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viernes, 21 de noviembre de 2008

El Cardenal Martini brega por el crecimiento de Nuestra Iglesia

«La Iglesia necesita reformas internas. La fuerza de renovación tiene que venir desde dentro. No sólo el individuo, sino también la comunidad, la Iglesia local puede hacer ejercicios espirituales, arrojar una mirada retrospectiva a su camino, ver lo que se ha logrado, considerar los pecados. Puede meditar el camino de Jesús y dejarse llevar por él, dejarse plasmar por su muerte y resurrección. De allí resulta la capacidad de futuro y de allí proviene también la respuesta a la pregunta acerca de cómo y dónde se nos necesita en el mundo, en dónde quiere Jesús que lo sirvamos».

Así se expresa el Cardenal Carlo M. Matini en su nuevo libro "Coloquios Nocturnos en Jerusalén" que escribió junto al Padre Goerg Sporschill, sacerdote jesuita nacido en Austria. En esta publicación, los sacerdotes conversan acerca de la fe y los desafíos que tiene la Iglesia Católica en el mundo de hoy; abordan también temas tan escabrosos como los relacionados a la sexualidad y la posibilidad de la ordenación como sacerdotes de hombres casados y de mujeres.

Acerca de la homosexualidad, Martini cuenta que "Entre mis conocidos hay parejas homosexuales, hombres muy estimados y sociales. Nunca se me ha pedido, ni se me habría ocurrido, condenarlos". Abundan los que dicen que en la Iglesia Católica se los discrimina, que no se los comprende cuando la realidad no es como se la plantea. Juan Pablo II impulsó el Nuevo Catecismo de la Iglesia Católica en donde se dice claramente que, si bien la homosexualidad es contraria al orden natural creado por Dios y claramente condenada en distintos pasajes de la Biblia, se invita a los homosexuales a vivir en la castidad y ser cobijados en nuestra comunidad. En otras palabras, en la Iglesia Católica se rechaza la homosexualidad pero no a los homosexuales.

Sobre la alarmante escasez de vocaciones sacerdotales, Martini le pregunta a Dios "¿Por qué no nos ofreces mejores ideas? ¿Por qué no nos haces más fuertes en el amor y más valientes para afrontar los problemas actuales? ¿Por qué tenemos tan pocos curas?". No creo que este problema sea saneado con la ordenación de hombres casados y mujeres: es un signo de estos tiempos que los jóvenes le huyen a los compromisos en aras de quedarse en la superficialidad de las sensaciones. No solo escasean sacerdotes, escasean personas que quieran consagrarse por medio del Matrimonio.

La publicación de este libro tuvo una gran repercusión en la prensa europea y, también, aquí en Argentina, más que nada entre todos aquellos periodistas que solo gustan criticar lo que se hace en Nuestra Madre Iglesia. Tuve la oportunidad de observar la noticia de esta publicación en el canal televisivo C5N, en donde dos periodistas se lanzaron a opinar liviana e irresponsablemente sobre la forma en que la Iglesia Católica Apostólica Romana enseña sobre sexualidad, sobre todo en cuanto a homosexualidad y métodos anticonceptivos. Sin haber leído previamente el libro en cuestión, esos periodistas (como tantos otros) se largaron a despotricar contra la jerarquía eclesiástica.

Lo cierto es que la Nuestra Madre Iglesia tiene más de dos mil años de peregrinaje en este mundo y ha resistido estoicas numerosos embates de todo tipo de muchos que pretendieron hacerla desaparecer. Pasaron imperios, hombres poderosos, ideologías y corrientes filosóficas pero la Iglesia permaneció en Dios. También, a lo largo de todos estos siglos, hubieron no pocos errores cometidos por hombres y mujeres de Nuestra Iglesia y, aún así, la Iglesia Católica Apostólica Romana sigue de pie. Que Nuestra Madre Iglesia perdure a lo largo de todo este tiempo no es mérito de los seres humanos sino que por obra y gracia del Espíritu Santo que es quien la guía y sostiene.

