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martes, 4 de junio de 2013

Acerca de los SCALABRINIANOS

Una pequeña Congregación

La Congregación de los misioneros de San Carlos - Scalabrinianos - es una comunidad internacional de religiosos que acompañan a los migrantes de diferentes culturas, religiones y etnias, en mas de 30 países. Fue fundada el 28 de noviembre de 1887 por el Beato Juan Bautista Scalabrini (1839-1905), obispo de Piacenza (Italia). Eran los tiempos de la grande emigración de Italia y Europa en general, hacia el continente americano: un imponente fenómeno que Scalabrini supo leer y comprender en su doble perfil social y eclesial. La Congregación está compuesta por 710 religiosos, de los cuales 588 son sacerdotes, 11 son hermanos misioneros, y104 son religiosos estudiantes y 7 co-hermanos obispos. (Según datos del 21 de enero de 2009)


El Proyecto Misionero Scalabriniano

El Proyecto Misionero Scalabriniano, delineado en las Reglas de Vida, se mueve sobre la línea de la fidelidad creativa al carisma, acompañando el camino de los migrantes y refugiados hacia un nuevo Pentecostés.


La Identidad

La Congregación de los Misioneros de San Carlos (Scalabrinianos) es una comunidad apostólica de religiosos inserta en la actividad misionera que Cristo continúa en la Iglesia para realizar el plan divino en el mundo y la historia. Este plan fue revelado plenamente en Cristo, enviado por el Padre «para llevar la buena noticia a los pobres» y para «congregar en la unidad a los hijos de Dios que estaban dispersos». Este plan se manifiesta todavía en los acontecimientos, en las exigencias y en las aspiraciones de los hombres. El mundo, al que estamos llamados para anunciar el misterio de la salvación, es el de los migran¬tes. Para cumplir nuestra misión, compartimos con ellos su misma vida y vicisitud migratoria, a la manera de Cristo que, por «su encarnación, se unió a las condiciones sociales y culturales de los hombres con quienes convivió. (Reglas de Vida 1)


La misión

Esta es la misión que la Iglesia nos ha confiado por medio de nuestro Fundador, el obispo de Piacenza Juan Bautista Scalabrini (1839-1905); hacernos migrantes con los migrantes, para edificar con e¬llos, incluso mediante el testimonio de nuestra vida y de nuestra comunidad, la Iglesia, que en su peregrinación terrena se asocia especialmente a las clases más pobres y abandonadas; ayudar ade¬más a los hombres a descubrir a Cristo en los hermanos migrantes y en las migraciones un signo de la vocación eterna del hombre. (Reglas de Vida 2) Entre el Cielo y la Tierra: el escudo del ángel


La visión

"El Fundador obedecía al mandato apostólico de llevar el mensaje evangélico a los más pobres y lejanos: mandato que animó toda su acción y originó aquellos aspectos más característicos de su acción pastoral, en los que descubrimos las fuentes de nuestro espíritu misionero.

Promovió, en efecto, la obra en favor de los sordomudos, para comunicar la palabra de Dios a las criaturas más abandonadas. Se hizo apóstol del catecismo, como instrumento fundamental para difundir en todos los corazones la fe. Se preocupó de las mondadoras de arrozales y, sobre todo, de la naciente clase obrera, que se estaba organizando al margen de y contra la Iglesia.

Esta sensibilidad apostólica encontró sus más elevadas vibraciones, cuando se volvió a los migrantes.

Para ellos, con la ayuda de sus misioneros y de laicos de buena voluntad, ideó un plan de acción, que respondiera a sus exigencias humanas y sociales y los condujera, a través de su suerte de migrantes, aunque causada por injusticias o desequilibrios demográficos y estigmatizada por sufrimientos y opresiones, a contribuir a la solidaridad de todos los hombres, al progreso social y, sobre todo, a la difusión de la fe y a la unificación de la familia humana en Cristo." (RdV, 3)


La elección de los más pobres


También en este terreno obedecía al mandato apostólico de llevar el mensaje evangélico a los más pobres y lejanos: mandato que animó toda su acción y originó aquellos aspectos más característicos de su acción pastoral, en los que descubrimos las fuentes de nuestro espíritu misionero.

