Arancedo, arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, celebrará al final del día la misa de apertura.

El martes se dedicará la jornada a analizar la formación de los candidatos al sacerdocio en los seminarios del país en orden a una posible reforma del plan vigente.

El miércoles por la mañana habrá un espacio destinado al Sínodo de la Familia para que los obispos conozcan las conclusiones de la consulta realizada como preparación del Sínodo. Por la tarde se analizará la realidad de la Vida Consagrada en el país, en el marco del Año de la Vida Consagrada convocado por la Santa Sede y que se extenderá hasta el 2 de febrero.

El jueves por la mañana se presentarán los avances de la organización del Congreso Eucarístico Nacional 2016 y habrá un espacio para reflexionar en torno a la figura pastoral de monseñor Enrique Angelelli.

Por la tarde los obispos se trasladarán al Pequeño Cottolengo Don Orione de Claypole para celebrar la misa en conmemoración de los 80 años de su fundación y los 75 años de la muerte de San Luis Orione, quien vivió cinco años en la Argentina y comenzó personalmente con la obra en el país.

El viernes se dedicará a varios temas, entre otros, Pastoral Penitenciaria, Catecismo Argentino, Encuentro Nacional de Grupos Misioneros de Santiago del Estero y presentación de diversos libros. Con motivo de los 100 años del Genocidio Armenio, a las 19, se celebrará la misa en rito armenio.

Las deliberaciones concluirán el sábado por la mañana en cuya sesión los integrantes del Consejo Nacional de la Acción Católica informarán sobre la próxima Asamblea Federal de la institución que tendrá lugar en Bahía Blanca del 10 al 12 de octubre próximo.

Durante la Asamblea de obispos también se agasajará a Mons. Héctor Villalba, arzobispo emérito de Tucumán, quien en febrero pasado fue creado cardenal. Por ello se le pidió que presida la misa del martes.

Por otra parte, el miércoles se celebrará la Eucaristía por todos los obispos difuntos.

Según su estatuto, la Asamblea Plenaria es “el órgano primario y principal de la Conferencia Episcopal que expresa de forma particular el afecto colegial de sus miembros” y se realiza dos veces al año. Están convocados 90 obispos (diocesanos, coadjutores, auxiliares) y 2 sacerdotes administradores diocesanos; e invitados 38 obispos eméritos y el nuncio apostólico, monseñor Emil Paul Tscherrig.

Informes: oficinaprensacea@gmail.com y www.episcopado.org.+

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