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lunes, 1 de junio de 2009

¿Adoradores de imágenes?

Una de las críticas más frecuentes que integrantes de algunas sectas le hacen a los católicos apostólicos romanos es que estaríamos desobedeciendo el mandato bíblico de adorar imágenes.

He tenido la oportunidad de conversar en numerosas ocasiones con personas forman parte de ciertas iglesias, y cuando hacían este planteo recurrían a la misma cita bíblica y condenaban a todos los católicos por hacerlo. No me parece tan grave esta acusación en si misma: lo grave es que, en todos los casos en que escuché esta crítica, nadie escuchó la explicación que se da desde la Iglesia Católica Apostólica Romana. Como que vienen con el discurso programado y puesto a reproducir automáticamente como si fueran robots...

Esta crítica suele venir de algunos grupos muy hostiles a Nuestra Madre Iglesia, cuyos miembros son adiestrados para sembrar confusión y descargar su ira contra El Vaticano entre católicos que no han estudiado debidamente el Nuevo Catecismo de la Iglesia Católica y no saben encontrar respuestas sólidas a lo que creen. Lamentablemente, son muchos los católicos que no se preocupan por alimentar su fe y, muy livianamente, culpan a Nuestra Iglesia de sus vacíos existenciales.


"Porque ustedes los católicos .. ¡adoran ídolos de piedra!"

Leemos en el Libro Éxodo, en su capítulo 20, versículos 4 y 5: “No te hagas estatua ni imagen alguna de lo que hay arriba en el cielo, abajo en la tierra y en las aguas debajo de la tierra. No te postres ante esos dioses” (Ex. 20, 4-5)

Siguiendo en el Antiguo Testamento, podemos ir también al Libro Deuteronomio, en su Capítulo 4, versículo 25 y leemos: “Allí tendrán que servir a dioses hechos por el hombre, dioses de madera y de piedra, que ni ven ni oyen, ni comen, ni sienten” (Dt. 4, 28).

Entonces, ahí nomás viene el predecible y enésimo ataque a los que profesamos la fe católica cuando nos dicen: "En todos los templos católicos hay imágenes de piedra y de yeso y uds. se postran ante ellos".

A ver, vamos por partes.

1) Aunque hay una secta que insiste en lo contrario, no hay nada malo que uno tenga en su hogar retratos de seres queridos, tanto de los que aún viven como de los que ya fallecieron. Por ejemplo, yo puedo guardar una fotografía de mi madre que falleció hace un poco más de tres años en algún rincón especial de mi casa y mirarla cada tanto; hasta puedo tomarla con mis manos y besarla. Pues bien, si yo besé ese retrato de mi madre, no estoy amando a ese pedazo de papel sino a lo que representa: lo mismo sucede con las imágenes católicas, si uno se arrodilla ante un Cristo Cruficado no está rezándole o alabando a esa estatua por más linda que sea sino a lo que representa que es Jesucristo, Dios Hijo.

2) Para aquellos hermanos que pertenecen a ciertas sectas hostiles a la Iglesia Católica y que les gusta manipular citas bíblicas y adaptarlas a su gusto y no a lo que Dios quiere decirnos, hay que recalcarles que la Santa Biblia no prohibe las imágenes ni las estatuas, sino a los ídolos. Leemos en el Libro del Éxodos que, entre las instrucciones de Yahvé a Moisés para la construcción del Santuario, le ordena elaborar estatuas: “Asimismo, harás dos querubines de oro macizo, labrados a martillo, y los pondrás en las extremidades del Lugar de perdón, uno a cada lado” (Ex. 25, 18). Otra instrucción de Yahvé a Moisés: “Moisés habló por el pueblo y Yahvé le respondió: ‘Haz una serpiente de bronce y ponla en un palo y todo el que la mire sanará’” (Núm. 21, 8). El templo de Salomón estaba adornado con pinturas de querubines: "Dentro del lugar santísimo puso dos querubines, hechos de madera de olivo silvestre, de cinco metros de alto ... Salomón cubrió de oro los dos querubines” (1 Re. 6, 23-28).

