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lunes, 19 de octubre de 2009

El Ave María, para meditar desde las palabras de Jesús

(Dictado a María Valtorta)

Dice Jesús:

“Bienaventurados los labios y los pueblos en los que se pronuncia: “Dios te salve, María”.

Salve: yo te saludo. El más pequeño al mayor, el niño al padre, el inferior al superior, están obligados, en la ley de educación humana, a decir a menudo un saludo respetuoso, debido, amoroso, según los casos. Mi hermano no debe negar este acto de amor reverencial a la Madre perfecta que tenemos en el Cielo.

Dios te salve, María. Es un saludo que limpia los labios y el corazón porque ¡no se pueden decir esas palabras, con atención y sentimiento, sin sentirse ser un poco mejores! Es como el acercarse a una fuente de luz angélica o a un oasis hecho de lirios en flor.

Salve, la palabra del ángel que se os concede para saludar a Aquella que saludan con amor las Tres Personas eternas, la invocación que salva, tenedla siempre mucho en los labios. Pero no como un movimiento automático del que se excluya el alma, sino más bien como movimiento del espíritu que se inclina ante la realeza de María y se abre hacia su corazón de Madre.

Si supierais decir con verdadero espíritu estas palabras, incluso sólo estas dos palabras, seríais más buenos, más puros, más caritativos. Porque entonces los ojos de vuestro espíritu estarían fijos en María y su santidad os entraría en el corazón a través de esa contemplación. Si lo supierais decir nunca estaríais desolados. Porque Ella es la fuente de las gracias y de la misericordia. Las puertas de la misericordia divina se abren ya no sólo con el impulso de la mano de mi Madre, sino hasta con su simple mirada.

Vuelvo a decirlo: bienaventurados los labios y los pueblos en los que se pronuncia: Dios te salve, María. Pero donde se pronuncia como se debe. Porque si es cierto que de Dios nadie se burla, también lo es que a María no se le engaña.

Recordad siempre que Ella es la Hija del Padre, la Madre del Hijo, la Esposa del Espíritu Santo, y que su fusión con la Trinidad es perfecta. Por eso Ella posee las potencias, las inteligencias, las sabidurías de su Señor. Y las posee con plenitud absoluta.

Es inútil ir a María con el alma sucia de corrupción y de odio. Ella es vuestra Madre y sabe curar vuestras heridas, pero quiere que en vosotros esté al menos el deseo de sanar de ellas.

¿De qué sirve dirigirse a María, la Purísima, si dejando su altar, o acabando de pronunciar su nombre, vais a cometer pecado de carne o a proferir palabras de blasfemia? ¿De qué sirve dirigirse a María, la Piadosa, si inmediatamente después, más aún si al mismo tiempo, tenéis en el corazón rencores y en los labios maldiciones hacia los hermanos? ¿Qué salvación puede daros esta Salvadora, si vosotros destruís vuestra salvación con vuestra voluntad perversa?

Todo es posible para la Misericordia de Dios y para la potencia de María, pero ¿para qué arriesgar la vida eterna esperando obtener la buena voluntad del arrepentimiento en la hora de la muerte? ¿No sería mejor, dado que no sabéis cuándo será vuestra llamada a mis puertas, ser verdaderos amigos de María durante toda la vida y tener así la garantía de la salvación?

Porque, lo repito, la amistad con María es causa de perfección porque infunde y comunica las virtudes de la Amiga elegida, que Dios no ha desdeñado y os ha concedido como corona de la obra de redención de su Hijo. Yo, Cristo, os he salvado con el Dolor y la Sangre; Ella, María, con el Dolor y con su llanto, y quisiera salvaros con su Amor y su sonrisa”.

“Dios no ha mandado a su ángel para decir “salve” sólo a María. Dios os saluda, ¡oh hijos queridísimos!, con sus atenciones, Dios os manda como ángeles sus santas inspiraciones, Dios os trae sus bendiciones de la mañana a la noche y de la noche a la mañana. Siempre estáis rodeados de las ondas amorosas y providentes del pensamiento de Dios.

¿Cómo es posible, entonces, que no advirtáis nada o tan poco? ¿Cómo es que no vivís en justicia y santidad? Porque estáis impermeabilizados al influjo de la gracia, porque os habéis vuelto refractarios a la acción del amor por vuestra voluntad contraria al Bien.

Gabriel dijo a María: “Salve”, y el sonido de la voz angélica llevó, sobre la ya inundada de gracia, una nueva onda de gracia. La luz vivísima de su espíritu inmaculado tocó la cima de la luminosidad porque la correspondencia del espíritu de María fue perfecta.

Humildad, diligencia, pudor, oración..., ¿qué podría encontrar, que no fuera excelso, la palabra angélica para convertirse en la primera chispa del incendio de la Encarnación? Grande fue el don de la preservación de la culpa original, que el Eterno había hecho a la elegida para ser el primer sagrario del Cuerpo del Hijo. ¡Pero cuánta, cuánta, cuánta correspondencia en María!

Si hubieran sido donados a otra criatura, no digo ya los dones secretos que sólo Dios sabía que había dado, sino los dones evidentes, de los que uno se da cuenta –tal como inteligencia suma, instrucciones sobrenaturales, ardientes contemplaciones, y hablo sólo de los dones morales y espirituales– ¿cómo no se habría gloriado de tanto don, al menos en algunos momentos, aquella criatura?

Pues no, en María no hubo nada de esto. Cuanto más la alzaba Dios hacia su trono más aumentaban en Ella gratitud, amor y humildad. Cuanto más le daba Dios a entender que se había extendido sobre Ella la mano divina para protección contra la acechanza del mal, más aumentaba en Ella la vigilancia contra el mal.

María no ha cometido la equivocación que hace caer a tantas almas dotadas de la capacidad de perfección, o sea, nunca ha dicho: “Siento que Dios vela por mí, siento que Dios me ha elegido. A Él le dejo el quehacer de defenderme del Enemigo”. No. María, aún reconociendo la obra de Dios en Ella, actuó como si fuese la más desamparada, en dones espirituales, de las criaturas. Desde el alba hasta el atardecer, e incluso en su sueño virginal velado por los ángeles, su alma permanecía vigilante.

No creáis que la tentación haya escatimado a María. El Tentador no me ha escatimado a Mí; con doble razón no lo hizo con Ella. Doble razón. La primera de ellas: María era sin mancha pero continuaba siendo criatura, Yo era Dios. La segunda: era más importante para Lucifer corromper el seno de la mujer que habría traído a Cristo, que no el atacar al mismo Cristo.

Él, el Astuto, sabía que el Verbo se habría hecho carne, por una fusión de espíritu con Espíritu, en un seno que no hubiera albergado ningún pecado. Ningún pecado, repito. Si, desde Eva en adelante, hubiera logrado inducir en tentación a todas las mujeres, estaba seguro de que nunca habría sido vencido por el Vencedor eterno.

Sólo una le ha resistido siempre: María. Y sólo Uno sabe qué bordado, qué filigrana de seducción desplegó Lucifer alrededor de María para agitar y empañar su superangélica alma. Ese Uno que lo sabe es Dios. Y dado que algunos secretos son demasiado grandes para vosotros, no os lo dirá. Por el esplendor de María en el Cielo entenderéis la grandeza de su alma. Grandeza conseguida por su voluntad, y que habría sido grandísima incluso sin los supremos auxilios, tanto quiso ser santa por amor a su Dios.

Bien con razón pudo por tanto decir el Ángel: “Llena de gracia”.

Sí, llena de gracia. La Gracia estaba en Ella. La Gracia o sea Dios, y la gracia o sea el don de Dios, que Ella sabía hacer fructificar al mil por ciento.

Esto es lo que se requiere, hijos, para lograr que las cosas celestiales hagan concebir en vosotros a Cristo: vuestra adhesión a la gracia, vuestro aspirar a la gracia. El cuerpo debe aspirar aire y alimento para vivir. El alma debe aspirar la gracia para vivir. Sucede entonces que la Luz desciende donde puede encarnarse y Cristo nace místicamente en vosotros como nació realmente en María.

Dios te salve, María, llena eres de gracia. Miradle todos vosotros, cristianos, tan distintos del primer Hijo de María, miradle sobre todo vosotras, mujeres, tan distintas de Ella, y aprended, y pensad que el camino hacia las mil caras del mal lo habéis abierto vosotras con vuestra carnalidad contraria a la vida de la gracia en las criaturas, sin la que el hombre se hace un demonio y el mundo un infierno”.

“El Señor es contigo”.

El Señor está siempre con quien tiene el alma en gracia. Dios no se aleja ni siquiera cuando se acerca el Tentador. Dios se aleja sólo cuando la criatura cede al Tentador y corrompe su alma. Entonces Dios se retira porque Él no puede cohabitar con el Enemigo. Se retira y como un Padre, no airado sino dolorido, espera a que llegue el arrepentimiento al corazón de la criatura y ésta reanude el lazo de amor con el Padre.

Dios quisiera estar siempre con vosotros. Si todos vuestros ángeles, numerosos como las estrellas en el cielo, pudieran saludaros con las palabras: “El Señor es contigo”, la alegría de vuestro Señor sería completa porque Nosotros deseamos estar con vosotros y para esto os hemos creado.

María estaba con Dios y Dios estaba con María. Las dos perfecciones se atraían y se unían con un incesante movimiento de afectos. La Perfección infinita de Dios descendía, con un gozo inconcebible para vosotros mortales, a poseer esta criatura. La perfección humana de María –la única de los hijos del hombre que siempre haya sido perfecta– se lanzaba al encuentro de la Perfección divina para poder vivir.

Sí, el estar con Dios era la vida de María y en la hora del terrible dolor del Calvario y del Sepulcro, cuando los Cielos se cerraron sobre el Moribundo y sobre la Traspasada, la privación de Dios fue, de las siete espadas, la más inflamada y penetrante, toque insuperable para el edificio de dolor requerido por la Redención.

Yo he tocado el ápice del dolor completo desde el Getsemaní hasta la hora nona; María ha tocado el ápice del dolor, también completo en Ella aunque no haya sido crucificada materialmente, desde el Calvario hasta el momento de la Resurrección. Y el motivo de tal inmenso dolor es sólo uno: ser privados de la unión con Dios.

También para vosotros debería ser así. Pero al hombre ahora le parece gravosa la unión con Nosotros y no siente cuán mísero es cuando está privado de Nosotros. Miseria, ceguera, locura, muerte, ésta es la pérdida de la unión con vuestro Señor. ¡Y nunca os ocupáis de ello!

Si perdéis algunas monedas, un objeto, la salud, un empleo, un animal, os ponéis en movimiento para encontrarlos y utilizáis todos los medios humanos y sobrenaturales para lograr este fin. Sí, para encontrar algo limitado y caduco sabéis orar. Pero cuando perdéis a Dios no lo buscáis. No os dirigís a mis Santos para que os ayuden a encontrar el camino de Dios, no utilizáis los cuidados humanos para frenar vuestros impulsos. Os parece poca cosa perder la unión con Dios. Y es lo esencial.

