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sábado, 23 de mayo de 2009

Mi mamá no me mima

En marzo de este año, la Librería de Mujeres Editoras lanzó en la Ciudad de Buenos Aires una colección de cuentos infantiles titulada "Yo soy igual" con el objeto de, según la misma entidad editora, inculcar la igualdad de "género" desde temprana edad.

María Victoria Pereyra Rozas declaró a Diario Perfil que “Son los primeros cuentos de este tipo en el país, y fueron pensados con la idea de que la literatura debe permitir la visibilización de la realidad, porque estos cuentos intentan nombrar un mundo que ya existe”.

Esta colección fue presentada el mes pasado en la Feria del Libro que se llevó a cabo en la Ciudad de Buenos Aires y aborda situaciones de niños que viven con sus respectivas madres que ejercen profesiones o realizan oficios que, históricamente, fueron asignados a hombres. "Yo soy igual" es una colección de seis cuentos, los cuales son “Mi mamá es taxista”, “Mi mamá es electricista”, “Mi mamá es albañil”, “Mi mamá es referí”, “Mi mamá es cirujana” y “Mi mamá conduce el subte”.

Recientemente, la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires entregó un reconocimiento a los autores de dicha colección “su aporte a la igualdad de condiciones entre varones y mujeres y la reivindicación del papel de la mujer como trabajadora”. Por su parte, la Legislatura de la Ciudad ya tiene un proyecto para declarar a la colección "Yo soy igual" sea declarada de interés cultural y social.

Diario Perfil festejó el lanzamiento de estos libros como "la primera colección de cuentos infantiles no sexistas". Yo me pregunto ¿Qué sería un cuento infantil "sexista"?, ¿será acaso un cuento en donde prevalece el sexo de sus protagonistas?, ¿para los niños les es obsesión el rol que le cabe a los protagonistas según se sexo?.


La Teoría del Género

Desde finales del Siglo XIX, fueron surgiendo movimientos feministas que abogaron por la igualdad entre hombre y mujer. En la IV Conferencia Mundial de las Naciones Unidas sobre la Mujer, realizada en setiembre de 1995 en la Ciudad de Pekín se introdujo oficialmente el concepto de género y de ahí en más ha ido penetrando en distintos ámbitos, en todos los países del Planeta.

Para sorpresa de muchos países que no estaban al tanto de lo que terminaría por imponer sin un previo debate, se presentó al concepto de "género" como una suerte de evolución a lo que se entiende por sexualidad. Quienes organizaron aquella conferencia sentenciaron que
"El género se refiere a las relaciones entre mujeres y hombres basadas en roles definidos socialmente que se asignan a uno u otro sexo".

Las feministas impusieron la idea de que la diferencia entre hombre y mujer responde más a cuestión cultural en la que siempre termina perjudicándose a la mujer: se rechazaba todo tipo de patriarcado, entendiéndose que de esa forma la mujer siempre resulta ser la subordinada, como así también se pontificó que la mera atracción sexual entre hombre y mujer no respondía a las condiciones naturales sino a una cuestión educativa impuesta socialmente. En otras palabras, al margen del aspecto biológico, según esas personas, cada uno de los seres humanos tiene la potestad de elegir la orientación sexual que mejor le plazca.

De esta manera, se empieza a hablar de distinto tipos de sexualidad: además de la heterosexualidad, se acepta como natural el ser homosexual, lesbiana, transexual, travesti y/o bisexual. Se introduce también el concepto de homofobia, por el que se entiende al temor a las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo y todo tipo de discriminación contra personas homosexuales.

Así lo afirma Dale O'Leary, autora de numerosos ensayos sobre la mujer y participante en la Conferencia de Pekín, la teoría del "feminismo de género" se basa en una interpretación neo-marxista de la historia. Comienza con la afirmación de Marx, de que toda la historia es una lucha de clases, de opresor contra oprimido, en una batalla que se resolverá solo cuando los oprimidos se percaten de su situación, se alcen en revolución e impongan una dictadura de los oprimidos. La sociedad será totalmente reconstruida y emergerá la sociedad sin clases, libre de conflictos, que asegurará la paz y prosperidad utópicas para todos. Según O'Leary, los marxistas clásicos creían que el sistema de clases desaparecería una vez que se eliminara la propiedad privada, se facilitara el divorcio, se aceptara la ilegitimidad, se forzara la entrada de la mujer al mercado laboral, se colocara a los niños en institutos de cuidado diario y se eliminara la religión. Sin embargo, para las "feministas de género", los marxistas fracasaron por concentrarse en soluciones económicas sin atacar directamente a la familia, que era la verdadera causa de las clases.

