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sábado, 29 de octubre de 2011

En China...Sembrados como un grano de mostaza

testimonio de Silvia Pucheta (Argentina) y Ever Amador (Honduras)(*)

Jornada Mundial de las Misiones 2011Primero quisiera comenzar este testimonio presentándonos; somos Silvia y Ever, un matrimonio misionero ad gentes, que hace diez años estamos fuera de nuestro país aportando un granito de arena en esta linda locura de llevar el amor de Dios a los lugares mas recónditos de la tierra.

Si quisiéramos resumir nuestra experiencia en China se podrían sintetizar en estas dos parábolas "El Reino de los Cielos se parece a un grano de mostaza que un hombre sembró en su campo.

En realidad, esta es la más pequeña de las semillas, pero cuando crece es la más grande de las hortalizas y se convierte en un arbusto, de tal manera que los pájaros del cielo van a cobijarse en sus ramas. Después les dijo esta otra parábola: "El Reino de los Cielos se parece a un poco de levadura que una mujer mezcla con gran cantidad de harina, hasta que fermenta toda la masa" (Mt 13, 31-32)

El Señor nos envió hace ocho años a China, específicamente al noreste chino, a la provincia de Jilin en la ciudad de Changchun. Ambos estudiamos el idioma y después de ello comenzó lo lindo, el integrarnos en los diferentes ámbitos de la sociedad china, como ustedes sabrán en China no podíamos decir que éramos misioneros, y tampoco se nos permitía el trabajo pastoral. Así que comencé a trabajar en una escuela secundaria como profesora de español y mi esposo trabajo en varias fábricas de autos como traductor e ingeniero y al final colaboraba con un proyecto de nuestro grupo: un hogar para discapacitados.

No estábamos solos en esta experiencia, éramos un equipo de tres sacerdotes y cinco laicos, quiénes estábamos comprometidos en diferentes actividades, como profesores, estudiantes de chino, etc.

¿Cómo se vive la misión en China? En el día a día, es una misión de presencia, allí lo más importante es el SER, más que el HACER, compartir con ellos, con nuestro testimonio hacer que las personas se cuestionen y se pregunten, por qué éramos diferentes de los extranjeros que estaban allí. Tratábamos de vivir los valores del evangelio en la vida de todos los días, y con todas las personas que estábamos en contacto. Como verán es una misión silenciosa, como el grano de levadura, como la levadura en la masa.

Todos sabían que éramos católicos no lo escondimos en ningún momento, y eso nos daba una cierta libertad para vivir en un país donde se puede vivir una libertad religiosa a medias. El pueblo católico es minoría en China, pero es un pueblo fervoroso y muy cuidadoso de las tradiciones. En las iglesias todavía se puede ver a las personas entrar al templo con pequeños velos blancos en la cabeza.

China nos enriqueció mucho como personas y como cristianos, siempre pensamos que más que dar nosotros, fueron ellos quienes nos dieron a nosotros. Muchos de los valores que a veces proclamamos como nuestros, ellos también los viven desde su ateismo, budismo, confucionismo y ahí esta la riqueza, que en esas diferencias culturales y religiosas nos acercaban. Es maravilloso ver cómo el corazón se ensancha y nos ayuda a pensar en una Iglesia universal, donde todo ser humano es mi hermano.

Quisiéramos contar muchas cosas más sobre China, pero no acabaríamos más. Para terminar nos gustaría compartir con ustedes una palabra china que nos gusta mucho y es la palabra FELIZ, ALEGRE: 开心 KAI XIN: Kai significa abrir; XIN: corazón; ABRIR EL CORAZON. Es algo muy cierto, cuando abrimos nuestro corazón a otros somos mas felices.

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