María no se separó nunca de Dios. Los espíritus permanecieron fundidos en un abrazo de amor que tuvo su coronación en el Cielo. Esta unión fue la fuerza principal de María, como hija de Adán, porque en ella encontraba la coraza para volverse intocable ante el aguijón del Tentador.

Quien está con Dios no es que no vea el mal que, como asqueroso indumento o repugnante enfermedad, recubre a tantas criaturas. Lo ve, más aún, con mayor claridad que muchos otros, pero su visión no corrompe nada. El mal no entra por los ojos para excitar los instintos encubiertos en la carne o los malvados movimientos de la mente. Esto sucede sólo en quienes, separados de Dios, tienen en sí como huésped al Enemigo.

El que está unido con Dios está lleno de Dios, y cualquier otra cosa que no sea Dios permanece en la superficie, viento que encrespa levemente la superficie del ánimo y no entra para trastornar el interior. Y no sólo esto. El que está unido con Dios, verdaderamente unido con Dios, en vez de absorber el exterior en sí, difunde el interior sobre los prójimos: difunde, pues, el Bien, a Dios.

Sí, es justamente así: quien está con Dios tiene un poder irradiante, mucho más potente que el de muchos cuerpos del universo, sobre los cuales el hombre ha cansado su mente y alzado un monumento de orgullo. Y sobre todo tiene un poder sobrenaturalmente útil, porque quien lleva en sí mismo al Santo de los santos, y vive de Él, lo comunica a los demás. Es lo que hace decir: “Éste es un santo”.

María ha poseído la unión con Dios a la perfección y ha tendido con todas sus fuerzas a fundirse cada vez más con Él. Se podría decir que María se anuló en Dios, de tanto como vivió sólo de Él.

He dicho: “María encontró aquí la fuerza principal para volverse intocable”. No entendáis las cosas al revés. María, la Humildísima, no osaba pensar, ni por lo más remoto, que era la criatura perfecta. Ella ignoraba su destino y su condición inmaculada. Conoció el misterio por las palabras de Gabriel y en el abrazo nupcial con el Espíritu Eterno. Pero durante su juventud, edad llena de acechanzas, repito: encontró la fuerza en la unión con Dios. La quiso encontrar a toda costa porque habría preferido cien veces morir antes que salir un instante del halo de Dios.

Yo quisiera que, más que cumplir tantos preceptos, más o menos piadosos, especialmente mis dilectos, y también los otros, tendieran a este precepto soberano de la unión conmigo. Sencilla, y realmente oración, esta oración, inflamado el corazón, casto el cuerpo, honesto el pensamiento, todo en vosotros se haría santo y bueno, y la tierra conocería los días nuevos en los que los ángeles podrían saludar a los hombres con las palabras: “El Señor es con vosotros”.

“Bendita tú eres entre todas las mujeres”.

Esta bendición que vosotros pronunciáis de cualquier manera o que ni siquiera decís a Aquella que con su sacrificio ha iniciado la Redención, resuena continuamente en el Cielo, pronunciada con amor infinito por nuestra Trinidad, con inflamada caridad por los salvados por nuestro sacrificio y por los coros angélicos. Todo el Paraíso bendice a María, obra maestra de la Creación universal y de la Misericordia divina.

Aunque toda la obra del Padre para crear la Tierra de la nada sólo hubiera servido para acoger a María, la obra creadora hubiese tenido su razón de ser, porque la perfección de esta Criatura es tal que es testimonio no sólo de la sabiduría y del poder, sino también del amor con el que Dios ha creado el mundo.

Habiendo dado en cambio, la creación terrestre, a Adán y a la raza de Adán, María testimonia el gran amor misericordioso de Dios hacia el hombre, porque a través de María, Madre del Redentor, Dios ha obrado la salvación del género humano. Yo soy el Cristo porque María me ha concebido y me ha dado al Mundo.

Vosotros me diréis que como Dios podía superar la necesidad de hacerme carne en el seno de una mujer. Es cierto, todo lo podía. Pero pensad qué ley de orden y de bondad hay en mi anonadamiento en aspecto mortal.

La culpa cometida por el hombre debía de ser descontada por el hombre y no por la divinidad no encarnada. ¿Cómo habría podido la Divinidad, Espíritu incorpóreo, redimir con el sacrificio de Sí misma las culpas de la carne? Era necesario, por tanto, que Yo, Dios, pagase con el tormento de una Carne y de una Sangre inocentes, nacidas de una inocente, las culpas de la carne y de la sangre.

Mi mente, mi sentimiento, mi espíritu habrían sufrido por vuestras culpas de mente, de sentimiento y de espíritu. Pero para ser Redención de todas las concupiscencias inoculadas por el Tentador en Adán y en sus descendientes, debía, el Inmolado por todas, estar dotado de una naturaleza similar a la vuestra, hecha digna, por la Divinidad escondida en ella, de ser dada en rescate a Dios, como una gema de infinito valor sobrenatural escondida bajo una apariencia común y natural.

Dios es orden y Dios no viola y no violenta el orden, salvo en casos excepcionales, juzgados útiles por su Inteligencia. No era éste el caso de mi Redención.

No debía cancelar tan sólo la culpa desde el momento en que se cometió hasta el del sacrificio y anular en los futuros los efectos de la culpa haciéndoles nacer, como Adán antes de cometerla, ignorantes del mal. No. Yo debía reparar la Culpa y las culpas de toda la humanidad con un sacrificio total, dar a la humanidad ya extinguida la absolución de la culpa, a la entonces viviente y a la futura el medio para ser ayudada a resistir el mal y para ser perdonada por el mal que su debilidad le habría inducido a cometer.

Por eso mi sacrificio debía de ser tal que presentara todos los requisitos necesarios, y así podía ser tan sólo en un Dios hecho hombre: hostia digna de Dios, medio comprendido por el hombre. Además Yo venía a traer la Ley.

Si no se hubiera dado mi Humanidad, ¿cómo habríais podido creer, vosotros, pobres hermanos míos, si tanto os cuesta creer en Mí que he vivido durante 33 años en la tierra, Hombre entre los hombres? ¿Y cómo podía aparecer ya adulto ante pueblos hostiles o ignorantes persuadiéndoles de mi naturaleza y de mi doctrina? Entonces habría aparecido ante los ojos del mundo como un espíritu que hubiera tomado aspecto de hombre, pero no como un hombre que nació y murió derramando sangre verdadera por las heridas de una verdadera carne –y esto como prueba de ser hombre–que resucitó y subió al Cielo con su cuerpo glorificado y esto como prueba de ser Dios que vuelve a su morada eterna.

¿No es más dulce para vosotros el pensar que soy realmente vuestro hermano, con el destino de las criaturas que nacen, viven, sufren y mueren, que no el pensarme como espíritu superior a las exigencias de la humanidad?

Por tanto era necesario que una mujer me generase según la carne, después de haberme concebido por encima de la carne, porque de ninguna unión de criaturas, por santas que fueran, podía ser generado el Dios–Hombre, sino sólo de un desposorio entre la Pureza y el Amor, entre el Espíritu y la Virgen, creada sin mancha para ser matriz de la carne de un Dios, la Virgen cuyo pensamiento era el gozo de Dios antes de que existiese el tiempo, la Virgen en la que se compendia la Perfección creadora del Padre, alegría del Cielo, salvación de la Tierra, flor de la Creación más hermosa que todas las flores del Universo, astro vivo ante el cual los soles creados por mi Padre parecen apagados”.

“Bendito el fruto de tu vientre”.

La maternidad divina y virginal hace a María inferior sólo a Dios.

Pero no os detengáis a mirar solamente la gloria de María. Pensad cuánto le costó conseguir esa gloria. Es necio quien mira a Cristo a la luz de la resurrección y no medita sobre el Redentor moribundo en las tinieblas de Viernes santo. No habría tenido resurrección si no hubiera padecido la muerte, y no habría cumplido la Redención si no hubiera tenido el martirio. Necio quien piensa en la gloria de María y no medita en cómo llegó Ella a la gloria. El fruto de su seno, Yo, Cristo Verbo de Dios, ha desgarrado su seno.

Y no entendáis mal mis palabras. No lo he desgarrado humanamente. Ella era superior a las miserias humanas, sobre Ella no recaía la condena de Eva, pero no era superior al Dolor. Y el Dolor grande, mayúsculo, soberano, ilimitado, ha penetrado en Ella con la violencia de un meteoro que cae del Cielo en el momento mismo en que conoció el éxtasis del abrazo con el Espíritu creador.

Beatitud y dolor han estrechado en un único lazo el corazón de María en el instante de su altísimo “fiat” y de su castísimo desposorio. Beatitud y dolor se fundieron en una cosa sola como Ella se había convertido en una cosa sola con Dios. Llamada a una misión de redentora, el dolor superó desde el primer momento a la beatitud. Ésta le vino en su Asunción.

Unida al Espíritu de sabiduría, a su espíritu se le reveló el futuro que le estaba reservado a su criatura, y ya no hubo más alegría, en el sentido habitual de la palabra, para María.

A cada hora que pasaba, mientras que me formaba tomando vida de su sangre de madre–virgen, y escondido en lo profundo mantenía inenarrables intercambios de amor con mi Madre, un amor y un dolor sin parangón se alzaban, como olas del mar en tempestad, en el corazón de María y la flagelaban con su potencia.

El corazón de mi Madre conoció la incisión de las espadas del dolor desde el momento en el que la Luz, dejando el centro del Fuego Uno y Trino, penetró en Ella iniciando la Encarnación de Dios y la Redención del hombre; y ese tajo siguió creciendo durante la santa gestación: Sangre divina que se formaba con una fuente de sangre humana, Corazón del Hijo que latía al ritmo del corazón de la Madre, carne eterna que se formaba con la carne inmaculada de la Virgen.

Mayor fue el dolor en el momento en que nací para ser Luz de un mundo en tinieblas. La beatitud de la madre que besa a su criatura se cambió, en María, en la certeza de la Mártir que sabe que su martirio está cercano.

Sí. Pero Yo he tenido que dar todo el dolor a ese seno que merecía toda la alegría destinada a un Adán si culpa. Y por vosotros. Por vosotros la pena de consternar a José. Por vosotros el sobreparto entre tanta desolación. Por vosotros la profecía de Simeón que retorció el filo de la espada en la herida, remachando y agudizando el corte. Por vosotros la fuga a tierra extranjera, por vosotros las ansias de toda la vida, por vosotros las preocupaciones de saberme evangelizando y perseguido por las castas enemigas, por vosotros el horror de la captura, el tormento de la múltiple tortura, la agonía de mi agonía, la muerte de mi muerte.

He sido recogido en el seno que me había llevado con tal piedad que no podía ser mayor; pero, en verdad, os digo que entre mi corazón parado, sin movimiento vital, y desgarrado por la lanzada, y el de la Afligidísima que me tenía en su seno, no había diferencia de vida y de muerte. El corazón de María y su seno estaban muertos como estaba muerto Yo, el Inocente.

Añadid a los milagros relacionados con la Redención, notorios y desconocidos, evidentes para todos o revelados a los privilegiados, también éste: el que María continuase en vida por obra del Eterno después de que su corazón fue destrozado, por y para el género humano, como el de su Hijo Jesús.

