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martes, 29 de septiembre de 2009

Letanías al Arcángel San Miguel

- Cristo, óyenos.
- Cristo, escúchanos.
- Señor, ten piedad de nosotros.
- Cristo, ten piedad de nosotros.
- Señor, ten piedad de nosotros.

Respondemos a cada invocación "Ruega por nosotros"

- San Miguel,
- Tú, cuyo nombre es un relámpago,
- Tú, cuyo nombre es un himno a Dios,
- Serafín del incensario de oro,
- Elevada llama de amor divino,
- Perfecto adorador de Dios,
- Modelo de sumisión amorosa,
- Modelo de pronta obediencia,
- Leal servidor de Dios,
- Primer heraldo de la verdad,
- Primer defensor de la fe,
- Primer testigo de Dios,
- Instigador de la lucha contra Satanás,
- Ángel apóstol de los ángeles,
- Celador del Reino de Dios,
- Primer defensor de la justicia,
- Primer vengador del buen derecho,
- Abogado nuestro,
- Portador de las llaves del abismo,
- Tú que encadenas a Satanás,
- Justiciero de Dios,
- Portaestandarte de la Trinidad,
- Guerrero de armas de luz,
- Espada de Dios,
- Terror de los traidores y de los perjuros,
- Terror de los orgullosos demonios,
- Centella de Dios,
- Tú que llevas las siete estrellas,
- Vencedor de la primera guerra,
- Virrey de los ejércitos de Dios,
- Inspirador de valentía,
- Tú que guerreas por el mundo,
- Defensor de los hijos de Dios,
- Ángel que vale por mil ejércitos,
- Esperanza de los combatientes,
- Intrépido soldado de Dios,
- Refuerzo dado a las justas causas,
- Liberador de los oprimidos,
- Caballero de Dios,
- Ángel de los pastores de Navidad,
- Ángel de Cristo en agonía,
- Ángel de la aurora pascual,
- Guerrero del castillo del Santo Ángel,
- Protector de la unidad católica de España y de las Naciones Hispanoamericanas,
- Cantor de los gozos marianos,
- Espejo del Altísimo,
- Ángel vicario del Verbo,
- Protector de la Iglesia militante,
- Consolador de la Iglesia purgante,
- Honor de la Iglesia triunfante,
- Tú, que recibes la confesión de nuestros pecados,
- Tú, a quien la Iglesia implora en nuestra última hora,
- Tú, cuya potente voz despertará a los muertos,
- Introductor de las almas al cielo,
- Asiste de Cristo en el Gran Día,
- Heraldo de las sentencias eternas,
- Precantor de las alabanzas divinas,
- El más elevado de los serafines,
- Príncipe de los nueve coros de Angeles,

Oremos

San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha. Sé nuestro amparo contra la perversidad y acechanzas del demonio. Que Dios manifieste sobre él su poder, es nuestra humilde súplica. Y tú, oh Príncipe de la Milicia Celestial, con el poder que Dios te ha conferido, arroja al infierno a Satanás, y a los demás espíritus malignos que vagan por el mundo para la perdición de las almas.

Amén.

(fuente: http://www.devocionario.com/)

lunes, 28 de septiembre de 2009

¡42 años del Movimiento Mallinista! ¡Alabado sea el Señor!

Hacen 42 años empezaba un nuevo movimiento juvenili en el seno de Nuestra Madre Iglesia.

Hacen 42 años se iniciaba un camino que trajo importantes frutos espirituales en la vida de miles de chicas y chicos que tuvieron la gracia de encontrarse con Cristo.

Demos gracias a Dios por todas las bendiciones derramadas en tantísima gente que pasó por el Movimiento Mallinista.

foto de algunos chicos que vivieron el Mallín Estilo Nº1

Se realizó el Mallín Amistad 129 de Chicas en San Juan

El fin de semana pasado se realizó un nuevo Mallín Amistad de Chicas en la Ciudad de San Juan. Organizado por el Centro de dicha provincia, dicho retiro llevó el núnero -129- y se realizó en las instalaciones del Colegio Santa Rosa de Lima.

En esta ocasión, fueron diecisiete chicas de entre 12 y 14 años que vivenciaron este Mallín, las cuales provineron de las Provincias de San Juan, San Luis y Mendoza. Estas chicas estuvieron acompañadas por cinco animadoras, quienes estuvieron asistiéndolas durante el Mallín.

El equipo predicador es el mismo que viene trabajando desde hacen unos cuatro años, el cual se compone por Myriam Rodríguez, Romina Zanotti, Fabiana Elizondo y María Pía Mejibar, a quienes se sumó por primera vez Celina Ávila.

Roguemos, pues, por los frutos espirituales de esta vivencia para que haya sido de gran provecho para las vidas de todas y cada una de las chicas que participaron.

domingo, 27 de septiembre de 2009

Obrar en Dios, por Dios y para Dios

Lectura del Santo Evangelio según San Marcos (Mc 9, 38-43. 45.47-48)

En aquel tiempo, Juan le dijo a Jesús: "Hemos visto a uno que expulsaba a los demonios en tu Nombre, y como no es de los nuestros, se lo prohibimos". Pero Jesús le respondió: "No se lo prohiban, porque no hay ninguno que haga milagros en mi Nombre, que luego sea capaz de hablar mal de Mí. Todo aquél que no está contra nosotros, está a nuestro favor: Todo aquél que les dé a beber un vaso de agua por el hecho de que son de Cristo, les aseguro que no se quedará sin recompensa. Al que sea ocasión de pecado para esta gente sencilla que cree en Mí, más le valdría que le pusieran al cuello una de esas enormes piedras de molino y lo arrojaran al mar. Si tu mano te es ocasión de pecado, córtatela; pues más te vale entrar manco en la vida eterna, que ir con tus dos manos al lugar de castigo, al fuego que no se apaga. Y si tu pie te es ocasión de pecado, córtatelo; pues más te vale entrar cojo en la vida eterna, que con tus dos pies ser arrojado al lugar de castigo. Y si tu ojo te es ocasión de pecado, sácatelo; pues más te vale entrar tuerto en el Reino de Dios, que ser arrojado con tus dos ojos al lugar de castigo, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga".

Palabra del Señor.
Gloria a ti Señor Jesús.

¡Queridos hermanos y hermanas en Cristo Jesús!

El evangelio de hoy nos presenta algunos temas del tiempo de Jesús que siguen siendo actuales, y de las cuales es necesario prestar atención.

Dice que en aquel tiempo, Juan le dijo a Jesús: “Hemos visto a uno que expulsaba a los demonios en tu nombre, y como no es de los nuestros, se lo prohibimos”. Pero Jesús le respondió: “No se lo prohíban, porque no hay ninguno que haga milagros en mi nombre, que luego sea capaz de hablar mal de mí. Todo aquel que no está contra nosotros, está a nuestro favor”.

Jesús les hace ver a sus discípulos que el trabajo por el Reino de Dios no es privativo de unos pocos sino que está abierto a todos los que quieran colaborar en su Nombre, pues todo aquel que se preocupa por las mismas cosas que enseñó Cristo es colaborador de su obra. Debemos tratar de involucrar al mayor número de gente en el trabajo por el Reino, pues Jesús vino para todos y no para unos pocos e invitó a toda la humanidad a realizar este camino de santidad.

Otro tema que nos propone el evangelio es que “todo aquel que les dé a beber un vaso de agua por el hecho de que son de Cristo, les aseguro que no se quedará sin recompensa”. Es decir, Jesús enseña que aquellos que ofrecen algo a los que son de Cristo ya tienen su recompensa, pues ya lo están haciendo al mismo Cristo; y en definitiva, todos somos de Cristo pues Él nos compró para sí con su propia sangre derramada en la cruz. Somos suyos y a Él pertenecemos.

Un punto al cual se dedica una buena parte aquí es al tema del escándalo: “Al que sea ocasión de pecado para esta gente sencilla que cree en mí, más le valdría que le pusieran al cuello una de esas enormes piedras de molino y lo arrojaran al mar”. El escándalo es uno de los peores pecados, pues no sólo se perjudica quien lo comete sino que lleva consigo o arrastra a otros a lo mismo, privándolos –con su mal testimonio- de la verdadera vida en Cristo, de la vida en la gracia.

Unido a este escándalo está también el pecado personal, o aquello que nos lleva a estar en ocasión de pecado, por eso se nos dice: “Si tu mano te es ocasión de pecado, córtatela; pues más te vale entrar manco en la vida eterna, que ir con tus dos manos al lugar de castigo, al fuego que no se apaga. Y si tu pie te es ocasión de pecado, córtatelo; pues más te vale entrar cojo en la vida eterna, que con tus dos pies ser arrojado al lugar de castigo. Y si tu ojo te es ocasión de pecado, sácatelo; pues más te vale entrar tuerto en el Reino de Dios, que ser arrojado con tus dos ojos al lugar de castigo, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga”.

No significa con esto que debamos privarnos de nuestros miembros, mutilándolos, sino que se trata de “cortar” con el pecado, con aquello que es ocasión de pecado para nosotros. Se trata de tomar las cosas por su nombre, de enfrentar las situaciones que son un peligro para nuestra vida en la gracia, para poder ejercer el dominio sobre nosotros mismos desde y con la fuerza del Espíritu. Es un trabajo que dura toda la vida, pues siempre estamos expuestos a todo tipo de provocaciones o tentaciones, y es necesario estar alertas y despiertos, vigilando para que el pecado no nos prive de la vida de gracia.

El problema está en que muchas veces existe en nuestras vidas un cierto “afecto” al pecado, es decir, una cierta inclinación que nos lleva a recaer en lo mismo, en las mismas debilidades, en los mismos errores, en las mismas omisiones, y esto se debe a que no sabemos desprendernos de todo aquello que no es de Dios, de todo aquello que va contra el mensaje de salvación.

Es hora de que pongamos el nombre a sus cosas y nos juguemos por Jesús, por la vida que Él mismo nos regaló y regala, que nos juguemos por seguirlo en gracia y santidad. Esto no es imposible, tenemos la vida de tantos santos (canonizados o no) que han sido y son un mensaje para nosotros, que nos alientan a seguir luchando por estar en gracia, cortando definitivamente con aquello que nos impide crecer en la vida que nos ha regalado Jesús.

Pidamos al señor que nos de la sabiduría para saber discernir aquello de lo cual debemos desprendernos y saber cortar, y la fuerza para poder seguir creciendo cada vez más en santidad.

Amén.

(tomado de http://www.mensajes-de-dios.blogspot.com/)

Ricardo y Piyuya dieron las gracias a Dios por sus 50 años de matrimonio

Ayer por la tarde, en la Capilla María Auxiliadora del Colegio Don Bosco de San juan, celebramos la Misa de Acción de Gracias por los 50 años de matrimonio de Ricardo Rodríguez y María Isabel Vargas, a quien muchos conocemos como "Piyuya".

