Un 10 de junio, pero de 1929, nacía Aldo Pérez en la Ciudad de San Juan. Sus padres se llamaban Francisco y María Pérez, inmigrantes andaluces que se radicaron en la Provincia de San Juan.
Aldo fue el tercero de cuatro hijos y tomó contacto con los salesianos por primera vez cuando tenía nueve años de edad e ingresó al Colegio Don Bosco de su provincia natal. El Padre Antonio Garbini, entonces Director de dicha casa salesiana, fue una saludable influencia en el pequeño Aldo con el clima festivo, ambiente de estudio y de vida espiritual que allí primaba.
Dos meses después de haber ingresado al Colegio, el 24 de mayo de 1938, Aldo hizo su Primera Comunión y, dos años después, el 20 de julio de 1940, ingresó al aspirantado de Vignaud.
En enero de 1944, se encontraba de visita en su querido San Juan cuando lo sorprendió el terrible terremoto que dejó virtualmente destruida la ciudad, dejando miles de muertos y heridos. En el preciso momento del terremoto, Aldo estaba saliendo de la casa de unos tíos, casi en la puerta de calle cuando se desplomó todo a su alrededor y salió ileso. "Señal de que el Señor me quería para salesiano", contaba Aldo.
Entre los años 1946 y 1948, Aldo estudió filosofía y magisterio en Fortín Mercedes, la casa de formación que los salesianos tenían en la Patagonia. Luego, entre 1949 y 1951, fue enviado al Colegio Salesiano Ángel Zerda con la misión de brindar asistencia a los jóvenes de esa casa y ejercer la docencia, especialmente en matemáticas.
El 12 de enero de 1952 hizo la profesión perpetua en la Casa de San Ambrosio. Ante la necesidad de tirocinantes, sus superiores le pidieron que se quedara un año más en Salta, a pesar del ardiente deseo que Aldo tenía de ser sacerdote. Ese año de espera le vino bien para profundizar su entrega a la voluntad de Dios y de ahí que su lema sacerdotal fue "Domine, doce me facere voluntatem tuam" ("Señor, enséñame a hacer tu voluntad").
Entre los años 1953 y 1956 estudió Teología en el Instituto Teológico Internacional Villada. Al finalizar el cuarto año de aquellos estudios, fue ordenado sacerdote el día 25 de noviembre de 1956 por Monseñor Ramón Castellano, Arzobispo de Córdoba en la cripta de María Auxiliadora. Al día siguiente, celebró su primera misa en el Colegio Pío X de la Ciudad de Córdoba. El 07 de diciembre de aquel año, dio su primera misa en el Colegio Don Bosco de San Juan, la cual contó con la presencia del Padre Garbini.
Aldo fue enviado al Seminario Conciliar de Salta para asistir en la formación de los seminaristas. En 1959 fue enviado a la Casa de Los Cóndores como consejero escolar y de allí al Instituto Filosófico "Miguel Rúa" de la Provincia de Córdoba. En 1961 lo encontramos como consejero de los artesanos del Colegio Pío X.
De allí fue enviado a su querido Colegio Don Bosco de San Juan como prefecto-administrador. Aldo se caracterizó siempre por su atención a los detalles de la vida hogareña: le gustaba cocinar, preparaba dulces y mermeladas caseras y era muy ordenado y obsesivo con la limpieza.
Ya entre 1964 y 1965 fue prefecto-administrador del Colegio San Juan Bosco ubicado en la localidad de Eugenio Bustos de la Provincia de Mendoza. Posteriormente, entre 1966 y 1968 fue Director de dicha casa salesiana.
Por aquellos años, se iniciaron en Mendoza los Cursillos de Cristiandad a los que él envió a algunos laicos para que participen. De esa forma, Aldo logró formar con aquella gente, un grupo entusiasta y apostólico con los que trabajó mucho con sus muchachos del Colegio de Eugenio Bustos. En ese ambiente, Aldo empezó con lo que hoy conocemos como el Movimiento Mallinista... pero esa, ya es otra historia...
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