3) Hay que tener en cuenta que los católicos solo adoramos a Dios: a los santos se los venera, lo cual es muy distinto, mientras que a la Virgen María se le reserva la hiperdulia, que significa "más allá de la veneración", es decir, es una veneración especialísima. Cuando un católico le reza a un santo, no le está pidiendo que le conceda un favor (aunque son muchos los católicos que así lo entienden); rezarle a un santo no es recurrir a un intermediario sino que es pedirle que él también ore ante Dios por todos y cada uno de nosotros. Algo similar acontece cuando se le reza a María, Nuestra Madre Celestial: Ella es la Hija Dilecta del Padre, Esposa del Espíritu Santo y Madre del Hijo, por lo tanto, pedirle a Ella que ore por cada uno de nosotros ante Dios tiene una eficacia especialísima.


Roguemos por nuestros hermanos que han sido captados por sectas

Normalmente, quienes pertenecen a esas sectas tan agresivas para con el catolicismo son personas que acuñan resentimientos personales contra la Iglesia Católica Apostólica Romana y algunos de sus miembros. Si una persona decide abandonar la Iglesia Católica por el motivo que sea, es una decisión personal que merece respeto, más allá de que uno pueda estar de acuerdo, o no.

Si uno presta atención al discurso que tienen algunas personas que visitan hogares para anunciar su credo religioso e invitar a participar en su templo, tienen casi el mismo discurso, las mismas reflexiones y conclusiones, como así también las mismas críticas hacia la Iglesia Católica.

Entonces, ante tanta previsibilidad, no es muy difícil saber estudiar las respuestas contundentes que la Nuestra Madre Iglesia tiene para cada cuestionamiento hostil que se le hace. Lamentablemente, para esa gente no se trata de compartir la fe en Dios sino que se cae en un callejón sin salida que constituye la ridícula competencia sobre quien estudia mejor la Santa Biblia. Claro que la Biblia Católica es mutilada y modificada por las demás sectas para adaptar libros enteros, párrafos y citas a sus caprichos: por lo tanto, cuando un católico es visitado por esos hermanos de otras sectas, no debemos creerles cuando nos dicen "su Biblia es la misma que utiliza nuestro pastor".

Además, muchas veces suele pasar que cuando uno refuta las acusaciones contra la Iglesia Católica con citas bíblicas, los visitantes que se mostraron tan amigables al principio caen rápidamente en la agresión o bien cortan abruptamente la conversación para buscar a algún católico desprevenido para marearlo con citas y mensajes confusos. Ni hablar si antes de empezar la conversación les proponemos ponernos en presencia de Dios rezando un Padrenuestro, oración que figura en la Biblia y que Nuestro Señor Jesucristo nos enseñó.

Es muy importante no caer en el nivel de violencia verbal que nos proponen varias sectas. Aunque a ellos les duela reconocerlo, solo la Iglesia Católica puede decir que es la única fundada por el mismo Jesucristo, las demás fueron creadas por seres humanos con confusiones doctrinales. Tal verdad irrefutable no debe hacernos creer tampoco que los católicos somos los mejores y que todos los demás no sirven: solo Dios es quien juzga. El ser católico no basta para alcanzar el Reino de los Cielos: hay que poner en práctica el Evangelio.

Es muy importante para un católico saber estar siempre dispuesto a alimentar la fe, ya sea leyendo frecuentemente la Biblia, orando a Dios como así también estudiando el Nuevo Catecismo de la Iglesia Católica y asistiendo a cursos dictados en parroquias, como así también en Movimientos de Iglesia.

Un buen católico, un buen hijo de Dios reza por las personas que pertenecen a otros cultos religiosos. Asimismo, hay que dar gracias por pertenecer a la Iglesia Católica, la cual santificó el mismo Dios al entregar a su Hijo y permitir que sea el mismo Espíritu Santo el que la asiste.

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