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jueves, 19 de septiembre de 2013

Acerca de PROTEGE TU CORAZÓN

Juan Francisco Vélez, Ingeniero y Educador Familiar junto con su esposa María Luisa Estrada de Vélez, Comunicadora y Educadora Familiar, fundaron PROTEGE TU CORAZÓN en Medellín, Colombia en agosto del año 1993.

Un día en el súper, María Luisa coincidió con una amiga que le comentó: “Se nos crecieron los niños, el mío va para 12 años; en cualquier momento nos pueden traer un nieto…, ¿qué vamos a hacer?

Ella, consciente de las nuevas presiones que enfrentarían sus hijos en este terreno, trató de explicarle su punto de vista, pero se vio corta de palabras y al llegar a casa compartió con Juan Francisco su frustración. “Es importante lograr tener un superávit argumental porque los hijos necesitan razones poderosas para vivir bien su sexualidad”, anotó Juan Francisco.

Meses después, el gobierno de Colombia decretó la obligatoriedad de la educación sexual en todos los colegios. Si bien era un asunto que ya les inquietaba a nivel personal, iba más allá de su propia familia, entonces pensaron introducir un programa educativo con una visión optimista del amor y la sexualidad centrada en la persona y no sólo en su aspecto biológico.

Esto los motivó a investigar más y a analizar diferentes modelos de educación sexual existentes. Descubrieron que en Canadá y Estados Unidos se aplicaban varios programas con principios afines a los suyos, algunos de los cuales sirvieron de inspiración. Les llamó especialmente la atención uno de ellos, con el cual establecieron un acuerdo. Así nació el programa que inicialmente se llamó Teen Aid Protege tu corazón.


Nuestros Principios

- LOS PADRES: Son los primeros educadores de la sexualidad de sus hijos y tienen el derecho de apoyarse en programas que complementen su actividad formativa de acuerdo con los valores que quieren inculcar a sus hijos.

- LA SEXUALIDAD: Es quien eres, hace referencia a toda la persona y si se vive bien es fuente de felicidad. Es por tanto un componente fundamental del desarrollo de la personalidad. Es un modo de ser, de manifestarse, de comunicarse, de expresar y de vivir el amor humano.

- LA PERSONA HUMANA: Está compuesta de cinco dimensiones esencialmente unidas entre sí: física, racional, emocional, social y trascendente, las cuales la hacen única e irrepetible. La sexualidad humana tiene relación con todas ellas y no solo con el cuerpo.

- EL MATRIMONIO: Es un compromiso de entrega mutua entre un hombre y una mujer. Cuando es de calidad, facilita el amor necesario para proporcionar el nivel más alto de realización entre un hombre y una mujer.

- LAS EMOCIONES SEXUALES: Son innatas y por tanto buenas. Como también son poderosas y están asociadas con la vida, la conducta más propia es ejercitar un control adecuado sobre ellas que permita vivir bien la sexualidad en cualquier circunstancia y favorecer un estilo de vida saludable.

- LA VIDA HUMANA: Es el mayor bien. El embarazo de una madre y el nacimiento de un niño deben inspirar siempre un gran asombro y el máximo respeto.

- EL CUERPO HUMANO: También es único y su significado proviene de sus funciones y de su relación con las otras dimensiones de la persona. No tenemos un cuerpo, somos seres corpóreos y por eso tenemos un destino anatómico que está asociado con el amor vinculado al matrimonio y a la familia.

- AMOR A LA VERDAD: Exige presentar de manera clara, veraz y exacta toda la información sobre cada uno de los temas expuestos en el programa y de acuerdo con la edad del alumno.

- LA COHERENCIA Y LA AUTENTICIDAD: De personas que encarnan modelos exigentes son un gran atractivo para los adolescentes. Por tanto, nuestros profesores procuran tener una actitud constante de mejora para vivir los valores que proponemos.


Nuestro Estilo

Las sesiones y talleres tienen un estilo directo con una visión optimista de la vida y el amor. Basados en la neurodidáctica implementamos una metodología participativa que deja huella en la vida de adolescentes y padres.

Con diferentes temas adaptados a cada grado se busca impulsar el desarrollo de rasgos de un buen carácter como el respeto, la autenticidad, la fortaleza, el realismo, la confianza en si mismo, la asertividad, la sinceridad, el autocontrol y la amistad. En un ambiente de libertad, PTC busca convertir a los adolescentes en protagonistas de su propio éxito viviendo una sexualidad sana e inteligente.

Así, Protege Tu Corazón:

- Invita a pensar
- Hace descubrir
- Propone habilidades
- Brinda argumentos
- Plantea ideales altos
- Enseña cómo alcanzarlos
- Anima a tomar decisiones respetando la libertad
- Infunde optimismo
- Vincula a los padres


Qué ofrecemos

- En colegios: Sesiones para alumnos de primaria, secundaria y preparatoria con continuidad anual. Talleres para padres solos o acompañados de sus hijos.

- En grupos independientes, parroquias y clubes: Sesiones para adolescentes y talleres para padres.

- En universidades: Sesiones para estudiantes de primeros semestres.

- En empresas: Conferencias y talleres. Seminarios y diplomados. Seminarios de capacitación y diplomados abiertos.

- Asesorías familiares: A matrimonios sobre relaciones conyugales, adolescencia y sexualidad. Y a adolescentes y jóvenes.


Su importancia

Desde siempre los adolescentes han sido influenciables. ¡También los de hoy buscan grandes ideales!

