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miércoles, 16 de abril de 2014

Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen


¿A qué se refería Jesús con estas palabras que pronunció en la cruz? Parece que con ellos perdona sólo a los que ignoran las causas de sus actos o no son responsables de ellos. Con esta frase pronunciada con una caridad heroica, Jesús nos enseña a perdonar.

Una vez que Jesús fue llevado al Calvario, fue despojado de sus vestiduras. Se le clavó dolorosamente a la cruz y se le alzó en medio de dos ladrones. Fue en ese momento, al comenzar el tiempo culminante de su pasión, que pronunció unas palabras de perdón para sus verdugos: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”. Sólo Lucas, el médico evangelista, ha dejado constancia de estas palabras. (Lc. 23, 34) ¿Qué significan en sí mismas? ¿Qué significan para nosotros? Una revisión de la mano de algunos Padres de la Iglesia nos puede ayudar a entenderlo mejor.


Jesús nos enseña a perdonar desde la cruz

En Jesús crucificado caben todos los hombres. Toda la miseria y sufrimiento humanos están en Él. En este sentido, todos los hombres están en Cristo. En la ignominia y escándalo de la cruz se ha mostrado cómo Dios mismo, en la Persona del Hijo, ha plenificado la naturaleza humana, pues para resucitar ha pasado por la muerte como la más profunda experiencia humana. Es en este momento de abandono en la muerte, a la puerta de la nada, que Jesús perdona a sus verdugos. Con este signo de caridad ha mostrado la perfección del amor, que desea el bien, y nos ha enseñado a hacer lo mismo.

San Juan Crisóstomo, el Doctor de Constantinopla, comentó el texto de San Lucas que narra este momento. En su comentario, El Crisóstomo habla de Cristo como un maestro que enseña a sus alumnos a perdonar desde la cruz. Esto lo hace a la luz de un pasaje de San Mateo que cuenta que Cristo encargó a sus discípulos “orar por sus perseguidores” (Mt, 5, 44)

“Que el Señor dijera “Orad por sus perseguidores” esto también lo hizo cuando fue ascendido en la cruz, de donde se sigue que Jesús también decía: “Padre, perdónalos”, no porque no pudiera el mismo perdonar, sino para que nos enseñara a orar por los perseguidores, no solo con palabras, sino con acciones”. (1)

Crisóstomo continúa la explicación así, y responde a por qué Cristo dijo “perdónalos”: “Jesús también dijo “Perdónalos”, si hicieron penitencia, (si reconocieron su pecado) favorece a los penitentes, si quieren, luego de tanta debilidad disolver por medio de la fe su pecado.” (2)

Con esta explicación nos queda claro que Jesús nos enseña a perdonar y ofrece su perdón, por su perfección, a sus verdugos. San Juan Crisóstomo deja en claro que para recibir el perdón hace falta reconocer el pecado y querer disolverla por la fe. El expositor no explica que el perdón implique el abandono de la justicia, sin embargo, muestra que Dios es rico en misericordia y quiere que todos los hombres estén en paz con Él.


No saben lo que hacen

Ahora bien, surge un problema, pues Cristo dijo “Perdónalos porque no saben lo que hacen” A partir de aquí podríamos entender que sólo se puede perdonar a los que no saben lo que hacen. No saber lo que se hace implica una ignorancia de la propia acción, y esto se fundamenta en una “laguna” del autoconocimiento. Aunque tambien puede haber sido por una breve ofuscación.

Al respecto, otro Padre de la Iglesia expone sus argumentos y da luz sobre la cuestión. Beda el venerable, monje inglés, dice que los verdugos no sabían lo que hacían, y que por eso estaban llamados al perdón quizás con más razón que otros que supieran que mataban al Hijo de Dios, el Logos hecho hombre. ” (Se puede) notar sanamente que no oraba (Jesús) por aquellos que entendieron que crucificaban al Hijo de Dios y no quisieron confesar, sino por aquellos que no sabían lo que hacían, teniendo el celo de Dios, y no según el conocimiento.” (3)

Con este comentario queda claro que Cristo estaba dispuesto a perdonar a sus verdugos que no sabían lo que hacían porque no lo habían reconocido como Dios. Beda no dice expresamente que Cristo no hubiera querido dejar sin perdón a los verdugos que lo habían reconocido como Hijo de Dios. Sin embargo, parece que la misericordia de Cristo está más cercana a aquellos que no lo hubieran reconocido. Sin duda la muerte de un inocente reclama justicia, cosa que no se niega en las palabras de Cristo. El perdón ha brotado de la perfección de su caridad y se ha mostrado deseoso de apartarse de los resentimientos contra sus verdugos. Es por esto que los libera de sus pecados para que puedan reconocerlo como Hijo de Dios con mayor disposición.

(1) Cfr. Tomás de Aquino, Cadena aurea en los cuatro evangelios, In Lucam, Cap. XXIII, 6, ad. Chrysostomus
(2) Ibid.
(3) Ibid ad Beda

escrito por Gabriel González Nares
(fuente: www.encuentra.com)

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