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martes, 4 de septiembre de 2012

Naturaleza de los ángeles

Los Angeles forman parte de esa realidad "invisible", también creada por Dios, de la cual rezamos en el Credo: "Creo en Dios Padre Todopoderoso, Creador del Cielo y de la Tierra, de todo lo visible y lo invisible".


¿Quiénes son los Angeles?

El nombre de "ángel" viene del griego "mensajero". Así, los Angeles -los Angeles buenos, los que permanecieron fieles a su Creador- son, entre otras cosas -por cierto no la más importante: Mensajeros de Dios.

Sin embargo, San Agustín, como lo cita el Catecismo de la Iglesia Católica, dice respecto de los Angeles: "El nombre de Angel indica su oficio, no su naturaleza. Si preguntas por su naturaleza, te diré que es un espíritu; si preguntas por lo que hace, te diré que es un ángel" (CIC 329).

Pero antes que su misión de Mensajeros está la de ser "servidores" de Dios. Por eso el Catecismo, al definir a los Angeles acentúa la palabra "servidores": "Con todo su ser, los Angeles son servidores y mensajeros de Dios ... son agentes de sus órdenes, atentos a la voz de su palabra (Sal.103,20)" (cf. CIC 329).

La existencia de los Angeles es una verdad de fe. El testimonio de la Escritura es tan claro como la unanimidad de la Tradición de la Iglesia. (CIC 328) También es una verdad de fe establecida por la Escritura y por la Tradición, y claramente expresada en la Doctrina Cristiana desde los comienzos, que el mundo espiritual, el mundo de los Angeles, comenzó con el tiempo y fue creado por Dios. "Dios ... con su infinito poder creó ... al comienzo del tiempo ambas creaturas, las espiriturales y las corporales; es decir, la angélica y la terrestre, y luego la humana, como creatura intermedia, compuesta de alma y de espíritu" (Concilio de Letrán 1.215, ratificado posteriormente por varios Concilios de la Iglesia en el S. XIX).

De acuerdo a esta definición conciliar, sabemos que los Angeles fueron creados cuando comenzó el tiempo y no desde la eternidad. Como creaturas que son de Dios, fueron producidas por Su poder infinito y de la nada.


Naturaleza de los Angeles

Son seres puramente espirituales, creados por Dios. Sin embargo, pueden tomar formas visibles, como sucedió al Arcángel San Rafael cuando acompañó a Tobías en su viaje (Tob.5-12) o como cuando después de la Resurrección y de la Ascensión de Nuestro Señor, aparecieron Angeles en formas humanas. (cfr. Mc.16,5 y Hech.1,10).

Sin embargo, los cuerpos que asumen los Angeles no forman parte de su naturaleza; son meros instrumentos necesarios para comunicarse visiblemente con los seres humanos, y cualquier acción que parezcan estar realizando, son sólo apariencias. "Ustedes me veían comer y hablar, pero sólo era apariencia" dijo San Rafael Arcángel a Tobías al final de su jornada juntos cuando se le identificó (cfr. Tob. 12, 19).

Los Angeles tienen inteligencia y voluntad, y son creaturas personales e inmortales. (cf. Lc. 20, 36) (CIC 330)

Por ser puramente espirituales e inmateriales, Dios Padre y los Angeles superan en perfección a todas las creaturas visibles. (CIC 330) Así ocupan el primero y más alto lugar en la escala del universo creado.

El ser humano viene de segundo en la escala de las creaturas: "Lo hiciste poco inferior a los Angeles" (Sal. 8, 6). (Algunas traducciones dicen "poco inferior a un dios", pues hubo un tiempo en que se hablaba de los "ángeles" como "dioses").

Los Santos Angeles también poseen extraordinaria belleza y esplendor.

El Angel anuncia a los pastoresCuando San Juan, en una de las visiones del Apocalipsis, vio un Angel en toda su gloria, creyó que era Dios mismo y se postró para adorarlo, habiendo sido corregido en su equivocación por el mismo Angel (cfr. Ap. 22,8). Los Angeles suelen esconder su gloria cuando se muestran a los humanos.

Entre todas los seres creados por Dios, los Angeles son los que mejor reflejan las cualidades divinas. (cfr. Catechism Explained, Spirago-Clarke, 1899)

Angeles en el CieloLos Angeles son a veces representados como niños, para destacar su inmortalidad y su eterna juventud; a veces con alas, para expresar su rápida movilidad y su prontitud en llevar a cabo la voluntad de Dios; a veces con arpas para significar que constantemente alaban a Dios; a veces sin cuerpo y sólo con cabeza y alas para mostrar que son seres intelectuales.

Es bueno hacer notar que los demonios o ángeles caídos, igual que los Angeles Buenos, son seres puramente espirituales que no han perdido ninguno de sus poderes angélicos. Perdieron -sí- la gracia sobrenatural al oponerse a Dios.