Fue una celebración conmovedora en la que los esposos estuvieron acompañados por sus familiares y amigos. La Misa estuvo presidida por el Padre Rubén Romero, quien se llegó especialmente para esta ocasión desde la vecina Provincia de Mendoza.

Ricardo y Piyuya son padres de Ricardo, María Isabel y Teresita, a quienes educaron con mucho amor y en la fe católica. Ricardo es ingeniero agrimensor y, durante muchos años, fue Profesor de Dibujo en en el Colegio Don Bosco de San Juan, mientras que Piyuya estuvo siempre dedicada a su hogar.

Al poco tiempo que el Padre Aldo Pérez inició el Movimiento Mallinista, este matrimonio se convirtió en una inestimable colaboración para esta obra de evangelización de adolescentes y jóvenes. Ricardo y Piyuya eran amigos del Padre Aldo desde que eran jóvenes y, durante muchos años, fueron los responsables del Movimiento Mallinista en la Provincia de San Juan. Así, la casa de la Familia Rodríguez se convirtió en una prolongación del patio del Colegio Don Bosco, ya que allí se recibían a muchos chicos y chicas con quienes organizaban diferentes actividades apostólicas y formativas, especialmente las misiones para las fechas de Semana Santa y Navidad que se llevaban a cabo en pequeñas poblaciones de San Juan. Sus tres hijos crecieron participando activamente en Mallín.

Un durísimo o golpe de la vida que Ricardo y Piyuya sufrieron fue la trágica muerte de su hijo Ricardito quien falleció en enero de 1989 en un accidente automovilístico cuando viajaba en compañía de su esposa, Silvia Malberti, sus suegros y sus hijo Santiago. Además de Ricardito, murió también su suegro; su esposa sufrió graves heridas que la dejaron cuadripléjica mientras que su hijo sufrió heridas leves y su suegra resultó ilesa.

Otra prueba que juntos tuvieron que superar juntos fue los problemas de salud de Ricardo. Hacen unos pocos años, a Ricardo le detectaron un cáncer de estómago por el cual tuvo que someterse a una delicada intervención quirúrgica.

Sin lugar a dudas, el matrimonio de Ricardo y Piyuya se caracterizó por su fecundidad no solo por la educación de sus propios hijos sino por los muchos jóvenes a quienes guiaron a lo largo de muchos años al estilo que nos enseñó nuestro Padre San Juan Bosco. Ambos protagonizan una bella historia de amor, lejana a lo que nos muestra la televisión y canciones (pseudo)románticas pero muy cercana a la Sagrada Familia de Nazareth.

Alineación al centro
Bendición final en la Misa de Acción de Gracias por los 50 años de Matrimonio de Ricardo y Piyuya

viernes, 25 de septiembre de 2009

25 de septiembre, Día de la Virgen del Rosario de San Nicolás

"Dios es Amor, don de vida
misericordia y comprensión total
eres Gloria eterna,
consuelo de tristeza
liberación del alma.
Señor quiero honrarte,
cantar alabanzas a tu Nombre
hoy quiero decirte,
aquí me tienes Señor
quédate conmigo hoy y por siempre.
Amén."

Mensaje dado por Nuestra Mamá Celestial el día 02 de febrero de 1984

(fuente: http://www.virgen-de-san-nicolas.org/)

jueves, 24 de septiembre de 2009

La Virgen de la Merced es honrada en toda la Argentina

"Con María, fieles a Cristo" es el lema de las celebraciones en honor de Nuestra Señora de la Merced en la basílica puesta bajo su advocación en la ciudad de San Miguel de Tucumán.

Comenzaron anoche con un momento de oración con antorchas frente al santuario y a las 24 se efectuó la salida de la imagen de la Virgen de la Merced, se entonó el Himno Nacional Argentino y se realizó un homenaje de los gauchos a la Virgen.

La primera misa de la jornada se celebró a las 0.30 de hoy; después hubo misas cada hora de 6 a 12 y a continuación, se trasladará la imagen de Nuestra Señora de la Merced a la capilla de las Hermanas Esclavas.

A las 16.30 los fieles se congregarán en la plaza Belgrano donde tendrá lugar un acto cívico-militar. A las 17.30 partirá una procesión por las calles Alberdi y 24 de Septiembre hasta la catedral.

A las 19 se celebrará la misa, que estará presidida por el arzobispo de Tucumán, monseñor Héctor Villalba.

A las 20.30 partirá la procesión de regreso hasta el santuario y será la despedida.


Otras celebraciones

La Virgen de la Merced también será honrada en distintos puntos del país, entre ellos:

■ Bahía Blanca: La Virgen de la Merced es patrona de la arquidiócesis, de la catedral y de la ciudad de Bahía Blanca. A las 16 se realizará una procesión con su imagen alrededor de la plaza Rivadavia y a continuación el arzobispo, monseñor Guillermo Garlatti, presidirá la misa. En esta oportunidad, a los festejos patronales se suma la celebración por los 75 años de la arquidiócesis. Informes: (0291) 4521382 y arzobis@arzobispadobahia.org.ar.

■ Salta: En la parroquia San Juan Bautista de la Merced habrá misas hoy a las 17, 19 y 19.30 (las dos últimas con el rezo del Rosario y la novena), mañana también habrá misas, Rosario y novena y la celebración central será el sábado 26 de septiembre. A las 18 se realizará una procesión por las calles aledañas a la parroquia y a las 19.30 se celebrará la misa de acción de gracias. Informes: (0387) 4212794.

■ Buenos Aires: La parroquia Nuestra Señora de las Mercedes, del barrio porteño de Belgrano (Echeverría 1395, tel: 4784-8011), celebrará la fiesta con una misa a las 19.30, que estará presidida por el párroco, presbítero Paulo Lualdi, concelebrada con los sacerdotes asuncionistas Luis Ramón Rendón y Juan Carlos Marzolla.

La Orden de la Merced también tendrá su celebración en la parroquia Nuestra Señora de Buenos Aires, del barrio de Caballito (Gaona 1730, tel: 4581-0040 y 4584-4197). A las 18 se iniciará la procesión y a continuación se celebrará la misa. A las 20 está previsto un concierto de la Banda Sinfónica de la Gendarmería Nacional Argentina.

■ Córdoba: El Convento Máximo "San Lorenzo Mártir" – basílica Nuestra Señora de la Merced, celebró esta mañana una misa solemne. A las 17 se realizará la tradicional procesión por las calles del barrio y a su término se celebrará la misa de los peregrinos, en el interior del templo. Luego de la misa de las 19 tendrá lugar el “Septiembre Cultural de La Merced”. Informes: (0351) 4215504 y ecosmerced@fibertel.com.ar.

■ Corrientes: “María, en ti está la plenitud de la Gracia y todo bien”, es el lema de las celebraciones patronales del santuario de Nuestra Señora de la Merced. A las 16 se realizará la solemne procesión por las calles de la ciudad y a las 17 el arzobispo de Corrientes, monseñor Andrés Stanovnik, presidirá la misa central. A su término se consagrarán las autoridades y el pueblo de Corrientes a María de la Merced, patrona jurada de la ciudad. Por la noche habrá misas a las 20 y a las 22.

■ Santiago del Estero: En la iglesia Nuestra Señora de la Merced (24 de Septiembre 319, Santiago del Estero,) a las 19 se celebrará la misa de los peregrinos, luego de la cual se realizará una procesión por las calles del barrio. A su término, la Virgen de la Merced recibirá los honores correspondientes de la Banda de Música de la Policía de la provincia. Informes: (0385) 4211547.


Nuestra Señora de la Merced

Estaba todavía gran parte de España bajo el yugo de los moros, y los piratas sarracenos asolaban las costas del Mediterráneo, haciendo miles de cautivos a quienes llevaban al norte de África. En esas circunstancias, el 2 de agosto de 1218, Pedro Nolasco tuvo una visión de la Santísima Virgen que lo exhortaba a fundar una Orden con el fin principal de redimir a aquellos cristianos cautivos. Ocho días después, en la catedral de Barcelona, nacía la "celeste, real y militar Orden de la Merced", cuya obra, en aquellos siglos, fue realmente heroica. Se calcula que fueron alrededor de 300.000 los redimidos por los frailes mercedarios del cautiverio de los moros y unos 3.000 los religiosos que murieron mártires al entregar su vida en cumplimiento de su voto. En conmemoración de tan insigne "merced" de María a los hombres, se estableció la fiesta de la Merced o de las Mercedes.

En la historia argentina

Con Pedro de Mendoza llegaron los primeros mercedarios. También lo hicieron acompañando a la corriente colonizadora que ingresó por el norte. A ello se debe el que la devoción a Nuestra Señora de la Merced sea una de las más antiguas en nuestro país. El general Manuel Belgrano la proclamó Generala del Ejército Argentino, y le hizo entrega de su propio bastón de mando después de la batalla de Tucumán, cuya victoria, que ocurrió en esta misma fecha, atribuyó a su protección. A lo largo de todo el país son innumerables los templos y capillas dedicados a su devoción.+

(fuente: www.aica.org.ar)

lunes, 21 de septiembre de 2009

¿Estás lejos de Dios?





"Sepan que
la distancia más grande
que se pueda estar de Dios
es la distancia
de una simple oración"


(Juan Pablo II)

domingo, 20 de septiembre de 2009

"Si alguno quiere ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos"

Lectura del Santo Evangelio según San Marcos (Mc 9, 30-37)

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos atravesaban Galilea, pero El no quería que nadie, lo supiera, porque iba enseñando a sus discípulos. Les decía: "El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres; le darán muerte, y tres días después de muerto, resucitará". Pero ellos no entendían aquellas palabras y tenían miedo de pedir explicaciones.

Llegaron a Cafarnaún, y una vez en casa, les preguntó: "¿De qué discutían por el camino?" Pero ellos se quedaron callados, porque en el camino habían discutido sobre quién de ellos era el más importante. Entonces Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo: "Si alguno quiere ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos". Después, tomando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: "El que reciba en mi nombre a uno de estos niños, a Mí me recibe. Y el que me reciba a Mí, no me recibe a Mí, sino a Aquel que me ha enviado".

Palabra del Señor.
Gloria a ti Señor Jesús.

En este pasaje del Evangelio, Jesús vuelve a anunciar a sus apóstoles lo que le pasará poco tiempo después: su Pasión, Muerte y Resurrección. Por más que lo siguen a sol y sombra, sus discípulos siguen sin darse una idea de lo que acontecería posteriormente.

Actos seguido, Jesús sorprende a sus amigos discutiendo entre ellos sobre quien es el más importante a la hora de seguir a Dios. Parece que aquellos hombres veían a Jesús solo como un líder político y no como en realidad: el Mesías prometido desde la caída de Adán y Eva, que venía restaurar la relación de la humanidad entera con Dios que estaba herida por el pecado.