Promovió, en efecto, la obra en favor de los sordomudos, para comunicar la palabra de Dios a las criaturas más abandonadas. Se hizo apóstol del catecismo, como instrumento fundamental para difundir en todos los corazones la fe. Se preocupó de las mondadoras de arrozales y, sobre todo, de la naciente clase obrera, que se estaba organizando al margen de y contra la Iglesia.

Esta sensibilidad apostólica encontró sus más elevadas vibraciones, cuando se volvió a los migrantes.

Para ellos, con la ayuda de sus misioneros y de laicos de buena voluntad, ideó un plan de acción, que respondiera a sus exigencias humanas y sociales y los condujera, a través de su suerte de migrantes, aunque causada por injusticias o desequilibrios demográficos y estigmatizada por sufrimientos y opresiones, a contribuir a la solidaridad de todos los hombres, al progreso social y, sobre todo, a la difusión de la fe y a la unificación de la familia humana en Cristo

(Reglas de Vida 3)

Como moto de su escudo episcopal, el beato Juan B. Scalabrini escogió la frase: "Video Dominum innixum scalae", inspirándose en la escalera de Jacob (Cfr. Gn 28,12).

Metáfora de un hombre de Dios que quiso estar en la frontera del diálogo entre el Cielo y la Tierra, entre Dios y su pueblo, entre la Iglesia y el Mundo, entre la Fe y la Patria.


La esperanza como camino, la fe como escalera, el amor como visión.
San Carlos Borromeo como Patrono

"Llegó el momento, oh queridos mios, de poner definitivamente nuestra Congregación bajo el patrocinio de un Santo, y (...) me llegó a la mente más radiosa y más suave que nunca la figura del grande San Carlos. (...)

Os honraréis, por lo tanto, de llamaros de ahora en adelante Misioneros de San Carlos. Ejemplo de aquella intrépida constancia, de aquella generosa paciencia, de aquella ardiente caridad, de aquel celo iluminado, magnánimo, de todas aquellas virtudes que hacen de un hombre un verdadero apóstol de Jesucristo. Él tiene sed de almas!"

(A los misioneros para los italianos en las Américas, 15.3.1892, Piacenza)


Pastoral Misionaria

"Conscientes de que el Reino de Dios se expresa a través de las realidades humanas y en ellas se construye, sabemos percibir los valores que caracterizan la vida de los migrantes y constitu¬yen un aporte propio de ellos a la solidaridad de todos los pueblos y a la fraternidad universal: las aspiraciones a la dignidad, a la participación, a la justicia y a la salvación integral. Al mis¬mo tiempo, tenemos muy en cuenta el patrimonio espiritual de pensamientos, tradiciones, cul¬tura y religión, que los migrantes traen consigo de sus lugares de origen, como también el pa¬trimonio de valores del nuevo ambiente, en el que vienen a morar.

Para comprender tales valores y orientarlos a la construcción del Reino de Dios, y responder al mismo tiempo a las exigencias de la Congregación, que tiene miembros y destinatarios de diversas nacionalidades, ponemos en la base de nuestra formación, y de nuestro apostolado un espíritu auténticamente misionero. El nos hace plenamente disponibles, no sólo para trabajar fuera de nuestra patria, sino también para adquirir, cuando falte la homogeneidad natural, una afinidad espiritual, sicológica y lingüística con los migrantes confiados a nuestros cuidados, cualquiera que sea su origen.

A nivel operativo, la Congregación valora la homogeneidad natural y las afinidades adquiri¬das de sus miembros, y reconoce la oportunidad y la eficacia pastoral de confiar normalmente el cuidado de los migrantes a los que poseen su lengua y conocen su mentalidad, formas de cultura y los caracteres de su vida espiritual."

