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martes, 3 de agosto de 2010

Con Ceferino construimos una patria para todos: 40ª Peregrinación

En la celebración del Bicentenario de nuestra patria (25 de mayo de 1810 -9 de julio 1816) realizamos nuestra 40 peregrinación a Chimpay. Y este año el lema "Con Ceferino construimos una patria para todos” nos reúne de tantos lugares en torno a Ceferino Namuncurá".

En el lema que nos reúne hay una invitación:

- a construir la patria. Nuestra patria tiene una largo camino recorrido, con aciertos y desaciertos, con páginas gozosas y otras muy tristes, con mujeres y hombres que olvidándose de sí han vivido para el bien de los demás y otros en cambio que han vivido horizontes mezquinos y egoístas que han traídos muchos males. Enraizados en este pasado descubrimos que la patria debe seguir creciendo, no está terminada, hay mucho por hacer. El futuro nos desafía, queremos un país nuevo y mejor. De allí que nuestro lema nos convoca a “construir”, ser protagonistas, no dejar pasar esta hora de nuestra historia sin aportar lo nuestro. Hay más futuro que pasado, hay muchas posibilidades y metas que nos convocan. Esta es la hora de todos y cada uno.

- a construirla entre todos. La patria no es solo responsabilidad de algunos, es tarea de todos. Ciertamente con protagonismos distintos, pero todas importantes e imprescindibles. Un denominador común que debería estar en cada uno es la preocupación por el bien común. Si no desechamos los horizontes individualistas y egoístas nunca podremos construir esa patria que soñamos. En los gobernantes, en los empresarios, en los comerciantes, en los jueces, en los educadores, en los hombres y mujeres que trabajan la tierra, en las familias, en fin en todos, debe estar esta magnanimidad, este compromiso firme de buscar el bien de todos. Lejos de nosotros el vivir para sí, que el otro se arregle …..Seremos constructores de esa patria nueva si hacemos nuestros los valores de la laboriosidad, la honradez, la solidaridad, la sobriedad, el respeto por el otro, el cuidado responsable de la naturaleza …. y otros tantos valores.

- una patria para todos. La patria que queremos es una patria sin excluidos. Una patria donde todos tienen un lugar, no solo los poderosos sino también los más frágiles, débiles…. Patria donde nadie queda tirado al borde del camino, olvidado, despreciado…. En el encuentro de Obispos de Aparecida (Brasil) del año 2007 se decía que la realidad de hoy nos muestra a muchas personas que ya no son solamente "explotadas" y "oprimidas", sino que ya no se las considera de la sociedad, ya no es que están "abajo", o en "la periferia" o "sin poder", sino que se están afuera, como “sobrantes” y “desechables". Y Aparecida (Nº 65) se anima a hacer una lista –aunque sea incompleta- de estos hermanos excluidos: " Entre ellos están las comunidades indígenas y afroamericanos, que en muchas ocasiones no son tratadas con dignidad e igualdad de condiciones; muchas mujeres que son excluidas, en razón de su sexo, raza o situación socioeconómica; jóvenes que reciben una educación de baja calidad y no tienen oportunidades de progresar en sus estudios ni de entrar en el mercado del trabajo para desarrollarse y constituir una familia; muchos pobres, desempleados, migrantes, desplazados, campesinos sin tierra, quienes buscan sobrevivir en la economía informal; niños y niñas sometidos a la prostitución infantil ligada muchas veces al turismo sexual; también los niños víctimas del aborto. Millones de personas y familias viven en la miseria e incluso pasan hambre. … también quienes dependen de las drogas, las personas con capacidades diferentes, los portadores y víctimas de enfermedades graves como la malaria, la tuberculosis y VIH - SIDA que sufren de soledad y se ven excluidos de la convivencia familiar y social. No olvidamos tampoco a los secuestrados y a los que son víctimas de la violencia, del terrorismo, de conflictos armados y de la inseguridad ciudadana. También los ancianos, que además de sentirse excluidos del sistema productivo, se ven muchas veces rechazados por su familia como personas incómodas e inútiles. Nos duele, en fin, la situación inhumana en que vive la gran mayoría de los presos, que también necesitan de nuestra presencia solidaria y de nuestra ayuda fraterna". La patria que queremos y debemos construir es la patria donde todos tienen un lugar, todos son incluidos.

- como Ceferino. Esta patria para todos que queremos construir tiene en Ceferino Namuncurá un guía seguro. En Ceferino encontramos muchas enseñanzas y ejemplos que deben ayudarnos. A modo de ejemplo podemos señalar:

- la patria se construye amando la familia, amor que se hace concreto aportando en el día a día (en la vida de Ceferino siempre se trasluce ese amor sincero a sus padres y hermanos),

- que en todas las etapas de nuestra vida podemos aportar algo (Ceferino siempre ayudó a su familia, lo vemos -por ejemplo- acarreando de pequeño la leña),

- que frente al sufrimiento que padecemos y/o que somos testigos siempre podemos y debemos aportar algo (Ceferino mirando a su gente que sufre no queda paralizado, aporta su trabajo, decide estudiar para ser más útil),

- que no estamos solos, siempre en el camino encontraremos alguno más que quiere un mundo más justo (Ceferino le dice a su papá Manuel Namuncurá: seguramente en Buenos Aires habrá alguien que me ayude para poder estudiar)

- que nos necesitamos unos a otros. El camino para lograr algo nunca se hace solo (si algo caracteriza a Ceferino es tender siempre una mano y necesitar también de los demás).

- que la fe en Jesús, el abrirse al Evangelio de Jesús y a su Iglesia hace más fuerte el deseo y el compromiso de construir algo nuevo, de ser útil a los demás. Y más aún: quien cree en Jesús se vuelve más comprometido con la historia, con los demás. Ser buen Cristiano va íntimamente unido a ser buen ciudadano. (basta ver en la vida de Ceferino cómo el encuentro con Jesús y su Evangelio lo llevaron a desear más aún ser útil a su gente).

- que las grande cosas se realizan en lo cotidiano, en lo pequeño realizado cada día con amor, con pasión (la vida de Ceferino no tiene nada extraordinario, sino lo de cada día hecho a pleno)


- que el camino de la mentira, del egoísmo, del “no te metás”, de la comodidad, de pactar con la injusticia no lleva a nada, sino que suma a la destrucción de la familia y de la patria (en la vida de Ceferino es todo lo contrario: quiero ayudar a mi gente, quiero aportar algo para que se termine tantas injusticias y sufrimientos)

- que desde el rencor, el odio y la venganza no se construye nada bueno (Ceferino frente a tantos atropellos e injusticias a su raza no se encierra en el odio y la tristeza, sino busca revertir la historia, descubriendo que el estudio abrirá caminos para luchar por los que es justo)

- que siempre los preferidos han de ser los que más sufren, a ellos no se puede dejar de lado ni olvidar (Ceferino ya muy enfermo olvidándose de sí se preocupa por su compañero de habitación que está sufriendo)

Conclusión: nuestro amor a Ceferino Namuncurá debe llevarnos a un compromiso concreto y cotidiano en orden a construir una patria para todos.

(fuente: www.dbs.org.ar)

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