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lunes, 6 de abril de 2009

Evangelio y judaísmo

Cada tanto, suele surgir la polémica acerca si los Santos Evangelios pregonan el antisemitismo, es decir, el odio hacia a la raza judía.

Quienes afirman ésto se basan en decir que los cristianos aprendieron de los Evangelios que los judíos fueron los que asesinaron a Jesús y con ello intentan explicar un supuesto odio de parte de los católicos hacia los judíos. A decir verdad, sostener que la Iglesia Católica es antisemita es producto de no conocer a fondo la prédica de Jesús y la mirada de Nuestra Madre Iglesia acerca de los hechos que fueron desencandenando la cruel muerte de Jesús.

A lo largo de la historia, no han sido escasos los cortocircuitos entre las autoridades religiosas israelitas y católicas. Recientemente, el estreno del film "La Pasión", dirigida y producida por Mel Gibson desató la furia de algunos hebreos y hordas de hipócritas que se escandalizaron por la violencia de los hechos: muchos periodistas rasgaban sus vestiduras por la crudeza de las escenas pero ni se inmutan cuando a diario se muestran escenas de violencia cotidiana en sus medios de comunicación. La desazón de algunos israelitas fue mayor aún cuando hubieron sacerdotes y demás líderes católicos que recomendaron ver esa película.

Algunas autoridades de Israel pusieron el grito en el cielo cuando se enteraron que el Papa Benedicto XVI ha elogiado abiertamente al Papa Pío XII, quien es injustamente señalado por muchos como partidario de Adolph Hitler y haber favorecido con su omisión el Holocuasto en el que murieron muchos hebreos.

Lo cierto es que si nosotros nos decimos católicos, no podemos predicar la venganza. A Nuestra Madre Iglesia no le interesa buscar los culpables del asesinato de Cristo sino más bien entender la Muerte de Cristo como caausa del pecado original (y todos los pecados que nosotros hemos cometido) y como paso necesario hacia al Resurrección. Las circunstancias de la muerte de Nuestro Señor Jesucristo determinaron que los celos y la envidia de algunos dirigentes judíos fueron determinantes para el arresto, tortura y muerte de Él.

Los celos y las internas salvajes se dan en toda institución conformada por seres humanos. Inclusive en la Iglesia Católica Apostólica Romana: negarlo sería de necios. Gracias a Dios, Nuestra Madre Iglesia no depende de quienes formamos parte de ella porque, si así fuera, hace rato que la habríamos destruído con nuestras miserias. Gracias a Dios, Nuestra Madre Iglesia es el Cuerpo místico de Cristo y está asistida por el Espíritu Santo: en definitiva, más allá de los innumerables ataques que ha sufrido durante estos siglos, es lo que garantiza su perdurabilidad hasta el fin de los tiempos.

Que algunos jerarcas judíos estabanen contra de Jesús no significa que todos los judíos son enemigos de Nuestro Salvador. Sin ir más lejos, Jesús nació en una familia judía: lo que implica que tanto sus padres como Él eran de nacionalidad hebrea, como también lo fueron todos sus parientes y sus discípulos. Si los católicos despreciáramos la raza judía, estaríamos despreciando la raza que cobijó a Nuestro Señor y a María, Nuestra Madre Celestial.

Por ende, se hace preciso tener una mirada más profunda sobre los hechos y no detenernos sobre pequeñeces. Que en estos días podamos reflexionar sobre las terribles consecuencias del pecado, al punto que Dios mismo tuvo que sacrificarse y justificarnos con su sangre. ¡Ánimos!.

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