El Papa en la última homilía de este año en Santa Marta, advierte sobre algunas esterilidades en la Iglesia
Ciudad del Vaticano, 19 de diciembre de 2014 (Zenit.org)
Que la Iglesia sea madre, y no una empresa. Es el deseo que formuló el papa Francisco en la misa de Santa Marta, la última de este año, con grupo de fieles y homilía. De este modo, el Pontífice ha hablado de la “nueva creación”, representada por el nacimiento de Jesús, que hace nuevas todas las cosas.
El Papa ha reflexionado en su homilía de las Lecturas del día que narran los nacimientos milagrosos de Sansón y de Juan Bautista. Dos mujeres que de estériles se vuelven fértiles. Francisco ha señalado que en el pueblo de Israel era considerada casi “una maldición el no tener hijos” y ha mencionado que en la Biblia hay muchas mujeres estériles y allí “el Señor hace el milagro”. El Santo Padre ha subrayado que la Iglesia “nos hace ver este símbolo de esterilidad precisamente antes del nacimiento de Jesús, también de una mujer incapaz de tener un hijo por su decisión de permanecer virgen”. Esto --ha señalado el Papa-- es el signo de la humanidad incapaz de dar un paso más. Por tanto, la Iglesia quiere hacernos reflexionar sobre la humanidad estéril.
Y Francisco lo explica así: “de la esterilidad, el Señor es capaz de recomenzar una nueva descendencia, una nueva vida. Y este es el mensaje de hoy. Cuando la humanidad se agota, no puede ir más, viene la gracia y viene el Hijo, y viene la Salvación. Y esa creación agotada deja lugar a la nueva creación…”
Asimismo, ha recordado que “esta ‘segunda’ Creación cuando la Tierra está agotada es el mensaje de hoy”. Francisco ha indicado que nosotros esperamos a Aquel que es “capaz recrear todas las cosas, de volver nuevas las cosas. Esperamos la novedad de Dios”. Y esto es Navidad.
Por otro lado, ha recordado que tanto la mujer de Manoa, madre de Sansón, como Isabel, tendrán hijos gracias a la acción del Espíritu del Señor. El Papa se ha preguntado cuál es el mensaje de estas lecturas: “Abrámonos al Espíritu de Dios. Nosotros solos no podemos. Es Él quien puede hacer las cosas”.
El Pontífice ha señalado en la homilía que esto también le hace pensar en la madre Iglesia, que también tiene muchas esterilidades: “Cuando, por el peso de la esperanza en los mandamientos --ese pelagianismo que todos llevamos en los huesos-- se vuelve estéril. Se cree capaz de dar a luz... no, ¡no puede!” A propósito, el Santo Padre ha reconocido que “la Iglesia es madre, y se hace madre solo cuando se abre a la novedad de Dios, a la fuerza del Espíritu. Cuando se dice a sí misma: ‘Yo hago todo, pero, he terminado, no puedo andar más’, entonces viene el Espíritu”.
Finalmente, el Obispo de Roma ha hecho una reflexión sobre la esterilidad en la Iglesia y la apertura a la fecundidad en la fe. “Y también, hoy es un día para rezar por nuestra madre Iglesia, por tantas esterilidades en el pueblo de Dios. Esterilidad de egoísmos, de poder… cuando la Iglesia cree poder todo, adueñarse de las conciencias de la gente, ir por el camino de los fariseos, de los saduceos, sobre el camino de la hipocresía, eh, la Iglesia es estéril”. Y ante eso el Papa sugiere “rezar”. Esta Navidad --ha proseguido-- también haga a nuestra Iglesia abierta al don de Dios, que se deje sorprender por el Espíritu Santo y sea una Iglesia que haga hijos, una Iglesia madre. “Muchas veces creo que la Iglesia en algunos lugares, más que madre es una emprendedora”, ha advertido el Santo Padre.
“Mirando esta historia de esterilidad del pueblo de Dios y muchas historias en la Historia de la Iglesia que han hecho a la Iglesia estéril --ha concluido Francisco-- pidamos al Señor, hoy, mirando al Pesebre”, la gracia “de la fecundidad de la Iglesia. Que antes de nada, la Iglesia sea madre, como María”.
(19 de diciembre de 2014) © Innovative Media Inc.
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