Nuestro Señor vuelve a desafiar su modo de ver la vida cuando les dice que "si alguno quiere ser el primero, tiene que hacerse el último de todos y servidor de todos". Muy probablemente, como cualquiera de nosotros, aquellos hombres quedaron desconcertados porque la forma de pensar del Maestro no es la que tiene cualquier mortal: ¿cómo puede ser que alguien que desee ser "el primero" deba "humillarse" a ser el último? ¿no será acaso denigrarse?

No. En un mundo en donde todos buscamos mejoras en el status social, todos queremos ganar más dinero, todos queremos comfort, todos queremos gozar sin sufrir, la invitación de Jesús es ponerse al servicio de los demás, estar totalmente dispuestos a ser alimento para los demás.

Cuando los apóstoles no se reponían de aquel novedoso razonamiento de Jesús, Él habla de los niños. Es tan infinito su amor por los pequeños que Cristo se compenetra al punto de afirmar que recibir a cualquiera de ellos es como recibirlo a Él mismo.

Todos los seres humanos hemos sido niños alguna vez. Todos hemos tenido en algún momento de nuestras vidas la capacidad de asombrarnos con las pequeñitas cosas de cada día que nos toca vivir, de no tener muy demarcada la diferencia entre realidad y fantasía, de creer que todas las personas son buenas, de no tener prejuicios, de no tener noción del dinero, de no caer en la obsesión de tener más y más poder, de no saber de guerras y de avaricias, de no saber de asesinatos y robos. En otras palabras, todo es fruto de la inocencia con la que absolutamente todos llegamos a este mundo... y por esas cosas de la vida, el mundo se empeña en malograr esa inocencia que hemos recibido de nuestro Creador.

Para Dios los niños son muy importantes.

Sería bueno que meditemos acerca de nstro comportamiento para con los niños con los que tratamos siempre, preguntarnos hasta qué punto los recibimos como si recibiéramos a Dios mismo. Como así también recordar que todos hemos sido alguna vez niños y es lo que nos debería hacer más amorosos con los que hoy lo son.

Oración del Año Jubilar en los 175 años de la Iglesia Diocesana de San Juan de Cuyo

Señor Jesús, tú nos permites
celebrar agradecidos el Jubileo
de nuestra Iglesia de San Juan de Cuyo.

Te damos gracias por los ministros del Señor
y por tantos fieles cristianos,
que a lo largo de los años
sembraron y alentaron, en tu Nombre,
la fe cristiana de este pueblo.

Te pedimos que sigas derramando sobre nosotros
ese mismo Espíritu evangelizador;
que nos convierta en fieles discípulos tuyos
y ardorosos misioneros de tu Evangelio,
y así anunciar tu amor y salvación
a todos los confines de esta tierra cuyana.

Santa María, Estrella de la Evangelización,
Señora del Tulúm,
tú que nos proteges en los terremotos de la vida,
guíanos con entusiasmo en nuestro compromiso
de llevar a tu Hijo Jesucristo
al corazón y a la vida de nuestros hermanos.

San Juan Bautista, Patrono de esta tierra,
que recibiste la misión de preparar los caminos del Señor,
ruega por nosotros. Amén

San Juan, 19 de septiembre de 2009

sábado, 19 de septiembre de 2009

San Juan festeja los 175 años de su Arquidiócesis

Fundada el 19 de septiembre de 1834, la Arquidiócesis de San Juan de Cuyo corresponde a los límites geográficos de la Provincia de San Juan, contando con una superficie de 89.651 km2 y 620.000 habitantes. La provincia de San Juan limita al norte y al este con la rioja, al Sur Este con San Luis, al Sur con Mendoza y al Oeste con la República de Chile.

La Arquidiócesis de San Juan pertenece a la Región Pastoral de Cuyo, junto con la Arquidiócesis de Mendoza y las Diócesis de San Rafael, La Rioja y San Luis.

Santos Patronos: San Juan Bautista (24 de junio); San Clemente I, papa y mártir (23 de noviembre), San Pantaleón (27 de julio), Ntra. Sra. del Rosario y Ntra. Sra. de Tulúm

Catedral: San Juan Bautista. Rivadavia 46 oeste, J5402DFB-SAN JUAN, tel: (0264) 4227050.
Correo electrónico: catedralsanjuan@yahoo.com.ar

Breve Reseña Histórica

San Juan de Cuyo fue la cuarta diócesis en ser fundada en el país, luego de Córdoba, Buenos Aires y Salta. Creada como diócesis el 19 de septiembre de 1834, con la bula "Ineffabili Dei Providentia", de Gregorio XVI y elevada a arquidiócesis el 20 de abril de 1934 con la bula "Nobilis Argentinae Nationis" de Pío XI. Comprende todo el territorio de la provincia de San Juan.

Obispos

Antes de la creación de la diócesis, el 15 de diciembre de 1828 León XII eligió a Fray Justo Santa María de Oro y Albarracín, de la Orden de Santo Domingo, para obispo titular de Tháumaco, y el 22 de ese mismo mes lo designó Vicario Apostólico de la provincia de San Juan, cargo del que tomó posesión el 21 febrero de 1830, tras su consagración episcopal ese mismo día. Erigida la diócesis, el mismo Vicario Apostólico fue designado por Gregorio XVI como su primer obispo, pero falleció el 19 de octubre de 1836 sin haber podido ejercer su jurisdicción como tal, por dificultades con el gobierno.

El segundo obispo fue el Dr. José Manuel Eufrasio de Quiroga Sarmiento, elegido por Gregorio XVI el 15 de mayo de 1837. Tomó posesión recién en 1840 y falleció el 25 de enero de 1852.

Tercer obispo fue Fray Nicolás Aldazor, franciscano, elegido por Pío IX el 24 de diciembre de 1858. Recibió la consagración episcopal el 2 de octubre de 1859 y tomó posesión el 9 de marzo de 1861. Falleció el 22 de agosto de 1866.

Cuarto obispo fue Fray José Wenceslao Achával y Medina, franciscano, elegido por Pío IX el 20 de diciembre de 1867. Consagrado obispo el 4 de octubre de 1868, tomó posesión el 10 de noviembre de ese año. Falleció el 25 de febrero de 1898.

Quinto obispo de San Juan de Cuyo fue Fray Marcolino del Carmelo Benavente, dominico, elegido por León XIII el 7 de enero de 1899, recibió la consagración episcopal el 12 de marzo y tomó posesión de la diócesis el 19 de marzo de 1899. Falleció el 28 de setiembre de 1910.

Sexto obispo fue Mons.José Américo Orzali, elegido por San Pío X el 30 de diciembre de 1911. Fue consagrado el 10 de marzo de 1912 y tomó posesión de la diócesis el 14 de abril de 1912.

AÑO JUBILAR DIOCESANO: 2009 – 19 DE SEPTIEMBRE - 2010

¿Qué es un año Jubilar?
Es un tiempo de gracia para las personas y las comunidades. Al conmemorar un acontecimiento importante, es la ocasión para abrirse a la siempre “nueva” presencia del Dios de la historia.
¿Cómo se originarios los años jubilares en la iglesia?

El primer año jubilar se celebró en el 1300. Pero esta es una institución que tiene origen en un mandato divino que recibieron los israelitas, hermanos mayores en la fe.

¿Dónde está en la Biblia testimoniado?

La Torah en sus libros del Éxodo (23, 10-11), Levítico (25, 1-7; 18-20) y Deuteronomio (15, 1-6) establece cada siete años el año sabático en que la tierra debe reposar. "Seis años sembrarás tu campo, seis años podarás tu viña y cosecharás sus productos; pero el séptimos año ser de completo descanso para la tierra, un sábado en honor de Yahveh" (Lv 25,3-4). "Cada siete años harás remisión... remisión en honor de Yahveh" (Dt 15, 1-2).

Asimismo el libro del Levítico (25, 8-17; 23-28) establece, cada cincuenta años, un año santo de liberación para las propiedades y para los hombres que por la esclavitud hubieran perdido su libertad, proporcionando una motivación verdaderamente teológica: el único dueño de la tierra y de las personas es Dios.

"No podía privarse definitivamente de la tierra, puesto que pertenecía a Dios, ni podían los israelitas permanecer siempre en una situación de esclavitud, dado que Dios los había rescatado como propiedad suya exclusiva liberándolos de la esclavitud de Egipto" (Juan Pablo II, TMA 12).

¿En estas instituciones del Antiguo Testamento se preparaba algo nuevo?

Sí. Esto prometía Dios por medio de uno de sus profetas:

“El espíritu del Señor está sobre mí, porque el Señor me ha ungido. Él me envió a llevar la buena noticia a los pobres, a vendar los corazones heridos, a proclamar la liberación a los cautivos y la libertad a los prisioneros, a proclamar un año de gracia del Señor, un día de venganza para nuestro Dios; a consolar a todos los que están de duelo, a cambiar su ceniza por una corona, su ropa de luto por el óleo de la alegría, y su abatimiento por un canto de alabanza. Ellos serán llamados “Encinas de justicia”, “Plantación del Señor, para su gloria”. (Is 61, 1-3)

¿En quien encontró cumplimiento esta profecía?

Según la narración de Lucas, en la sinagoga de Nazaret, Jesús expone su programa de evangelización citando el texto de Isaías 61 con esta adaptación: "El Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor" (Lc 4, 18-19).

Jesús no anuncia un jubileo tradicional, al estilo de Lv 25, sino que anuncia la proximidad de una intervención extraordinaria de Dios: con él llega el gran jubileo, el definitivo. Jesús viene a cumplir el contenido de la ley y de la profecía: abre la era jubilar de remisión, de gracia y de libertad. No anuncia un año: anuncia la inauguración de una era. "El jubileo, "año de gracia del Señor", es una característica de la actividad de Jesús" (TMA 11).

¿Cuál es, entonces la característica de un Jubileo, según Jesús?

A partir de Cristo, todos los años son "años de gracia". "Cristo es el Señor del tiempo, su principio y su cumplimiento; cada año, cada día y cada momento son abarcados por su Encarnación y Resurrección" (TMA 10). Con Jesucristo ha llegado el tiempo deseado, el día de la salvación, la plenitud de los tiempos (Ga 4, 4; He 1, 2; 1 Jn 2, 18).

¿Qué sentido tienen los años jubilares después de Cristo?

Todos los jubileos se refieren a la “plenitud de los tiempos” al “año de gracia” y aluden a la misión mesiánica de Cristo, venido como "consagrado con la unción" del Espíritu Santo, como "enviado por el Padre". Él es quien trae la libertad a los privados de ella, libera a los oprimidos, devuelve la vista a los ciegos. En esta línea debemos entender los años jubilares, en el tiempo de la Iglesia, como signos de la perennidad del año de gracia del Señor. No deben confundirse con la mera "definición cronológica de un cierto aniversario".

¿Cuáles son los signos propios de un Jubileo?

