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domingo, 23 de agosto de 2009

"¿También ustedes quieren dejarme?"

Lectura del Santo Evangelio según San Juan (Jn 6, 55. 60-69)

En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: "Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida". Al oír sus palabras, muchos discípulos de Jesús dijeron: "Este modo de hablar es intolerable, ¿quién puede admitir eso?" Dándose cuenta Jesús de que sus discípulos murmuraban, les dijo: "¿Esto los escandaliza? ¿Qué sería si vieran al Hijo del hombre subir a donde estaba antes? El Espíritu es quien da la vida; la carne para nada aprovecha. Las palabras que les he dicho son espíritu y vida, y a pesar de esto, algunos de ustedes no creen". (En efecto, Jesús sabía desde el principio quiénes no creían y quién lo habría de traicionar).

Después añadió: "Por eso les he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede". Desde entonces, muchos de sus discípulos se echaron para atrás y ya no querían andar con El. Entonces Jesús les dijo a los Doce: "¿También ustedes quieren dejarme?" Simón Pedro le respondió: "Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna; y nosotros creemos y sabemos que Tú eres el Santo de Dios .

Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.

Durante estos últimos domingos, Jesús se dedicó a dar discursos acerca de su entrega libre y personalísima en la Cruz; son varias las oportunidades en donde utiliza la figura del Pan para explicarnos su Amor Infinito a la humanidad entera.

En aquel tiempo, Jesús no solo rompió con todos los moldes de la casta dirigencial de Israel sino que hasta de sus propios seguidores. En este pasaje del Evangelio de Juan vemos como algunos de los que estaban con Él se sentían molestos por los dichos últimos del Maestro, quien insistía con su comparación con el pan que cotidianamente comían. Él percibía la falta de entendimiento de quienes estaban dudando y por eso se esmera en aclararles que se estaba refiriendo un alimento espiritual.

Cuando uno come, el propio cuerpo termina asimilando el alimento. En el caso de la Sagrada Eucaristía es Jesús el Pan del Cielo que termina asimilando al que lo recibe sacramentalmente; es decir, el que comulga, es tomado por Dios.

Jesús llega a un punto en que se pone firme con sus discípulos marcándole las exigencias que tiene el hecho de tomar la propia cruz y seguirlo. Ser cristiano no es para "medias tintas", se está con Él, o no. Dios nos deja siempre libres para elegir a cada uno de nosotros. Esa libertad que Él nos da es producto del Infinito Amor que tiene por todos y cada uno de sus hijos.

Muchas veces escuchamos por ahí de algunas personas "yo soy católico/a, pero no practicante". Cuánta gente se queda en las apariencias de nuestra Iglesia: bautizarse y hacer la primera comunión solo porque es un ritual social y no seguir creciendo en la fe. Cuánta gente es la que opta por la mediocridad de no participar activamente de la vida de Nuestra Madre Iglesia y criticar arteramente a todo lo que acontece dentro de las estructuras orgánicas.

¿Qué se entiende por ser "católico-practicante"? No sé exactamente que será. Tal vez, mirándolo desde otro punto devista, será lo se entiende por "coherencia de vida", es decir, llevar la propia fe a los hechos de cada día, alimentándose en la lectura de la Palabra de Dios y en los Sacramentos. El peligro de dejar esos hábitos es que, a medida que pasa la vida, esa separación del camino de Dios puede ser progresiva y casi imperceptible para el que va caminando;

Elegir ser cristiano es una opción compromete la vida entera. Pero es una opción que se va haciendo día a día, a cada instante de nuestra vida para permanecer en la senda de Cristo. Los Sacramentos, especialmente la Eucaristía, son nuestro alimento en este hermoso y no fácil camino en pos de Cristo.

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