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jueves, 20 de mayo de 2010

Hillary Clinton dice que no puede haber salud materna sin salud reproductiva y sin aborto

“Afirmar que el aborto puede ser considerado legítimo en la política global de salud materna de Estados Unidos es despreciable”, responden los pro vida.

La Administración Obama sigue dando muestras de apoyar unas políticas anti vida que sólo acaban favoreciendo a los grupos abortistas en Estados Unidos. El último ejemplo son unas declaraciones de la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, quien afirmó hace unos días en Québec que no puede haber salud materna sin salud reproductiva y sin aborto.

“Si hablamos de salud materna, no puedes tenerla sin salud reproductiva. Y la salud reproductiva incluye la anticoncepción, la planificación familiar y el acceso al aborto seguro y legal”, señaló Clinton en una intervención en la ciudad canadiense.

La respuesta de los grupos pro vida no se hizo esperar y, entre otros, Marie Smith, directora del grupo de parlamentarios para asuntos críticos, apuntó que “la secretaria Clinton está revelándole al mundo la ideología abortista en los más altos niveles del gobierno de Estados Unidos, que ha secuestrado el noble objetivo de reducir las muertes maternas al redefinir la salud materna para incluir el acceso al aborto”.


“Es despreciable”

“Afirmar que el aborto, es decir la terminación deliberada de la vida, puede ser considerado como algo legítimo y aceptable en la política global de salud materna de Estados Unidos para salvar las vidas de las madres, no solo es despreciable sino que aumenta las muertes de este tipo”, añadió.

“Los gobiernos que valoran la vida de los niños no nacidos tienen que revisar ahora con sospecha los esfuerzos de Estados Unidos para reducir la mortalidad materna que buscan asegurar el acceso al aborto. Tienen que ver que esto no esté incluido en el paquete de ayuda”, advirtió Smith.

Cabe recordar, según informa Aciprensa, que la administración Obama, que recientemente logró la aprobación de una reforma sanitaria anti vida, destinará en los siguientes seis años unos 63.000 millones de dólares para promover y poner en práctica su plan global de salud, que tiene como uno de sus objetivos “reducir la mortalidad de las madres y de los niños menores de cinco años”.


La apuesta de la ONU: duplicar las inversiones al aborto

Las políticas pro abortistas que actualmente fomenta la Administración de los Estados Unidos vienen a coincidir con las que también defiende Naciones Unidas.

Un reciente informe de la ONU sostiene que las naciones deberían duplicar las inversiones destinadas a la planificación familiar y al aborto en los países pobres, para alcanzar un total de 24.000 millones de dólares estadounidenses al año.

Según informa Catholic Family & Human Rights Institute (C-FAM), el informe se escuda en que de esta manera se reducirá notablemente el índice de mortalidad materno-infantil y se dará solución a una gran cantidad de males sociales.

El estudio, que responde al título Haciendo cuentas: costos y beneficios de invertir en planificación familiar y en salud materna y neonatal afirma que si los Estados Miembros de la ONU destinaran 12.000 millones de dólares adicionales por año a la “planificación familiar moderna”, el resultado a escala mundial incluiría la reducción de costos para los países pobres en salud, agua, salubridad y servicios sociales, la disminución de 2/3 de los embarazos no deseados, del 70% de las muertes maternas y del 44% de las muertes de los recién nacidos, así como también la reducción del 73% de los abortos ‘riesgosos’ y del 60% de las discapacidades.

En el texto se asegura que “si todas las mujeres que desean evitar un embarazo usaran anticonceptivos modernos, la resultante merma de embarazos no deseados produciría una reducción en el costo que supone brindar a todas esas mujeres el estándar recomendado de atención materna y neonatal por 5.100 millones de dólares (de 6.900 a 1.800 millones)”.


¿Quién está detrás?

Pero, ¿quién está detrás de este planteamiento que antepone la rentabilidad económica a la vida? El informe está financiado y redactado por el Guttmacher Institute (rama de Planned Parenthood para la investigación) junto con el Fondo de Población de la ONU, que recibió aportes de los líderes de las principales instituciones de control de la población, entre las que se encuentran el Consejo de Población, Population Action International y la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés).

Por su parte, los críticos con esta propuesta sostienen que el único motivo por el que se apela a las muertes materno-infantiles en el nuevo informe radica en que el lobby de población necesita generar una sensación de urgencia para que las naciones donantes inviertan en planificación familiar. El informe reprocha el hecho de que “la ayuda de los donantes destinada en forma específica a la planificación familiar ha disminuido mucho en cifras absolutas en dólares desde mediados de los años 90”.

En la misma línea de la política anti vida de la Administración Obama, el informe señala que “los servicios de planificación familiar y salud materna deberían ser considerados como partes intercomunicadas en el proceso de asistencia”.

De este modo, no queda claro qué proporción de las mejoras en materia de salud materno-infantil serán producto de una mejor atención prenatal y qué porcentaje derivará del hecho de evitar nacimientos mediante la planificación familiar. Los autores dicen: “A comparación de los servicios de anticoncepción, los neonatales y maternos son más complejos y más difíciles de definir y medir” y agregan que “es difícil estimar los beneficios de la asistencia neonatal y materna porque pocos estudios han abordado el asunto”.