Vosotros, que no sabéis y no queréis soportar el dolor, ¿pensáis qué dolor habrá sido el de la Bendita, de la Inmaculada, de la Santa, llevar en sí un corazón desgarrado, muerto, abandonado, y ver recogido en su seno un cuerpo sin vida, destrozado, sangrante, lívido, que ha sido el cuerpo del Hijo, la Carne de su carne, la Sangre de su sangre, la Vida de su vida, el amor de su espíritu?

Vosotros me habéis recibido porque María ha aceptado, treinta y tres años antes que Yo, beber el cáliz de la amargura. En el borde de la copa en la que he bebido entre sudores de sangre, he encontrado el sabor de los labios de mi Madre, y el amargor de su llanto estaba fundido con la hiel de mi sacrificio. Y, creedlo, hacerla sufrir, a Ella que no merecía el dolor, ha sido para Mí lo más costoso. El abandono del Padre, el dolor de mi Madre, la traición del amigo en la que estaban todas las traiciones de los futuros, éstas son las cosas atrocísimas de mi dolor atroz de Redentor. La lanzada de Longinos en un órgano vital que estaba ya insensible para el dolor no tiene comparación.

Yo quisiera que por el dolor que ha destrozado a mi Madre por vosotros, vosotros le dierais amor. Amor grande, tiernísimo, de hijos hacia la más perfecta de todas las madres, la Madre que todavía no ha dejado de sufrir llorando lágrimas celestes sobre los hijos de su amor que rechazan la casa paterna y se hacen guardianes de bestias inmundas: los vicios, en vez de permanecer hijos de rey, hijos de Dios.

Y si se puede dar una norma, sabed que Yo, Dios, no considero que sea disminuirme el amar con infinito y venerante amor a mi Madre, de quien veo la naturaleza inmaculada, obra del Padre, pero también recuerdo la vida martirizada de Corredentora, sin la cual Yo no habría sido Hombre entre los hombres y vuestro eterno redentor”.

“Ahora y en la hora de la muerte”.

Es la invocación que responde al “Líbranos del mal”. Vosotros no lo pensáis, pero es así. Os he dado una Madre además de un Padre y, si pedís al Padre que os libre del Mal, ¿no le diréis a la Madre que os mantenga alejada la muerte que es un mal?

Pensad con la mente elevada en Dios y pedid con la inteligencia de los hijos de Dios. No tenéis que preocuparos tanto por el mal y por la muerte en el sentido humano de la palabra, cuanto del Mal y de la Muerte en el sentido sobrenatural, el más verdadero, porque vuestra apariencia actual cesa, y vuestra morada actual se deja, pero más allá de este día os espera un futuro en el que os convertiréis en poseedores de lo que es vuestra parte verdadera.

Y ay de vosotros si por vuestra voluntad perversa escogéis la parte maldita. La muerte del espíritu no se pone sólo una vez en presencia de vuestra alma. Gira a vuestro alrededor durante toda vuestra jornada terrena, porque el dador de la Muerte no cesa ni siquiera un minuto de asediar su presa. No siempre os encontráis con esa vigilancia y esa fortaleza que vuelve inútiles las astucias del Enemigo. Vuestra debilidad os lleva a torpezas, vuestros apetitos carnales a deseos de alimentos en los que encontráis la muerte.

Pero tenéis una Madre en el cielo, una Madre que ve sobre vosotros la Sangre de su Hijo y que por esa Sangre os ama como auténticos hijos. Una Madre que es poderosa ante Dios por su triple condición de Hija, Esposa y Madre de Dios.

“Ahora”: que María ruegue por vuestro presente de hombres, acechado por tantos peligros. “Y en la hora de la muerte”: que ruegue por vosotros en el momento decisivo de la vida. “Y en la hora de la Muerte”: esto es, cuando vuestro espíritu pueda perecer asaltado por el Mal.

María es la Vencedora de Satanás. La Muerte verdadera, la del espíritu, no vendrá para quienes saben rezar a la Madre por la hora de la vida, por la hora de la tierra, por la hora de la tentación y por la hora de la Muerte.

La oración de María se hace escudo contra el ardor del sentido y del demonio, como niños bajo el velo de la madre, os hace crecer en Cristo y entrar en su Reino. Y si Cristo puede hacer resucitar a los muertos a la Gracia, María, realmente amada, impide que la Muerte os separe de su Hijo”.

(fuente: www.devocionesypromesas.com.ar)

domingo, 18 de octubre de 2009

Gianna Beretta Molla: Ama de casa, entre la vida y la muerte


Santa Gianna Beretta Molla (1922-1962): Una mujer en apariencia común y corriente, que defendió de manera heróica la vida de su hijo.

Hay decenas de santas y santos del calendario a quienes se invoca como patronos de ciudades, pueblos, profesiones, artes u oficios. Es la piadosa fe de los cristianos que naturalmente reza a sus amigos los santos para las necesidades más diversas. Invocan a Santa Cecilia los músicos, a San Antonio imploran las casaderas —y sus mamás— para conseguir pronto un novio. Y además un santo patrón de cada país, ciudad o pueblo...

Esta mujer, que vivió sólo cuarenta años, podría ser patrona universal de las amas de casa. La Iglesia ya ha confirmado su santidad, porque practicó todas las virtudes cristianas. Pienso que una de sus mejores cualidades —si se puede hablar así— es que no tiene cara de santa. Basta ver su fotografía. Es un rostro que podemos encontrar en una credencial para votar o una licencia de manejar. Su cara se podría ver hoy lo mismo en un vagón del metro, que haciendo cola para entrar al cine, o en un parque público. No parece santa y lo es. No pensó que llegaría a ser modelo de nada, pero el 16 de mayo de 2004, Juan Pablo II la ha añadido al catálogo de los santos.


Papá, mamá y cuatro hijos

Aquél día fue uno de esos domingos soleados de la primavera romana. En la Plaza de San Pedro, el Papa ha pronunciado estas solemnes palabras ante la inmensa multitud presente y el mundo entero: Nos, después de haber escuchado el parecer de la Congregación de las Causas de los Santos, con nuestra autoridad apostólica concedemos que la Beata Sierva de Dios Gianna Beretta Molla, de ahora en adelante pueda ser llamada Santa y se pueda celebrar su fiesta todos los años en los lugares y del modo establecido por el Derecho.... En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. El coro de la capilla Sixtina y toda la asamblea subrayan estas palabras con un triple Amén cantado con gran solemnidad y comienza un larguísimo aplauso. Los ojos de todos miran el enorme tapiz, colgado en la fachada de la Basílica, con la figura de Gianna Beretta. Entre esos innumerables peregrinos y en un lugar privilegiado están Pietro Molla, su marido —director de una empresa industrial en Milán— y sus hijos, que aplauden con todas sus fuerzas: Pierluigi, Maria Zita, Laura Enrica y la más pequeña, Giannina, que tiene mucho que ver en esta historia.

Es la primera vez que un Papa eleva a los altares a una madre de familia que ha ido semanalmente al mercado, conducido su propio automóvil para llevar a los niños al colegio o al dentista; que ha firmado cheques para gastos familiares y que ha visto televisión, además de trabajar fuera de casa, con los apuros normales de una familia de clase media. Gianna está metida de lleno en los mil avatares e incidencias de cualquier hogar: estar pendiente de treinta y seis cosas por la mañana y veintinueve por la tarde, incluido que los niños hagan la tarea, se bañen, cenen y se acuesten. Aunque adora a sus hijos, de vez en cuando les pega un grito..., porque, a veces, son inaguantables y le colman la paciencia. Más tarde, ha de esperar a su esposo y comentar, en la sobremesa de la cena, los sucesos del día y otras preocupaciones. A veces está agotada, le duele la cabeza, pero es feliz. Años más tarde, Gianna logrará la conversión de Pietro. Está más enamorada de él que cuando eran novios. En aquella casa cada día pasa más o menos lo mismo, pero con amor distinto. Sin saberlo siquiera, esta esposa va que vuela a la santidad, a esa meta que está mucho más al alcance de lo que solemos imaginar, y a la que estamos llamados todos.

A quienes preparaba para contraer matrimonio, Gianna les daba este sencillo y sabio consejo «No puedes adentrarte en este camino si no sabes amar» . Ella misma entendió que estaba llamada por Dios a la vocación de madre de familia, que es vocación de entrega sin condiciones. Una vocación a la medida, no de sus fuerzas, sino de su amor. Su esposo recuerda que al poco tiempo de hacerse novios, ella le escribía en una carta: querría hacerte feliz y ser la que tú deseas: buena, comprensiva y preparada para los sacrificios que la vida nos pida. Quiero formar una familia verdaderamente cristiana. Pasados los años, Pietro declarará: Durante los seis años y medio de matrimonio, lo que más me impresionó fue que era muy trabajadora, y el sagrado respeto que tenía por la vida, don maravilloso de Dios, su confianza plena en Dios. Me impresionaba su gran alegría cuando nacían los hijos. (...) Yo no sabía que vivía con una santa. Gianna era, en realidad, una mujer normal, con la pasión por la vida, por la música, los paseos, la montaña. Fue poco después, cuando ella murió, que su amor y su sacrificio me conquistaron como una revelación, y me acompañaron todos estos años".

Pero no todo fue rutina o estar encerrada en casa. Esta madre de familia también vive en las entrañas del mundo que le rodea. Antes de casarse en 1955, hace estudios de Medicina en Milán y Pavía, y se especializa en Pediatría. Es fuerte y equilibrada. Por si fuera poco, saca tiempo para otras ocupaciones y aficiones: le gusta la montaña y es esquiadora experimentada. Tiene muchos intereses culturales, ama sobre todo la música, toca el piano, de vez en cuando pinta algunos cuadros y asiste al teatro. Y como es muy organizada, otros ratos de la semana se le van en conferencias para jóvenes y obras sociales en favor de ancianos. Tiene vida espiritual intensa, pero sin rarezas, donde hay trato con Dios, normas diarias de piedad, sencillas y discretas, que se entrelazan en el propio quehacer. Quiero temer al pecado mortal —dirá alguna vez— como si fuese una serpiente; mil veces morir antes que ofender al Señor. Algo hay en ella que se nota a leguas: una personalidad sencilla y atractiva, un rostro siempre sonriente y una extraordinaria naturalidad.

Un cementerio para millones de niños

Al tercer mes del cuarto embarazo, un fibroma en el útero amenaza la vida de su hijo. Como médico, Gianna sabe muy bien de qué se trata: deberá internarse en el hospital y someterse a una seria operación quirúrgica para extraerle el tumor. Como solución rápida y segura del problema los médicos aconsejan el aborto, pero Gianna insiste:

— No lo permitiré jamás. No se preocupe por mí, basta que vaya bien el niño...

