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viernes, 12 de marzo de 2010

Don Orione: amó y sirvió a Dios en los más humildes

Don Luis Orione fue un sacerdote todo de Dios y todo de los hombres. Dedicó su vida entera a amar y servir al Señor en los más humildes, en los más pobres y desposeídos. "Sólo la caridad salvará al mundo" fue la convicción que marcó su vida; una caridad necesaria y urgente para "llenar los surcos que el odio y el egoísmo han abierto en la tierra". Esta convicción lo llevó a fundar la Pequeña Obra de la Divina Providencia (1903), congregación que se extendió en su Italia natal y en tierras de misión, entre ellas Argentina. Don Orione visitó por primera vez nuestro país entre 1921 y 1922, oportunidad en la que funda la comunidad orionita de Victoria (Buenos Aires).

En 1934 regresa a la Argentina y durante tres años desarrolla una incansable tarea apostólica, pastoral y social. En 1935 funda el Pequeño Cottolengo Argentino en Claypole y la sociedad ya reconoce en él al "Apóstol de la caridad". La admiración y el afecto que su figura despierta se ve correspondida por el profundo amor que Don Orione siente hacia nuestro país y su gente: "Ama Señor a la Argentina, porque la Argentina ama a tus pobres". El amor recíproco entre Don Orione y el pueblo argentino se traduce en innumerables gestos de bondad y solidaridad que el mismo Don Orione y los suyos convierten en obras para los niños, los jóvenes y los más débiles de nuestra patria. El mensaje de Don Orione es una invitación a mirar la realidad para transformarla con la caridad. Una caridad que se realiza no como paliativo asistencial, sino como promoción de justicia, de dignidad humana y de salvación integral del hombre y de la sociedad.

"Tenemos que ser santos, pero no tales que nuestra santidad pertenezca sólo al culto de los fieles o quede sólo en la Iglesia, sino que trascienda y proyecte sobre la sociedad tanto esplendor de luz, tanta vida de amor a Dios y a los hombres que más que ser santos de la Iglesia seamos santos del pueblo y de la salvación social ", decía Don Orione. Hoy, sus obras y su mensaje reafirman la vigencia de un testimonio que sigue anunciando que la vida sólo es tal cuando se comparte solidariamente con el prójimo, especialmente con aquel más necesitado y abandonado, pues en él "brilla la imagen de Dios".


LA RELIQUIA DE SU CORAZÓN

"En Argentina he hallado para siempre mi segunda patria, y Dios mediante volveré a ella vivo o muerto, pues quiero que mis cenizas descansen en el Pequeño Cottolengo Argentino de Claypole."
(Don Orione - 1937)

El 29 de agosto del año 2000 se produjo la llegada definitiva del corazón de Don Orione a la Argentina, su segunda patria, a la que deseaba volver algún día: "Preveo que partiré de aquí hacia fines de julio, Dios mediante, pero dejo mi corazón en la Argentina, donde espero volver pronto", había dicho aquí el 29 de mayo de 1937.

Desde entonces, la reliquia permanece dentro del templo del Cottolengo de Claypole, sitio de permanente peregrinación y oración.

Informes: santuario@donorione.org.ar
(fuente: www.orione2007.com.ar)

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