Esto no se trata de un pretendido "aggiornamiento" porque las verdades que nos dejó Dios en la Biblia son enseñanzas sin tiempo. Es un capricho pretender "acomodar" a Dios al ser humano, es el ser humano el que debe seguir el camino que Dios le invita a seguir.

Martini y Sporschill

El Cardenal Carlo María Martini nació en la Ciudad de Turín (Italia) en el año 1927. Ingresó en la Compañía de Jesús en 1944 y fue ordenado sacerdote en el año 1952. Es un sacerdote jesuita y gran estudioso de las Sagradas Escrituras. El Padre Martini fue durante muchos años rector de la Pontificia Universidad Gregoriana. En 1979 fue nombrado arzobispo de Milán. Emérito desde 2002, vive actualmente en Jerusalén. Es autor de numerosísimas obras. Ha obtenido el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales en el año 2000.

El otro autor de este libro es el Padre Georg Sporschill, jesuita austriaco, se dedica principalmente a la pastoral social. Desde 1991 trabaja en la Europa del Este en la construcción de una organización de atención a los niños de la calle y a los jóvenes desamparados. Ha obtenido el Premio Félix Ermacora para los Derechos Humanos, el Premio Albert Schweitzer, y en 2004 fue declarado el «austriaco del año».

(fuentes: http://www.elpais.com/; http://www.editorial.sanpablo.es/)

3 comentarios:

Mundy dijo...

La aparición del libro Coloquios Nocturnos en Jerusalén seguramente no será suficiente para cambiar la posición de la Iglesia respecto, entre otros temas, a la situación de los católicos divorciados en nueva unión, pero es una muestra más de la vigencia universal que este tema tiene.
Su autor, que no puede ser tildado más que de elogios por su carrera sacerdotal, intelectual y teológica, según varias informaciones trascendidas hasta podría haber llegado a suceder a Juan Pablo II, por lo que su voz muy autorizada marca un hito para quienes vivimos con la ilusión que un día algunas cosas se revisen y podamos volver a sentirnos miembros plenos dentro de la Iglesia.
No es descartar, que desde algunos sectores se cuestione la publicación, situación que me llena de felicidad, ya que eso marca la importancia de las cosas que se dicen, en otros palabras cuanto mayores sean las críticas mejor, esa será la mayor promoción no de un ejemplar de librería sino de una problemática que tarde o temprano quizás deba debatirse abiertamente.
Desde La Barca (www.labarcaglobal.blogspot.com) blog global hecho por y para los católicos divorciados en nueva unión de todo el mundo, saludamos al autor y deseamos que su obra fructifique y llegue a cada rincón, como un mensaje de esperanza.
Mundy
labarca@ymail.com

mallinista dijo...

Hola Mundy

Me alegra saber de este blog; me parece bárbaro que sea para servir, para dar más contención a todos aquellos hermanos divorciados.

Respecto a lo del Libro de Martini y Sporschill, te comento que no lo he leído aún pero sí he escuchado muchos comentarios al respecto de gente que, seguramente, tampoco lo leyó pero aprovechó la volada para pegarle a Nuestra Madre Iglesia.

Así que no sé si estos sacerdotes dicen algo en "Coloquios..." acerca de los católicos que se han divorciado y que han formado una nueva pareja.

Es, sin duda, un tema bastante complejo. Hay una dura realidad y es que no todos tomamos con la suficiente seriedad al Sacramento del Matrimonio. Muchas veces los católicos nos quedamos en las apariencias, en el "que-dirán" y no tomamos mucha conciencia de lo profundo que es recibir el Sacramento del Matrimonio. No se toma conciencia de que, al igual que los que son ordenados sacerdotes y religiosos, quienes nos casamos somos también personas consagradas. Dios es siempre Fiel y Él también se compromete con los esposos a la hora de casarse...

Claro que hay que analizar cada caso puntual y, aún así, solo a Dios le corresponde juzgar. Sé que en la Argentina y en otros países, hay sacerdotes que hacen labores pastorales para personas separadas y eso me parece bárbaro.