Ella nos enseña que, a veces, no hay más remedio que ir contra corriente y ser heroicos, cuando la mentalidad deshumanizada y materialista de la sociedad en que vivimos, se vuelve “experta” en soluciones fáciles (o egoístas) para resolver los complejos problemas de la vida matrimonial. Sin dudarlo, quizá hoy en día, muchas voces (marido, hermanos, parientes, amigas) hubieran persuadido a Gianna con amenazas o ironías:

—No te hagas la mártir....
—No está el tiempo para heroísmos cuando ya la vida tiene sus propias penas...
—Mira: te lo digo como amiga y con la experiencia y el cariño que te tengo desde hace tantos años...
—Mire señora... en estos casos “lo mejor y más práctico” es abortar o esterilizarse cuando vengan las primeras complicaciones de la maternidad...

Pero Gianna sabe bien que, si peligra la vida de la madre, no es lícito moralmente practicar el aborto, como si se tratara de elegir la vida de ella o la del niño. En esos casos no hay que intentar directamente la muerte de nadie sino poner todos los medios para salvar a los dos, aunque luego por circunstancias ajenas a la voluntad muera uno o ambos. ¿Por qué? Porque cada vida humana, individual, cada ser humano desde el seno de su madre tiene el derecho inalienable de existir: nadie puede decidir por otro, que está por nacer, si ha de vivir o no.... Por lo menos habría que preguntarle antes al niño... si esto fuera posible, si está de acuerdo en no venir a este mundo....

Quien negare la defensa de la persona humana más inocente y débil, a la persona humana ya concebida aunque todavía no nacida cometería una gravísima violación al orden moral. Nunca se puede legitimar la muerte de un inocente. Se minaría el mismo fundamento de la sociedad. ¿Qué sentido tendría hablar de la dignidad del hombre, de sus derechos fundamentales, si no se protege a un inocente, o se llega incluso a facilitar los medios o servicios, privados o públicos, para destruir vidas humanas indefensas .

No es exagerada esta denuncia si se miran los números escalofriantes de abortos que se realizan cada año: se calcula que, al menos, suman un total de 50 millones en el mundo entero. Por ejemplo, cada 30 segundos se lleva a cabo un aborto en algún país de la Unión Europea . Alguien ha dicho con toda razón que el pasado siglo XX estuvo marcado más que ningún otro por el signo de la muerte de vidas humanas: nunca hubo tantos millones de muertos: los caídos en las guerras, víctimas del terrorismo y de la violencia en todas sus formas. Sin embargo, me pregunto por qué se ha silenciado tanto ese otro, enorme, exterminio de los que no nacieron porque fueron eliminados mientras estaban en el seno de sus madres. Es triste, pero es verdad que seguimos viviendo en una “civilización de la muerte”.

A este cementerio de víctimas de la crueldad humana de nuestro siglo —son palabras de Juan Pablo II—, se agrega otro gran cementerio: el de los no nacidos. Cementerio de los indefensos, cuyos rostros ni siquiera sus propias madres conocieron, aceptando o cediendo a presiones para que se les quitara la vida antes de nacer. Pese a ello, ya tenían la vida, ya estaban concebidos y se desarrollaban bajo el corazón de sus madres, sin presentir el peligro mortal. Y, cuando esta amenaza fue un hecho, estos seres humanos indefensos intentaron defenderse. La cámara de cine ha filmado esta defensa desesperada de un niño no nacido que siente la agresión en el seno de la madre. (Una vez vi un documental de este tipo; hasta el día de hoy no puedo liberarme de su recuerdo; no puedo liberarme). Es difícil imaginar ese drama horrendo en su elocuencia moral y humana.

¿Qué hacer con los hijos “no deseados”?

Gianna Beretta se sometió el 6 de septiembre de 1961 a la operación para extraerle el tumor. Llena de confianza en Dios prosiguió su embarazo. Los siete meses siguientes estuvieron llenos de molestias y riesgos. El Sábado Santo, 21 de abril de 1962 dio a luz a su hija Giannina. Una semana después, el 28 de abril, edad murió a consecuencia de las complicaciones. Se convirtió, por llamarle de algún modo, en mártir del amor materno.

No era insensible ni fanática. Pedía a Dios por la salvación suya y de su hijo. Sufrió mucho ante este grave dilema. Amaba profundamente la vida de ambos, pero se hacía este razonamiento que sólo entiende una madre embarazada con varios hijos: el hijo que tengo en el vientre tiene los mismos derechos a vivir que mis demás hijos, o incluso más porque este sí que tiene una absoluta necesidad de su madre. Si yo me muero por continuar con mi embarazo no soy injusta con ellos ni con mi esposo. Es tan grave la obligación de dar a luz a este hijo como la de cuidar de mi familia. Pero en el caso de morir por salvarlo, podré confiar por completo su educación a mis parientes o a otras personas. Lo pensó bien, pidió consejo y concluyó con lógica. Pero no con lógica matemática o comodona, sino “materna”. Dios no me pide nunca imposibles, pero eso no significa que yo no deba afrontar mis propios deberes, también cuando cuestan o en circunstancias difíciles o límites. Dios no puede contradecirse: El mismo que ha dicho "No matarás" es el que me manda respetar la vida que me ha confiado y está por nacer.

Esta misma lógica de madre hace ver que todo niño que es concebido ya es un don. Con frecuencia puede ser muy difícil de aceptar (dificultades de salud, económicas, etc.), pero siempre es un regalo inestimable. Un nuevo hijo no ha de verse como un intruso, un agresor, sino un ser indefenso que espera ser acogido y ayudado. Ya es una persona humana (aunque sea pequeñita de tamaño) y, por tanto, tiene derecho a que sus padres no le priven del don de la vida —el primero y más fundamental de todos los derechos, y sin el cual no tiene sentido defender los demás—, aunque eso exija un sacrificio, y a veces grande o heroico.

Pero, —se oyen reclamos de este tipo—: ¿Por qué la Iglesia Católica es tan exigente y no nos comprende? ¿Qué no advierte que miles o millones de mujeres llevan en su seno nuevas vidas sin su consentimiento? Como si las mujeres que abortan lo hicieran por sanguinarias o malvadas. Entonces, ¿qué hacer con tantas mujeres que viven sumidas en la pobreza más absoluta, o que han sufrido una infame agresión o son víctimas del egoísmo de los varones, y por eso van a ser madres? ¿Tampoco en esos casos es lícito privar de la vida a esas criaturas?

Es éste un problema muy doloroso y complejo, de gran repercusión social, pero al que no se le puede dar una y única solución: o el aborto o nada. Lo que hay que hacer es ser de verdad solidarios con las mujeres (muestra de un auténtico feminismo, que será doblemente mayor si la que está por nacer.... es niña). Si la futura madre sufre ya tremendamente por todo lo que le está ocurriendo, y no podrá cuidar de la criatura, no por eso merece que se le dé muerte al niño. Lo que hay que hacer es salir en ayuda de esas pobres madres embarazadas y liberarlas de sus miedos, y de las amenazas de esa sociedad de verdugos. Ayudarle a que dé a luz a su hijo y, si ella lo desea libremente, que lo entregue, por ejemplo en adopción o cuiden de él otras personas cercanas a su familia o promover más instituciones —las hay— que presten estas urgentes ayudas. ¡Cuántos matrimonios hay, que no han tenido descendencia, que se mueren de ganas por adoptar un hijo! Decía una vez, a gritos, la célebre Madre Teresa de Calcuta, en un discurso a miles de mujeres:—¡Si no quieren a sus hijos, no los maten. Dénmelos y yo los cuido!

Pasaron dieciséis años desde la muerte de Gianna, cuando el entonces Arzobispo de Milán y los 16 obispos de la conferencia de Obispos de Lombardía, pidieron la introducción del proceso de beatificación de esta mujer que fue declarada "ejemplo de gran actualidad en este mundo nuestro, donde el derecho a la vida se desconoce y se niega".

Muy elocuente es el testimonio de su hija Laura, que escribió: "Estoy segura de que el ejemplo de mamá, que ahora muchos conocen, servirá para confortar a todas las madres que se encuentren en las mismas condiciones. Puedo asegurar que estoy verdaderamente orgullosa de haber tenido una madre con tanto coraje: supo vivir como Dios quería, y ha servido a la Humanidad con su ejemplo y con sus obras".

El amor disipa todos los miedos

Gianna Beretta Molla es una señal del tiempo presente, una invitación a defender la vida, a respetarla con todas sus consecuencias. Juan Pablo II el día de su canonización la llamó mensajera sencilla, pero muy significativa, del amor divino. Pocos días antes de su matrimonio, en una carta a su futuro esposo, escribió: "El amor es el sentimiento más hermoso que el Señor ha puesto en el alma de los hombres". A ejemplo de Cristo, que "habiendo amado a los suyos (...), los amó hasta el extremo" (Jn 13, 1), esta santa madre de familia se mantuvo heroicamente fiel al compromiso asumido el día de su matrimonio. El sacrificio extremo que coronó su vida testimonia que sólo se realiza a sí mismo quien tiene la valentía de entregarse totalmente a Dios y a los hermanos. Ojalá que nuestra época redescubra, a través del ejemplo de Gianna Beretta Molla, la belleza pura, casta y fecunda del amor conyugal, vivido como respuesta a la llamada divina.

Su fiesta se celebra el 28 de abril. Me gusta mucho uno de los textos litúrgicos que se han elegido para la fiesta votiva de ese día en honor de esta madre de familia: Fue una mujer serena y llena de alegría; amó “todo lo que es honorable, íntegro, amable; todo lo que es virtuoso y digno de alabanza” (Filipenses, 4, 8).

(fuente: www.encuentra.com)

"El que quiera ser grande entre ustedes que sea su servidor"

Lectura del Santo Evangelio según San Marcos (Mc 10, 35-45)

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús, Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, y le dijeron: “Maestro, queremos que nos concedas lo que vamos a pedirte”. El les dijo:” ¿Qué es lo que desean?” Le respondieron: “Concede que nos sentemos uno a tu derecha y otro a tu izquierda, cuando estés en tu gloria”. Jesús les replicó: No saben lo que piden. ¿Podrán pasar la prueba que yo voy a pasar y recibir el bautismo con que seré bautizado? Le respondieron: “sí podemos”. Jesús les dijo: “Ciertamente pasarán las pruebas que yo voy a pasar y recibirán el bautismo con que yo seré bautizado; pero eso de sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, eso es para quienes está reservado”.

Cuando los otros diez apóstoles oyeron esto, se indignaron contra Santiago y Juan. Jesús reunió entonces a los Doce y les dijo: “Ya sabe que los jefes de las naciones las gobiernan como si fueran sus dueños y los poderosos las oprimen. Pero no debe ser así entre ustedes. Al contrario: el que quiera ser grande entre ustedes que sea su servidor, y el que quiera ser el primero , que sea el esclavo de todos, así como el Hijo del hombre, que no ha venido a que lo sirvan, sino a servir y a dar su vida por la redención de todos”.

Palabra del Señor.
Gloria a ti Señor Jesús.

En este episodio, dos de los discípulos más cercanos de Jesús pugnan por convertirse en sus predilectos en detrminento de los demás. En efecto, Juan y Santiago, parecen estar más obsesionados por sus propios espacios de poder que en la obra redentora que Dios Padre realiza en Jesús, Dios Hijo.