Los videos musicales, los videojuegos y el cine les gusta mucho pero los puede llevar a la “sexualización” y a confundir amor con sexo. Alguien tendrá que aclararles estas ideas.

Muchos consideran cualquier tipo de sexo como “natural”, “normal”, sin consecuencias… Necesitan formar el criterio para poder decidir bien sobre su sexualidad.

Ven la adolescencia llena de oportunidades y también de riesgos. Buscan una voz firme que los guíe.

El 85% nunca habla de sexualidad con sus padres… “¡Háblame abiertamente!”, les reclaman.

El alcohol suele ser la droga de inicio y su consumo es cada vez más precoz… Cuando se les propone moderación, ponen atención.

Encuentran pornografía con solo hacer click… y desconocen sus efectos negativos.

para más información, visitar: www.protegetucorazon.com

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Francisco: "la Iglesia es una madre valiente que lleva a sus hijos al encuentro con Jesús"

Palabras del papa este martes en Santa Marta. 'No hay un camino de vida, no hay perdón, no hay reconciliación fuera de la madre Iglesia.

Roma, 17 de septiembre de 2013 (Zenit.org) La Iglesia tiene el coraje de una mujer que defiende a sus hijos para llevarlos al encuentro con su Esposo. Es lo que ha dicho la mañana del martes el papa Francisco en la misa celebrada en la Casa Santa Marta. El papa tomó el ejemplo del encuentro de Jesús con la viuda de Naim para hablar sobre la dimensión de la "viudez" de la Iglesia que, según dijo, camina en la historia buscando el encuentro con el Señor.

Jesús tiene la “capacidad de sufrir con nosotros, de estar cerca de nuestros sufrimientos y hacerlos suyos”. El papa Francisco ha desarollado su homilía a partir del encuentro de Jesús con la viuda de Naim, de la que habla el Evangelio de hoy.

El papa recordó que Jesús se compadeció de esta viuda que había perdido a su hijo. Y precisó: "sabía lo que significaba una mujer viuda en ese tiempo". El santo padre recordó también que "el Señor tiene un amor especial por las viudas, y las cuida". Leyendo este pasaje del Evangelio, dijo, "pienso también que esta viuda es un icono de la Iglesia, porque también la Iglesia es en cierto sentido una viuda":

"El Esposo se ha ido y Ella camina en la historia con la esperanza de hallarlo, de encontrarse con Él. Y Ella será la esposa definitiva. Pero mientras tanto Ella, la Iglesia, ¡está sola! El Señor no está visible. Tiene una cierta dimensión de viudez... Me hace pensar en la viudez de la Iglesia. Esta Iglesia valiente, que defiende a sus hijos, como la viuda que iba donde el juez corrupto para defender, defender y finalmente ganó. ¡Nuestra Madre Iglesia es valiente! Tiene el coraje de una mujer que sabe que sus hijos son suyos, y debe defenderlos y llevarlos al encuentro con su Esposo".

El papa reflexionó sobre algunas figuras de viudas en la Biblia, en especial sobre la viuda macabea valiente con siete hijos que son martirizados por no renegar de Dios. La Biblia, subrayó, dice de esta mujer que hablaba a los hijos "en dialecto, en la primera lengua". Además, anotó, nuestra madre Iglesia nos habla en dialecto, en "aquel lenguaje de la verdadera ortodoxia que todos entendemos, aquella lengua del catecismo" que "nos da la fuerza para seguir adelante en la lucha contra el mal":

"Esta dimensión de la viudez de la Iglesia, que camina a través de la historia, con la esperanza de encontrar a su Esposo... ¡Nuestra Madre Iglesia es así! Es una Iglesia que, cuando es fiel, sabe llorar. Cuando la Iglesia no llora, algo no está bien. ¡Llora por sus hijos y ora! Una Iglesia que avanza y hace crecer a sus hijos, les da la fuerza y ​​los acompaña hasta la última despedida para dejarlos en las manos de su Esposo, y que al final también Ella encontrará. ¡Esta es nuestra Madre Iglesia! Lo veo en esta viuda que llora. ¿Y que le dice el Señor a la Iglesia? "No llores. Yo estoy contigo, yo te acompaño, yo te espero allá, en la boda, la última boda, aquella del cordero. ¡Deténte, este hijo tuyo que estaba muerto, ahora vive!".

Y esto, continuó, "es el diálogo del Señor con la Iglesia". Ella defiende a los hijos, pero cuando ve que los hijos están muertos llora, y el Señor le dice: Estoy contigo y tu hijo está conmigo". Como le dijo al muchacho en Naim que se levante de su lecho de muerte, añadió el papa, muchas veces Jesús también nos dice que nos levantemos "cuando estamos muertos por el pecado y vamos a pedir perdón". Y entonces, ¿qué hace Jesús “cuando nos perdona y cuando nos restituye la vida?": nos devuelve a nuestra Madre.

"Nuestra reconciliación con Dios no se agota en el diálogo 'Tú, yo y el sacerdote que me da el perdón'; termina cuando Él nos restituye a nuestra madre. Allí termina la reconciliación, porque no hay un camino de vida, no hay perdón, no hay reconciliación fuera de la madre Iglesia. Y así, al ver a esta viuda, me vienen estas ideas así sueltas… Pero veo en esta viuda el ícono de la viudez de la Iglesia que está en camino para encontrar a su Esposo. Quiero pedirle al Señor la gracia de confiar siempre en esta 'mamá' que nos defiende, nos enseña, nos hace crecer y nos habla en dialecto".

Traducido y adaptado por José A. Varela de la versión italiana de Radio Vaticana

(17 de septiembre de 2013) © Innovative Media Inc.

