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miércoles, 26 de noviembre de 2008

Mamá Margarita, un pilar en el Oratorio de Don Bosco

Margarita Ochienna es un personaje clave para los salesianos: fue la mamá de Don Bosco, el Padre y Maestro de la Juventud y fundador de la Congregación Salesiana. Los salesianos la llamamos cariñosamente Mamá Margarita.

Margarita nació en Turín (Italia) el 10 de abril de 1788 y fue bautizada ese mismo día. Sus padres eran campesinos y cristianos; desde pequeña, ella trabajó duramente en el campo. Si bien nunca fue a la escuela, gracias al amor y a la educación de sus padres, adquirió una gran sabiduría. A los 24 años contrajo matrimonio con Francisco Luis Bosco, un hombre viudo que era papá de Antonio. Margarita y Francisco fueron padres de José Luis y Juan Melchor Bosco.

Cuando Juan tenía dos años de edad, víctima de una neumonía, fallece Francisco. Margarita no se deja vencer por la adversidad y, a pesar de la pobreza en que vivían, con muchos esfuerzo, se hace cargo de la crianza y mantención de los tres niños, además de su suegra que era minusválida.

Margarita fue fundamental en la educación de Juanito Bosco, le inculcó la caridad, la paciencia y, sobre todo, lo fue formando en la fe. Ella fue una gran catequista de sus hijos: les enseñó a rezar con devoción, a leer pasajes bíblicos y participar de la misa dominical. Cuando Juan tiene el famoso y profético sueño a los 9 años de edad, fue Margarita la que lo iluminó diciéndole "Tal vez Dios te está pidiendo que seas sacerdote". La educación que recibió de su madre fue la gran fuente de inspiración que Don Bosco tuvo para la creación de su Sistema Preventivo, que fue la manera que distinguió a este santo como educador de los jóvenes.

Con el correr de los años, las tensiones entre Antonio y Juan fueron aumentando debido, básicamente a los celos que consumían al hermano mayor que no soportaba que Juanito, a diferencia de él, quería estudiar.

A los 19 años de edad, Juan le dice a su madre que ha decidido ser sacerdote y por eso ingresaría a un convento franciscano. Su madre lo aconsejó y lo apoyó en esa decisión vital en su existencia.

A fines del año 1846, Margarita tenía 58 años de edad y vivía rodeada de sus nietos. Don Bosco había atravesado en difícil momento con su propia salud que casi le cuesta su vida y es ahí que le pide a su madre que lo acompañe al Oratorio para cuidar a sus muchachos. Allí esta gran mujer se siente llamada por Dios y se entrega totalmente para trabajar al lado de su hijo.

Mamá Margarita fue también madre de todos esos muchachos huérfanos que Don Bosco recibía en su Oratorio: cocinaba, lavaba, remendaba la ropa; su labor no le fue para nada fácil porque tenía que lidiar muchas veces con chicos que no eran bien educados. Entre los salesianos es famosa la anécdota que cuenta que una vez Margarita sentía que su paciencia se había colmado y fue a comunicarle a su hijo que se iba del Oratorio; cuando encuentra a Don Bosco, le dice:
“No puedo más. Eres testigo de todo el trabajo que me tomo: está mal recompensado. Esas criaturas son intolerables. Hoy he encontrado pisoteada en el suelo la ropa lavada que había tendido; ayer corrían entre mis legumbres. ¡Y que muchachuelos mal educados o negligentes! Unos vuelven a la noche con sus trajes hechos trizas, otros sin corbatas, sin medias, sin pañuelos. Estos me esconden las camisas y aquellos vienen a apoderarse de mis cacerolas sólo por diversión. Tardo horas en juntar todo. Te digo que ya estoy cansada, esto no puede seguir así. ¡Y pensar que estaba tranquila hilando en los Becchi! ¡Déjame que vuelva allá para acabar mis días!”.

Don Bos
co no encontró palabras para contestar a los planteos de su madre y solo atinó a señalar el crucifjo que estaba colgado en una pared. Margarita se emocionó y ahí comprendió que estaba allí por Cristo y siguió con su amorosa labor hasta el fin de sus días.

Margarita fue la presencia maternal en la Obra de Don Bosco, los muchachos la amaban y sentían en ella el amor fraternal que no habían encontrado en sus propias familias. Ella trabajó codo a codo con su hijo, fue siempre su sostén espiritual.

El 25 de noviembre de 1856, Mamá Margarita fallece a causa de una neumonía. Don Bosco y sus muchachos sintieron hondamente la partida física de esta gran mujer. Pero su legado es valorado por los salesianos hasta el día de hoy: actualmente, está en proceso su causa para recibir la beatificación.

(Fuentes: www.sdb.org; www.mamamargarita2006.com)

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