1. La peregrinación a lugares significativos para la fe de la comunidad.
Esta sirve para avivar conciencia de los fieles que la peregrinación es momento significativo en la vida del creyente (homo viator); es camino de ascesis laboriosa, de constante vigilancia de la propia fragilidad, preparación interior a la conversión de corazón. Por la vigilancia ayuno, oración avanzamos hacia la plenitud de Cristo. Nos hace conscientes la peregrinación de que "no tenemos aquí ciudad permanente, sino que andamos buscando la del futuro" (He 13, 14), la Jerusalén celestial. Modelo de la peregrinación cristiana son los discípulos de Emaús (Lc 24, 13-35).

2. La indulgencia jubilar es uno de los signos más tradicionales del año santo. El signo del perdón, de la reconciliación abundante y generosa, derramada sobre los que se convierten e imploran la remisión total de sus culpas, la restauración de sus vidas y personas.

La indulgencia es manifestación de la plenitud de la misericordia del Padre, que sale al encuentro de todos con amor. Esta misericordia se hace visible en y por la Iglesia, que es presencia viva del amor de Dios, inclinado sobre toda debilidad humana.

La indulgencia jubilar va conectada necesariamente con los sacramentos de la Eucaristía y de la reconciliación. Culmen del jubileo es el encuentro con Dios Padre por medio de Cristo Salvador, presente en su Iglesia, especialmente en sus sacramentos. Todo el camino jubilar, preparado por la peregrinación, tiene como punto de partida y de llegada la celebración del sacramento de la penitencia y de la Eucaristía, misterio pascual de Cristo, nuestra paz y nuestra reconciliación: éste es el encuentro transformador que abre el don de la indulgencia para uno mismo y para los demás.

3. Purificación de la memoria de la Iglesia. El año santo es llamado a la conversión, también de la Iglesia, para que surja de esta actitud un renovado testimonio de compromiso cristiano en el mundo.

4. La caridad, que nos abre los ojos a las necesidades de quienes viven en la pobreza y la marginación, es otro signo de la misericordia de Dios, que debe resplandecer en el año santo. Se ha de tender a crear una cultura de solidaridad y cooperación.

5. La memoria de los testigos de la fe. Los que anunciado el Evangelio dando su vida por amor se constituyen en los “frutos manifiestos de santidad”, que deben ser agradecidos e imitados.

6. La renovación misionera. La memoria de la fe heredada ha de despertar el deseo de comprometerse a anunciar, con renovado ardor el “año de gracia”, la salvación en Jesucristo a aquellos que la han olvidado o aún no la conocen.

Hace 175 años que nació nuestra Diócesis de San Juan de Cuyo. Esto ocurrió en el 1834 cuando el entonces Papa Gregorio XVI designo para los cristianos que vivían en la región de Cuyo a Fray Justo Santa María de Oro como su Obispo. El acontecimiento tuvo su importancia porque les concedía tener entre ellos a un sucesor de los Apóstoles.

Claro que la historia había comenzado mucho antes cuando ya en estas tierras habitaban hombres y mujeres que volvían la mirada hacia la cordillera y buscaban la protección y bendición del Dios que todo lo hizo. Tenían la esperanza puesta en un Hombre que tiempo antes había venido a enseñarles cosas y que había prometido que regresaría.

Cuando llegaron los primeros españoles transmitieron lo que ellos creían que: Dios es Padre, que tiene un Hijo muy querido al que nos lo dio como hermano y que el Abrazo de ellos dos es el Espíritu de Amor, que late en toda la creación y en particular en el corazón del hombre.

Allí se dio un encuentro los que estaban sentían que lo que les predicaban no les era extraño. Los que llegaron descubrieron que también por acá el cielo proclama la voz del Señor.
Es así como hombres originarios y conquistadores se encontraron proclamando que Jesús es el Señor para gloria de Dios Padre. Allí nació la Iglesia en Cuyo.

Muchos otros hechos fueron tejiendo la historia de la Iglesia de San Juan. Fieles laicos, religiosos, religiosas, sacerdotes, obispos, fueron pasando de generación en generación la antorcha de la fe. Rostros concretos se hicieron protagonistas de la historia de la salvación.

Con María queremos cantar las grandezas de Aquel que nos ha salvado y nos ha congregado en su Iglesia. Queremos sentirnos dichosos por haber creído, alentar la memoria de los que nos precedieron, celebrar agradeciendo tanto bien recibido y seguir anunciando, movidos por el Espíritu, que Jesús es el Señor para gloria de Dios Padre.

(fuente: http://www.iglesiasanjuancuyo.org.ar/)

175 años de la Arquidiócesis San Juan de Cuyo: Memoria, Acción de Gracias y Compromiso Misionero

CARTA PASTORAL
DEL ARZOBISPO DE SAN JUAN DE CUYO
EN EL AÑO JUBILAR EN ACCIÓN DE GRACIAS
POR LOS 175 AÑOS
DE LA IGLESIA DE SAN JUAN DE CUYO


San Juan de Cuyo, 19 de Septiembre de 2009

El que permanece en mí, y Yo en él, da mucho fruto,
porque separados de mí nada pueden hacer (Jn 15, 5)


La Iglesia diocesana de San Juan de Cuyo cumple 175 años. Queremos celebrar este aniversario con un Año Jubilar para dar gracias a Dios por todo lo que Él ha sembrado y ha hecho fructificar en esta porción del Pueblo de Dios, y por la misión apostólica Él que nos encomienda en bien de todos los hijos de esta tierra.


1. UN POCO DE NUESTRA HISTORIA

San Juan de la Frontera fue fundada en 1562. Un año antes –en 1561– había sido fundada Mendoza. Y al finalizar el siglo XVI –en 1594– tuvo lugar la fundación de San Luis. En el año 1592 también había sido fundada La Rioja, que más tarde integrará la región cuyana.

La pequeña población de San Juan fue puesta bajo la protección de Dios. Los primeros colonizadores y las primeras familias trajeron en las alforjas de su corazón el tesoro de la fe cristiana y la confianza en María Santísima, tesoro que plantaron con más cuidado que las vides que harían famosa a la región. Así nació la Iglesia en San Juan, lo mismo que en Mendoza, San Luis, La Rioja y tantos otros sitios.

Los historiadores relatan que poco antes de la fundación de las dos primeras ciudades cuyanas “los mismos indios de Cuyo fueron a Santiago de Chile, a pedir al gobernador que les enviaran españoles y sacerdotes, porque querían ser cristianos”1. Y uno de los primeros documentos que se conservan de la historia de San Juan es una carta del Cabildo de la ciudad del año 1573, dirigida al Rey de España. Reclamaban con urgencia la presencia estable de un sacerdote de la Iglesia, pues llevaban catorce meses sin poder asistir a la Santa Misa ni escuchar la predicación de la Palabra de Dios2. Ellos habían traído la fe a través de la Cordillera, pero esa fe pedía la presencia real de Cristo en la Eucaristía y la fuerza de su Palabra, como alimento y fecundidad de su vida cristiana.

Durante más de dos siglos, la vida de la Iglesia fue fortalecida por la presencia de sacerdotes que provenían de Chile, principalmente de órdenes religiosas. La primera visita de un obispo fue en 1601. Posteriormente, otros 11 obispos cruzaron la Cordillera de los Andes para realizar las visitas pastorales en la región cuyana, confirmando a sus hermanos en la fe y atendiendo a la organización eclesial. Algunos se distinguieron por la firme defensa de los habitantes originarios de la región, especialmente de nuestros hermanos huarpes. En 1608 fue creada la Vicaría foránea de Cuyo, ejercida por el Cura rector de la ciudad de Mendoza.

En 1776 fue creado el Virreinato del Río de la Plata, al que fueron anexadas las ciudades cuyanas. Sin embargo, la vida y la organización de la Iglesia siguieron vinculadas a Chile a través de un visitador eclesiástico con residencia en Mendoza. Recién en 1809 la Iglesia de esta región fue agregada al Obispado de Córdoba y se establecieron las Vicarías foráneas de Mendoza, San Juan y San Luis.

Luego del Tratado de Huanacache, en 1828, se solicitó a la Santa Sede la creación de un obispado en la región, cuya sede podría haber sido Mendoza o San Juan. La respuesta fue la designación de Fray Justo Santamaría de Oro, fraile dominico, como Vicario Apostólico. Recibió la ordenación episcopal en 1830.

El 19 de septiembre de 1834 el Papa Gregorio XVI erigió el Obispado de San Juan de Cuyo, es decir, la Iglesia diocesana para toda la región, al que se añadió el territorio de Neuquen. Fue la cuarta diócesis de Argentina y la primera en ser creada luego de la independencia nacional. Este es el motivo para celebrar nuestro Jubileo desde el 19 de septiembre de este año hasta la misma fecha de 2010. De este modo, empalma con el comienzo de los grandes bicentenarios de la historia argentina y sanjuanina.

Un siglo más tarde, en 1934, año del Congreso Eucarístico Internacional de Buenos Aires, fueron creadas las Diócesis de Mendoza y de San Luis, quedando San Juan como Iglesia metropolitana de la región. En 1961 la Iglesia de Mendoza también fue constituida como arquidiócesis, con las Diócesis de San Rafael y Neuquen como sufragáneas. A su vez, la Diócesis de La Rioja fue designada sufragánea de la Arquidiócesis de San Juan junto con la de San Luis.

En este año 2009 la Iglesia en Mendoza y en San Luis también celebran sus Jubileos, y nos unimos afectuosamente a su acción de gracias. Junto con ellas y con las Diócesis de San Rafael y La Rioja formamos la Región Pastoral de Cuyo.

En estos 175 años me antecedieron 9 obispos (o arzobispos) diocesanos. Todos ellos gastaron su vida por la Iglesia. Hacemos una breve mención de ellos, espigando un afectuoso recuerdo.

El primer obispo de la diócesis de San Juan fue Fray Justo Santa María de Oro (1834-1836), conocido y valorado prócer de la independencia. Unos años antes había sido nombrado como Vicario Apostólico.

Le sucedió Mons. José Manuel Eufrasio de Quiroga Sarmiento (1840-1852), tío de nuestro querido prócer sanjuanino Domingo Faustino Sarmiento.

Luego de 9 años de sede vacante a cargo del provisor Timoteo Maradona, fue designado Mons. Fray Nicolás Aldazor (1861-1866), franciscano, de origen riojano, impulsor del auxilio de San Juan al terremoto de Mendoza del año 1861, donde posteriormente fijó su residencia.

Mons. Fray José Wenceslao Achával (1868-1898), otro franciscano, comenzó el Seminario diocesano de Cuyo en 1874, que fue destruido 70 años después por el terremoto de San Juan.

La imagen emblemática del Cristo Redentor en la cordillera mendocina, testimonio de paz y fraternidad entre los pueblos de Chile y Argentina, tuvo como promotor a Mons. Fray Marcolino del Carmelo Benavente (1900-1910), otro obispo dominico.

No podemos olvidar al Siervo de Dios Mons. José Américo Orzali (1912-1939), el “Buen Pastor de Cuyo”, incansable misionero y primer arzobispo al constituirse San Juan en Iglesia metropolitana.