Sin autonomía de vuelo: autoritarismo y permisivismo

En un día como otro estaba en la clase enseñando a mis pequeños. La escuela ya había empezado desde hacía 45 minutos y como siempre faltaba Isabel, de 4 años. Me preguntaba como iría vestida aquel día. Cada día, de hecho, era una sorpresa. Un día en pijama, otro día con el vestido de la Sirenita, otro día con sus pantuflas. Pero aquel día me sorprendió de verdad. Era enero en Minnesota, lo que significa una temperatura de por lo menos 15 grados bajo cero. Me pareció que esa vez estaba vestida bastante normal hasta que me enseñó que debajo de sus pantalones cortos y camiseta de tirantes llevaba….un bikini!! Como siempre empezó a llorar en el momento de la separación con su madre, y mientras que la niña le golpeaba, la mamá le decía “¡Eso no se hace princesa!”.

Su madre me explicó que por la mañana Isabel se despertaba de muy mal genio y nunca lograba llevarla a la escuela a tiempo por sus tantos caprichos. Por esa razón le dejaba ponerse lo que quisiera.

El temor a la reacción de los hijos, a veces, hace que los padres se inclinen hacia una renuncia de su propio papel y de una clara posición respecto a la orientación y educación de los hijos para asumir el de amigos de sus hijos. Adoptando esta actitud pretenden ser abiertos, comprensivos y dispuestos al diálogo paritario absteniéndose en hacer correcciones o dictar normas incluso cuando sería necesario recurrir a éstas para educarles o, por lo menos, para evitar peligros. Tal actitud perjudica a los hijos. Por un lado pierden los seguros –aunque a veces desagradables– puntos de referencia para evaluar la realidad y ser dueños del propio comportamiento y, por otra parte, pierden la función de los padres que se han convertido en amigos.

Pero ¿por qué los padres muchas veces prefieren ceder para evitar el conflicto? Quizás se evita el conflicto por considerarlo negativo, o porque se piensa no poseer los recursos para manejar la situación, o se cree que un conflicto puede traumar a los hijos, o simplemente se evita la discusión por comodidad.

La convicción de que las actitudes de los padres –sobre todo las severas– influyen fuertemente en el desarrollo psicológico de los hijos, ha difundido un miedo general a la disciplina y con esto a la autoridad, por lo que se cree que un estilo de relación afectuoso, comprensivo, flexible y privado de normas, crea un clima en el que las personas se desenvuelven más libremente y con más espontaneidad. Tales condiciones se estiman como necesarias para crecer en autonomía y con bienestar.

Pero quizás haya una causa más profunda a esa ‘prohibición a prohibir’. Esa se encuentra en la inseguridad acerca de la validez del código ético normativo que los padres deberían proponer así como por la dificultad a exigirse ellos primero para luego exigir a los demás. Probablemente la dificultad proviene también de una incapacidad de parte de los adultos de lograr transmitir con la experiencia valores, ya que ellos no los han asimilado y hecho propios. Ese miedo, a veces, lleva a los padres a asumir un estilo educativo autoritario o permisivo.

En la educación, el autoritarismo supone un abuso especialmente condenable porque no favorece el desarrollo del educando y la consecución de la verdadera autonomía, sino al contrario esteriliza el crecimiento de la personalidad. En esa actitud, de hecho, se considera que no se puede correr el riesgo de que la gente sea libre porque actuaría mal. Implícitamente se afirma que la libertad y el crecimiento personal son menos importantes que asegurar que ésa se use como nosotros queremos.

Pero también el permisivismo perjudica en los educandos el desarrollo de la libertad puesto que ésta se entiende sólo como liberación de todo esfuerzo, de toda norma, principio o compromiso. El estilo educativo permisivo, al proclamar que todo es indiferente porque no es ni bueno ni malo, no estimula la iniciativa de la persona para alcanzar algo bueno. Una educación permisiva no incentiva ni el crecimiento ni el desarrollo de la estima personal de los hijos porque cualquier ilusión que tiene un hijo se desvanece mucho antes de que, con su contribución, pudiera realizarse. Además no permite al educando desarrollar una voluntad fuerte, elemento imprescindible en la búsqueda de la felicidad. Una educación permisiva tiene efectos tan desastrosos como la autoritaria, ya que el educando piensa poder satisfacer todos sus deseos y no se acostumbra a tener un hábito de renuncia a las pequeñas dificultades de la vida diaria.

Es bueno preguntarse si los pequeños contratiempos, los pequeños fracasos o las pequeñas frustraciones son malos. Recientemente, un famoso pediatra francés, A. Naouri, ha criticado la pedagogía que nace en los años sesenta según la cual los padres no deberían negar nada a los niños, sino que tendrían que convertirlos en el valor supremo en torno al cual girara su vida. Muy al contrario, el autor, se presenta como un firme defensor de la frustración precoz de los hijos como motor de la educación.

Hace algunos años, trabajaba como profesora ayudante en la Universidad. Me pidieron cubrir una baja. Faltaba poco para el examen final cuando recibí un mail donde se me preguntaba cual era el programa especifico para el examen. Nunca he sido buena para recordar los nombres y poner caras, pero aquel nombre no me sonaba de nada. Después de varias investigaciones me enteré que el mail había sido enviado por la madre de mi alumna.