Juan y Santiago se mostraron tan mundanos, tan materialistas como muchas veces nos pasa a cualquiera de nosotros. Esos discípulos estaban tan mentalizados en ser parte de la Gloria de Jesucristo pero eluden el sufrimiento por el que Nuestro Señor tenía que pasar por amor a todos y cada uno de los seres humanos: ellos no alcanzaban a dimensionar la misión de Jesús en este mundo... pero parecía no importarles demasiado.

No son pocas las ocasiones en que las cuestiones de este mundo nos hacen perder de vista las cosas de Dios. Es por eso que Jesús se muestra firme para no dejar de señalar el camino correcto y, con amor y dulzura pero con firmeza, amonestar a sus discípulos.

Seguir a Jesús no es una carrera en donde los seguidores compiten entre si para ver quien "corre" mejor, quien es el más aplicado, quien recibirá una mejor recompensa. Seguir a Jesús no es estar pendiente de las apariencias y de los aplausos de este mundo.

La humillación a la que Jesús hace referencia no es un desprecio de la propia persona, sino de un reconocimiento de la pequeñez de uno mismo y un abandono total a Dios.

Seguir a Cristo es ponerse totalmente en manos de Dios, estar dispuestos a ser cotidianamente moldeados a su imagen y semejanza, por más que eso nos implique algunos sufrimientos. Seguir a Dios es dejar en sus manos el premio de la Vida Eterna, tal como Él lo tiene pensado y no como uno mismo pretende. Al fin y al cabo, los planes de Dios serán siempre infinitamente mejores a los de cualquiera de nosotros.

Leí una vez en un libro sobre una carrera de 100 metros entre chicos con Síndrome de Down. En ese relato se cuenta que, a poco de llegar a la meta, el chico que iba segundo tropieza y cae... y, ante la sorpresa y emoción del público, el muchacho que estaba por ganar la carrera, al ver caer a otro competidor, se devolvió, lo ayudó a levantarse y juntos corrieron de la mano hasta la meta... ¡qué lección de vida! y pensar que muchos les dicen que son "discapacitados".

Seguir a Jesús es ayudar a otros a que también lleguen a la meta. Seguir a Jesús no se fundamenta en ambiciones personales ni en caprichos... sino en que se haga la Voluntad de Dios tanto en la tierra como en el Cielo.

viernes, 16 de octubre de 2009

Las reliquias de Don Bosco ya están en San Juan

San Juan, 16 de octubre - La urna que las contiene y que recorre el mundo desde abril, llegó esta mañana a la provincia. Una comitiva acompañó la movilidad con una caravana de vehículos hasta el Colegio María Auxiliadora. Las reliquias ya están en la Catedral.

Tal como estaba previsto, esta mañana llegaron por primera vez a la provincia las reliquias de San Juan Bosco.

A primera hora, la réplica de cera que contiene un hueso real del brazo derecho del santo fue trasladada junto a una caravana hasta el Colegio María Auxiliadora, donde se realizó una misa en su honor.

Posteriormente, la urna partió hasta Avenida Ignacio de la Roza entre Mendoza y Entre Ríos. Allí, la imagen pasó frente al palco oficial y pudo ser apreciada por una multitud. En estos momentos se encuentra en la Catedral, donde estará expuesta hasta las 14 horas.

Bajo el lema "En camino con Don Bosco", la peregrinación del santo comenzó el 25 de abril en Turín, Italia, y continuará hasta el 2015 recorriendo los 5 continentes. La reliquia ya visitó Chile y Uruguay y partirá a Paraguay una vez terminado su recorrido por Argentina, que comenzó el 18 de julio y termina el próximo 28 de octubre.

La gira fue impulsada por el Rector Mayor de los Salesianos, Pascual Chávez, con motivo de celebrarse este año el 150mo aniversario de la fundación de la Congregación Salesiana (18 de diciembre de 1859) y en vistas a la preparación del bicentenario del nacimiento de San Juan Bosco (16 de agosto de 1815).

Luego, una procesión de fieles paseará la urna por las calles de la ciudad hasta la capilla del colegio Don Bosco, ubicada en Avenida Rawson y 9 de Julio. En ese lugar podrá ser venerada durante toda la tarde hasta las 20 horas, cuando le harán una misa en el patio del colegio para comenzar luego con la llamada Fiesta Joven.

Así, con música, venta de comidas rápidas y fuegos artificiales, el agasajo se extenderá hasta la medianoche, hora de la despedida. Una comitiva de autos acompañará la reliquia hasta el Camping Don Bosco, en Santa Lucía, y ésta seguirá su camino hacia el próximo destino, que será Río Tercero, Córdoba.

(fuente: www.diariodecuyo.com.ar)

jueves, 15 de octubre de 2009

¿Quién convoca a las Mujeres Autoconvocadas?

El fin de semana pasado se realizó el 24º Encuentro Nacional de las "Mujeres Autoconvocadas" que, en este año, al igual que en 1993, fue realizado en la Ciudad de San Miguel del Tucumán con el lema "Algo cambia en cada mujer que participa".

Si nos dicen de que son "autoconvocadas", se entiende que hacen referencia a que todas mujeres participantes espontáneamente, sin mediar una invitación formal, se acercan a participar. Aunque, en este caso puntual, no se sabe a ciencia cierta quien o quienes está atrás de todo esta movida porque parece que nadie se anima a dar la cara. El portal Tucumán Noticias habló con una de las organizadoras de este evento quien se identificó simplemente como "Verónica" y, acerca de dicho encuentro, la dirigente se enorgulleció de que "No existe otro congreso tan convocante. Es único en el mundo por la pasividad, porque es horizontal, plural, autoconvocado. El objetivo es que las mujeres nos encontremos y podamos hablar de las condiciones sociales en las que vivimos actualmente”.

El Gobierno de Tucumán, a través de su Ente Provincial de Turismo, apoyó este Encuentro en el que se calculó que participaron unas 20.000 mujeres provenientes de distintos puntos del país y de otros países de Latinoamérica. Para esta nueva edición de su encuentro, las "Autoconvocadas" obtuvieron la adhesión de Carmen Argibay, integrante de la Corte Suprema de Justicia de la Nación y que figura como "Desaparecida" según el listado del "Nunca más" que confeccionó la CONADEP quien, en reiteradas ocasiones, se ha manifestado a favor del aborto.

De parte del Gobierno Nacional, se sumó la inefable Presidente (aunque ella también se hace llamar PresidentA) del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) María José Lubertino quien se dio tiempo para censurar a las personas que no coinciden con la ideología de quienes convocan a las autoconvocadas y hasta justificó la violencia de sus chicas al afirmar "Se sabe el contenido de los encuentros, que promueven el derecho a decidir; se conocía la consigna: 'educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, y aborto legal, seguro y gratuito para no morir'. Los grupos que piensan de otra manera pueden manifestarse en otro lado. Venir a agredir a los que están participando es una provocación que genera violencia".

Con el pretexto de crear un espacio para que las mujeres puedan expresarse acerca de las cuestiones fundamentales de sus vidas, se desarrollaron varias temáticas en las que estuvieron la trata de personas y, como en todas sus ediciones anteriores, la insistente petición de la despenalización total del aborto y la implementación de leyes consecuentes con la teoría del género que impone la Organización de las Naciones Unidas, es decir, matrimonios de homosexuales, eliminación de la figura mujer-madre, sanción de leyes que castiguen a quien se atreva a afirmar que la homosexualidad no es parte de la naturaleza humana, etc.

El blanco predilecto de las Mujeres "Autoconvocadas" es la Iglesia Católica Apostólica Romana quien es firme defensora de los derechos de los niños por nacer y, por ende, se opone al aborto y a la mencionada teoría del género. Las chicas autoconvocadas atacaron con saña a templos católicos a quienes acusan de reprimir a "miles" de mujeres.

Para solapar sus verdaderas intenciones y generar más confusión aún, las chicas "autoconvocadas" crearon el grupo "Católicas por el Derecho a decidir", cual está conformado por mujeres que aseguran pertenecer a la Iglesia Católica pero que están a favor del aborto. Esa no es la única estrategia marketinera de estas féminas, ya que ahora lanzaron el eslogan "NO AL ABORTO; SÍ A SU DESPENALIZACIÓN". Para arengar a las presentes, Vilma Ripoll, dirigente del Movimiento Socialista de los Trabajadores, gritó que hay que legalizar el aborto porque "El 80% de la sociedad lo exige. Si en el país se registran casi tantos abortos como nacimientos, el Estado debe atender el asunto". Claro que la Sra. Ripoll no explicó de donde sacó los datos de la casi abrumadora aprobación popular que el aborto tendría en la Argentina, como así tampoco especificó la fuente en la que se sostuvo para afirmar que en nuestro país "hay tantos abortos como nacimientos". Por su parte, Vanina Biassi se aventuró al decir "La discusión no pasa por 'aborto sí, aborto no', porque las estadísticas oficiales dicen que en el país se realizan, por año, 500.000 abortos; que deben ser mucho más. Por lo tanto, el debate pasa por qué política de salud se propone" (¿¿¿estadísticas "oficiales" que miden abortos clandestinos???).

Por más que se ufanen de horizontalidad y pluralidad, las niñas que se convocaron a si mismas hicieron nuevamente gala de su intolerancia ideológica cuando expulsaron de sus talleres a mujeres que no comparten su ideología. Uno de los temas más controversiales para nuestra sociedad es el aborto por el que las organizadoras no soportaron que hubieran mujeres que rechazaran la propuesta. Las simpatizantes del aborto se pusieron violentas y echaron violentamente a sus opositoras, lo que provocó la rápida intervención policial para calmar los ánimos; la rabia abortista no terminó allí sino que se dirigieron hacia la Catedral (en cada Encuentro siempre atacan a la Catedral de la ciudad sede) y la Iglesia de San Francisco para vomitar allí todo su odio al grito de "Iglesia basura, vos sos la dictadura" pero la valiente acción de hombres y mujeres que se apostaron en las afueras del templo lo impidió. Lamentablemente, pudieron realizar pintadas con consignas agresivas en las paredes del templo franciscano y desafiaron a los católicos allí presentes con escupidas y gestos obscenos, en clara señal de provocación.

Lo cierto es que la repercusión social no fue la deseada por las promotoras de asesinatos de niños, ya que lograron que católicos, judíos, evangélicos y musulmanes confluyan en una enérgica defensa de la vida y de la familia. En pleno centro de la Ciudad de San Miguel se realizó una multitudinaria marcha en contra del aborto, como así también en la localidad de Yerba Buena.

Las muchachas autoconvocadas prometieron volver a la carga el próximo año en la Ciudad de Paraná, Provincia de Entre Ríos, la cual elegida por "unanimidad" (¿quiénes votaron?) como sede del XXV Encuentro Nacional de Mujeres Autoconvocadas.