Según esas feministas, la mujer debe ser liberada de todo compromiso social para con su familia, es decir, no debe ser "presionada" a quedarse en casa a cuidar a sus hijos y debe salir a la calle a desarrollar una profesión, tal como los hombres lo hacen. Para facilitar ésto, se solicita a los Estados de cada país, que se apoye económicamente con la creación de institutos para el cuidado de los menores mientras madre y padre estén trabajando.

1. Masculinidad y Feminidad: Consideran que el hombre y la mujer adultos son construcciones sociales; que en realidad el ser humano nace sexualmente neutral y que luego es socializado en hombre o mujer. Esta socialización, dicen, afecta a la mujer negativa e injustamente. Por ello, las feministas proponen depurar la educación y los medios de comunicación de todo estereotipo y de toda imagen específica de género, para que los niños puedan crecer sin que se les exponga a trabajos "sexo-específicos".

2. Relaciones familiares (padre, madre, marido y mujer): Las feministas no sólo pretenden que se sustituyan estos términos "género-específicos" por palabras "género-neutrales", sino que aspiran a que no haya diferencias de conducta ni responsabilidad entre el hombre y la mujer en la familia. Según Dale O'Leary, ésta es la categoría de "roles socialmente construidos" a la que las feministas le atribuyen mayor importancia porque consideran que la experiencia de relaciones "sexo-específicas" en la familia son la principal causa del sistema de clases "sexo/géneros".

3. Ocupaciones o profesiones. El tercer tipo de "roles socialmente construidos" abarca las ocupaciones que una sociedad asigna a uno u otro sexo.


La Familia: el primer blanco de las feministas

"El final de la familia biológica eliminará también la necesidad de la represión sexual. La homosexualidad masculina, el lesbianismo y las relaciones sexuales extramaritales ya no se verán en la forma liberal como opciones alternas, fuera del alcance de la regulación estatal… en vez de esto, hasta las categorías de homosexualidad y heterosexualidad serán abandonadas: la misma ‘institución de las relaciones sexuales', en que hombre y mujer desempeñan un rol bien definido, desaparecerá. La humanidad podría revertir finalmente a su sexualidad polimorfamente perversa natural" (Alison Jagger, "Political Philosophies of Women's Liberation", Feminism and Philosophy, Littlefield, Adams & Co., Totowa, New Jersey, 1977, p. 13.)

"La familia nos da las primeras lecciones de ideología de clase dominante y también le imparte legitimidad a otras instituciones de la sociedad civil. Nuestras familias son las que nos enseñan primero la religión, a ser buenos ciudadanos… tan completa es la hegemonía de la clase dominante en la familia, que se nos enseña que ésta encarna el orden natural de las cosas. Se basa en particular en una relación entre el hombre y la mujer que reprime la sexualidad, especialmente la sexualidad de la mujer" (Christine Riddiough, "Socialism, Feminism and Gay/Lesbian Liberation", Women and Revolution, p. 80.)

Representantes europeos afirmaron en Pekín que "Deben escucharse las voces de mujeres jóvenes ya que la vida sexual no gira sólo alrededor del matrimonio Esto lleva al aspecto del derecho a ser diferente, ya sea en términos de estilo de vida -la elección de vivir en familia o sola, con o sin hijos- o de preferencias sexuales. Deben reconocerse los derechos reproductivos de la mujer lesbiana".

Es decir, así como postulan la libre elección de la orientación sexual, se promueven los derechos de las mujeres lesbianas a ser "madres", ya sea por inseminación artificial o por hijos concebidos naturalmente.