En varios países de lengua anglosajona se habla de padres helicóptero para referirse al comportamiento de algunos padres que parecen revolotear encima de sus hijos, rara vez fuera de su alcance, y bajan en picada apenas detectan alguna dificultad, sea necesaria o no su ayuda. También se habla de padres quitanieves para describir a los padres que tratan de barrer todos los obstáculos de los caminos de sus hijos manteniéndolos alejados de situaciones peligrosas. Si puede ser más comprensible la supervisión y –a veces- su exceso en la etapa infantil, sorprende este extremo desvelo en la juventud. Cabe entonces preguntarse sobre la paradoja de un padre que desea ayudar a su hijo para lograr el éxito al mismo tiempo que le socava su autoestima a través de la prevención de cualquier riesgo sin dejarle experimentar las consecuencias de sus propias acciones.

La gestión de riesgos es una habilidad clave y un logro educativo. Los padres helicóptero a menudo restringen las actividades de sus hijos. Junto con la supervisión constante de los hijos convive una extrema aversión al riesgo y una paranoia desproporcionada acerca de los peligros de la vida. Como consecuencia, los niños son alentados a pasar más tiempo en casa –por ejemplo viendo la televisión o chateando– en lugar de explorar y aprender en otros ambientes.

Me pregunto si la pequeña Isabel un día será “Isabel la grande”, la chica que va a la Universidad. La misma niña a la que se le concedía todo a costa de que fuera a la escuela, ahora no sabe, no puede y quizás no quiere gestionar su vida. ¿Es esta la “libertad” que los padres queremos para nuestros hijos?

Seguro que no. Entonces hagamos un examen de conciencia acerca de nuestro estilo educativo y corrijamos lo que haga falta por el bien de nuestros hijos.

• ¿Tengo un proyecto educativo para mi hija/o? ¿Lo comparto con mi esposo-a?
• ¿Tengo miedo a las reacciones de mi hija/o e intento evitarlas o se mantener la situación bajo control sin escaparme?
• ¿Dejo a mi hija/o un margen de prueba y de error o intento con todos mis esfuerzos evitarle cualquiera frustración?
• Pero especialmente: ¿Estoy convencido que detrás de las normas que exijo hay un proyecto más grande? ¿Un valor al que no se puede renunciar? ¿O las normas me sirven –en el fondo- para sentir que tengo la situación bajo control?
¡Ánimo!

BIBLIOGRAFIA
• Castillo, G. (1991). Posibilidades y problemas de la edad juvenil, Pamplona: Eunsa.
• Ibáñez-Martín, J. (1998). “Autoridad y libertad”, en Filosofía de la educación hoy, editado por AA.VV., Madrid: Dykinson.
• Jares, X.R. (2006). Pedagogía de la convivencia, Barcelona: Graó.
• Cline, F. W. y Fay, J. (1990). Parenting with love and logic: Teaching children responsibility, Colorado Springs: Pinon Press.
• Cutring, M. (2008). “From helicopter parent to valued partner: Shaping relationship for student success”, New Directions for Higher Education.
• Naouri, A. (2005). Padres permisivos, niños tiranos, Barcelona: Ediciones B; Naouri, A. (2008). Educar a nuestros hijos. Una tarea urgente, Madrid: Taurus.
• Altarejos -Masota, F. y Naval, C. (2004). Filosofía de la educación, Pamplona: Eunsa.
• Yepes Stork, R. (1977). Fundamentos de antropología, Pamplona: Eunsa.
• Rodríguez -Sedano, A. (Ed.), (2001). Autonomía, educación moral y participación escolar. Pamplona: Eunsa.
• Sarramona, J. (1993). Cómo entender y aplicar la democracia en la escuela, Barcelona: Ceac

escrito por Maria Grazia Gualandi
Licenciada en Ciencias de la Educación, con especialidad en Educación de adultos.
Doctora en Educación por la Universidad de Navarra. 
(fuente: www.protegetucorazon.com)

martes, 17 de septiembre de 2013

Francisco satisfecho por la beatificación del cura gaucho

En el ángelus recurda que Jesús quiere gente que salga a la calle para llevar el amor de Dios, como lo hacía el cura Brochero.

Ciudad del Vaticano, 16 de septiembre de 2013 (Zenit.org) El papa Francisco ha querido recordar ayer al concluir el rezo del ángelus, al cura Brochero, sacerdote misionero argentino que fue beatificado este sábado en la localidad de Villa Cura Brochero, en la provincia argentina de Córdoba. Un sacerdote que no era de la diócesis de Bergoglio, sino que pertenecía a la de Córdoba, y a pesar de ello el entonces arzobispo de Buenos Aires impulsaba la causa del 'cura gaucho' en cuanto modelo de 'pastor con olor a rebano'.

Ante una multitud de fieles reunidos en la plaza de San Pedro, a pesar de la lluvia persistente indicó que el beato Brochero “llevado por el amor de Cristo se dedicó por entero a su rebaño, para llevar a todos el Reino de Dios, con inmensa misericordia y celo por las almas”.

“Caminaba kilómetros y kilómetros cabalgando por las montañas, con su mula que se llamaba 'mala cara' porque no era bonita … e iba también bajo la lluvia, porque era valiente, como ustedes que están bajo esta lluvia... Al final de su vida este beato era ciego y leproso, pero lleno de alegría, la alegría del buen pastor, del pastor misericordioso”.

“Deseo unirme --prosiguió el santo padre-- a la alegría de la Iglesia en Argentina por la beatificación de este pastor ejemplar, que a lomo de mula recorrió infatigablemente los áridos caminos de su parroquia, buscando, casa por casa, las personas que le habían sido encomendadas para llevarlas a Dios. Pidamos a Cristo, por intercesión del nuevo beato, que se multipliquen los sacerdotes que, imitando al cura Brochero, entreguen su vida al servicio de la evangelización, tanto de rodillas ante el crucifijo, como dando testimonio por todas partes del amor y la misericordia de Dios”.

