NUEVA YORK, 6 de septiembre (C-FAM) Con el anuncio de posibles reformas, China ha admitido implícitamente que su política de un hijo por familia, vigente durante cuarenta años, ha sido un fracaso.
Las reglas condujeron a abusos draconianos. Se estima que hubo 336 millones de abortos, que incluyen abortos y esterilizaciones forzados en manos de un establishment de planificación familiar poderoso y entrometido que controla los aspectos más íntimos de la vida china. Se atribuye a la política una creciente insensibilidad hacia los niños y las familias. Cada año, miles de niños son abandonados y se cree que otros miles son raptados y vendidos. Mueren tantos bebés abandonados que el gobierno ha instaurado «cabañas» donde los padres pueden dejar a sus hijos, en la mayoría de los casos, bebés mujeres. El miércoles, la revista Time informó que la policía había arrestado a traficantes de diez niños para luego descubrir que sus padres no querían que se los devolvieran. Ellos se los habían vendido a la pandilla a cambio del efectivo que tanto necesitaban.
La agencia de noticias más grande de China, Xinhua, informó que, en agosto, se propuso un cambio para la sumamente impopular política, conjetura que fue confirmada por funcionarios del gobierno. La actual política permite a las parejas en la mayor parte del país obtener permiso para un segundo hijo solo si ninguno de ellos tiene hermanos. En el futuro, solo uno de los padres deberá ser hijo único para cumplir con el requisito. Después de dos años, todo el país aplicaría la política de dos hijos, dicen los informes.
Un estudio reciente del Deutsche Bank pronostica que el nuevo plan puede conducir a un baby boom, pero sería demasiado tarde para evitar crisis económicas como el déficit masivo de las pensiones en el país. El informe prevé un incremento en la tasa de fecundidad de la nación que irá de 1,45 a 1,66 hijos por mujer, observándose el mayor cambio en las áreas urbanas, donde la política es más rigurosa hoy (de 1,18 a 1,51). Las zonas rurales podrían experimentar un ascenso de 1,77 a 1,86 para 2018. Aún así, los aumentos estarían muy por debajo del índice de reemplazo, que es de 2,1 niños por mujer. La reducción en el déficit jubilatorio solo sería de alrededor del 4 % para 2040 como pronto, dice el informe.
El cambio se atribuye a la influencia cada vez menor de la vieja guardia y a algunas reformas administrativas dentro de la clase dirigente de la planificación familiar en China. El principal impulsor, coincide la mayoría, es que Beijing reconoce que se avecina una crisis demográfica que se debe a una precipitada disminución de la fecundidad.
Desde el inicio de la política de hijo único en 1971, los dirigentes chinos junto con expertos de la ONU y destacados demógrafos la justificaron diciendo que con menos personas el pueblo chino sería más próspero. Pero la precipitada caída de la fecundidad ha conducido a una merma de la mano de obra cinco o seis años antes de lo que proyectaron los expertos. La reducción comenzó en 2010, cuando la población activa alcanzó los 150 millones. Se dio a conocer un faltante de 3 millones de trabajadores en 2012, y se prevé un déficit de 140 millones para la década del 2030.
Lo que empeora las cosas es que la disminución relativa de los trabajadores en China es más pronunciada incluso de lo que indican las desalentadoras cifras. La última ronda de proyecciones demográficas de la ONU muestra que el país está envejeciendo con más rapidez de lo que pronosticó antes la ONU. Entretanto, sus principales rivales, Estados Unidos e India, experimentarán un aumento en la mano de obra debido que su tasa de fecundidad cercana al nivel de reemplazo se mantendrá a lo largo de 2100.
En las ciudades elegidas por los funcionarios chinos para lanzar las nuevas disposiciones, las parejas no respondieron teniendo más de un hijo. Esto indica que las normas se han trasladado hacia familias muy pequeñas. Las encuestas nacionales señalan que entre el 40 y el 50 por ciento de las parejas querrían dos hijos. Pero la mayoría se realizó antes de que empeorara la economía. Se echa la culpa a incrementos en el costo de vida y sus repercusiones tales como separaciones para buscar trabajo e infertilidad en aumento debido a la polución y malas condiciones de vida. El gobierno anunció esta semana que subvencionaría un estudio para indagar sobre la causa de la infertilidad en 40 millones de chinas, según el portal de noticias chino Caixin.
Incluso si las parejas respondieran al cambio en la política teniendo dos hijos por familia, hay pocos indicios de que se liberarán de los ojos impertinentes (y de los mecanismos de cumplimiento) de los funcionarios de planificación familiar. Además de los abortos y las esterilizaciones forzosas, los funcionarios cobran elevadas multas por hijos no autorizados que equivalen a entre dos y diez veces el ingreso anual de una pareja. Según se dice, el gobierno recaudó más de dos mil millones de dólares en multas en 2012.
(fuente: c-fam.org)
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