Le sucedió Mons. Dr. Audino Rodríguez y Olmos (1939-1965), eximio teólogo, a quien le correspondió la tarea de consolar y animar a San Juan luego del terremoto de 1944.

Mons. Dr. Ildefonso María Sansierra (1966-1980), franciscano capuchino, participó en el Concilio Vaticano II y fue audaz piloto de tormentas en los años posteriores, continuó las obras de reconstrucción y culminó la nueva catedral. Fue también buen conocedor de la cultura huarpe.

Finalmente, el recuerdo entrañable se dirige al querido obispo Mons. Ítalo Severino Di Stefano, otro de los artífices de la reconstrucción material y espiritual de la Iglesia en San Juan, que nos dejó como precioso legado el nuevo Seminario.


2. EL SENTIDO DE ESTA HISTORIA

Si cumplen mis mandamientos, permanezcan en mi amor,
como Yo cumplí los mandamientos de mi Padre
y permanezco en su amor (Jn 15, 10)

La vida de la Iglesia ha tenido momentos apacibles y momentos difíciles, momentos de entusiasmo apostólico y momentos de lentitudes. Pero la historia de la Iglesia no es solamente una cronología de sucesos ni un listado de Papas, obispos y ministros del Señor. Eso es sólo una parte de una vida mucho más amplia y más fecunda. La historia completa es la historia de fe y de santidad de todo el Pueblo de Dios, con sus avatares, sus gozos y sus sufrimientos. Nuestra historia se nutre en la fidelidad a Dios y en la fe generosa de tantos fieles laicos, hombres y mujeres comprometidos ardorosamente con la misión de la Iglesia; de las familias que transmiten con amor el don de la vida, del amor y de la fe; de la abnegación misionera de tantos presbíteros y diáconos; del inmenso servicio pastoral de las religiosas y religiosos; de la multitud de catequistas desparramados en toda la geografía; de los frutos de tantas instituciones y movimientos apostólicos; del servicio de la caridad y de las iniciativas educativas a todos los niveles, entre las que destaca la Universidad Católica para la región cuyana.

Así descubrimos la acción de Dios en su pueblo, una historia de constante conversión a Dios, de apertura a la gracia, de misericordia y de caridad. Y aunque nos reconocemos pecadores necesitados de perdón, sabemos que estamos llamados –todos– a la plenitud de la vida cristiana y a permanecer en el amor que Dios nos tiene, que es la santidad. Esta es la riqueza espiritual de nuestra Iglesia de ayer y de hoy, de una Iglesia que se dispone a enfrentar, en este tiempo de Dios, los gozosos desafíos de una renovada evangelización.

Como cristianos y miembros vivos de la Iglesia –la gran familia de Jesús– sabemos que lo realmente importante es que nuestros pasos en la tierra culminen un día junto al Dios de la misericordia y del amor, que nos espera –como Padre bueno– con los brazos abiertos. Si no llegáramos a esa gozosa meta, si no nos ayudáramos entre nosotros y si no ayudáramos a tantos hermanos al encuentro vivo con Jesucristo, nuestra vida tendría muy poco sentido y escaso valor.

La vida del cristiano está impregnada de amor al mundo y al tiempo que nos toca vivir. El mundo es bueno porque salió de las manos de Dios, aunque lo hemos afeado y ensuciado con nuestros pecados y miserias, provocando tanto sufrimiento. De ese amor al mundo y del ejemplo de Jesucristo surge la luz que enriquece nuestro compromiso de fe con la vida y con el servicio a los hermanos, con el trabajo y el esfuerzo, con la verdad y la justicia, la honradez y la honestidad, con la caridad y la solidaridad hacia los más débiles y sufrientes. Este compromiso cristiano impulsa especialmente a asumir las responsabilidades ciudadanas como un fuerte aporte a la construcción del bien común de toda la sociedad.


3. EL COMPROMISO DE NUESTRO JUBILEO

La gloria de mi Padre consiste en que ustedes
den fruto abundante y sean mis discípulos (Jn 15, 8)

El deseo de adentrarnos en esta historia de gracia de Dios y de fe en Jesucristo, nos ha inspirado en primer lugar a valorar mejor nuestra propia historia. Y también a recopilar datos, documentos, testimonios y hasta sencillas anécdotas apostólicas de nuestras comunidades cristianas e instituciones, aunque las inundaciones, incendios y terremotos, y una cierta falta de mentalidad histórica han atentado contra esa memoria que queremos revalorizar.

En segundo lugar, queremos convertir este recuerdo en memoria agradecida a Dios por lo que Él ha sembrado entre nosotros, especialmente desde la constitución de la Iglesia diocesana. El Concilio Vaticano II3 nos enseña que la diócesis es una porción del Pueblo de Dios que se confía a un Obispo –sucesor de los apóstoles– para que la apaciente con la cooperación del presbiterio, de tal forma que unida a su pastor y reunida por él en el Espíritu Santo, por el Evangelio y la Eucaristía, constituye una Iglesia particular en la que está y obra verdaderamente la Iglesia de Cristo, que es Una, Santa, Católica y Apostólica. La misión del obispo y de los demás ministros del Señor que hemos recibido la ordenación sacramental es el servicio al Pueblo de Dios y a todas las almas. En torno al obispo, y reunidos todos en el Espíritu de Dios por el Evangelio de Cristo y la Eucaristía, se construye la Iglesia particular, la Iglesia diocesana.

En tercer lugar –y esto es sumamente importante– la celebración del Jubileo tiene un sentido y una proyección que va mucho más allá del acontecimiento cronológico. En San Juan queremos sumarnos decididamente al desafío de la Iglesia en nuestro Continente4 de renovar el compromiso apostólicamente misionero de anunciar y compartir con todos los hermanos el tesoro de la fe y del amor a Jesucristo. Cada época de la historia y cada generación necesitan ser evangelizadas. Además, también existen ámbitos o “periferias”5 de la vida de los hombres que todavía no han recibido –o quizá no hemos sabido transmitir con más fe– la Buena Noticia del amor y de la salvación de Dios.

Queremos compartir el anuncio gozoso de que Dios se hizo hombre en Jesucristo, vivió nuestra vida y caminó nuestra tierra, sufrió la Pasión y la Cruz por la salvación de todos, y resucitó glorioso como el gran signo de esperanza y del amor de Dios a cada hombre y a cada mujer. Jesús nos invita y alienta a todos los cristianos a ser sus discípulos, comprometidos con nuestros dones y talentos en la gran misión evangelizadora de la Iglesia.

Son nuevos y variados los ámbitos y periferias de la vida humana que no conocen a Jesucristo, lo conocen mal, o se han olvidado de Él. Es responsabilidad nuestra acercarles el anuncio salvador del Evangelio y compartir con ellos el tesoro de la fe. Es posible que esas situaciones también las encontremos en nuestras propias familias o en nuestros ámbitos de trabajo y vecindad. También las descubrimos en los nuevos y en los viejos barrios, cercanos o alejados de nuestras comunidades parroquiales, y en tantos variados parajes urbanos y rurales donde hay hijos de Dios que esperan a Jesús. Allí Dios quiere hacerse presente a través de nuestra fe y de un compromiso decididamente misionero, desde la conversión personal del amigo hasta el surgir de nuevos centros de irradiación del Evangelio, casi siempre a partir de una piedad popular arraigada en el corazón de nuestro pueblo. Y si agudizamos la mirada con los ojos de Cristo descubrimos situaciones de carencia de salud, de pobreza, de exclusión social y de adicciones, de soledad y de violencia, que piden un compromiso de mayor solidaridad y caridad. Y también debemos valorar los variados campos del trabajo humano y los ámbitos de la ciencia, del arte, de la cultura y de la vida política, de las comunicaciones sociales y de tantas otras actividades que piden ser humanizadas y orientadas hacia un compromiso con el bien común, la justicia y la verdad.

El compromiso apostólico produce frutos perdurables –frutos de Dios– cuando el discípulo vive en un clima habitual de oración a Dios, enriquecido en la Sagrada Escritura –Palabra de Dios a los hombres– y en la Sagrada Eucaristía, que hacen crecer la vida cristiana en la constante profundización y vivencia de la fe. De allí nace el entusiasmo en la tarea que Jesús pone sobre nuestros hombros: anunciar el Evangelio hasta los confines de la tierra, que para nosotros son los confines de la tierra sanjuanina, sin olvidar el mundo entero.

Jesús dijo claramente: el que permanece en mí y Yo en él, da mucho fruto, porque separados de mí, nada pueden hacer (Jn 15, 5). El auténtico sentido misionero de la vida también nos rescata de un posible riesgo muy actual, que podríamos llamar “conciencia aislada”6 , individualista y estéril, remisa desde su comodidad en abrirse plenamente al amor de Dios y al servicio a los demás, conformándose con el mínimo cumplimiento del “ya hago lo suficiente”. Por el contrario, el corazón apostólico se entusiasma en comunicar a otros la vida verdadera, la felicidad grande y la esperanza que experimentamos y gozamos en Jesucristo y en su Iglesia7 . Este es nuestro compromiso jubilar, un compromiso misionero para acercar a Jesús allí donde todavía no lo hemos podido llevar.

Les he dicho esto para que mi gozo sea el de ustedes y ese gozo sea perfecto (Jn 15, 11), nos enseñó Jesús. Queremos vivir y gozar de este Año Jubilar con sencillez y alegría, impregnando nuestra vida con la calidez y el entusiasmo de la fe vivida cada día. Deseamos que este espíritu enriquezca las actividades y los diversos acontecimientos de nuestras comunidades cristianas, de las instituciones católicas y de los ámbitos pastorales diocesanos, con el gozo y el testimonio que nace de la fe en Jesucristo.

Queremos pedir la bendición del Señor y elevarle nuestra acción de gracias y nuestro renovado compromiso evangelizador. Queremos hacerlo a través de la Madre de Jesús, siempre cercana a sus hijos. Desde los inicios de la evangelización de Cuyo, Santa María –en sus diversas advocaciones– fue acompañando la vida y las vicisitudes de su pueblo. Luego del terremoto de 1944 surgió en San Juan la advocación de María bajo el nombre de Nuestra Señora del Tulúm. A ella nos encomendamos de todo corazón, para que nos proteja en todos los terremotos de la vida, nos llene de alegría. Que Dios misericordioso multiplique los frutos de la misión evangelizadora y pastoral que nos encomienda en este tiempo de gracia, caminando con Jesús y María la historia de nuestro pueblo de San Juan de Cuyo.