Al concluir el pontífice ha mandado un saludado especial a los participantes que concluyeron, en Turín, la Semana Social de los católicos italianos, sobre el tema "La familia, esperanza y un futuro para la empresa italiana". Y dijo: “Acojo con satisfacción -ha dicho- el firme compromiso que existe en la Iglesia en Italia con las familias y para las familias, que es un fuerte estímulo para las instituciones y para todo el país ¡Continúen por este camino!”

(16 de septiembre de 2013) © Innovative Media Inc.

Ese cura con olor a oveja 
Ya es beato el cura gaucho que le gusta a Bergoglio

Roma, 15 de septiembre de 2013 (Zenit.org) José Gabriel del Rosario Brochero murió a la edad de 73 años, con 47 de cura, agotado, enfermo de lepra, pobre y abandonado, cuando en Europa empezaban a sentirse los crujidos siniestros de la primera gran guerra. La causa de beatificación no fue rápida, a pesar de la extensa fama de santidad que lo acompañó todo este tiempo. Un diario de Córdoba publicó su biografía espiritual cuando todavía estaba vivo, e incluso antes de morir su nombre figuraba en los libros de las escuelas primarias de la zona. Pero recién en los años ’60 la causa empezó a dar los primeros pasos, en 2004 subió el primer peldaño con Juan Pablo II que lo declaró venerable, y el 20 de diciembre de 2012 el segundo con Benedicto XVI, que firmó el decreto de beatificación. Formalmente esa segunda etapa terminó hoy, entre las sierras heladas de Córdoba, junto a los gauchos envueltos, como Brochero, en los tradicionales ponchos para protegerse del frío inesperado de la noche. Medio siglo de pausas, empujones, frenadas, aceleradas y perplejidades (sobre el lenguaje de Brochero, por ejemplo, colorido y tosco, como lo describió el cardenal Angelo Amato recurriendo a un argentinismo). La causa de beatificación terminó justo durante el papado de un compatriota del nuevo beato y octavo candidato a santo de la Argentina.

No hay ninguna relación entre los dos hechos: el final del itinerario canónico de Brochero y la elección de Bergoglio como Papa. O por lo menos no existe ningún lazo visible, y sobre los invisibles no hay razón para aventurarse. Hacía falta un milagro, como dictan las reglas, y el milagro se produjo. Un milagro común, de bajo perfil si se quiere, al estilo Brochero. El milagro de un niño que sufrió un gravísimo accidente de tránsito en el año 2000 y se recuperó por su intercesión, verificado con todos los requisitos de los severos procedimientos canónicos. No hay ninguna relación entre la beatificación y la elección de dos argentinos. Pero no hay duda de que el Papa Francisco hoy estuvo allí con el corazón, entre los miles de paisanos y peregrinos que llegaron desde todos los puntos de Córdoba, algunos a caballo, en colectivos, autos, motos y hasta en bicicleta. Porque Brochero es uno de esos curas que le gustan a Francisco, “un pionero en salir hacia las periferias geográficas y existenciales para llevar a todos el amor y la misericordia de Dios”, como dijo en el mensaje que leyó el Cardenal Amato en su nombre. “No se quedó en la oficina parroquial, se desgastó sobre la mula y terminó enfermo de lepra a fuerza de salir a buscar la gente como un cura de la calle, como un cura callejero de la fe”. Uno de esos curas que Bergoglio señaló como modelo a los sacerdotes de Buenos Aires, que van al encuentro de la gente, que “entran en su conversación”, que “no tienen miedo de entrar en la noche de los hombres (que) vagan sin meta, solos con su propio desencanto, con la desilusión de un Cristianismo que ya consideran tierra estéril, infecundo, incapaz de generar sentido”.

El Cardenal Amato no dejó de destacar cada una de estas cosas durante la misa de beatificación, trazando de Brochero el perfil de un sacerdote del pueblo, dedicado a las almas, que se hacía todo con todos, “una perla de santidad argentina comparable con el santo cura de Ars”.

El resto vino por añadidura. Un desborde de caridad que en el caso del cura Brochero adquirió la forma de una obra civilizadora imponente. Porque José Gabriel del Rosario Brochero construyó caminos donde no había, abrió escuelas donde el Estado no llegaba, dispensarios donde los médicos jamás habían puesto un pie, casas para jóvenes abandonadas, iglesias, asilos, hospicios, comedores, escuelas. Y canales de riego, un cementerio, un acueducto, una oficina postal, trazó la extensión de la línea ferroviaria... Todo por amor a Dios.

(Traducción: Inés Giménez Pecci)
(15 de septiembre de 2013) © Innovative Media Inc.

Los cien años de los pasionistas en Perú

Entrevista al obispo misionero Miguel Irí­zar que preside la comisión conmemorativa.

Lima, 10 de septiembre de 2013 (Zenit.org) La Congregación de la Pasión, o más conocidos como los misioneros pasionistas, cumplieron cien años de presencia en el Perú. Una celebración que recoge memoria, nombres y mucho heroísmo. Pero también simboliza evangelización, promoción humana y esperanza para las comunidades de la selva peruana, que recibieron el primer anuncio por parte de españoles vascos que respondieron a inicios del siglo XX con generosidad al llamado de la Iglesia.

