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jueves, 16 de agosto de 2012

La Fiesta de Don Bosco en el Oratorio de Turín

El mes de agosto nos invita a conocer sobre los orígenes de la Fiesta de Don Bosco, momento culminante en toda Casa Salesiana que ha expresado, a lo largo de una rica tradición, el sentimiento de gratitud hacia el Padre fundador. Don Bosco, al dar su vida por los jóvenes, supo “hacerse amar”, y ese amor fue expresado con profunda sencillez y naturalidad por los jóvenes desde los primeros años del Oratorio. Sin embargo, no fue el día del natalicio la ocasión elegida por aquellos primeros jóvenes para demostrar sus sentimientos, sino el de su onomástico...o casi, porque “Don Bosco llevaba el nombre de Juan por San Juan Apóstol; pero, como en Turín era muy popular la fiesta de San Juan Bautista y se solemnizaba con grandes luminarias y descargas de fusilería por las tropas acuarteladas, los muchachos, persuadidos de que era su día onomástico, empezaron a cantarle, aplaudirle y llevarle ramilletes de flores en este día. Don Bosco les dejó hacer, y así se continuó durante toda la vida.” Era el año 1846. Recién en 1886 “el día de San Juan Evangelista se pusieron de acuerdo todos los aprendices para celebrar por vez primera el verdadero día onomástico de Don Bosco. Cada taller le mandó su felicitación, firmada por todos los aprendices y sus respectivos maestros y asistentes. Cada uno prometía comuniones, visitas a Jesús Sacramentado y a María Auxiliadora y otras oraciones.”

Pero volvamos a los inicios. Hasta 1848 los “alumnos internos se conformaron con leerle algunas breves y cariñosas composiciones de felicitación, y los muchachos externos le ofrecieron algún ramo de flores”. Pero en 1849 Carlos Gastini y Félix Reviglio idearon un simpático plan: “se pusieron de acuerdo secretamente y, durante varios meses, ahorraron chucherías, guardaron celosamente sus propias propinas y lograron comprarse dos corazones de plata.” Querían que el secreto no se descubriera y no sabían qué momento elegir para presentarle a Don Bosco el regalo. Durante la vigilia de San Juan, cuando ya todos sus compañeros dormían se dirigieron hacia la habitación de Don Bosco, que estaba al lado del dormitorio de los alumnos. Don Bosco “respondió que entrasen. Pensad su maravilla y emoción al ver que le presentaban aquellos dos corazones de plata y oír las pocas y cordiales palabras de felicitación de aquéllos sus dos buenos hijos... Por la mañana todos los compañeros se enteraron del original obsequio, con un poco de envidia, y propusieron que, para el año siguiente, habría de organizarse una fiesta bonita para todo el Oratorio.” Y así sucedió, para 1850 se organizó una comisión y se hizo una colecta para comprar algún regalo. Llegado el día un grupo de jóvenes mayores “subió a la habitación de Don Bosco y le leyó la primera composición para la entrega del regalo, como demostración de agradecimiento. Asomóse después él al balcón y no le resultaba fácil describir el regocijo de mil corazones sinceros (...) Don Bosco les dirigió unas palabras de agradecimiento y, a continuación, se cantó un himno. La fiesta se repitió durante algunos años con idéntico programa, mientras los alumnos internos no dejaban de dedicarle una velada sencilla en familia. Pero no pasó mucho tiempo, hasta que esta fiesta adquirió unas proporciones fantásticas (...)”

Con el tiempo, los ya antiguos alumnos comenzaron la costumbre de reunirse familiarmente en torno al Padre y, luego de la comida brindarle diversos agasajos.

¿Y el 16 de agosto? En vida de Don Bosco su cumpleaños fue celebrado erróneamente el 15, día de la Asunción, El mismo relata “Nací el día consagrado a la Asunción de María al cielo del año 1815” El festejo fue tomando cada vez más importancia aunque con la característica de estar vinculado a la terminación del año escolar. Así, “a partir de 1881, se comenzó a hacer en tal día la solemne distribución de premios a los aprendices y a los estudiantes, bajo la presidencia de Don Bosco”

Como ejemplo, y por lo significativo, leemos en los festejos de 1887: “De allí a poco fue su cumpleaños, que no resultó muy placentero. Don Bosco padecía ciertos achaques que lo postraban mucho. . Llegaron algunos Superiores de Turín y varios muchachos en representación del Oratorio. Llovieron telegramas de las casas salesianas y de los cooperadores (...). En la comida le leyeron varias composiciones, que él escuchó con su bondad característica en tales circunstancias. (...) Por la tarde se hizo en el Oratorio la solemne distribución de premios con la acostumbrada fiesta final. Presidía Don Miguel Rúa, pero el pensamiento dominante de todo el programa fue Don Bosco y su cumpleaños. (...) Desdichadamente no pudo pasar la jornada sin una cruel espina (...) Pero en lugar de aparecer apesadumbrado, se sobreponía y demostraba estar más contento que de costumbre aunque admitía: “Y, sin embargo, hoy he recibido el mayor disgusto de mi vida”.

De este cumpleaños, quedaron en el recuerdo las palabras –con las cuales queremos terminar esta página- de Don Carlos Ghivarello, director de Mathi, “el cual ofreció unos racimos, primicias de su huerto” al tiempo que expresaba: “Nosotros, al mirar estas uvas, volamos con el pensamiento a las feraces colinas de Montferrato, en aquellos días felices en que tú, lleno de alegría, corrías de una colina a otra (...) arrancando de la vid los primeros racimos maduros.(...) Nosotros, al ver estas uvas, nos trasladamos con el pensamiento a aquellas colinas, sobre las cuales, hace hoy setenta y dos años, la mística viña de Francisco y Margarita Bosco, bajo la protección de la Virgen elevada al cielo, producía aquel maravilloso racimo de uvas que debía endulzar la vida de muchos millones de almas. Ese racimo eres tú (...) Gozamos hoy al poder obsequiarte, con todo el respeto y cariño, de que es capaz el corazón de hijos, y de hijos que ven en ti un rayo de la benignidad de la que es su Madre (...) y que todavía hoy brilla en esta roca y, como esperamos, seguirá brillando muchos años.”


                                                                                                        (fuente: www.salesiano-beltran.com.ar)

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