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sábado, 29 de noviembre de 2008

Delivery de "milagritos" on line

Leí en un e-mail:

"Con cariño he escogido 12 mujeres que de alguna forma han llegado a mi vida y quienes pienso quieran participar. Espero haber escogido las 12 en forma correcta.

Por favor reenvíamelo (verás por qué). En caso que no estén enteradas, se conoce a Santa Teresa como la Santa de los Pequeños Logros, porque ella creía en hacer las cosas pequeñas de la vida con un amor inmenso. Ella es también Santa Patrona de los que cultivan flores y de los floristas y está representada por rosas. Espero que cada una de ustedes que reciba este mensaje se llene de bendiciones.

La oración de Santa Teresa no debe ser borrada. Recuerden pedir un deseo ANTES de leer la oración. Es todo lo que tienen que hacer. No hay anexos a este mensaje. Sólo envíen este mensaje a 12 personas y déjenme saber qué les sucede al cuarto día. Traten de no romper este mensaje, por favor.

La oración es uno de los regalos que recibimos. ¿Ya pidieron su deseo? Si no lo hacen, no se realizará. AHORA es su única oportunidad de hacerlo.

Ésta es la oración de Santa Teresa:

"Que la Paz sea contigo. Que estés confiada en Dios porque estás en el lugar donde debes estar. Que no olvides la infinidad de posibilidades que nacen de la fe. Que utilices los dones que recibes, y compartas el amor que se te ha brindado. Que estés contenta de ser una hija de Dios. Permite que su presencia permanezca en tus huesos, y permite a tu alma la libertad para cantar, bailar, dar gracias y amar. Teresa de Jesús Su presencia está siempre en cada uno de nosotros."

Ahora, envía este mensaje dentro de los próximos 5 minutos. Recuerda reenviármelo. Cuento como la número 1 en tu reenvío... Y verás por qué." ... (¿?)

La semana pasada recibí un mensaje de texto en mi celular que decía: "No la cortes te lo pido de corazón, es la Semana de San Expedito y está cumpliendo cosas imposibles; pasalo a 5 personas, en tres horas recibirás un milagro"... (¿?)

Cada tanto, me llegan alguno de estos mails o mensajes de texto en el teléfono celular, que son "cadenas" que van pasando de unos a otros y vaya a saber uno donde se originaron (no es difícil saber que se origina en alguna persona malintencionada que ultraja la fe de los demás). Esas cadenas suelen contener curiosas oraciones que hay que repetir ya que en el mismo mail te prometen que se cumplirá un "milagro por imposible que sea". La cuestión es que casi siempre, sumada a esa "promesa" de milagro inmediato, viene adherida una "maldición" si uno decide no reenviar ese mail; generalmente agregan frases manipuladoras para presionar a quien lo recibe para que los transmita rápidamente a otras personas, así la cadena se extiende más y más para "regocijo" de quien la inventó.

Antes de que internet se masificara, estas cadenas se difundían mediante el correo postal o se dejaban en templos católicos para que alguna otra persona los recoja y así se multiplica su distribución. Es así que, presos de un facilismo religioso y/o deseperación, mucha gente decide depositar su fe en estos particulares mensajes, inclusive gente que es suele participar en movimientos católicos. Esa mediocridad religiosa es tan común en estos tiempos (todos queremos todo ya mismo, no soportamos esperar) que es hábilmente explotada por sectas que prometen "milagritos" instantáneos para captar personas espiritualmente desorientadas.

No es muy serio imaginar que Dios o algún santo te concederá "un favorcito" o "un milagrito" si vos reenviás un mail o un mensaje de texto. Dios prefiere una sincera conversión de corazón, un auténtico cambio de vida para acercarse más a Él. Pasa que entre nosotros es muy recurrente la tentación de amoldar a Dios a los propios caprichos, más que uno mismo dejarse moldear por Dios como arcilla en Sus Manos.

Es cierto que en los Santos Evangelios, Nuestro Señor nos aconseja que oremos con mucha fe y que Él mismo atenderá nuestras súplicas. Pero hay que tener en cuenta, que Él hará todo lo que sea para la salvación del alma del creyente y suele suceder que una persona le puede pedir a Dios que satisfaga sus propios caprichos más que las auténticas necesidades de su alma y Él no se deja manipular.

Lo cierto es que este tipo de "rituales" (por llamarlos de alguna manera) por más que contengan imágenes de Jesús, María o algún santo, están muy lejos de Dios y cerca de las supersticiones. Es sabido que toda superstición no viene de Dios y, si de Él no proviene, podemos intuir que, en realidad, es el Maligno el que se esconde tras esas porquerías. Si hay algo que el Diablo detesta es que lo dejen al descubierto: él actúa siempre escondido en aparentes buenas intenciones para hacernos caer luego en sus redes. Entonces, como hijos de Dios, no tengamos miedo en cortar esas "cadenas" porque no son del Señor.

Si uno quiere pedirle al Señor algún favor especial o bien que reciba un consuelo por alguna situación difícil, lo mejor que una persona puede hacer es orar fervorosamente y acercarse a los Sacramentos de la Confesión y de la Comunión. Eso sí, hay que pedir humildemente a Dios, es decir, sin prepotencias ni altanerías: que Dios sea Dios. Es ahí que uno se irá dejando transformar por Dios y se podrá comprobar si ese pedido es algo de Dios, o no. Los tiempos de Dios no son siempre los mismos tiempos de cada uno de nosotros, los planes que Dios tiene para cada uno de nosotros no son siempre los mismos que uno cree que son los mejores para esta vida.

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