+Alfonso Delgado,
Arzobispo de San Juan de Cuyo
_____________________________
1. Cf. J. A. VERDAGUER, Historia Eclesiástica de Cuyo, Milán MCMXXXI, Tomo I, Cap. I, pág. 15 y 16.
2. Boletín Oficial de la Diócesis de San Juan de Cuyo, Año VI, 1 de Noviembre de 1922, N° 55, pág. 451 y 452.
3. Cf. CONCILIO VATICANO II, Decreto Christus Dominus sobre el oficio pastoral de los Obispos en la Iglesia, n. 11.
4. V CONFERENCIA GENERAL DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO Y DEL CARIBE, celebrada en Aparecida, Brasil, en el año 2007 e inaugurada por el Papa Benedicto XVI. Cf. Discurso inaugural del Santo Padre y Documento de APARECIDA, especialmente los nn. 547 a 554.
5. Cf. Documento de APARECIDA, especialmente los nn. 417, 517, 518 y 550.
6. Cf. Documento de APARECIDA, nn. 363 y 549.
7. Cf. Documento de APARECIDA, n. 549.

(fuente: http://www.iglesiasanjuancuyo.org.ar/)

El aborto destruye la salud psicológica de las adolescentes

Un reciente estudio hecho sobre una amplia muestra poblacional acaba de presentar estadísticas dramáticas a este respecto. Son tan gráficas que incluso los pro vida podrían tener algún escepticismo inicial frente a ellas. No obstante, en favor de la objetividad, habría que señalar que el Prof. David Fergusson, autor de esta investigación, se ha declarado siempre a favor del aborto.

Fergusson, miembro de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de Christchurch, Nueva Zelanda, es uno de los más importantes investigadores a nivel mundial del fenómeno del aborto y sus consecuencias psicológicas. En este estudio de rigurosidad y magnitud sin precedentes, Fergusson investigó por 25 años de un grupo de 630 mujeres.

A cada una de ellas les hizo un seguimiento desde su nacimiento y observó los desórdenes en su salud mental relacionándolos con el aborto y el embarazo.

En sus declaraciones para la cadena radial ABC de Australia, Fergusson afirmó los resultados de su investigación apunta a que el aborto es la causa de múltiples problemas de salud mental en la mujer, y no al revés que los problemas la llevan a una mujer al aborto. Además agregó que otros condicionantes en la situación previa de la mujer no cambian significativamente esta conclusión. El científico afirmó: “Estamos muy sorprendidos con los resultados. Esperábamos ciertamente que las jóvenes que tuvieran abortos fueran las que tuvieran una tasa más alta de problemas de salud mental, pero eso se debía a que nosotros pensábamos que diversos factores predisponían a la mujer a ambas cosas: a tener un aborto y también a tener problemas de salud mental. Lo que encontramos fue muy distinto. Además, el aborto se ha convertido en el procedimiento quirúrgico más común que las mujeres jóvenes experimentan durante la adolescencia y la adultez temprana”.

Esta evidencia científica cobra particular importancia ahora que gobiernos de muchos países y las activistas feministas postulan que el aborto es un procedimiento necesario para las adolescentes. La propuesta incluso va más allá proponiendo que el aborto para las adolescentes debería ser accesible sin mediar el conocimiento ni el consentimiento de sus padres.


Hallazgos de la investigación

Fergusson y sus dos colaboradores hallaron que las mujeres de 15 a 18 años de edad que no habían quedado embarazadas tenían un 31.2% de probabilidad de sufrir depresión mayor. Las que habían quedado embarazadas y no habían tenido un aborto tenían una probabilidad de 35.7%. Pero aquéllas que habían tenido un aborto tenían una alarmante probabilidad de 78.6%.

Para el caso de ansiedad, las estadísticas fueron muy parecidas:

- Sin embarazo:37.9%;
- embarazo y no aborto: 35.7%;
- aborto: 64.3%.

Y para las ideas de suicidio, terrible señal de padecimiento mental, la figura debería ser suficiente para que cualquier persona preocupada en los adolescentes opine a favor de prohibir el aborto en menores de edad.

- No embarazo: 23%;
- embarazo y no aborto: 25%;
- aborto: 50%.

Estas son estadísticas tremendamente indicativas. Las mujeres que tienen abortos a una edad
mayor también tienen un considerable incremento en el riesgo de padecer enfermedad mental, pero en las adolescentes es aún más dramático.


La mujer también es víctima en un aborto

El debate del aborto propalado en los medios de comunicación muchos veces deja de lado un aspecto crucial: la forma cómo el aborto daña a la mujer y el detalle de estos daños. Una sólida defensa del derecho a la vida y a la información hace imprescindible que se informe adecuadamente sobre los nocivos efectos producidos en las mentes de las madres que tiraron sus niños a una cesta de basura.

Las consecuencias físicas han sido suficientemente documentadas en un rango que abarca desde la infertilidad hasta el cáncer al seno, pero ¿qué tenemos acerca de las consecuencias psicológicas científicamente documentadas?.

Debido a las modernas técnicas de asepsia, a los potentes antibióticos disponibles, y a tecnología más avanzada, es muy difícil ver por qué una mujer corre riesgos en un aborto. Por supuesto que hubo un tiempo en que tener a un niño era peligroso para la mujer, pero esa situación ya es historia en la medida que existen servicios médicos básicos (donde no los hay, la práctica del aborto también sigue siendo sumamente riesgoso en términos médicos). Sin embargo, los riesgos físicos no son los riesgos a considerar en una mujer que evalúa tener un aborto.

Los partidarios de la despenalización del aborto citan los posibles daños psicológicos que sufren las mujeres que dan a luz un niño no deseado, pero la evidencia científica continua acumulando evidencia científica que prueba lo contrario: el aborto es más nocivo psicológicamente que llevar el embarazo a término y dejar que el niño nazca.

Esto sucede porque los argumentos a favor de la despenalización del aborto están construidos sobre bases ideológicas, no sobre la realidad. Lo que nos dice el sentido común – que una madre sufre espiritualmente al terminar con la vida que crece dentro de ella- ha sido confirmado por la evidencia empírica de un estudio seria y objetivamente ejecutado como el presente.

De modo que ¿para quién puede ser bueno el aborto?. No es necesario demostrar que el aborto es muy malo para los niños por nacer. Más bien corresponde preguntarnos, ¿cuán solidarios somos con estos niños? Como dijo Ronald Reagan en 1980, "Dense cuenta que todos los que están a favor del aborto es porque ya han nacido”. Sin embargo, además del evidente atentado contra la vida del niño por nacer, la mujer también se constituye en víctima del aborto.

En este estudio, que podría ser el más grande de su tipo, Fergusson y los científicos de su equipo de investigación examinaron las consecuencias psicológicas del aborto en mujeres neocelandesas de 15 a 25 años de edad. Esto es lo que concluyeron en dicho estudio: “41% de las mujeres han quedado embarazadas por lo menos una vez antes de los 25 años, y 14.6% tuvieron un aborto. Aquéllas que tuvieron un aborto elevaron sus tasas de problemas de salud mental subsecuentes incluyendo depresión, ansiedad, comportamientos suicidas y desórdenes relacionados al uso de sustancias adictivas. Esta asociación persistió después del ajuste hecho con otros factores concomitantes”.

Los investigadores señalaron también que los eventos de depresión, ansiedad y otros efectos nocivos tuvieron lugar después de los abortos. Quedó demostrado que no fue el caso que los casos de depresión, adicción a las drogas u otros factores perturbaran a las mujeres predisponiéndolas a abortar a sus niños; fue más bien que el aborto precedió en el tiempo a estas perturbaciones.

Un aspecto importante de este estudio es el cuidado que se tuvo para evitar las dificultades de estudios previos, algunos de los cuales mostraron una relación entre el aborto y consecuencias psicológicas negativas pero hubo otros tantos que no. Este estudio reciente, hecho sobre una muestra considerable, uso métodos de selección de población femenina, eliminando algunos factores de sesgo, y otras técnicas para proporcionar un análisis más riguroso. El estudio completo aparece en el ultimo número de la Revista de Psicología y Psiquiatría Infantil (Journal of Child Psychology and Psychiatry).

Este estudio confirma lo que muchos ya venían sosteniendo Este estudio de Fergusson en Nueva Zelanda, sin embargo, no es la única investigación reciente acerca de los efectos psicológicos dañinos del aborto. El Instituto Elliot señalo que en el 2005, “ dos nuevos estudios en los cuales somos co-autores fueron publicados en revistas de medicina y psicología. Sus hallazgos mostraron que las mujeres que abortan son 3 veces más propensas a presentar síntomas de desórdenes de ansiedad generalizada en comparación a mujeres con embarazos no planeados que dieron a luz (Journal of Anxiety Disorders). Además que las mujeres con una historia clínica de aborto inducido son 3 veces más propensas a usar drogas prohibidas durante un embarazo posterior (British Journal of Health Psychology)."

En su informe de Diciembre del 2005, el grupo de estudio del aborto de Dakota del Sur,
convocado por el Gobernador Mike Rounds (R.), afirma que "la literatura sobre los efectos psicológicos del aborto inducido en las últimas décadas indica que un mínimo de 10-20% de mujeres experimenta reacciones adversas y prolongadas después de un aborto. Y esto se convierte en que cada año en los Estados Unidos, haya por lo menos 130,000 a 260,000 casos nuevos de problemas de salud mental serios."

Ken Orr, vocero de Right to Life de Nueva Zelanda, quiere que todas las mujeres conozcan este tipo de investigación en vez de que estos datos desaparezcan dentro de una avalancha de publicidad a favor del aborto. "Nuestra organización está haciendo lobby al Comité Supervisor de Abortos con la finalidad de que los resultados de este estudio se ofrezcan a todas las mujeres que estén pensando en un aborto" dijo. "Este Comité fue convocado y debe rendir cuentas a nuestro Parlamento si hubiera un descuido en la aplicación de la leyes sobre el aborto en nuestro país". Este grupo liderado por Orr está actualmente demandando legalmente al gobierno por no cumplir las restricciones legales que tiene el aborto y promoverlo con toda liberalidad.

El aborto mata a un niño y daña a la mujer, eventualmente en su cuerpo y más frecuentemente en su mente. De modo que, ¿para quién puede ser bueno el aborto?

Joseph A. D'Agostino
Vice Presidente de Comunicaciones
Population Research Institute.
(fuente: http://www.uca.edu.ar/)

viernes, 18 de septiembre de 2009

Acerca de la DIRECCIÓN ESPIRITUAL

por Padre John McCloskey

Abre las páginas de tu guía de teléfono. Allí encontrarás una lista de abogados, consejeros financieros, plomeros, electricistas, farmacéuticos, banqueros y aún entrenadores físicos. Todas estas personas saben más acerca de sus negocios que nosotros. Por ello, les pagamos para que nos ayuden en su particular especialidad. A algunos de ellos los llegamos a consultar regularmente e incluso algunos también son buenos amigos. Todos sus consejos son dirigidos a ayudarnos en la vida presente.

Adicionalmente, encontrarás docenas de listas de personas como sicólogos, siquiatras y sicoterapeutas y otros. A pesar que estos profesionales de la salud pueden desempeñar una útil función, a veces, actúan como reemplazantes de los directores espirituales dando erróneas o infortunadas respuestas a problemas espirituales. Sus consejos dependen de su particular experiencia la cual a menudo se basa en teorías naturalistas o ideologías las cuales pueden hacer mucho más mal que bien.

