Lunes 7 Abr 2014 Salta (AICA): El arzobispo de Salta, monseñor Mario Antonio Cargnello, se mostró preocupado frente a la creciente conflictividad social, que atribuyó a una “situación social deteriorada” por la “crisis cultural”, el “imperio del dinero” y la falta de educación. El prelado denunció el efecto de las drogas y el negocio del narcotráfico, especialmente sobre los jóvenes, y frente a los recientes hechos de violencia popular, denominados “linchamientos”, indicó que son “inmorales” y muestran “una Argentina que retrocede a pasos agigantados”.
Monseñor Cargnello compartió a AICA algunos pensamientos y reflexiones sobre la situación social que puso por escrito a pedido de El Tribuno. El vicepresidente segundo del episcopado afirmó que en la actualidad existe “una crisis cultural que ha deteriorado las instituciones básicas que contienen y dan aire al desarrollo de la persona humana”.
“La crisis de la familia y del concepto de autoridad, la ausencia de valores y de proponer la formación de virtudes, la desorientación de la libertad humana concebida como negación de cualquier límite, aún de los que nos permiten reconocernos y desarrollarnos como personas, la ausencia de Dios en la vida concreta de las personas arrinconándolo al ámbito de lo privado y/o de la piedad intimista e individualista constituye el telón de fondo”, aseveró.
En segundo lugar, el prelado observó que “el imperio del dinero por sobre el hombre tiene expresiones que son muy destructivas”.
“Los negocios vinculados a la violencia y al placer, que tantos réditos económicos genera en amos del mundo encuentran en el narcotráfico una tristísima expresión que nos está matando no tan lentamente a muchos de nuestros jóvenes y no sólo jóvenes. El negocio de la droga se ha metido en barrios y lugares de nuestra ciudad y provincia y país. La violencia que la misma genera y alimenta, destruye familias y amenaza la paz social”, afirmó.
Monseñor Cargnello se refirió también al deterioro de la economía: “Todos estamos viendo cómo la capacidad adquisitiva del salario se diluye y cada día es más difícil llegar a fin de mes. Los subsidios tampoco alcanzan y se ve crecer un resentimiento entre asalariados y subsidiados que no alienta la paz social. ¡Qué importante sería que los responsables asumieran con sinceridad sus equivocaciones y dijeran la verdad a la sociedad toda!”.
El arzobispo denunció también la crisis que se vive en la educación: “Ojalá llegue la hora en la que todas las partes comprometidas con la educación, sincerándose en un acto de amor a las generaciones de niños y jóvenes, logren comprometerse en un verdadero pacto social que coloque la educación en el lugar que debe estar en nuestra patria y en el mundo”.
Frente a los linchamientos, monseñor Cargnello opinó: “Pienso que la violencia que se expresa en los llamados linchamientos es inmoral. Muestra una Argentina que retrocede a pasos agigantados. La venganza no es justicia, alimenta la violencia”.
“Pedimos a las personas, familias y barrios que renueven su paciencia con nuestra patria. Rogamos a Dios que nos dé esa paciencia. Pero también pedimos al Estado que contenga con la Ley y la Justicia a este pueblo que lo elige y sostiene”, alegó.
“Es hora de mirar de frente una sociedad que está reclamando un ejercicio de la autoridad verdaderamente comprometido con el bien común y no con la búsqueda desenfrenada de alcanzar o conservar el poder. En este sentido pido a todos los comprometidos con la cosa pública a que no tengan miedo de creer que la autoridad es servicio y que la humildad de reconocer verdades y comprometerse por el bien de todos no es debilidad sino grandeza”, concluyó.+
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