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miércoles, 5 de agosto de 2009

137º aniversario de Fundación del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora

Leemos en su sitio web:

Somos una familia religiosa nacida del corazón de San Juan Bosco y de la fidelidad creativa de Santa María Dominga Mazzarello. Don Bosco eligió este nombre porque nos quiso como un monumento vivo de agradecimiento a la Virgen.

En Turín la opción de fundar una institución a favor de las jóvenes le vino a Don Bosco por la instancia de varias personas; por la constatación del estado de abandono y pobreza en el que se encontraban muchas muchachas; por el contacto con varios Institutos femeninos; por la profundidad de su devoción mariana; por la confirmación del Papa Pío IX que le animó hacia este camino; por repetidos “sueños” y hechos extraordinarios narrados por él m
ismo.

Contemporáneamente en Mornese, en las colinas del Monferrato, la joven María Dominga Mazzarello animaba un grupo de mujeres jóvenes que se dedicaban a las muchachas del pueblo, con la finalidad de enseñarles un oficio, pero sobre todo con el compromiso de orientarlas a la vida cristiana.


A distancia, dos señales en la misma longitud de onda mandaban un mensaje idéntico; tenía que nacer también para las niñas y las jóvenes el ambiente educativo que ya estaba en Turín-Valdocco, para los muchachos por obra de Don Bosco. María Dominga Mazzarello fue cofundadora al dar vida, forma y desarrollo a la nueva institución.

El 5 de agosto de 1872 el primer grupo de mujeres jóvenes pronunciaron su "sí" como la Virgen María para ser "ayuda" sobre todo entre las jóvenes. "Por un don del Espíritu Santo y con la intervención directa de María, San Juan Bosco fundó nuestro Instituto como respuesta de salvación a las aspiraciones profundas de las jóvenes. Le transmitió un patrimonio espiritual inspirado en la caridad de Cristo, Buen Pastor, y le imprimió un fuerte impulso misionero.” (Constituciones FMA, n°1)

¿Qué hacen las Hijas de María Auxiliadora?

El compromiso educativo es el corazón de la misión salesiana femenina. Cada Hija de María Auxiliadora sabe que juega su vida por Dios y por los jóvenes, intentando calificar su presencia para intervenciones cada vez más adecuadas a la realidad contemporánea.

Con la escuela, de todo tipo y grado, las Hermanas responden también hoy a la exigencia de una educación sistemática, de una formación crítica y, en muchas naciones, permiten a los jóvenes, sobre todo de las clases populares, adquirir los instrumentos para acceder a los circuitos de la cultura.

Los cursos de preparación para el trabajo, distintamente configurados en Europa respecto a África o América Latina y Asia, expresan la atención salesiana al mundo del trabajo y a la necesidad de los jóvenes de insertarse con calificaciones específicas en los circuitos productivos de cada realidad social.

El Oratorio, intuición salesiana exquisitamente educativa porque valora todo el tesoro de los jóvenes. La promoción humana es el primer objetivo de la actividad oratoriana en los países más pobres, mientras que en contextos industrializados está la gran demanda de los jóvenes en el tiempo libre. La reunión de los jóvenes, con sus ruegos profundos de vida, sigue siendo el gran reto de la educación.

Obras para niños/as, adolescentes, jóvenes en situaciones de peligro. Casas familia, comunidades de alojamiento, centros de acogida a través de un recorrido que tiene como punto de partida la situación concreta de los destinatarios, su condición de precariedad, de abandono intentando llevar a la persona herida a la libertad y a la maduración.

La educación de la mujer joven es una opción prioritaria que se delinea en los distintos Países con intervenciones cada vez más precisas; desde la promoción de cooperativas femeninas en las misiones, a la recuperación de las muchachas que en las periferias de las grandes ciudades son fácilmente víctimas de la prostitución, a la inserción en el trabajo, hasta las iniciativas culturales y al “sostén” para que las jóvenes con mayor conocimiento sepan luchar por su propia dignidad y por la elaboración de una cultura al femenino.

Casas de espiritualidad para los jóvenes. Estas obras ofrecen a las jóvenes generaciones la posibilidad de experimentar el camino del silencio y del contacto más prolongado y calmo con la naturaleza y con la Palabra de Dios que da vida.

(fuente: http://www.cgfmanet.org/)

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