Es lamentable cómo se están organizando estos Encuentros desde 1986, ya que no se permite posibilidad alguna al disenso con quienes son las verdaderas personas que se esconden tras eso de que "son autoconvocadas". Cabe preguntarse si todas esas temáticas abordadas hacen a la dignidad de la mujer, principalmente el ¿derecho? al aborto y los atentados contra la familia tradicional, todo nombre del progresismo. Parece que es ser progresista promover el asesinato de niños en el vientre de sus madres. Parece que es moderno despreciar el rol materno de una mujer... ¿hasta dónde quieren llegar esas mujeres?

(fuente: www.cerromercedario.com)

miércoles, 14 de octubre de 2009

1ª Jornada Schoenstatt Social en San Juan


“PENSANDO LA PATRIA DESDE LA FAMILIA, LA EDUCACIÓN Y EL TRABAJO”

El Sábado, 17 de Octubre, de 9 a 13 hs.; en el Centro de Convenciones se realizará la 1ª Jornada Schoenstatt Social en San Juan sobre “Pensando la Patria desde la Familia, la Educación y el Trabajo”.

Movimiento Apostólico de Schoenstatt es un movimiento de formación y educación en la fe. Ofrece al hombre actual caminos concretos para el crecimiento personal, matrimonial y familiar, con una espiritualidad y pedagogía aptas para vivir un cristianismo activo y comprometido en el mundo a través de:

La espiritualidad mariana
→ La espiritualidad de alianza
→ La espiritualidad de instrumento
→ La espiritualidad de santificación de la vida diaria
→ Fe práctica en la Divina Providencia


Objetivos de la jornada

◘ Reflexionar sobre los desafíos actuales en los ámbitos familia, educación y trabajo, construir un nuevo proyecto de país a la luz de la espiritualidad shoenstattiana.

◘ Generar acciones concretas para transferir a la vida comunitaria, basados en las propuestas del Padre José Kentenich.


Destinatarios: El público en general; los adultos deben pagar 10 pesos y los jóvenes libres.

Programa

9.00 hs Acreditaciones
9:15 hs. Presentación del Movimiento de Schoenstatt, haciendo referencia al carisma del Movimiento y de su fundador, destacando su actualidad pedagógica y la respuesta a los desafíos que presenta al tiempo actual.
9.30 hs Conformación del panel de personalidades que orientará el evento. Los invitados son los referentes para los temas que se tratarán, “Trabajo, Familia y Educación”, basados en la pedagogía de Schoenstatt. Darán una visión sobre estos temas, mostrando que a través de ella podemos encontrar soluciones a los problemas que en la actualidad presentan tales áreas.
10:30 hs. Cofee- Break
10:45 hs. Conformación de grupos para participar en los trabajos de Talleres, y desarrollo de los mismos, “Trabajo, Familia y Educación” (Un grupo de Coordinadores especiales guiarán el desarrollo de cada taller).
12:00 hs. Presentación de conclusiones de cada taller: Plenario con puesta en común y cierre de la jornada, está previsto para las 12:30hs.


Reseña de talleres temáticos

Nos proponemos reflexionar juntos sobre distintos desafíos que nos inquietan:

■ Familia

La crisis del matrimonio y de la familia tiene que ver con la fragilidad de los vínculos y la huída de los mismos. P. José Kentenich: El desafío actual no es anudar vínculos, sino permanecer fieles a los mismos. ¿Qué pasa con nuestros vínculos? ¿A qué se debe la fragilidad y huída de los vínculos? ¿Cómo concibo los vínculos? ¿Tenemos algunos caminos que nos ayuden a cultivar los lazos conyugales y familiares? ¿Cuáles?

■ Educación

“EDUCAR… significa servir desinteresadamente a la originalidad y particularidad ajenas, es decir, servir desinteresadamente a la gran vida que Dios ha depositado en cada persona”. P. José Kentenich: ¿De qué educación hablamos? ¿Quién es un educador? ¿Cómo guiarnos a nosotros mismos en la educación de nuestra personalidad, en la tarea diaria de la auto-educación?

¿De qué manera nos vinculamos con la persona, respetando su originalidad y acompañando su camino hacia un desarrollo más pleno desde nuestro puesto como de educadores (padres, docentes)?

■ Trabajo

“El trabajo es, aunque en forma imperfecta y a menudo diferente, participación en la actividad creadora del Dios que se dona a sí mismo”. P. José Kentenich: Mirar al trabajo desde tres ejes: La verdad, el liderazgo y los vínculos. ¿Cómo colaboramos a través de nuestro trabajo para lograr implantar cambios en el nuevo orden social que queremos para nuestra Patria?

■ Conclusión

Luego de lo trabajado en cada taller: ¿Qué acciones concretas podemos llevar a cabo desde el lugar en el que nos toca actuar a cada uno?

(fuente: http://www.vocesparalelas.com.ar/)

martes, 13 de octubre de 2009

Nuestra Madre nos habla desde Fátima

La Historia

fatim2.jpg (12331 bytes)Desde el 13 de mayo de 1917 la Sma. Virgen María se apareció en seis ocasiones en Fátima (Portugal) a tres pastorcitos: Lucía, Francisco y Jacinta. En un hermoso libro titulado "Memorias de Lucía" (cuya lectura recomendamos) la que vio a la Virgen cuenta todos los detalles de esas apariciones.

El 13 de mayo se produjo el siguiente diálogo:
- ¿De dónde es su merced? - Mi patria es el cielo.

- ¿Y qué desea de nosotros? - Vengo a pedirles que vengan el 13 de cada mes a esta hora (mediodía). En octubre les diré quién soy y qué es lo que quiero.

- ¿Y nosotros también iremos al cielo? - Lucía y Jacinta sí.

- ¿Y Francisco?

Los ojos de la aparición se vuelven hacia el jovencito y lo miran con expresión de bondad y de maternal reproche mientras va diciendo: - El también irá al cielo, pero antes tendrá que rezar muchos rosarios.
Y la Sma. Virgen continuó diciéndoles:

- ¿Quieren ofrecerse al Señor y estar prontos para aceptar con generosidad los sufrimientos que Dios permita que les lleguen y ofreciéndolo todo en desagravio por las ofensas que se hacen a Nuestro Señor?

- Sí, Señora, queremos y aceptamos.

Con un gesto de amable alegría, al ver su generosidad, les dijo:

- Tendrán ocasión de padecer y sufrir, pero la gracia de Dios los fortalecerá y asistirá.

Segunda aparición: 13 de Junio de 1917.

La Sma. Virgen le dice a los tres niños: "Es necesario que recen el rosario y aprendan a leer".

Lucía le pide la curación de un enfermo y la Virgen le dice: "Que se convierta y el año entrante recuperará la salud".

Lucía le suplica: "Señora: ¿quiere llevarnos a los tres al cielo?".

- Sí a Jacinta y a Francisco los llevaré muy pronto, pero tú debes quedarte aquí abajo, porque Jesús quiere valerse de ti para hacerme amar y conocer. El desea propagar por el Inmaculado Corazón de Maríamundo la devoción al Inmaculado Corazón de María.

- ¿Y voy a quedarme solita en este mundo?

- ¡No hijita! ¿Sufres mucho? Pero no te desanimes, que yo no te abandonaré. Mi corazón inmaculado será tu refugio y yo seré el camino que te conduzca a Dios.

Tercera aparición: 13 de julio de 1917.

Ya hay 4,000 personas. Nuestra Señora les dice a los videntes: "Es necesario rezar el rosario para que se termine la guerra. Con la oración a la Virgen se puede obtener la paz. Cuando sufran algo digan: ‘Oh Jesús, es por tu amor y por la conversión de los pecadores’".
La Virgen abrió sus manos y un haz de luz penetró en la tierra y apareció un enorme horno lleno de fuego, y en él muchísimas personas semejantes a brasas encendidas, que levantadas hacia lo alto por las llamas volvían a caer gritando entre lamentos de dolor. Lucía dio un grito de susto. Los niños levantaron los ojos hacia la Virgen como pidiendo socorro y Ella les dijo:

- ¿Han visto el infierno donde van a caer tantos pecadores? Para salvarlos, el Señor quiere establecer en el mundo la devoción al Corazón Inmaculado de María. Si se reza y se hace penitencia, muchas almas se salvarán y vendrá la paz. Pero si no se reza y no se deja de pecar tanto, vendrá otra guerra peor que las anteriores, y el castigo del mundo por sus pecados será la guerra, la escasez de alimentos y la persecución a la Santa Iglesia y al Santo Padre. Vengo a pedir la Consagración del mundo al Corazón de María y la Comunión de los Primeros Sábados, en desagravio y reparación por tantos pecados. Si se acepta lo que yo pido, Rusia se convertirá y vendrá la paz. Pero si no una propaganda impía difundirá por el mundo sus errores y habrá guerras y persecuciones a la Iglesia. Muchos buenos serán martirizados y el Santo Padre tendrá que sufrir mucho. Varias naciones quedarán aniquiladas. Pero al fin mi Inmaculado Corazón triunfará.

Y añadió Nuestra Señora: Cuando recen el Rosario, después de cada misterio digan: "Oh Jesús, perdónanos nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno y lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia".
Cuarta aparición: Agosto 1917.

Cuarta aparición. Esta no ue posible el 13 de agosto, porque ese día el alcalde tenía prisioneros a los 3 niños intentándo acerlos decir que ellos no habían visto a la Virgen. Aunque el alcalede no logró su propósito, la aparición sucedió unos días después.

La Sma. Virgen les dijo en la 4ª. Aparición: "Recen, recen mucho y hagan sacrificios por los pecadores. Tienen que recordar que muchas almas se condenan porque no hay quién rece y haga sacrificios por ellas". (El Papa Pío XII decía que esta frase era la que más le impresionaba del mensaje de Fátima y exclamaba: "Misterio tremendo: que la salvación de muchas almas dependa de las oraciones y sacrificios que se hagan por los pecadores).

Rosario.gif (1090 bytes)Desde esta aparición los tres niños se dedicaron a ofrecer todos los sacrificios posibles por la conversión de los pecadores y a rezar con más fervor el Rosario.

Quinto aparición: 13 de Septiembre 1917.


Ya hay unas 12,000 personas. Nuestra Señora les recomienda a los videntes que sigan rezando el Rosario y anuncia el fin de la guerra. Lucía le pide por varios enfermos. La Virgen le responde que algunos sí curarán, pero que otros no, porque Dios no se confía de ellos, y porque para la santificación de algunas personas es más conveniente la enfermedad que la buena salud. E invita a todos a presenciar un gran milagro el próximo 13 de octubre.

Sexta y última aparición. 13 de octubre de 1917.

En este día hay 70,000 personas. La aparición dice a los tres niños: "Yo soy la Virgen del Rosario. Deseo que en este sitio me construyan un templo y que recen todos los días el Santo Rosario".

Lucía les dice los nombres de bastantes personas que quieren conseguir salud y otros favores muy importantes. Nuestra Señora le responde que algunos de esos favores serán concedidos y otros serán reemplazados por favores mejores. Y añade: "Pero es muy importante que se enmienden y que pidan perdón por sus pecados".

Y tomando un aire de tristeza la Sma. Virgen dijo estas sus últimas palabras de las apariciones: QUE NO OFENDAN MAS A DIOS QUE YA ESTA MUY OFENDIDO (Lucía afirma que de todas las frases oídas en Fátima, esta fue la que más le impresionó).