(Reglas de Vida n. 6)

n. 70 "Reconocemos el valioso trabajo que nuestros co-hermanos desarrollan en las posiciones más tradicionales. Muchas de éstas se han abierto a las nuevas migraciones y tienen necesidad de ser sostenidas y estimuladas en esta línea, otras precisan de una revisión. Junto a situaciones de emergencia temporánea, las migraciones actuales presentan también situaciones marcadas por una particular gravedad y nuevos escenarios de migraciones masivas, en Europa, de Asia hacia Australia, al interior de Asia y la costa occidental de Norte América; nuevos flujos desde América Latina y el Caribe hacia los Estados Unidos, Canadá y Japón; latinoamericanos en Europa y sobre todo en España; indocumentados, refugiados y desplazados en Colombia, en África, en Asia y en Medio Oriente; migraciones internas o desde naciones limítrofes; los prófugos de las costas del Mediterráneo y la situación tan precaria de la gente de mar. En este momento histórico, la congregación está llamada a darles prioridad y a responder con signos concretos a los nuevos fenómenos arriba descritos, dada su gravedad y la urgencia. [...]

n. 75 "La evolución del fenómeno migratoria se estudia y se divulga en la congregación con la ayuda de los centros de estudios, de los mass-media, de nuestra presencia en los organismos eclesiales, de las ONG. [...] Nuestra riqueza y nuestra originalidad, como congregación, está en la distribución del territorio a nivel mundial y en la lectura scalabriniana de las migraciones así como en nuestra respuesta pastoral."

(XIII Capítulo General - Documento final )


Laicos Scalabrinianos

Scalabrini fundaba en 1889 la Sociedad San Rafael

straphael_copia_okEl 12 de abril de 1889 el beato Juan B. Scalabrini funda la Asociación de Patronato "San Rafael" en Italia, para extender a esta nación la red internacional de asistencia social y jurídica de tutela de los derechos humanos de los migrantes ya activa en otras naciones europeas, sobre todo en los puertos de partida y de llegada del éxodo de migrantes a los cuales el continente europeo asistió en la segunda mitad del Ochocientos.

Después del gran evento de la Beatificación de Scalabrini, ocurrida en 1997, que favoreció un retorno a las intuiciones del Fundador, un mayor conocimiento y estudio de sus escritos y de sus obras, una mayor adhesión a su visión providencial, una renovada apreciación por su persona y por su percurso de vida y espiritualidad evangélica, una compartida comunión con su santidad de vida y espíritu de misión, inició el Movimiento de los Laicos Scalabrinianos.


Un movimiento en la sinergia del único carisma misionero

Los Laicos Scalabrinianos se están organizando en un movimiento de cristianos, de hombres y mujeres, de adultos y jóvenes que, después de un período de formación específica misionera, espiritual y scalabriniana, se comprometen a través de pequeñas comunidades evangelizadoras en la Iglesia local y en la acción socio-política en la sociedad a través de sus estructuras organizativas y asociativas, en sinergia y comunión con los Misioneros y las Misioneras Scalabrinianas, a la luz del mismo carisma profético y de la misma (com)pasión por los migrantes y refugiados, independiente de la cultura, de la religión, de la lengua y de la situación administrativa.

Este "movimiento" de los Laicos Scalabrinianos, se encuentra todavía en su fase de "experimentación" de las primeras estructuras de formación, organización, sensibilización, misión y solidaridad, ya celebró algunos encuentros nacionales, regionales y mundiales que se demuestran decisivos, como siempre quiso el beato Scalabrini, por el necesario regreso del compromiso laical en el desarrollo, en la actualización, en la renovación y el servicio del carisma scalabriniano a la Iglesia, en su respuesta orgánica y adecuada a las necesidades de las familias y de las comunidades migrantes.

Al interior de este "movimiento laical" existen aunque los Voluntarios y los Misioneros Laicos Scalabrinianos que, mediante algunos acuerdos, realizan períodos de misión a favor de los migrantes y refugiados en el propio país o al exterior, como respuesta concreta a una vocación acompañada por las Congregaciones.

para más información, visitar http://www.scalabrini.org

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