Para conocer más sobre esta celebración y los retos misioneros de ayer y de hoy de los pasionistas, ZENIT conversó con monseñor Miguel Irízar Campos, un misionero con unos cincuenta años de presencia en el Perú, quien fue obispo-vicario apostólico de Yurimaguas, una región en la provincia del Alto Amazonas, departamento de Loreto, confiada hace cien años a su congregación por el papa.

Hoy, el también obispo emérito del Callao, ex secretario general del episcopado peruano y de Cáritas del Perú, preside la comisión conmemorativa en cuya sencilla oficina nos recibe.

¿Cómo fue el panorama que encontraron los primeros misioneros pasionistas hace 100 años?

-- Mons. Irízar: Estaban ante una región inmensamente grande, hablamos de 100.000 kilómetros cuadrados que debían atender. Una región que a nivel pastoral estaba descuidada, casi abandonada, era todo un reto… Hay que saber que a la selva solo se llegaba caminando o a lomo de bestia. Se unía así la distancia geográfica, la dispersión y a su vez las dificultades de comunicarse entre sí.

¿Cuánto tiempo se habrían tomado para llegar?

-- Mons. Irízar: Fueron casi tres meses para llegar desde Lima, pasando por el norte del país. Estando allí, las distancias internas entre Tarapoto, Rioja, Moyobamba, Yurimaguas o el Marañón, podían ser de quince días o un mes, porque no existían carreteras.

Suena a una aventura misionera...

-- Mons. Irízar: Sí, fueron realmente heroicos, porque eso no era un turismo de aventura, sino una verdadera aventura misionera. Yo que fui misionero después, encontré todavía el reto y las dificultades de los ríos; el trópico mismo es una dificultad.

¿Cómo fue que pensaron en ustedes para desarrollar esta misión?

-- Mons. Irízar: El obispo Emilio Lisson de Chachapoyas tocó muchas puertas para atender esta región. Supo entonces que la congregación pasionista tenía una vitalidad, al haber sido fundada recién en el siglo XVIII por san Pablo de la Cruz. Sin embargo, cuando fue a Roma le dijeron que la provincia que venía creciendo era la de los vascos…

Entonces fueron ustedes los vascos quienes respondieron al reto…

-- Mons. Irízar: Sí, la respuesta fue generosa, y en estos cien años hemos sido más de doscientos los misioneros venidos desde allá para evangelizar esta región. Luego se organizó el vicariato apostólico de Yurimaguas y la prelatura de Moyobamba (ndr: hoy confiada por el papa a la arquidiócesis de Toledo).

Ustedes no estaban en el Perú, pero sí habían llegado a América Latina, ¿no?

-- Mons. Irízar: Habían llegado ya a Argentina, a Chile y a México. Al Perú llegamos en 1913 pero no a fundar en Lima, sino heroicamente como misioneros en la selva. Luego de catorce años llegó recién el primer pasionista a Lima.

¿Qué nombres surgen en estos cien años?

-- Mons. Irízar: Diría el primero que vino al frente de los primeros doce misioneros, es decir el padre Atanasio Jaúregui, quien fue el superior de ese equipo, y sería años más tarde el primer obispo y vicario apostólico. Para mí fue como el fundador de la mision pasionista en la Amazonía, quien organizó la marcha de la Iglesia en esta región y mantuvo la unidad.

¿Algún otro nombre?

-- Mons. Irízar: Otro fue el primer obispo prelado de Moyobamba, Martín Elorza, también vasco, quien fue superior provincial. Como obispo le confiaron todo el departamento de San Martín en la selva y debió organizarlo. Tuvo una gran inquietud, vivía muy preocupado por el clero nativo, por la intrucción, la catequesis y la educación. Fue un gran misionero e incansable visitador de los pueblos, por lo que como obispo recorrió siete veces la prelatura entre 1949 y 1966.

En definitiva, usted es parte fundamental de estos cien años…

- Mons. Irízar: Estuve dieciséis años como obispo en Yurimaguas, y fue mi gran experiencia misionera, algo que me ha ayudado mucho para ser un buen pastor. Además algo curioso… hace cincuenta años se celebraba el cincuentenario de la Congregación en el Perú y yo era un joven pasionista que había llegado poco años atrás al Perú, por lo que fui el organizador también del cincuentenario, como hoy lo soy del centenario.

¿Cuál es la evaluación de este aporte de los pasionistas a los habitantes de la selva de Yurimaguas y Moyobamba?

-- Mons Irízar: Lo primero es que se llegó a ellos... Antes humanamente era dificil. Por eso monseñor Jaúregui salía 6 o 7 meses y no regresaba un buen tiempo. Y fíjate que era a pura canoa, no había motores aún. Llegar a un destino por el río Marañón podía tardarse una semana o diez días. Pero luego el recorrido total duraba meses enteros y tenían que vivir de lo que podían o les invitaban. Había que aguantar las temperaturas del trópico, además de los mosquitos o los zancudos.

Algo que los comprometió cada vez más…

-- Mons. Irízar: Aquel fue el primer esfuerzo. Fue viajar, por ejemplo hasta las comunidades de la etnia aguaruna para que supieran que llegaba una buena noticia para ellos, que venían por amor a ellos y por encargo de la Iglesia. Los pasionistas siempre tuvieron la preocupación de formar a los primeros catequistas y a los primeros maestros. En educación, las primeras escuelas que nacieron fueron misionales, que las sostenía el vicariato, y luego se convertían en escuelas estatales.

¿Ya se hablaba de desarrollo humano desde entonces?