Número de los Angeles

El número de los Angeles -el número de aquéllos que permanecieron fieles: los Angeles Buenos, que sirven a Dios- es inmensamente grande.

Al describir el Trono de Dios rodeado de espíritus celestiales, el Profeta Daniel usa una cifra muy alta, que más que cifra es una expresión hiperbólica (exagerada) para sugerir que la multitud de Angeles está fuera de nuestra capacidad de medición: "Miles y miles lo servían; miríadas y miríadas estaban en pie delante de El" (Dn 7, 10).

San Juan, también en el Apocalipsis, describe otra visión de cantidades incalculables de Angeles rodeando el Trono de Dios: "Se contaban por millones y millones" (Ap 5, 11).

Sobre el número de los Angeles caídos o demonios, algunos han encontrado lo que puede ser una proporción entre los Angeles y los demonios en la siguiente cita del Apocalipsis: "Apareció también otra señal: un enorme Monstruo rojo como el fuego, con siete cabezas y diez cuernos, y con la cola barre un tercio de las estrellas del cielo, precipitándolas a tierra" (Ap 12, 3).

En todo caso, exégetas y teólogos coinciden en que el número de Angeles que permanecieron fieles excede bastante a los que se rebelaron.


Funciones de los Angeles

"Todos estos espíritus (Angeles) no son más que servidores y los manda Dios para bien de los que recibirán de El la salvación" (Hb.1, 14). Son encargados de Sus órdenes, atentos a la voz de Su palabra" (cfr. Sal.103, 20-21).

Es decir: los Angeles sirven a Dios y pueden -si Dios así lo dispone- servir a los seres humanos para los designios salvíficos que El tenga para nosotros (cfr. CIC 350). Este concepto de que los Angeles están al servicio de Dios y -sólo si Dios lo desea- pueden estar al servicio de los seres humanos y para fines tendientes a nuestra salvación, es de suma importancia para entender mejor la verdadera función de los Angeles.

Glorifican a Dios sin cesar. Los Angeles "contemplan sin cesar la cara de Mi Padre que está en los Cielos" (Mt.18, 10).

Ayudan a la Iglesia en su conjunto durante su peregrinar terrestre y protegen a cada ser humano en particular. (cfr. CIC 352).

El nombre genérico de "Angel" no revela su verdadera naturaleza y funciones, salvo el hecho de que ocasionalmente - sólo a veces- pueden ser enviados como mensajeros de Dios a los hombres. El oficio de mensajero no es ni el más importante, ni el más frecuente entre las funciones de estos espíritus de la Corte Celestial (cfr. P.Pascal Parente en "Beyond Space").

Pertenecen a la Corte de Dios, al Ejército de Dios, y asisten a Dios en el gobierno del mundo. (cfr. "The Catholic Encyclopedia", Broderick, 1986).

Según el Catecismo de la Iglesia Católica, desde la creación (cf. Job38, 7 donde los Angeles son llamados 'hijos de Dios') y a lo largo de toda la historia de la salvación, los Angeles anuncian de lejos o de cerca esa salvación y sirven al designio divino de su realización.

Y continúa el Catecismo con la mejor ilustración sobre la variedad de las funciones de los Angeles, extraídas de varios pasajes de la Sagrada Escritura en que aparece la acción de algún Angel (cfr.332 y 333):

Cierran el Paraíso Terrenal (Gn.3, 24); protegen a Lot (Gn.19); salvan a Agar y a su hijo (Gn.21, 17); detienen la mano de Abraham (Gn.22, 11); la ley es comunicada por su ministerio (Hch.7, 53); conducen al pueblo de Dios (Ex.23, 20-23); anuncian nacimientos (Jc.13) y vocaciones (Jc.6, 11-24; Is.6, 6); asisten a los Profetas (1 R.19, 5). Finalmente, el Angel Gabriel anuncia el nacimiento de San Juan Bautista, el Precursor, y el de Jesús (Lc.1, 11-26).

De la Encarnación a la Ascensión, la vida de Verbo Encarnado está rodeada de la adoración y el servicio de los Angeles: cuando Dios introduce a Su Primogénito en el mundo, dice "Adórenle todos los Angeles de Dios" (Hb.1, 6). Su cántico de alabanza en el nacimiento de Cristo no ha cesado de resonar en la alabanza de la Iglesia: "Gloria a Dios ..." (Lc.2, 14). Protegen la infancia de Jesús (Mt.1, 20; 2, 13-19); sirven a Jesús en el desierto (Mc.1, 12;Mt.4, 11); lo reconfortan en la agonía (Lc.22, 43) ... Son también Angeles quienes "evangelizan" anunciando la Buena Nueva de la Redención (Lc.2, 8-14) y de la Resurección de Cristo (Mc.16, 5-7).

