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sábado, 8 de junio de 2013

Protagonistas de la colecta de Cáritas 2013: Vivienda propia en Bahía Blanca

La luchar para salir adelante

 Isabel Subaldía construye su casa en un barrio de Bahía Blanca con la ayuda que recibe del plan de mejoramiento habitacional que recibe de Cáritas. “Gracias a Dios puede acceder a este proyecto que es muy bueno, para poder levantar la casa, que uno no puede muchas veces, pero finalmente pude y estoy muy contenta”, expresa.

Isabel tiene una discapacidad en una de sus manos, pero eso no la frena a la hora de construir su casa. Junto a sus siete hijas, dos hijos y su yerno edifican cada día el sueño de años.

“La familia completa está trabajando para levantar mi casita que hoy puedo hacer porque cuento con el apoyo de Cáritas. La idea es hacer más adelante otra piecita atrás para mi hija mayor. Es de material lo que estamos haciendo y va a tener el baño adentro para el invierno. Eso es muy bueno porque se pasa mucho frío, nosotros sabemos de eso, hasta mis nietos sufrían el frío”, describe.

“Mis hijas luchan solas porque no tienen marido, están separadas y no les queda otra que luchar. Todos tenemos que luchar para salir adelante. Así que cirujeamos con un carrito a mano, juntando cosas, chatarras. Yo voy hasta el centro a buscar cartón que después vendo. Toda la familia hace el mismo trabajo, por suerte porque todos tenemos carro. Estamos todos en la misma y la única que pudo levantar su casita fui yo, del barrio ningún otro todavía, no tuvieron la posibilidad”, afirma.


Referentes

Cáritas Bahía Blanca desarrolla un programa de microcréditos para mejoramiento habitacional para acompañar a las familias que se encuentran en situaciones de extrema pobreza y precariedad, en barrios más marginados de la ciudad.

Miguel Ángel “Tato” Leiva y Roxana Barrial López trabajan, desde el área de vivienda de Cáritas, motivando y acompañando a las familias más pobres y excluidas a participar del proyecto de microcréditos para mejoramiento habitacional de los barrios más marginados de Bahía Blanca.

“Entre 40 y 50 familias ya han sido beneficiadas con los créditos del fondo rotativo de Cáritas. Se han construido casas, se han mejorado otras, haciéndole un baño, finalizando construcciones incompletas o familias muy numerosas que agregaron una pieza más. Esto anima mucho y contagia a otras personas para que también se sumen al proyecto”, describe.

“Tato” construyó su casa con la ayuda de los microcréditos para mejoramiento habitacional que maneja Cáritas Bahía Blanca. Hoy, es referente en los barrios con mayor pobreza y precariedad habitacional de la ciudad, animando a las familias para que, con la ayuda de Cáritas, tengan su casa de material.

“Hay gente que me conoce, que me ha visto levantar mi casa ladrillo a ladrillo, cuando empecé a construir, primero una piecita y con mucho esfuerzo y trabajo hoy puedo tener mi casa. Y con mucho orgullo hoy puedo acompañar a muchas familias para que tengan la suya. Me gustaría ver que así como pude yo que los demás tengan las mismas posibilidades y oportunidades”, expresa.

“La motivación de ellos y la participación nuestra van de la mano, el contagiarle desde la promoción y decirles que Cáritas los quiere ayudar, que se pueden anotar y que con eso tener una casa con un costo menor al real, eso los lleva adelante. Es un empujoncito para que puedan luchar por este derecho”, explica Tato Leiva.

Roxana Barrial López es otra referente y acompaña a familias en situaciones de extrema pobreza y precariedad habitacional en uno de los barrios que acompaña Cáritas Bahía Blanca.

“Mi trabajo es buscar, visitar a la gente, ver la realidad de cada uno, las necesidades de cada persona y les cuento sobre el programa de mejoramiento habitacional que hace Cáritas y como que va pasando de boca en boca. Después la gente va, se anota, y piden los materiales. Uno ya sabe la realidad de cada familia, cómo viven, cómo son”, describe.


El hogar para unir la familia

Flavio Brown tiene 37 años y vive junto a su mujer, Cecilia, y sus siete hijos en la casa a la cual accedió a través del Plan de Autoconstrucción de Viviendas que Cáritas desarrolló en Bahía Blanca.

Flavio y Cecilia vivieron un tiempo separados por falta de espacio. Cecilia con los nenes fue a vivir con su mamá y Flavio con la suya hasta poder resolver la situación. “En ese momento recurrimos a Cáritas porque queríamos volver a vivir en familia. Allí nos escucharon y al tiempo entramos al Plan de Autoconstrucción”, relata Cecilia.

“No sabíamos qué hacer, yo venía remándola siempre con trabajos alternativos y nunca podía llegar ni siquiera a comprar un terreno, hasta que surgió el Plan. Me acuerdo que fue algo maravilloso, se fue dando de a poquito. No estábamos como titulares, éramos suplentes de los suplentes y teníamos muy pocas posibilidades porque estaban anotadas muchas familias. pero teníamos expectativas y la esperanza de tener casa propia”, recuerda.

Ya en su nuevo hogar Flavio y Cecilia destacan el valor de que sea propio: “Nos cambió muchísimo la vida, nos unió como familia porque estábamos separados, así que literalmente el proyecto nos unió: la casa es todo, yo creo es todo. Los chicos también la disfrutan, desde el hecho de poder celebrar sus cumpleaños en la casita y no estar pidiendo a la abuela a ver si le presta el patio o poder invitar a algún amiguito a dormir, lo cual antes era imposible”.

“Por primera vez los niños disfrutan de su hogar, porque en la casa de la abuela el espacio era compartido y limitado y antes de separarnos vivíamos en un cuartito que nos prestaba mi papá y compartíamos el baño y era todo un tema”, agrega Flavio.

La pareja piensa seguir construyendo su futuro juntos: “La casa nos unió mucho así que ahora ese es el proyecto principal: la familia unida y darle para adelante con cosas que vayan surgiendo, pero siempre juntos. La casa propia te ayuda mucho, es así, es una realidad, es un techo, como un pilar, es un gran pilar”, define emocionado.

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