-- Mons. Irízar: Junto a eso que dije, sí. Se daba lo que hoy se llama inclusión social. Los religiosos-hermanos que venían, enseñaban a los nativos a trabajar en carpintería, ladrilleras y en construcción por que no había nada. Se construyó la primera catedral entre 1928 a 1931 con sus propios esfuerzos. Ya en mi tiempo pusimos una escuela de carpintería donde salieron cerca de doscientos maestros carpinteros.

También fueron pioneros en el sector salud, ¿no?

-- Mons. Irízar: El sector salud ha sido otro capítulo, porque el primer hospital de Yurimaguas no fue del Estado, sino del vicariato, llamado el 'santa Gema' que aún existe. Y cuando se quería llegar por los ríos, se inventó la “Lancha sanitaria fluvial” con la presencia de los pasionistas y otros religiosos, junto al personal de salud.

¿Cómo forman hoy a los jóvenes presbíteros, para que mantengan el celo misionero?

-- Mons. Irízar: Se ha tratado de mantener siempre el carisma, que no es solo llevar la memoria de la pasión de Cristo, sino también de los que hoy padecen, de los nuevos sufrientes, de los nuevos crucificados... A nivel de la formación humana, a los peruanos se les ha ido formando, pero mi inquietud es que así como un día los que veníamos de lejos pudimos responder a un compromiso misionero muy exigente, espero que mis hermanos jóvenes peruanos también se abran a ese reto misionero. Junto a eso, que asuman el compromiso de no quedarse en la costa o en Lima, sino que asuman la misión, porque no es fácil dejar una zona en que uno está cómodo, e irse a zonas que exigen mucho más sacrificio y entrega.

Finalmente, según su experiencia de tantos años..., ¿cómo debe presentarse el evangelio de manera inculturada en estas realidades?

-- Mons. Irízar: Yo ya conocía la selva porque la visitaba como superior de los pasionistas. Cuando fui nombrado obispo, en los primeros dos o tres años me dediqué a escuchar y a contemplar la realidad de las comunidades, sean ribereñas o nativas, y escuchar a los misioneros que llevaban bastantes años. Yo no podía entrar a instruirlos sobre lo que tenían que hacer, luego sí. Pero, ¿cómo inculturar el evangelio en el mundo de las etnias? Allí hemos tenido pioneros, como el padre italiano Luis Bolla, salesiano, que así como él otras religiosas han entrado a vivir dentro de las comunidades, no solo de visita, sino a seguir ese proceso de educación de la fe, así como en la salud, la producción y el desarrollo social.

(10 de septiembre de 2013) © Innovative Media Inc.

lunes, 16 de septiembre de 2013

Bérgamo despidió a Eleonora Cantamessa, "la "doctora ángel"

Italia: La buena samaritana de Bérgamo

Todo un pueblo despidió a la "doctora ángel", muerta por auxiliar a un herido. Francisco envió un mensaje de consuelo a la familia.

Lima, 15 de septiembre de 2013 (Zenit.org) Este sábado 14 de septiembre fue enterrada en la ciudad italiana de Bérgamo, la médico Eleonora Cantamessa en medio de escenas de dolor, mensajes de gratitud y reconocimientos públicos. Nada excepcional, ¿o sí? ¿Quién es esta profesional que ha acaparado los titulares de los medios de comunicación en los últimos días en Italia y en el mundo? ¿Por qué hasta el papa Francisco le envió un mensaje a sus familiares...?

Dicen los testigos que su vida fue extraordinaria cuando ejercía su profesión de ginecóloga, atendiendo con una alegría cristiana que atraía a las madres de diversas nacionalidades, dado que en su ciudad vive un gran de número de migrantes. Cuentan que para todas tenía una palabra de amor, las alentaba en su embarazo y les transmitía seguridad para continuar con sus nueve meses, aún frente a condiciones adversas como es lo típico en la vida de los sin patria.


Una noche más

Fue así que, con el corazón generoso que ya se le conocía, la doctora detuvo su coche al advertir que cuatro sujetos extranjeros habían atacado a un connacional, dejándolo abandonado en medio de la calle. Eran indios todos y parecía un ajuste de cuentas, sin embargo para ella era un herido, no importaba su nacionalidad o que no fuera de los suyos; no fue indiferente y lo atendió.

En medio de los primeros auxilios, el llanto y la confusión de la noche, la doctora escuchó de repente un ruido cerca al oído: eran unos neumáticos que aceleraban sobre el pavimento con tanta violencia que solo esperó el impacto... Eran los asesinos, quienes con el fin de que no auxiliara al moribundo, embistieron el carro del delito contra ella y la víctima, matándolos de forma instantánea.

No la dejaron que vende sus heridas ni que le eche aceites, tampoco pudo llevarlo a una posada para que se recupere y dejar pagado los gastos... Pero sí permitió leer una página del evangelio a muchísimos a través de tal gesto de amor.


La buena samaritana

Durante la misa de cuerpo presente celebrada por el párroco de Trescore, se destacó el testimonio de Eleonora, se le agradeció por el ejemplo de vida que dio a todos y sin dudarlo han empezado a llamarla "la doctora ángel".

Otros no han podido decir nada, quizás por temor, quizás por la conmoción. Un grupo de ellos han sido los representantes de la comunidad india que en un gran número vive en Bérgamo; estos, en silencio y con las manos en la cara en típico gesto de dolor, tomaban distancia de la barbarie.

El hospital Santa Ana al que pertenecía la profesional, quiere darle un homenaje mediante la asignación de una sala quirúrgica o un piso de consultorios con su nombre, para recordarles a todos lo que ha dado al mundo dicho nosocomio.