La Sma. Virgen antes de despedirse señaló con sus manos hacia el sol y entonces los 70,000 espectadores presenciaron un milagro conmovedor, un espectáculo maravilloso, nunca visto: la lluvia cesó instantáneamente (había llovido desde el amanecer y era mediodía) las nubes se alejaron y el sol apareció como un inmenso globo de plata o de nieve, que empezó a dar vueltas a gran velocidad, esparciendo hacia todas partes luces amarillas, rojas, verdes, azules y moradas, y coloreando de una manera hermosísima las lejanas nubes, los árboles, las rocas y los rostros de la muchedumbre que allí estaba presente. De pronto el sol se detiene y empieza a girar hacia la izquierda despidiendo luces tan bellas que parece una explosión de juegos pirotécnicos, y luego la multitud ve algo que la llena de terror y espanto.
Ven que el sol se viene hacia abajo, como si fuera a caer encima de todos ellos y a carbonizarlos, y un grito inmenso de terror se desprende de todas las gargantas. "Perdón, Señor, perdón", fue un acto de contricción dicho por muchos miles de pecadores. Este fenómeno natural se repitió tres veces y duró diez minutos. No fue registrado por ningún observatorio astronómico porque era un milagro absolutamente sobrenatural.

Luego el sol volvió a su sitio y los miles de peregrinos que tenían sus ropas totalmente empapadas por tanta lluvia, quedaron con sus vestidos instantáneamente secos. Y aquel día se produjeron maravillosos milagros de sanaciones y conversiones.

Y nosotros queremos recordar y obedecer los mensajes de la Sma. Virgen en Fátima: "Rezar el Rosario. Hacer oración y sacrificios por la conversión de los pecadores y NO ofender más a Dios, que ya esta muy ofendido".

Apariciones del Ángel de La Paz

Vitral de la Virgen de FatimaUn tiempo antes de la manifestación de Nuestra Señora de Fátima, los niños Videntes, tuvieron tres apariciones de un Angel. La primera tuvo lugar en la primavera de 1916 en la cueva "Loca de Cabeco".

El Angel les dijo: " No teman. Soy el Angel de la Paz. Recen conmigo."

Luego se arrodillo en la tierra, se inclino y dijo :
"Mi Dios, Yo creo en ti, Yo te adoro y Yo te amo. Te pido perdón por todos aquellos que no creen , que no te adoran y no te aman."

Lo repitió tres veces, se levanto y le dijo a los pequeños "Recen de esta manera. Los corazones de Jesús y María están atentos a sus súplicas." Luego desapareció.

En la segunda aparición, entre otras cosas, el Angel les dijo: "Yo soy el Angel de su guardia, el Angel de Portugal. Sobre todo, acepten y soporten con sumisión el sufrimiento que el Señor les envíe".

En la tercer aparición: El Angel nuevamente se apareció en la cueva Loca de Cabeco, llevaba consigo un cáliz y sostuvo sobre él, una Hostia. Repitió tres veces esta oración:

"Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, yo te ofrezco el preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo, presente en todos los tabernáculos del mundo, en acto de reparación por los sacrilegios, ultrajes e indiferencia por la cual Él Mismo es ofendido. Y mediante los méritos infinitos de su Sacratísimo Corazón y del Inmaculado Corazón de María, yo le pido la conversión de los pobres pecadores."

Después le dio la Hostia a Lucía y ofreció el contenido del Cáliz a Jacinta y Francisco para que lo bebieran. Volvió a repetir la oración y se marcho.

Apariciones de la Santísima Virgen

Ocurrieron entre el 13 de mayo y el 13 de octubre de 1917.

Primera Aparición
:

Aconteció el 13 de mayo, los tres niños se encontraban en la Cova de Iría, cuando vieron un luz como si fuera un relámpago, entonces creyendo que era una tormenta, intentaron marcharse, pero nuevamente otro rayo de luz los detuvo, de repente por encima de un arbusto apareció Nuestra Señora vestida de blanco, brillaba como el sol, en su mano derecha llevaba un Rosario. La Virgen les hablo así:

"No tengan miedo. No les haré daño."

Lucia pregunto:
- ¿De dónde es su merced?

La Virgen María respondió:
- Mi lugar es el cielo.

Y el diálogo siguió, más o menos de esta manera:
- ¿Y qué desea de nosotros?

- Vengo a pedirles que vengan el 13 de cada mes al mediodía. En octubre les diré quién soy y qué es lo que quiero.

Lucía le Pregunto:
- ¿Nosotros también iremos al cielo?

- Jacinta y tu, sí.

- ¿Y Francisco?, preguntó Lucía.

- El también irá al cielo, pero antes tendrá que rezar muchos rosarios.

Y la Señora continuó diciéndoles:
- ¿Quieren ofrecerse al Señor y estar prontos para aceptar con generosidad los sufrimientos que Dios permita que les lleguen y ofreciéndolo todo en desagravio por las ofensas que se hacen a Nuestro Señor?

- Sí, Señora, queremos. Respondieron los pastorcitos.

La Santísima Virgen les dijo:
- Tendrán ocasión de padecer y sufrir, pero la gracia de Dios los fortalecerá y asistirá.

Pasados unos minutos Nuestra Señora agregó:
-"Rezad el rosario todos los días para alcanzar la paz del mundo y el fin de la guerra".

Luego se elevó y desapareció.

Virgen de Fatima Segunda Aparición:
Tuvo lugar el 13 de Junio de 1917, en ella Nuestra Señora les pidió a los niños que recen el rosario y aprendan a leer.

Después Lucía le preguntó:
¿Quiere llevarnos a los tres al cielo?

Nuestra Señora le responde:
- Sí a Jacinta y a Francisco los llevaré muy pronto, pero tú debes quedarte aquí abajo, porque Jesús quiere valerse de ti para hacerme amar y conocer. El desea propagar por el mundo la devoción al Inmaculado Corazón de María.

Lucía entonces le dice:
- ¿Y voy a quedarme sólita en este mundo?

La santísima Virgen le responde:
- ¡No hijita! ¿Sufres mucho? Pero no te desanimes, que yo no te abandonaré. Mi Corazón Inmaculado será tu refugio y yo seré el camino que te conduzca a Dios.

Tercera Aparición
:
Ocurrió el 13 de julio de 1917, en esta aparición, ya se encuentran 4000 personas contemplando a los niños. Nuestra Señora les habló a los videntes así:

"Es necesario rezar el rosario para que se termine la guerra. Con la oración a la Virgen se puede obtener la paz. Cuando sufran digan: 'Oh Jesús, es por tu amor y por la conversión de los pecadores' ".

Luego tuvieron la visión del Infierno, que Lucía en su libro "Memorias" nos relata así:

"Ella abrió sus manos una vez más, como lo había hecho los dos meses anteriores. Los rayos de luz parecían penetrar la tierra y vimos, por decirlo así, un vasto mar de fuego. Sumergidos en este fuego, vimos a los demonios y a las almas de los condenados. Estas últimas eran como rescoldos transparentes y ardientes, todos ennegrecidos o bruñidos en bronce, que tenían forma humana. Flotaban en aquella conflagración, que a veces se elevaba en el aire por las llamas que ellas mismas emitían, junto con grandes nubes de humo. Retrocedían después hacia todos lados como chispas en incendios inmensos, sin peso o equilibrio, entre alaridos y gemidos de dolor y desesperación, que nos horrorizaron y nos hicieron temblar de miedo (debió haber sido este espectáculo lo que me hizo gritar, como dice la gente que nos escuchó). Los demonios se distinguían de las almas de los condenados, por su aterrador y repugnante parecido con espantosos y desconocidos animales, negros y transparentes como brasas ardientes. Esa visión duró sólo un momento, gracias a nuestra bondadosa Madre Celestial, Quien en la primera aparición había prometido llevarnos al Cielo. Sin esto, creo que hubiéramos muerto de terror y miedo."

Después de este suceso, los niños Videntes estaban asustados y Nuestra Señora, les habló con bondad y tristeza:

"¿Han visto el infierno donde van a caer tantos pecadores? Para salvarlos, el Señor quiere establecer en el mundo la devoción al Corazón Inmaculado de María. Si se reza y se hace penitencia, muchas almas se salvarán y vendrá la paz. Pero si no se reza y no se deja de pecar tanto, vendrá otra guerra peor que las anteriores, y el castigo del mundo por sus pecados será la guerra, la escasez de alimentos y la persecución a la Santa Iglesia y al Santo Padre. Vengo a pedir la Consagración del mundo al Corazón de María y la Comunión de los Primeros Sábados, en desagravio y reparación por tantos pecados. Si se acepta lo que yo pido, Rusia se convertirá y vendrá la paz. Si no, esparcirá sus errores por el mundo y habrá guerras y persecuciones a la Iglesia. Muchos buenos serán martirizados y el Santo Padre tendrá que sufrir mucho. Varias naciones quedarán aniquiladas. Pero al fin mi Inmaculado Corazón triunfará.

El Santo Padre me consagrará a Rusia, que se convertirá, y será concedido al mundo algún tiempo de paz. En Portugal el dogma de la fe se conservará siempre... (Luego de estas palabras la Virgen María les cuenta a los niños la tercera parte del secreto o (tercer secreto), que Lucía escribió entre el 22 de Diciembre de 1943 y el 9 de Enero 1944). Después la Virgen dijo: 'Esto no lo digas a nadie. A Francisco si podéis decírselo'."

Y agregó: Cuando recen el Rosario, después de cada misterio digan: "Oh Jesús, perdónanos nuestros pecados, libranos del fuego del infierno y lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia".

Cuarta Aparición
:
Esta ocurrió el domingo 19 de Agosto, porque el 13 de agosto, el administrador del Consejo del lugar, apresó a los tres niños para tratar de hacerlos decir que ellos no habían visto a la Virgen, los asusto, los encerró en el calabozo, donde los pequeños colgaron en la pared una medalla que tenia Jacinta y rezaron el rosario junto a los presos, hasta que finalmente tuvo que liberarlos. Unos días después la Virgen apareció en un lugar llamado Valinhos (a 400 metros de Aljustrel), y entre otras cosas les dijo: "Deseo que sigan yendo a Cova de Iría en los días 13, que sigan rezando el rosario todos los días y les prometio que haría en el último mes un milagro para que todos creyesen."

Quinta Aparición:
Sucedió el 13 de Septiembre 1917. Nuestra Señora les dice nuevamente a los niños que sigan rezando el Rosario para que finalice la guerra y les expresa:

"En octubre haré un milagro para que todos crean, Curaré a algunos enfermos, pero no a todos."

Sexta Aparición
:

"El milagro del cielo de Fátima o el milagro del Sol."

La última aparición ocurrió el 13 de octubre de 1917, en la Cova de Iría, donde se encontraban 70.000 personas, llovía torrencialmente y los pequeños fueron al lugar, donde la Virgen se manifestó y les dijo:

" Yo soy la Señora del Rosario, continúen rezando el Rosario todos los días, la guerra se acabará pronto."