Asimismo, se habla de que ya no se puede hablar de dos sexos, sino de cinco sexos: mujer heterosexual, hombre heterosexual, mujer homosexual, hombre homosexual, bisexual.


El ataque a la religión, en especial al catolicismo

En Dicha Conferencia de Pekín, Judith Lasch, señaló que "Nada ha hecho más por constreñir a la mujer que los credos y las enseñanzas religiosas".

Elisabeth Schussler Fiorenza, una "teóloga feminista de género" que niega de raíz la posibilidad de la Revelación, embiste contra la Santa Biblia cuando dijo que "Los textos bíblicos no son revelación de inspiración verbal ni principios doctrinales, sino formulaciones históricas… Análogamente, la teoría feminista insiste en que todos los textos son producto de una cultura e historia patriarcal androcéntrica."

Joanne Carlson Brown y Carole R. Bohn, también autodenominadas teólogas de la "escuela feminista de género", atacan directamente al cristianismo como propulsor del abuso infantil: "El cristianismo es una teología abusiva que glorifica el sufrimiento. ¿Cabe asombrarse de que haya mucho abuso en la sociedad moderna, cuando la imagen teológica dominante de la cultura es el ‘abuso divino del hijo' - Dios Padre que exige y efectúa el sufrimiento y la muerte de su propio hijo? Si el cristianismo ha de ser liberador del oprimido, debe primero liberarse de esta teología".

Concluyendo

La teoría del género se ha introducido fundamentalmente en escuelas y universidades para adoctrinar a las nuevas generaciones con estas ideas que desprecian la naturaleza misma del ser humano, como a la familia como célula fundamental de toda sociedad.

Según la perspectiva del género, la sexualidad humana se deforma al punto tal de que deja de estar al servicio de la Creación y pasa a quedar esclava de los impulsos desordenados de cada persona. De esta manera, se relativiza peligrosamente toda moral en cuanto a la sexualidad y a la afectividad.

Nadie está en contra de la dignidad de la mujer. Nuestra Madre Iglesia tiene una visión mucho más amplia: no solo importa la libertad de la mujer sino que se aboga por la dignidad del ser humano, desde el momento mismo de su concepción en el seno materno. Hemos sido creados varón y mujer, según cada caso, y debemos ponernos al servicio de Dios desde el lugar en que cada uno elige vivir, ya sea desde el matrimonio, la vida consagrada o la soltería.

Cada uno de nosotros hemos nacido con un sexo claramente definido y eso repercute no solo en lo biológico, sino también en los psíquico, en lo espiritual y en lo cultural. Despreciar la naturaleza humana es despreciar a su Creador. No se puede negar la feminidad y la masculinidad: ambas realidades fueron creadas para que sean mutuamente complementarias.

Muchas militantes feministas están más obsesionadas en parecerse a los hombres en cuanto a su comportamiento social, más que en tener en cuenta su propia vocación, cayendo en una sórdida competencia. La auténtica libertad de la mujer no está en rechazar su identidad femenina ni que ella logre hacer lo mismo que un hombre. Una mujer será verdaderamente libre cuando sea ella misma.

Quienes tenemos fe podemos advertir que, detrás de todo esta ideología, se esconde un fervoroso rechazo a Dios... y si todo ésto está en contra Nuestro Señor, en contra del Reino de los Cielos, en contra de la Iglesia Católica Apostólica Romana, podremos inferir claramente quien está atrás de todo ésto....

(fuente: http://www.vidahumana.org/)

2 comentarios:

nestor lucero dijo...

comentario sobre mi mama no me mima, me parece muy interesante lo publicado, creo que hay algo basico y es esa foto que mostraste al final, es la base de todo sistema o sociedad, y es la familia, una madre y un padre que saben cumplir sus roles en cada familia, van a educar un hijo con valores para que pueda decidir frente a las dificultades de cualquier indole y eso tambien es la base de un mundo mejor, si un hijo nace de un padre que es mujer o una madre que es hombre o que es criado por personas que no son sus padres, quien le podra aclarar esa confusion a esa pobre criatura de que piensa de quienes sos sus verdaderos padres?

Anónimo dijo...