Cabe destacar que es la primera vez que el informe ‘Haciendo cuentas’, publicado por primera vez en 2003, intenta hacer uso del tema de la salud materno-infantil para justificar la necesidad de invertir más fondos en anticoncepción y aborto a nivel mundial.


El lobby abortista de Estados Unidos
presiona a los legisladores para eliminar los centros pro vida

Cuarenta y cinco centros de ayuda gratuita a embarazadas están amenazados en Washington a pesar de que han ayudado a más de sesenta mil mujeres y han salvado innumerables vidas.

Los dos grupos abortistas más importantes de Estados Unidos Planned Parenthood –la multinacional anti vida más importante del mundo- y NARAL Pro-Choice están poniendo en marcha toda su maquinaria para presionar a los legisladores de Washington para que se apruebe una ley que acabará con los centros pro-vida de ayuda gratuita a las mujeres embarazadas.

El proyecto de ley está integrado en el marco de la reforma sanitaria que pretende el presidente estadounidense Barack Obama y se debatirá este miércoles, 27 de enero. La idea pretende eliminar a más de 45 centros de ayuda gratuitos que prestan soporte a las mujeres que tienen embarazos no planificados.

Con esta iniciativa la industria abortista pretende poner múltiples trabas a los centros de atención para dificultar su labor. Según recoge Aciprensa, la ex directora de Life Services of Spokane, Paula Cullen, uno de estos centros afectados por esta iniciativa anti-vida, ha afirmado que “esta ley daña a las mujeres embarazadas, así de sencillo. Será muy importante para nuestros legisladores que conozcan en primera mano la tremenda contribución de estos centros en sus distritos”.

“Así se darán cuenta que estas instituciones han servido a sus comunidades durante años sin quejas y que juegan un importante rol en proporcionar ayuda a mujeres que se enfrentan a embarazos no planeados”. La regulación que se propone impedir la ayuda que prestan estos centros, según Cullen, “no solo no es necesaria sino también es una bofetada a estos grupos de caridad que han trabajado muy duro durante mucho tiempo”.

Según recoge Aciprensa, estos centros han servido en Estados Unidos a más de 60 mil mujeres gratuitamente; han aportado con servicios sociales como vestido, cuidado prenatal, pañales, etcétera, a más de 34 mil mujeres; han realizado más de 20 mil pruebas gratuitas de embarazo; han realizado más de 6 mil exámenes de ultrasonido gratuitos; y más de 22 agencias de servicios sociales las tienen como referencia en el estado de Washington. 
Proporcionaron, en total, más de 15 millones de dólares en servicios gratuitos a hombres, mujeres y adolescentes.


Los obispos lamentan la politización de la sanidad

Los obispos estadounidenses se han manifestado preocupados por la politización de la sanidad que, según los prelados, está llevando a cabo la Administración de Barack Obama con la pretendida reforma sanitaria.

Kathy Saile, director de la Oficina de Desarrollo social nacional, afirma esto en una declaración en vídeo colgada en la página oficial de la Conferencia Episcopal (USCCB). Se trata del primer posicionamiento público de la Conferencia en esta cuestión, desde que el Senado aprobó su versión de la reforma legal sanitaria, el 24 de diciembre pasado, según informa el portal de noticias Zenit.

En los días previos a la votación final en el Senado, los obispos habían enviado numerosas cartas a los senadores líderes expresando preocupación porque la legislación era “deficiente” y necesitaba “cambios esenciales”.

El cardenal Daniel DiNardo, arzobispo de Galveston-Houston, y presidente del Comité de Actividades Provida de la USCCB, observó que la reforma propuesta se quedaba corta en “el respeto a la vida y la conciencia; en la asequibilidad para los pobres y en el acceso a la tan necesaria atención sanitaria básica para los inmigrantes”.

El mayor problema, afirmó, es que la ley “autoriza explícitamente el uso de fondos federales para subsidiar planes sanitarios que cubren el aborto voluntario por primera vez en la Historia”.


La ‘Ley Mordaza’, sin efecto

El pasado 23 de enero, el presidente del gobierno Barack Obama firmó una orden ejecutiva eliminando la ley que prohíbe que dinero de los Estados Unidos financie a grupos de planificación familiar internacional que promueven el aborto o proporcionan información, consejería o referencias sobre servicios de aborto.

Conocida como la “Política de la Ciudad de México”, la prohibición fue inicialmente establecida por el presidente Ronald Reagan y suspendida durante la presidencia de Bill Clinton. George W. Bush la reinstauró días después de tomar posesión de su cargo en 2001. Quienes se oponen a esta política se refieren a ella como “ley mordaza global”.

De esta forma Obama restaura el financiamiento a organizaciones internacionales no gubernamentales que prestan servicios de planificación familiar que matan vidas. Las organizaciones anti vida como Association of Reproductive Health Care Professionals, Feminist Majority, Guttmacher Institute, International Planned Parenthood Federation, o la NARAL Pro-Choice America han publicado declaraciones y comunicados de prensa aplaudiendo la decisión del Presidente Obama para revocar la ley mordaza global.

(fuente: www.forumlibertas.com)

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