Pero el mensaje que más resonó en el templo y en los medios de comunicación fue el del papa Francisco. Presuroso como es él, envió un mensaje al obispo de Brescia a través de la Secretaría de Estado mediante el cual "da gracias a Dios por el testimonio de caridad cristiana de la difunta Eleonora".

Destacó el santo padre el estilo de vida de la médico, quien "ponía a disposición su propia profesión al servicio de tantas personas necesitadas".

Y ha querido reconocer en ella, para ejemplo de todos, a una persona que "ha concluido su vida terrena cumpliendo el gesto del Buen Samaritano".

Desde ahora, será más fácil hablar nuevamente de amor en Bérgamo...

(15 de septiembre de 2013) © Innovative Media Inc.

Francisco: «Si en nuestro corazón no hay misericordia, no estamos en comunión con Dios»

Clara advertencia del papa durante el Ángelus ante cientos de fieles que lo escuchaban bajo la lluvia en San Pedro.

Ciudad del Vaticano, 15 de septiembre de 2013 (Zenit.org)

Queridos hermanos y hermanas. ¡Buenos días!

En la Liturgia de hoy se lee el capítulo 15 del Evangelio de Lucas, que contiene las tres parábolas de la misericordia: la de la oveja perdida, la de la moneda perdida, y después la más amplia de todas las parábolas, típica de san Lucas, la del padre de los dos hijos, el hijo “pródigo” y el hijo que se cree justo. Que se cree santo.

Todas estas tres parábolas hablan de la alegría de Dios. Dios es gozoso, es interesante esto, Dios es gozoso, y ¿cuál es la alegría de Dios? La alegría de Dios es perdonar, ¡la alegría de Dios es perdonar! Es la alegría de un pastor que encuentra a su ovejita; la alegría de una mujer que encuentra su moneda; es la alegría de un padre que vuelve a recibir en casa al hijo que se había perdido, que estaba como muerto y ha vuelto a la vida. Ha vuelto a casa.

¡Aquí está todo el Evangelio, aquí, eh, aquí está todo el Evangelio, está el Cristianismo! ¡Pero miren que no es sentimiento, no es “ostentación de buenos sentimientos”! Al contrario, la misericordia es la verdadera fuerza que puede salvar al hombre y al mundo del “cáncer” que es el pecado, el mal moral, el mal espiritual. Sólo el amor llena los vacíos, los abismos negativos que el mal abre en el corazón y en la historia. Sólo el amor puede hacer esto. Y ésta es la alegría de Dios.

Jesús es todo misericordia, Jesús es todo amor: es Dios hecho hombre. Cada uno de nosotros, cada uno de nosotros es esa oveja perdida, esa moneda perdida, cada uno de nosotros es ese hijo que ha desperdiciado su propia libertad siguiendo ídolos falsos, espejismos de felicidad, y ha perdido todo.

Pero Dios no nos olvida, el Padre no nos abandona jamás. Pero es un Padre paciente, nos espera siempre. Respeta nuestra libertad, pero permanece siempre fiel. Y cuando volvemos a Él, nos acoge como hijos, en su casa, porque no deja jamás, ni siquiera por un momento, de esperarnos, con amor. Y su corazón está de fiesta por cada hijo que vuelve. Está de fiesta porque es alegría. Dios tiene esta alegría, cuando uno de nosotros, pecadores, va a Él y pide su perdón.

¿Cuál es el peligro? Es que nosotros presumimos que somos justos, y juzgamos a los demás. Juzgamos también a Dios, porque pensamos que debería castigar a los pecadores, condenarlos a muerte, en lugar de perdonar. ¡Entonces sí que corremos el riesgo de permanecer fuera de la casa del Padre! Como ese hermano mayor de la parábola, que en lugar de estar contento porque su hermano ha vuelto, se enoja con el padre que lo ha recibido y hace fiesta. Si en nuestro corazón no hay misericordia, la alegría del perdón, no estamos en comunión con Dios, incluso si observamos todos los preceptos, porque es el amor el que salva, no la sola práctica de los preceptos. Es el amor por Dios y por el prójimo lo que da cumplimiento a todos los mandamientos. Y esto es el amor de Dios, su alegría, perdonar. Nos espera siempre. Quizá alguien tiene en su corazón algo grave, pero he hecho esto, he hecho aquello, Él te espera, Él es Padre. Siempre nos espera.

Si nosotros vivimos según la ley del “ojo por ojo, diente por diente”, jamás salimos de la espiral del mal. El Maligno es astuto, y nos hace creer que con nuestra justicia humana podemos salvarnos y salvar al mundo. En realidad, ¡sólo la justicia de Dios nos puede salvar! Y la justicia de Dios se ha revelado en la Cruz: la Cruz es el juicio de Dios sobre todos nosotros y sobre este mundo. ¿Pero cómo nos juzga Dios? ¡Dando la vida por nosotros! He aquí el acto supremo de justicia que ha vencido de una vez para siempre al Príncipe de este mundo; y este acto supremo de justicia es precisamente también el acto supremo de misericordia. Jesús nos llama a todos a seguir este camino: “Sean misericordiosos, como su Padre es misericordioso” (Lc. 6, 36).

Yo les pido una cosa ahora. En silencio, todos, pensemos, cada uno piense en una persona con la que no estamos bien, con la cual estamos enojados y que no la queremos. Pensemos en esa persona y en silencio en este momento oremos por esta persona. Y seamos misericordiosos con esta persona.

Invoquemos ahora la intercesión de Maria Mater Misericordiae.

Texto traducido por Radio Vaticana
(15 de septiembre de 2013) © Innovative Media Inc.
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