Maitena y su versión de “la mujer moderna”

"Son las 6 hs. a.m., el despertador no para de sonar y no tengo fuerzas ni para tirarlo contra la pared.

Estoy acabada. No querría tener que ir al trabajo hoy. Quiero quedarme en casa, cocinando, escuchando música, cantando, etc. Si tuviera un perro, lo pasearía por los alrededores. Todo menos salir de la cama, meter primera y poner el cerebro a funcionar.

Me gustaría saber quién fue la bruja, la matriz de las feministas que tuvo la infeliz idea de reivindicar los derechos de la mujer y por qué hizo éso con nosotras que nacimos después de ella.

Estaba todo tan bien en el tiempo de nuestras abuelas! Ellas pasaban todo el día bordando, intercambiando recetas con sus amigas, enseñándose mutuamente secretos de condimentos, tucos, remedios caseros, leyendo buenos libros de las bibliotecas de sus maridos, decorando la casa, podando árboles, plantando flores, recogiendo legumbres de las huertas y educando a sus hijos. La vida era un gran curso de artesanos, medicina alternativa y cocina.

Hasta que vino una fulanita cualquiera que no le gustaba el corpiño y contamina a varias otras inconsecuentes rebeldes con ideas raras sobre “Vamos a conquistar nuestro espacio".

¡Que espacio ni que nada! Ya teníamos la casa entera, todo el barrio, el mundo a nuestros pies. Teníamos el dominio completo sobre los hombres; ellos dependían de nosotras para comer, vestirse y para hacerse ver delante de sus amigos.

¿Qué rayos de derechos quiso brindarnos?

Ahora ellos están confundidos, no saben qué papel desempeñan en la sociedad, huyen de nosotras como el diablo de la cruz.

Ese chiste, esa gracia, acabó llenándonos de deberes. Y lo peor de todo, acabó lanzándonos dentro del calabozo de la soltería aguda.

Antiguamente, los casamientos duraban para siempre. ¿Por qué, díganme por qué, un sexo que tenía todo lo mejor, que sólo necesitaba ser frágil y dejarse guiar por la vida, comenzó a competir con los machos?

Miren el tamaño del bíceps de ellos y miren el tamaño del nuestro. Estaba cantado,
éso no iba a terminar bien.

No aguanto más ser obligada al ritual diario de estar flaca como una escoba pero con tetas y cola paradas, para lo cual tengo que matarme en el gimnasio además de morir de hambre, ponerme hidratantes, antiarrugas y demás armas para no caer vencida por la vejez…

Maquillarme impecablemente cada mañana desde la frente al escote, tener el pelo impecable y no atrasarme con la tintura que las canas son peor que la lepra, elegir bien la ropa, los zapatos y los accesorios, no sea que no esté presentable para esa reunión de trabajo.

No me banco más tener que decidir qué perfume combina con mi humor, ni tener que salir corriendo para quedarme embotellada en el tránsito y tener que resolver la mitad de las cosas por el celular, correr el riesgo de ser asaltada, de morir embestida, instalarme todo el día frente a la pc laburando como una esclava (moderna, claro), con un teléfono en el oído y resolviendo problemas uno detrás de otro, para salir con los ojos rojos (por el monitor, claro, para llorar de amor no hay tiempo).

Estamos pagando el precio por estar siempre en forma, sin estrías, depiladas, sonrientes, perfumadas, uñas perfectas, sin hablar del currículum impecable, lleno de maestrías, doctorados y especialidades.

Nos volvimos "súper mujeres"... Pero seguimos ganando menos que ellos!

¿No era mejor, mucho mejor seguir tejiendo en la silla mecedora?

Sabés qué queremos las mujeres???

Basta!!!

Quiero que alguien me abra la puerta para que pueda pasar, que corra la silla cuando me voy a sentar, que me mande flores, cartitas con poesías, que me dé serenatas en la ventana.

Si nosotras ya sabíamos que teníamos un cerebro y que lo podíamos usar.

Para qué había que demostrárselo a ellos???

Ay Dios mío!, son las 6:30 am y tengo que levantarme...

Estoy abdicando de mi puesto de “mujer moderna”!

¿Alguien más se suma?

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