Contrariamente a lo que muchísima gente cree, a los divorciados ni tampoco a los homosexuales se les cierra la puerta de la Iglesia. Basta leer el Nuevo Catecismo de la Iglesia católica para corroborarlo. Se los invita a vivir en la castidad... algo que no todos están dispuestos a aceptar ya que vivimos en un mundo bastante erotizado.

Pasa que, muchas veces, la palabra "discriminación" está muy a flor de labios. SI a mí no me dan la razón ahí nomás acuso ser "discriminado"... Y no es así el tema, Nuestra Madre Iglesia no debe ser demagógica con tal de ganar más y más fieles: Jesús no fue para nada demagogo en su vida y en su prédica.

Creo que no hay que temer al juicio de la sociedad ni al castigo de Dios. Más bien, me parece más importante confiarse en la Infinita Misericordia del Señor y dejarse guiar por Él.

Te mando un abrazo grande y estamos en contacto. Podés opinar de los temas que deseés en nuestro blog. Dios te bendiga.

Mundy dijo...

Estimado Mario:

Con relación a tu comentario-respuesta, queremos matizarlas con algunas.

Estamos transcribiendo lo que ya publicamos en nuestro blog, y para una mayot comprensión hemos utilizado la siguiente codificación (M)Mario, (LB)La Barca, seguimos en contacto.



M: Me alegra saber de este blog; me parece bárbaro que sea para servir, para dar más contención a todos aquellos hermanos divorciados.

LB: Sin ninguna duda, ese el objetivo y en el depositamos todo mi esfuerzo y dedicación, con la ilusión que realmente sea útil, desde una mirada testimonial y alejada de cualquier planteo de infantil rebeldía.


M: Respecto a lo del Libro de Martini y Sporschill, te comento que no lo he leído aún pero sí he escuchado muchos comentarios al respecto de gente que, seguramente, tampoco lo leyó pero aprovechó la volada para pegarle a Nuestra Madre Iglesia.

Es posible, de todos modos una visión complementaria de alguien como el autor del libro no puede menos que ser tenida en cuenta, y creo que es mucho menos dañino que cualquier ataque que se pueda sufrir desde el exterior de la Iglesia, ya que no sería de descartar que algunas de las cosas que propone sea motivo de sentimientos compartidos por muchos miembros que por diferentes razones no la expresan de este modo.

Así que no sé si estos sacerdotes dicen algo en "Coloquios..." acerca de los católicos que se han divorciado y que han formado una nueva pareja.
Es, sin duda, un tema bastante complejo. Hay una dura realidad y es que no todos tomamos con la suficiente seriedad al Sacramento del Matrimonio. Muchas veces los católicos nos quedamos en las apariencias, en el "que-dirán" y no tomamos mucha conciencia de lo profundo que es recibir el Sacramento del Matrimonio.

No se toma conciencia de que, al igual que los que son ordenados sacerdotes y religiosos, quienes nos casamos somos también personas consagradas. Dios es siempre Fiel y Él también se compromete con los esposos a la hora de casarse...

LB: Obviamente es un tema complejo, la realidad es dura, pero esa situación tengo la s sensación que afecta solamente a los cristianos verdaderos, a lo de fe, a los que les duele la situación, a los que sufren por algunas cosas que pasan y por algunas que no pasan, pero el problema no es de todos, es sólo que los que lo sienten de verdad.

Para los que se encuentran alejados de la Iglesia, por la causa que sea, este tema es anecdótico, intrascendente, superfluo y hasta quizás algunos lo utilicen para atacar a la Iglesia, pero a los que lo sienten de verdad quizás en algún momento se les pueda dar una respuesta diferente.

Claro que hay que analizar cada caso puntual y, aún así, solo a Dios le corresponde juzgar. Sé que en la Argentina y en otros países, hay sacerdotes que hacen labores pastorales para personas separadas y eso me parece bárbaro.