"Con ocasión de la Segunda Venida de Cristo, anunciada por los Angeles (cf. Hech. 1, 10-11), éstos estarán presentes al servicio del Juicio del Señor (cf.Mt. 13, 41; 25, 31; Lc. 12, 8-9)" (CIC #333).

Concluye el Nuevo Catecismo con varias citas de los Hechos de los Apóstoles en las cuales aparece algún Angel actuando en favor de los discípulos (cf.Hch. 5, 18-20; 8, 26-29; 12, 6-11; 27, 23-25), y cierra el recuento con la siguiente afirmación: "De aquí que toda la vida de la Iglesia se beneficie de la ayuda misteriosa y poderosa de los Angeles"(CIC#334).


Movilidad y poderes de los Angeles

Para entender el extraordinario poder de los Angeles es necesario conocer su peculiar relación con el espacio y cómo se mueven de un sitio a otro.

Su presencia en un sitio se determina -y ocasionalmente se conoce- por su actividad allí. Un ejemplo gráfico de la presencia de un Angel conocida por el poder ejercido en un lugar, es el recuento de las curaciones milagrosas que tenían lugar en la piscina de Betesda en Jerusalén. "El Angel del Señor bajaba de vez en cuando y removía el agua y el primero que se metía cuando el agua se agitaba, quedaba sano de cualquier enfermedad" (Jn. 5, 4).

Los Angeles no son omnipresentes; no están en todas partes a la vez, como Dios sí lo está. Sin embargo, los Angeles pueden trasladarse de un sitio a otro con la velocidad del pensamiento. Su movilidad no es por locomoción, sino simplemente por un cambio instantáneo de lugar, aunque la distancia real entre dos sitios sea considerable.

El funcionamiento de nuestra mente es lo que más se acerca a la movilidad de los Angeles; es decir, lo que nosotros podemos hacer sólo mentalmente, los Angeles lo pueden realizar efectivamente.

En la Biblia aparece además registrado el hecho de que los Angeles son capaces de transportar con ellos a esa velocidad instantánea, objetos materiales e inclusive seres humanos. Un ejemplo excelente aparece en el Libro de Daniel (14, 32-38). El Angel trasladó al Profeta Habacuq, desde Judea hasta Babilonia, "con la rapidez de un espíritu" cargado con comida para Daniel, que se encontraba preso en el foso de los leones, y lo regresó de la misma manera.

Los Angeles tienen un poder muy superior al humano. Un Angel destruyó a todos los primogénitos de Egipto. Un solo Angel causó la muerte de 185 soldados Asirios que blasfemaron contra Dios (Is.37, 36). Un Angel protegió del fuego a los tres jóvenes que el Rey de Babilonia había mandado a quemar en el horno (Dn.3, 49).


Conocimiento y lenguaje de los Angeles

Los Angeles son inteligencias espirituales, que tienen un conocimiento, no como el del hombre, que es adquirido a través de sus sentidos y mediante un proceso gradual y laborioso, sino que lo obtienen por intuición. De tal forma que no llegan a conclusiones por medio de razonamientos, sino que en forma inmediata conocen la verdad.

Aunque los Angeles no conocen todo. Ej: en cuanto se refiere al día del Juicio, "ni los Angeles de Dios" lo conocen (cfr. Mt 24, 36), entienden y conocen mucho más que los hombres.

Los Angeles se comunican entre ellos (cfr. Zach. 1, 11). Y así como por instrucciones del Señor los Angeles pueden asumir formas humanas para presentarse a los seres humanos, así también producen voz humana y hablan lenguaje humano cuando se han dirigido a seres humanos, como en el caso del San Rafael Arcángel con Tobías.

Sin embargo, Santo Tomás de Aquino sostiene que los Angeles se hablan entre sí por un mero acto de la voluntad, abriendo su mente y revelando cualquier idea que deseen transmitirse entre ellos. Este lenguaje angélico es llamado "iluminación".


Clasificación de los Angeles

Teólogos y escritores del comienzo de la Iglesia, basándose en la enumeración dada en la Sagrada Escritura por Isaías (6, 2), Ezequiel y San Pablo (Col. 1, 6; Ef. 1, 21; Rom. 8, 38), en la que se mencionan nueve órdenes diferentes de Angeles, los han clasificado en tres jerarquías diferentes, cada una conteniendo tres órdenes:

- JERARQUIA SUPERIOR: Serafines - Querubines - Tronos
- JERARQUIA INTERMEDIA: Dominaciones - Virtudes - Potestades
- JERARQUIA INFERIOR: Principados - Arcángeles - Angeles

Estos nueve coros de Angeles se diferencian entre sí en el grado de perfección de su naturaleza y de su gracia, siendo éstas mayores mientras más elevado el rango. Hay que hacer notar que todos son llamados "Angeles", pero que también este nombre se aplica al coro más bajo, al cual usualmente pertenecen los Angeles de la Guarda.

extraido de www.homilia.org

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