La única pregunta verdaderamente con valor es aquella del joven rico del Evangelio ¿Qué debo hacer para heredar la vida eterna? La cual conduce a otras pregunta tales como ¿Cómo puedo alcanzar la santidad en esta vida? o ¿Qué es Dios para mí? Las respuestas de Dios para estas preguntas pueden darse por distintos caminos. Simplemente siguiendo los Diez Mandamientos como están escritos en nuestros corazones en la ley natural y vienen a nosotros por medio de la Palabra de Dios, es un buen comienzo como Jesús aconsejo al joven rico. También podemos ver la Revelación Divina que no llega por la Sagrada Escritura y la tradición – los consejos de la Iglesia a través de la enseñanza autorizada y los sacramentos. Luego podemos ver el estado de nuestra vida actual y las experiencias de nuestra vida pasada para tener buenas indicaciones sobre lo que Dios quiere de nosotros en el momento presente.

Sin embargo, para encontrar las respuestas a estas cuestiones, cada Católico debería tener un director espiritual. Como el Beato Josemaría Escrivá señalo “No se te ocurriría construir una buena casa para vivir en la tierra sin consultarle a un arquitecto. ¿Cómo quieres levantar sin un Director el alcázar de tu santificación para vivir eternamente en el cielo?" Esto es verdad para todo el mundo, no sólo para el pobre, el simple o analfabeto sino aún más para el satisfecho con su éxito. Escrivá sigue diciendo "Tú crees que realmente eres alguien: tus estudios - tus trabajos de investigación, tus publicaciones -, tú posición social - tus apellidos -, tus actuaciones políticas - los cargos que ocupas, tu patrimonio, tu edad..., ¡ ya no eres un niño!...

Precisamente por todo eso necesitas más que otros un Director para tu alma." Puedes tener varios o incluso muchos durante el curso de tu vida. El te proverá de las respuestas a tus preguntas según cambien nuestras circumstancias y como crezcamos “en sabiduría y gracia.” Además, el no te cobrará.


Cada uno de nosotros es singular

Cada persona es un singular hijo de Dios con su particular código genético, temperamento y experiencias de vida. Dios tiene un plan específico para cada uno. Discernir este plan particular debería ser el continuo fin de todo cristiano serio. Como Dios normalmente prefiere trabajar a través de causas secundarias, surge directamente de los tiempos apostólicos, la práctica de buscar una dirección espiritual personal de una persona sabia y prudente quien puede guiarnos a lo largo del camino a la santidad con todas sus inesperadas vueltas y cambios.

Uno buscaría con gran dificultad a través de la historia para encontrar santos canonizados que no hayan recibido dirección espiritual con regularidad. Después de todo, aún nuestra Bienaventurada Madre, la Inmaculada Concepción, encontró su vocación por medio de las palabras del Arcángel Gabriel. Y aún preguntó como sucedería todo esto.


¿Dónde buscar?

¿Dónde puedes encontrar un director espiritual? Hay que hacer como dicen en Wall Street, con “la diligencia debida”. Esto es hacer una cuidadosa búsqueda antes de elegir un director espiritual, tal vez más que para buscar esposo o elegir el colegio correcto. Después de todo, estas buscando una persona a la que, en parte, le estás confiando la salvación y la santificación de tu alma inmortal. Recuerda que tu eres el comprador y que esto puede tomar varias pruebas hasta encontrar la persona correcta o la organización que sea más conveniente a tus necesidades.

Tu director espiritual puede ser un sacerdote o un laico. Un posible camino es ver en a tus amigos quienes claramente toman seriamente su vida interior y apostólica. Unos ayudan a los otros. Pregúntales por una referencia. Si ves en ellos un esfuerzo serio por la santidad, no hay duda que ellos se están aprovechando de un buen director espiritual.

Un segundo camino es buscar una persona, un sacerdote o un laico, en quien tu veas una profunda piedad, sabiduría, experiencia, madurez, celo por las almas y una incuestionable fidelidad a todas las enseñanzas de la Iglesia. El no necesita un formal entrenamiento en dirección espiritual. Las características que se mencionan son suficientes para dictar clases o para un título. Después de todo el primer director espiritual de Karol Wotyla fue un sastre. Luego trata de conseguir de el un tiempo libre para ti. Te garantizo que tiene una larga fila de clientes.

El tercer camino para encontrar un director espiritual cada vez más popular y accesible en esta época del laicado es aprovecharse de la formación provista para laicos por congregaciones religiosas y por las varias instituciones laicas las cuales tiene como especialidad la formación de laicos. Allí encontrarás una bien definida espiritualidad completada con actividades formativas y litúrgicas tanto personales como colectivas, doctrinales y ascéticas hechas a la medida para tu situación particular. Ellos a menudo, proveen los servicios de tanto sacerdotes como laicos empapados en una particular espiritualidad.


¿Con qué frecuencia?

¿Qué hay acerca de la dirección espiritual en sí misma? Deberás tratar de hacerla de modo regular, generalmente no menos que mensualmente y a menudo semanal o quincenalmente. A pesar que las necesidades varían, normalmente una sesión bien preparada de dirección espiritual no necesita más que una media hora. Es bueno concretar las resoluciones tomadas de las normalmente pocas palabras del consejo dado. Estas resoluciones deben ser llevadas a la oración y acción y luego hablar sobre ellas si es posible, en el próximo encuentro. Trata de no dejar nunca tu encuentro sin fijar la próxima cita.

¿Dé que hablar? Muchas o pocas cosas. Tal vez tu quieras establecer las reglas con el director mismo. Ciertamente la calidad y cantidad de tu oración y lectura espiritual y vida sacramental siempre deberían ser tratadas. Tu lucha por vivir como cristiano en el matrimonio y familia, trabajo, amistades y vida social debe normalmente ser considerada específicamente. Esto requerirá un esfuerzo dirigido a una especial área de la vida la cual necesita mejorar estos defectos o fallas que te impiden hacer progresos más rápidos hacia la santidad. Con el tiempo, tus esfuerzos para compartir tu fe de un modo natural con aquellos que te rodean pueden ser también un tópico de discusión. Estos esfuerzos pueden tener buenos resultados en gracias de Dios en reconciliaciones, conversiones y vocaciones. Y, de vez en cuando, puedes simplemente tener la necesidad de liberarte de inesperadas alegrías y tristezas que vienen en el peregrinar por la casa de Dios, tu Padre. Si estás viendo un sacerdote para dirección también puedes recibir el Sacramento de la Confesión, agregando la gracia sacramental a las otras gracias recibidas al haberte abierto y sido dócil en la conversación con tu director espiritual.

Los católicos ahora en un número de más de un billón “cruzando el umbral de la esperanza” en el Jubileo del año 2000, pero infortunadamente cuantos como Thomas Merton, hablando de si mismo, en “La montaña de siete pisos” dice “relegados a los rangos de la tibieza, estupidez y sin energía, los Cristianos indiferentes viven una vida que es medio animal y quienes apenas hacen un esfuerzo por mantener vivo el aliento de la gracia en sus almas” Merton se responde “debí haber buscado una dirección espiritual completa y constante.”

La dirección espiritual es un importante paso para ayudarnos a identificarnos con Cristo para que podamos ayudarnos a construir a través de nuestra oración y sacrificio la “civilización del amor y la verdad” que Juan Pablo II previó para las próximas décadas.

(fuente: http://www.catholicity.com/)

jueves, 17 de septiembre de 2009

El sacerdote: llamado a ser padre, hermano y esposo

Lo explica el obispo Dominique Rey en su libro sobre el sacerdocio

PARÍS, lunes 17 de agosto de 2009 (ZENIT.org).- El sacerdote está llamado a encarnar tres figuras, "hermano, padre y esposo", señala el obispo de Fréjus-Toulon, monseñor Dominque Rey, en su libro "Le prêtre" (El sacerdote), publicado en el marco del Año Sacerdotal.

Lo explica monseñor Rey en una entrevista con el portavoz de la conferencia de obispos de Francia monseñor Bernard Podvin, publicada en la web de dicha conferencia.

Sobre estas tres dimensiones del sacerdote, el obispo considera que "la figura del hermano funda las otras dos".

"¿Cómo se puede ejercer una paternidad sino en el interior de una fraternidad común? --se pregunta--. Como cristianos, nosotros la recibimos en el bautismo".

En cuanto a la dimensión esponsal, el obispo francés señala que el sacerdote "toma el lugar de Cristo esposo", aunque advierte que "la dimensión esponsal es actualmente la más incomprendida".
"A partir de ella, toman sentido el celibato del sacerdote y su compromiso inquebrantable con la Iglesia, de la que él es un ministro", añade.

Respecto al aspecto paternal del sacerdote, monseñor Rey indica: "La dimensión de la paternidad me parece una urgencia y un desafío en un contexto en el que la figura paterna se pone en juego en los modelos sociales debido a la desintegración de la familia y a la dimisión de la autoridad".

Citando a algunos psicólogos, el obispo afirma que "una sociedad sin padre es una sociedad sin referencia".

"Es dando su vida a ejemplo de Cristo y perdiéndola, como se puede dar la vida -asegura-. La paternidad cristiana es sacrificada, pero es fuente de gozo".

Monseñor Rey publica un libro titulado "Le Pretre" (El sacerdote), de ediciones Tempora. En el contexto del año sacerdotal. Responde al portavoz dela conferencia de obispos de Francia,.

El libro, de 130 páginas, está publicado por ediciones Tempora. Trata de suscitar la reflexión y la oración.
Fidelidad en lo pequeño y en lo grande

Entre los diversos aspectos que trata, se encuentra también el de la fidelidad cristiana que, en opinión del autor, "debe basarse en la de Cristo hacia su Iglesia, por la que Él mismo se entregó hasta dar la vida".

El obispo indica que "hay unos modelos de fidelidad que apoyan y estimulan la nuestra", como el de sus propios padres, "cuyo testimonio de 70 años de vida en común me ha demostrado que la palabra amor tiene relación con la palabra siempre".

"La fidelidad se construye en el día a día --explica--. La fidelidad en lo grande se despliega a partir de la fidelidad en lo pequeño vivida día a día: fidelidad a la oración, a las amistades, a los compromisos".

"Paradójicamente, mientras nuestra cultura preconiza "la infidelidad" siempre en busca de nuevas experiencias, el zapping perpetuo y sus relaciones sucesivas y por contrato, el hombre actual se encuentra en búsqueda de arraigo profundo y duradero, de un amor que no falle", añade.

En opinión de monseñor Rey, "toda fidelidad es un arte de vivir con el tiempo: más allá de lo efímero".

"Buscamos construir sobre lo invariable, sobre lo permanente --indica--. Y es ahí donde podemos reencontrar a Cristo: "El cielo y la tierra pasarán; mis palabras no pasarán".