Luego se produce el milagro del sol, la Virgen elevó sus brazos al cielo y la lluvia se detuvo, el sol giró tres veces sobre si mismo, emitiendo luces de variados colores. Los niños y los testigos del suceso vieron como si el sol se desprendiera del firmamento y fuese a caer sobre ellos. Muchos gritaban de miedo, los niños Videntes en esos momentos tuvieron visiones al lado del sol, vieron a San José con el Niño, a Nuestra Señora de los Dolores y a Nuestra Señora del Carmen. Luego de diez minutos el sol volvió a su lugar y los miles de peregrinos que tenían sus ropas mojadas por tanta lluvia, quedaron con sus ropas completamente secas.

Este suceso es considerado como el acontecimiento sobrenatural más grande del siglo XX. La Iglesia Católica ha aprobado oficialmente al Mensaje de Fátima como "digno de ser creído" desde 1930.

Un observador de los hechos el Doctor Garrett, profesor de la Facultad de Ciencias de Coimbra, Portugal, relato lo sucedido así:

"El cielo, que había estado nublado todo el día, súbitamente se aclaró; la lluvia paró y parecía como si el sol estuviera a punto de llenar de luz el campo que la mañana invernal había vuelto tan lóbrego. Yo miraba el lugar de las apariciones en un estado sereno, aunque frío, en espera de que algo pasara, y mi curiosidad disminuía, pues ya había transcurrido bastante tiempo sin que pasara nada que llamara mi atención. Unos momentos antes, el sol se había abierto paso entre una capa gruesa de nubes que lo escondían y brillaba entonces clara e intensamente. De repente escuché el clamor de miles de voces, y vi a la multitud desparramarse en aquel vasto espacio a mis pies ... darle la espalda a aquel lugar, que hasta ese momento había sido el foco de sus expectativas, y mirar hacia el sol en la otra dirección. Yo también di la vuelta hacia el punto que atraía su atención y pude ver el sol, como un disco transparente, con su agudo margen, que brillaba sin lastimar la vista. No se podía confundir con el sol que se ve a través de una neblina (en ese momento no había neblina), pues no estaba velado ni opaco. En Fátima, el sol conservó su luz y calor, y se destacó claramente en el cielo, con un margen agudo, parecía una mesa de juego. Lo más sorprendente era que se podía mirar directamente al disco solar, sin que los ojos se lastimaran o se dañara la retina. Durante ese tiempo, el disco del sol no permaneció inmóvil, se mantuvo en un movimiento vertiginoso, pero no como el titilar de una estrella con todo su brillo, pues el disco giraba alrededor de sí mismo en un furioso remolino ...".

El Secreto de Fátima

Nuestra Señora de FatimaEn la tercera aparición la Santísima Virgen les contó un secreto a los Videntes, éste esta dividido en tres partes, las dos primera han sido públicamente reveladas en el libro "Memorias de Lucía" en la década de 1940. Y son: La Visión del infierno, el anunció de una futura guerra, la petición de la Santísima Virgen sobre la Consagración de Rusia, como condición para la paz mundial y la práctica de la comunión de los primeros sábados.

La Tercera parte o Tercer Secreto
:
Se hizo público
el 13 de mayo del 2000.
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Lucía Dos Santos

Casa de LuciaNació en Aljustrel, a casi 1 kilómetro de Fátima, Portugal. El 22 de marzo de 1907, hija de Antonio y María Rosa Dos Santos. Prima de Francisco y Jacinta. Desde la primera aparición de la Virgen tuvo que soportar muchos sufrimientos, porque era criticada y se dudaba de ella. Los sacerdotes de la parroquia de Fátima insinuaron que ella podría ser un "pequeño instrumento del demonio". Por todo esto la niña sentía mucho temor en regresar al lugar de las apariciones, pero pudo vencerlo ante el pedido de sus primos y regresó a la Cova de Iría, como la Santísima Virgen se lo había solicitado. Uno de sus mayores dolores fue cuando a Virgen le dijo que se llevaría muy pronto al Cielo a Francisco y a Jacinta y le expresó que ella permanecería en la tierra, para difundir la devoción al Corazón Inmaculado de María.

En 1921, Lucía fue enviada al convento de las Hermanas Doroteas de Villar en Oporto, por decisión del Obispo de Leiria, tenia entonces 14 años. En 1928, se convirtió en religiosa y en 1946, ingresó al convento de las Hermanas Carmelitas de Coimbra, Portugal. Tomo el nombre de María Lucía del Inmaculado Corazón, pero es más conocida como la Hermana Lucía.
La Santísima Virgen María se manifestó a Lucía cuando ella era postulante, y le reveló la promesa de los Cinco Primeros Sábados, cinco años después, en Junio del 1929, tuvo la visión de la Trinidad, con la petición de la consagración de Rusia.

Beato Francisco Marto

Videntes de FatimaNació en Aljustrel, a casi 1 kilómetro de Fátima, Portugal. El 11 de junio de 1908, era hijo de Manuel y Olimpia de Jesús Marto, hermano de Jacinta y primo de Lucía.

Cuando ocurrieron los acontecimientos de Fátima, éste pequeño tenía nueve años.

Durante de la primera aparición, Lucía preguntó si Francisco iría al Cielo, y la Señora contesto: "Sí, va a ir al Cielo, pero tendrá que rezar muchas veces el Rosario."

Después de las apariciones Francisco mostraba poco interés en ir a la escuela, frecuentemente les decía a Lucía y a Jacinta al momento de aproximarse al colegio: "Sigan, que yo voy a ir a la iglesia a hacerle compañía al Jesús escondido" (ésta expresión se refiere al Santo Sacramento).

A fines de 1918, Francisco y su hermanita, enfermaron gravemente por una epidemia de bronconeumonía y el 4 de abril de 1919, el niño falleció. Lucía escribió en su libro "Memorias... " al narrar sobre su primo: "Voló al Cielo en los brazos de Nuestra Madre Celestial."

Beata Jacinta Marto

Tumba de JacintaTambién nació en Aljustrel, a casi un kilómetro de Fátima, Portugal. El 11 de marzo de 1910. Era hija de Manuel y Olimpia de Jesús Marto, hermana de Francisco y prima de Lucía.

Cuando ocurrieron los sucesos de Fátima, tenía siete años, era la menor de los tres niños. Jacinta después de haber tenido la visión del infierno, se ofreció completamente a la salvación de las almas.

Poco tiempo después de las apariciones enfermo, primero junto su hermano en la epidemia de bronconeumonía, después se le declaró una pleuresía purulenta, luego de dos meses de internación la llevaron nuevamente a su hogar, pero los médicos encontraron que tenia una inflamación abierta y ulcerosa en el pecho. Más tarde le diagnosticaron tuberculosis. Fue internada en el hospital de Lisboa en donde la Santísima Virgen se le apareció en varias oportunidades. Jacinta en su agonía ofrecía sus sufrimientos por los pecadores. Falleció en la noche del 20 de febrero de 1920.

Francisco y Jacinta Martos estuvieron enterrados en el cementerio municipal de Fátima, hasta que los trasladaron a la Basílica de Nuestra Señora a principios de la década de 1950.

Los Cinco Primeros Sábados

FatimaEl 10 de diciembre de 1925, Lucía era postulante en el Convento de las Doroteas en España, cuando de repente tuvo la manifestación de la Virgen María y del Niño Jesús.

Nuestra Señora le habló así:
"Mira, hija mía, mi Corazón cercado de espinas, que los hombres ingratos me clavan sin cesar con blasfemias e ingratitudes. Tu, al menos, procura consolarme y di que a todos que durante cinco meses en el primer sábado se confiesen, reciban la Sagrada Comunión, reciten el Rosario y hágame compañía durante 15 minutos, al mismo tiempo mediten sobre los quince misterios del Rosario, con un espíritu de expiación, que Yo les prometo asistirlos a la hora de la muerte con todas las gracias necesarias para la salvación de sus almas."

Párrafo de una carta que escribió la Hermana Lucía en 1927, acerca de la devoción expiatoria de los cinco sábados al Corazón Inmaculado de María:

"La devoción consiste en esto: Durante cinco meses, el Primer Sábado, recibir a Jesús en la Comunión, recitar el Rosario, hacerle compañía a Nuestra Señora durante quince minutos mientras se medita sobre los misterios del Rosario y confesarse. La confesión puede hacerse unos días antes, y si en esta confesión previa usted ha olvidado la intención (obligatoria), se puede ofrecer la siguiente intención, siempre y cuando uno reciba la Santa Comunión en estado de gracia el primer Sábado, con el propósito de expiar las ofensas contra la Santísima Virgen y que afligen Su Inmaculado Corazón."

La Visión de la Trinidad

El 13 de Junio de 1929, en Tuy, España, Lucía tuvo una visión que representaba a la Santísima Trinidad.
La Hermana Lucía habló así acerca de lo sucedido: "...entendí que era el Misterio de la Santa Trinidad que se me enseñó, y yo recibí luces acerca de este misterio, que no se me permite revelar".
En ese instante Nuestra Señora le dijo: "el momento ha llegado para que Dios le pida al Santo Padre que lleve a cabo, en unión de todos los obispos del mundo, la consagración de Rusia a Mi Inmaculado Corazón. De esta manera, El promete salvar a Rusia."


La Basílica

fatimabasi.jpg (10407 bytes)Fue iniciada en 1928 y consagrada el 7 de Octubre de 1953. Tiene quince altares que corresponden a las quince decenas del Rosario en honor de Nuestra Señora, quien en ese lugar declaró:

"Yo soy la Señora del Rosario". EL edificio está construido de piedra caliza sólida, y tiene una torre de 65 metros. Las tumbas de Francisco
y Jacinta, están ubicadas detrás del Altar Mayor. El cuadro del altar mayor simboliza el mensaje de Nuestra Señora a los niños, preparados por el Angel de Portugal, por medio del encuentro con Jesús en la Eucaristía. Los vitrales representan escenas de las apariciones y algunas invocaciones de la Letanía de la Virgen. El órgano, fue instalado en 1952, tiene cerca de 12 mil tubos.

En la entrada del Santuario, por la parte sur de la Rectoría, se encuentra, un monumento inaugurado el 13 de agosto de 1994, que contiene una porción del Muro de Berlín, demolido a partir del 9 de Noviembre de 1989.

La Capilla

CapillaFue el primero edificio construido en Cova de Iría, y es precisamente el lugar de las apariciones de Nuestra Señora. Hay una columna de mármol sobre la cual está colocada la Imagen de Virgen.

Está compuesto por 15 capillitas, catorce recordando la Pasión del Señor y una décima quinta por su Resurrección. El VíaCrucis comienza en la rotonda de Santa Teresa y recorre parte del camino entre Aljutrel y el lugar de las apariciones en Cova de Iría.

Por debajo del Calvario hay una Capilla dedicada a San Esteban. Las primeras 14 estaciones, fueron inauguradas el 12 de Mayo de 1964, la 15ª, el 13 de octubre de 1992.

(fuente: http://www.ewtn.com/)

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