Los dones del Espíritu Santo nos fueron regalados desde el día de nuestro bautismo y se van aumentando si así lo pedimos en la oración.
1) Don de Sabiduría
El Espíritu Santo mediante este don, pone al alcance de almas sencillas, el conocimiento de Dios y de lo que a El se refiere Es un gusto especial por todo lo que se refiere a Dios o al bien de las almas. Nos hace saborear con simpatía y convicción las verdades y atributos divinos, por ejemplo: que Dios es Creador, Redentor, Santificador, etc. Hace que la persona goce con la oración y encuentre verdadero gusto en las lecturas de buenos libros especialmente en la Biblia. Hace que ya no obremos por ser admirados o por que nos agradezcan o estimen, sino solamente para que Dios quede contento.- Después de saborear con este don lo que es de Dios, ya todo lo que es pecado y egoísmo material causa disgusto.
2) Don de Entendimiento
Mediante este don le es dado al cristiano un conocimiento más profundo de los misterios de Dios. El hombre tiene una mayor certeza de lo que cree, todo es más claro. Para llegar a este conocimiento es necesaria la luz que da el Espíritu Santo, que recibimos en la medida de la pureza de nuestro corazón y de los deseos de santidad. El también ilumina nuestro entendimiento para que comprendamos la palabra de Dios en la Biblia.
3) Don de Consejo
Este don está muy relacionado con la virtud de la prudencia, y se refiere a los medios que se deben emplear en cada situación. Hace que al momento de tomar una decisión, escojamos lo que más nos conviene; inspira lo que debemos hacer y cómo se debe hacer, y lo que se debe decir y cómo se debe decir. Lo que se debe evitar y lo que se debe callar. A veces por medio de una buena lectura el don de Consejo, nos ilumina qué es lo que Dios está esperando de nosotros. También ayuda a encontrar soluciones rápidas para causas urgentes, y guiar a otros para que eviten lo que no les conviene.
4) Don de Fortaleza
Es una fuerza especial para realizar lo que Dios quiere de nosotros y para resistir con paciencia y valor las contrariedades de la vida. Si dejamos que el Espíritu Santo tome posesión de nuestras vidas, comprenderemos que el Señor escoge al débil y que no pide más que la buena voluntad para poner todo lo que está de nuestra parte, para que El lleve a cabo maravillas. La vida es a ratos tan dura que sin el don de fortaleza, no seríamos capaces de aguantar sin desesperación. Hay tentaciones, tan violentas e inesperadas que si no fuera por la intervención del Espíritu Santo no podríamos resistir.
5) Don de Ciencia
Es una facilidad para distinguir entre lo verdadero y lo falso. Muchas personas creen como verdadero lo que es falso y en cambio no aceptan lo que es verdad. Mediante el don de la ciencia, el cristiano sabe distinguir con perfecta claridad lo que le lleva a Dios y lo que le separa de El. También le advierte cuando las cosas buenas y rectas pueden convertirse en malas para el hombre, y lo convence de que lo que más vale no es lo material sino lo espiritual.
6) Don de Piedad
Las personas que reciben este don, tienen hacia Dios un cariño como hacia un Padre amorosísimo, y todo lo que sea por su Reino les llama la atención y lo hacen con gusto. Les mueve a tratar a Dios con ternura y el cariño de un buen hijo con su padre y a los demás hombres como a hermanos que pertenecen a la misma familia. Dios quiere que le tratemos con entera confianza, como hijos pequeños y necesitados, sabiendo que quiere lo mejor para cada uno de sus hijos. Este don nos mueve y nos facilita el amor filial a nuestra Madre del cielo, la devoción a los ángeles y santos.
7) Don de Temor de Dios
Es un temor cariñoso, que nos inspira miedo a ofender a Dios, por ser El un Padre tan generoso y lleno de bondad hacia nosotros, y también porque sabemos que Dios no dejará ni un solo pecado sin castigar. Todo menos que apartarnos de nuestro Dios. Es pues un temor que nace del amor a Dios.
(fuente: www.encuentra.com)
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