VATICANO, 11 Abr. 14 / 11:23 am (ACI/EWTN Noticias).- El Papa Francisco dirigió este viernes un discurso a 470 miembros del Movimiento por la Vida Italiano, en el que reiteró que el derecho a la vida no está subordinado a ninguna ideología y exhortó a proteger a los niños –nacidos y no nacidos-, y a los ancianos de la cultura del descarte, que es una consecuencia del divorcio entre economía y moral.
"La vida humana es sagrada e inviolable. Todo derecho civil se asienta en el reconocimiento del primero y fundamental de los derechos, el derecho a la vida, que no está subordinado a condición alguna, ni cualitativa, ni económica, ni tanto menos ideológica”, expresó el Papa.
En ese sentido, indicó que “así como el mandamiento de 'no matar' pone un límite claro para asegurar el valor de la vida humana, hoy tenemos que decir 'no' a una economía de la exclusión y la desigualdad. Esa economía mata... Se considera al ser humano en sí mismo como un bien de consumo, que se puede usar y luego tirar. Hemos dado inicio a la cultura del 'descarte' que, además, se promueve. Y así se descarta también la vida".
El Santo Padre advirtió que uno de los peligros más graves de la época actual es “el divorcio entre economía y moral, entre las posibilidades que ofrece un mercado provisto de cualquier novedad tecnológica y las normas éticas elementales de la naturaleza humana, cada vez más arrinconada”.
“Es necesario reiterar la oposición más firme a cualquier atentado directo a la vida, especialmente inocente e indefensa, y el nonato en el seno materno es el inocente por antonomasia. Recordemos las palabras del Concilio Vaticano II: 'La vida desde su concepción ha de ser salvaguardada con el máximo cuidado; el aborto y el infanticidio son crímenes abominables''', expresó.
El Papa recordó que tiempo atrás, durante una conferencia con médicos, uno de estos lo llamó aparte y le entregó un paquete, diciendo “Padre quiero dejarle esto a usted. Son los instrumentos que he utilizado para abortar. He encontrado al Señor, me he arrepentido y ahora lucho por la vida”. “Y me dio todas las herramientas. Recemos por este buen hombre'', pidió Francisco.
El Pontífice señaló que todo cristiano debe dar el testimonio evangélico de “proteger la vida con valor y amor en todas sus fases”. “Los animo a hacerlo siempre con la actitud de la cercanía, de la proximidad: ¡Que cada mujer se sienta considerada como persona, escuchada, acogida, acompañada¡'', invitó.
En su discurso, el Papa Francisco también pidió ocuparse de los abuelos, porque junto con los niños “son la esperanza de un pueblo. Los niños y los jóvenes porque sacarán adelante a ese pueblo; los abuelos porque tienen la sabiduría de la historia, son la memoria de un pueblo. Custodiar la vida en un tiempo donde los niños y los abuelos entran en esta cultura del descarte y se piensa en ellos como material desechable ¡No! Los niños y los abuelos son la esperanza de un pueblo''.
El Papa también agradeció por el “Proyecto Gema”, (una forma de adopción prenatal a distancia de mujeres embarazadas en dificultad) que ''en estos últimos 20 años ha permitido, a través de una forma particular de solidaridad concreta, el nacimiento de tantos niños que, de otra forma, no habrían visto la luz''.
Finalmente, los encomendó a la protección de María y pidió que Cristo sostenga la acción de los Centros de Ayuda a la Vida y como Movimiento por la Vida, “en particular el proyecto 'Uno de nosotros’”.
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