Analizar situaciones puntuales ya se hace, aunque lo que más trasciende es lo de los ricos y famosos, los cuales tienen un tratamiento público diferente, en general asociado a soluciones rápidas, y con este tema sucede algo paradójico, me explico.
Si un rico o famoso adopta un niño, o colabora con una ONG, o crea o sostiene una fundación, eso tiene buena prensa, pero si obtiene la Nulidad, se lo asocia a otras cosas, en general a presuntos privilegios, cuando podría sr publicitado como una muestra que se puede, que es posible, que si las causas son valederas y enmarcadas en el Derecho, las posibilidades se potencian, pero eso aparentemente no es noticia.

Con relación a que en Argentina hay sacerdotes que ocupan de este tema es cierto, hay muchos que lo hacen mucho y muy bien, y otros quizás no tanto, pero ese esquema se da muchos otros países, pero sin lugar a ninguna duda es un tema tabú, es políticamente poco correcto, al menos en la apariencia.


M: Contrariamente a lo que muchísima gente cree, a los divorciados ni tampoco a los homosexuales se les cierra la puerta de la Iglesia. Basta leer el Nuevo Catecismo de la Iglesia católica para corroborarlo. Se los invita a vivir en la castidad... algo que no todos están dispuestos a aceptar ya que vivimos en un mundo bastante erotizado.

LB: Las puertas de la Iglesia están abiertas y de eso no hay duda, al menos en la teoría es tal cual tú lo dices, de ahí en adelante la cosa no está tan clara.

Con relación a la invitación a vivir en la castidad, es tema es muy amplio, esa invitación a vivir como hermanos, sin realizar los actos propios de la vida marital para que los divorciados en nueva unión podamos acceder a TODOS los Sacramentos, sabemos perfectamente que existe, con relación al tema de los homosexuales no opinaré ya que soy absolutamente ignorante del tema.

Pero está invitación a que haces referencia, no es exclusiva para los concubinos como nos definen algunos o adúlteros como nos definen otros, sino que también y sobremanera incluye a los matrimonios sacramentados, a través de lo que la propia Iglesia define como castidad conyugal, algo menos difundido que el domicilio particular del jefe de los servicios secretos de la República Independiente de Santalanga.

Así pues, no creo que al banquete de doña castidad, se nos invite sólo a los divorciados en nueva unión, sino a todos y en ese momento quizás no haya que alquilar un salón de proporciones demasiados grandes.


M: Pasa que, muchas veces, la palabra "discriminación" está muy a flor de labios. SI a mí no me dan la razón ahí nomás acuso ser "discriminado"... Y no es así el tema, Nuestra Madre Iglesia no debe ser demagógica con tal de ganar más y más fieles: Jesús no fue para nada demagogo en su vida y en su prédica.

LB: Volvamos al tema anterior, ya que parece ser el meollo de la cuestión, pongámonos una mano en el corazón y dejemos volar nuestra imaginación: ¿que pasaría si se dijera que los matrimonios sacramentados que usan medios anticoncepticos de cualquier tipo no pueden comulgar? ¿qué sucedería si …?

Lo que sucede es que es mal fácil ver la paja en el ojo ajeno, que el DIU en el propio.

M: Creo que no hay que temer al juicio de la sociedad ni al castigo de Dios. Más bien, me parece más importante confiarse en la Infinita Misericordia del Señor y dejarse guiar por Él.

LB: Salvo indicación en contrario, la misericordia es un paso más allá que la propia justicia, y obviamente que la misericordia de Dios es inconmensurable, de todos modos no estaría de más que no le dejáramos todo el trabajo a El, y que aquí, en este paso transitorio, actuáramos todos de un modo lo más parecido posible a sus enseñanzas, no sea cosa que cuando llega la hora, nos diga que nos conoce.


M: Te mando un abrazo grande y estamos en contacto. Podés opinar de los temas que deseés en nuestro blog. Dios te bendiga.

LB: Gracias por vuestra invitación, la tendremos en cuenta.

Mundy
labarca@ymail.com
www.labarcaglobal.blogspot.com

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