En el libro, el obispo reconoce que "enfrentando las propias dificultades y los obstáculos del camino, algunos sacerdotes desconfían de su ministerio".

"Ellos no ven los frutos de su apostolado se enfrentan a la indiferencia e incluso al desprecio -explica-. No podemos llevar solos "la carga de la esperanza".

Vinculación con los laicos y apoyo de los sacerdotes

En este sentido, destaca: "La vinculación con los laicos y el apoyo de los hermanos sacerdotes me parecen indispensables para mantenernos en una esperanza firme y evitar que el ministerio emprenda una carrera perpetua en la búsqueda de consuelos que nos desvíen de la misión que la Iglesia nos ha confiado".

Monseñor Rey también subraya que "la esperanza cristiana se nutre de la oración". "Ésta es confianza en la presencia de Dios que se sirve de nuestros talentos, pero también de nuestras fragilidades", indica.

"La esperanza es un don y una responsabilidad -añade. Para el sacerdote, ésta consiste también en llevarla a quien la ha perdido; ésta es, en definitiva, certeza de que, a través de los combates, el Resucitado se encuentra al final del camino".

Los beneficios de la venta del libro se dedican íntegramente al seminario diocesano de La Castille.

(fuente: www.zenit.org)

martes, 15 de septiembre de 2009

“... y a ti una espada te atravesará el corazón” (Lucas 2,35): La Virgen de los Dolores

Fue en el momento de la cruz. Se cumplieron las palabras proféticas de Simeón, como atestigua el Vaticano II: “María al pie de la cruz sufre cruelmente con su Hijo único, asociada con corazón maternal a su sacrificio, dando el consentimiento de su amor, a la inmolación de la víctima, nacida de su propia carne”.

Por eso, la Iglesia, después de haber celebrado ayer la fiesta de la exaltación de la Cruz, recuerda hoy a la Virgen de los Dolores, la Madre Dolorosa, también exaltada, por lo mismo, que humillada con su Hijo. Cuanto más íntimamente se participa en la pasión y muerte de Cristo, más plenamente se tiene parte también en su exaltación y glorificación.

Vio a su Hijo sufrir y ¡cuánto! Escuchó una a una sus palabras, le miró compasiva y comprensiva, lloró con El lágrimas ardientes y amargas de dolor supremo, estuvo atenta a los estertores de su agonía, retumbó en sus oídos y se estrelló en su corazón el desgarrado grito de su Hijo a Dios: “¿por qué me has abandonado?, oyó los insultos, comprobó la alegría de sus enemigos rebosando en el rostro iracundo de los sacerdotes y del sumo Anás y de Caifás, mientras balanceaban sus tiaras, y de los sanedritas, que se regodeaban en su aparente victoria, contempló cómo iba perdiendo el color Jesús, su querido hijo...

Su Hijo agoniza sobre aquel madero como un condenado. “Despreciable y desecho de los hombres, varón de dolores, despreciable y no le tuvimos en cuenta”, casi anonadado (Is 53, 35) ¡Cuán grande, cuán heroica en esos momentos fue la obediencia de la fe de María ante los «insondables designios» de Dios! ¡Cómo se «abandona en Dios» sin reservas, «prestando el homenaje del entendimiento y de la voluntad» a aquel, cuyos «caminos son inescrutables»! (Rom 11, 33). Y a la vez ¡cuán poderosa es la acción de la gracia en su alma, cuán penetrante es la influencia del Espíritu Santo, de su luz y de su fuerza!


LA SOSTUVO EL PADRE

Humanamente no se podía soportar tanta angustia. El Padre amoroso la tuvo que sostener en pie. Mientras su Hijo extenuado expiraba, su corazón inmaculado y amantísimo sangraba a chorros, sus manos impotentes para acariciarle, para aliviarle, se estremecían de dolor y de pena horrorosa y su alma dulcísima estaba más amarga que la de ninguna madre en el transcurrir de los siglos ha estado y estará. ¡Cuánto dolor, pobre Madre! ¡Qué parto de la iglesia tan doloroso y tan diferente de aquélla noche de Belén! Al fin, inclinó la cabeza y el Hijo expiró. Y nacimos nosotros. “Mujer, ahí tienes a tu hijo”. Por eso el Padre te exaltó a la derecha de tu Hijo, asumpta en cuerpo y alma. Cuanto mayor fue tu dolor, más grande es tu victoria.

EL CONCILIO VATICANO II

El Concilio Vaticano II ha dado nueva luz sobre la Madre de Cristo en la vida de la Iglesia. «La Bienaventurada Virgen, por el don de la maternidad divina, con la que está unida al Hijo Redentor, y por sus singulares gracias y dones, está unida también íntimamente a la Iglesia. La Madre de Dios es tipo de la Iglesia en el orden de la fe, de la caridad y de la unión con Cristo». María permanece, desde el comienzo, con los apóstoles a la espera de Pentecostés y, a través de las generaciones está presente en medio de la Iglesia peregrina mediante la fe y como modelo de la esperanza que no engaña (Rom 5, 5).


MARIA MADRE, IMAGEN DE LA IGLESIA

María creyó que se cumpliría lo que le había dicho el Señor. Como Virgen, creyó que concebiría y daría a luz un hijo: el «Santo», el «Hijo de Dios. Como esclava del Señor, permaneció fiel a la persona y a la misión de este Hijo. Como madre, «creyendo y obedeciendo, engendró en la tierra al mismo Hijo del Padre, cubierta con la sombra del Espíritu Santo».Por estos motivos María «con razón desde los tiempos más antiguos, es honrada como Madre de Dios, a cuyo amparo los fieles en todos sus peligros y necesidades acuden con sus súplicas». Como virgen y madre, María es para la Iglesia un «modelo perenne». Como «figura», María, presente en el misterio de Cristo, está también presente en el misterio de la Iglesia, pues también la Iglesia «es llamada madre y virgen», con profunda justificación bíblica y teológica. La maternidad determina una relación única e irrepetible entre dos personas: la de la madre con el hijo y la del hijo con la Madre. Aunque una mujer sea madre de muchos hijos, su relación personal con cada uno caracteriza la maternidad en su misma esencia, pues cada hijo es concebido de un modo único. Cada hijo es querido por el amor materno, y sobre él se basa su formación y maduración humana. Lo mismo ocurre en el orden de la gracia, que en el de la naturaleza. Así se comprende que Cristo en el Calvario expresara en la cruz, la nueva maternidad de su madre en singular, dirigida a un hombre, Juan: «Ahí tienes a tu hijo».


MARIA MADRE DE CRISTO, DE JUAN Y DE TODOS

El Redentor confía su madre al discípulo y, se la da como madre. La maternidad de María, es un don que Cristo mismo hace personalmente a cada hombre. El Redentor confía María a Juan, en la medida en que confía Juan a María. A los pies de la Cruz comienza aquella especial entrega del hombre a la Madre de Cristo. Cuando Juan en su evangelio, después de haber recogido las palabras de Jesús en la Cruz a su Madre y a él mismo, añade: «Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa» (Jn 19,27). A él se atribuye el papel de hijo y él cuidó de la Madre del Maestro amado y se entregó, lo que expresa la relación íntima, como la respuesta al amor de la madre.

MARIA MADRE DE LA IGLESIA

La dimensión mariana de los discípulos de Cristo se manifiesta en la entrega filial a la Madre de Dios, iniciada con el testamento del Redentor en el Gólgota. Entregándose filialmente a María, el cristiano, como el apóstol Juan, «acoge» a la Madre de Cristo y la introduce en todo el espacio de su vida interior, en su «yo» humano y cristiano: «La acogió en su casa» Así el cristiano, entra en el radio de acción de la «caridad materna», con la que la Madre del Redentor «cuida de los hermanos de su Hijo», «a cuya generación y educación coopera». Esta relación filial, esta entrega de un hijo a la Madre tiene su comienzo en Cristo y se orienta a él, pues María sigue repitiendo a todos las mismas palabras de Caná de Galilea: “Haced lo que él os diga”. María es la primera que «ha creído», y con esta fe suya de esposa y de madre quiere actuar sobre todos los que se entregan a ella como hijos. Y cuanto más perseveran los hijos en esta actitud y avanzan en la misma, tanto más María les acerca a la «inescrutable riqueza de Cristo» (Ef 3, 8). Y de la misma manera ellos reconocen cada vez mejor la dignidad del hombre en toda su plenitud, y el sentido definitivo de su vocación, porque «Cristo manifiesta plenamente el hombre al propio hombre». (Redemptoris Mater).

CONCLUSIÓN

El Eterno Padre sufre misteriosamente viendo a su Hijo sufrir agonizando y sintiéndose en el infierno tras un muro negro de su Dios amado sin límites, que le ha abandonado, es su infierno; el Espíritu Santo, Esposo de María por cuya sombra ha sido concebido el Amor de ambos y el Hijo de ella, sufre, siendo eternamente feliz, tan misteriosamente que nos resulta abismo insondable. El Hijo sufre física y espiritualmente, nos resulta corto el lenguaje para expresarlo, y nosotros, pobres pigmeos, nos hemos creado una Iglesia sin misterio, una Iglesia a nuestra medida, una Iglesia supermercado, que nos provee de lo espiritual y también pretendidamente, en concretos sectores, de lo material, sin atisbar más horizonte que las necesidades terrenas que pretenden solucionar vendiendo el Vaticano, sin tener en cuenta que Jesús sólo una vez multiplicó los panes y que dejó dicho que a los pobres siempre los tendréis con vosotros y que hay otra pobrezas que son más sustanciales; y queremos y predicamos una iglesia que no cuente con el sufrimiento ni con la cruz y queremos mantenernos y nos mantenemos pasivos esperando que nos lo den todo hecho sin arrimar nuestros hombros al trabajo del cultivo del hombre interior y siempre alertas para observar y criticar cuando no somos capaces de levantar ni un alma del pecado, ni de corregir un gramo de soberbia o de avaricia propios, o de vencer un átomo por intolerancia y falta de la virtud de la paciencia, ¿se escuchan muchos discursos y se escriben mucho artículos que nos hablen de virtudes y de vicios y de pecados?.

El Padre sufre, el Hijo sufre indeciblemente el Espíritu sufre misteriosamente, María sufre indeciblemente viendo al samaritano, la humanidad, caída y nosotros estamos esperando a que ellos lleven la carga y nos saquen las castañas del fuego sin tocar nosotros ni con la punta del dedo la parte de nuestra cruz que configura el misterio de la Iglesia y que es nuestra vocación de santidad. La Virgen de los Dolores nos ayude a despertar del letargo y a bregar mar adentro, como murió pidiéndonos Juan Pablo II que sí supo cargar con su cruz hasta la muerte, sumergiendo al mundo en el conocimiento de la Cruz y del amor de la Virgen de los Dolores, tanto más exaltada en sus gloriosos dolores, cuanto más abundantes, amargos y angustiosos, la atormentaron.

(fuente; http://www.jmarti.ciberia.es/maria/)
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