Lunes 29 Jun 2015 | 11:53 am San Juan (AICA): El arzobispo de San Juan de Cuyo, monseñor Alfonso Delgado, consideró que el protocolo para la realización de abortos no punibles difundido por el Ministerio de Salud contradice disposiciones de mayor rango y viola la Constitución nacional. Pese a que el Jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, declaró que el aborto no estaba en la agenda, el prelado juzgó que el protocolo “es bien claro y pretende arrasar con la ley, la Constitución y los Derechos Humanos”.
Sobre el protocolo para el aborto no punible
Declaración de monseñor Alfonso Delgado, arzobispo de San Juan de Cuyo (27 de junio de 2015)
Llama la atención que un simple “protocolo”, que no está avalado por ninguna resolución o decreto, que tiene menor rango que cualquier otra disposición, contradiga la ley y viole la Constitución nacional. Esto es muy grave.
Pero es mucho más grave el resultado de la aplicación de este “protocolo” abortivo: además de violar la ley, atenta contra los derechos humanos fundamentales, que tanto “cacareamos”. Atenta contra el primer derecho humano, el derecho a la vida. En el caso de este “protocolo”, se trata de la vida del ser más inocente e inerme: el niño por nacer, que ya tiene documento de identidad propio, su ADN. Si se aplicara, el niño por nacer seguiría con su derecho a heredar, pero no tendría derecho a nacer. Es un absurdo de consecuencias muy graves.
El protocolo también viola el derecho humano fundamental a la objeción de conciencia de los profesionales de la salud. Es otro derecho humano básico de cualquier persona frente a acciones que le quieran obligar a violar su conciencia y sus convicciones.
Por si fuera poco, en el caso de violaciones, el protocolo abre el camino para la “impunidad” del agresor, pero castiga con la muerte al inocente.
Este protocolo, que comienza con el pomposo nombre de “Protocolo para la atención integral de las personas con derecho a la interrupción del embarazo” recuerda a otras matanzas y otros genocidios nefastos que comenzaron con un inocente “protocolo”, violando todo tipo de derechos humanos y de leyes con crímenes de lesa humanidad.
¿Esto es digno de Argentina? Es grotesco que un simple “manual de instrucciones” sanitario atente contra la ley, la constitución y propugne la violación de los derechos humanos básicos. Es grotesco que ocurra en Argentina, y con este disfraz.
No he utilizado ningún razonamiento de tipo religioso, sino con sentido común de una persona o ciudadano común, no presionado por estas ideologías que, en el fondo, son ideologías mortíferas. Recomiendo vivamente leer la Declaración de la Conferencia Episcopal, que es clara y precisa.
Quisiera señalar que los sacerdotes conocemos experiencias muy dolorosas respecto de personas que han tenido o participado en una aborto. Los sicólogos también lo entienden. ¡Qué difícil es curar el “profundo dolor del alma” de estas personas, cuando llegan a tomar conciencia de lo que han hecho contra la vida de un ser humano!
La misericordia de Dios es más grande que todos los pecados. Pero a pesar de un sincero arrepentimiento moral y del perdón de Dios, ¡qué honda es la herida que queda en la persona, y qué difícil su curación! Dios perdona siempre; los hombres, a veces; pero la naturaleza, nunca.
Si alguien ha realizado o participado en la muerte de un niño por nacer, les pido que no pierdan la esperanza de la misericordia de Dios. El camino es el encuentro con la verdad y el perdón de Dios, y convertir esa herida en ayuda eficaz para que otros niños amenazados puedan llegar a vivir, transmitiendo la experiencia dolorosa a otras mujeres y trabajando por la vida de los más vulnerables.
Y en el caso de los profesionales de la salud, quisiera recordar al Dr. Nathanson. Este médico dirigía clínicas abortivas. Un día, cuando utilizó la ecografía durante un aborto, se conmovió profundamente al ver y entender el inmenso dolor de ese pequeño ser humano al que se estaban martirizando y destrozando. Lo entendió muy bien, y a partir de ese momento dedicó todos sus conocimientos y esfuerzos médicos para transmitir esa experiencia dolorosa y luchar por la vida de los seres más inocentes.
Algún funcionario declaró que “el aborto no estaba en la agenda”. Pero el tema es bien claro en el “Protocolo”, y pretende arrasar con la ley, la Constitución y los derechos humanos. ¿Esto es digno de Argentina? Creo que muchos queremos un país distinto, y esto no es política partidaria.
Mons. Alfonso Delgado, arzobispo de San Juan
27 de junio de 2015
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