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viernes, 22 de febrero de 2008

Amoríos sin compromisos: ¿la solución para nunca más sufrir?

Los adolescentes, jóvenes y adultos recibimos cada vez más tentaciones para mantener relaciones afectivas sin un compromiso sólido de por medio. La razón fundamental es evitar todo sufrimiento que puede traer aparejado el amor.

Lo escuchamos en muchas canciones de "amor", lo vemos en muchas series televisivas, en Internet proliferan las salas de chat y sitios para encontrar alguien para tener lo que se dice "touch and go" (toco y me voy). En colegios, lugares de trabajo o lugares para la diversión como bares y boliches suelen abundar ocasiones para tener encuentros "casuales".

A primera vista, todo puede pintar simple: con éxito asegurado más el poder "ganar nuevas experiencias", evitar tener celos, no "rendir cuentas" a nadie, poder disfrutar de experiencias sexuales, todo sumado a la posibilidad seductora de no tener que "sufrir por nada ni nadie". En una relación de este tipo se impone la sola atracción, la química inicial, tal vez un poco de enamoramiento, pero no mucho más allá.

Libertad o Libertinaje: Construirse o Destruirse

Se dice por ahí que cuando uno ama y se compromete "pierde la libertad" ¿?: ya no hay tiempos para uno mismo, hay que dar "explicaciones" de lo que se hace y lo que no se hace, y no se puede "salir" con otra persona que no sea con quien uno se comprometió. Lo grave del caso es que muchos hablan de la libertad demostrando que no saben que es precisamente la libertad.

¿Qué es la libertad? es la condición mental y espiritual para poder elegir lo que queremos hacer de nuestra vida. Según como ejerzamos la libertad, la libertad nos hará más dignos, nos perfecciona o nos hará esclavos. Ser libre implica también hacerse cargo de lo que uno elige, esto es, ser responsable de las consecuencias positivas o negativas que surja de cada elección que uno haga.

Cuando uno asume la propia libertad es cuando uno puede hacerse verdaderamente pleno. Entonces cuando uno ama, también es capaz de renunciar a los propios caprichos, a los propios egoísmos, a todo aquello que nos impide hacer uno con el ser amado.

Pero en este mundo, muchas veces se confunde libertad con libertinaje. Por el año 1998, Gustavo Cordera, líder de la banda rockera Bersuit Vergarabat, cuando presentaba el exitoso álbum "Libertinaje", afirmaba que "El libertinaje es el estado puro de la libertad" ¿¿??. En realidad, el libertinaje es la degradación de la libertad; el libertinaje es cuando "uno hace lo que se le da la gana" sin importar los derechos de los demás, lo cual no siempre es constructivo para el propio ser y puede ser dañino para nuestros semejantes.

Cuando uno se entrega a la relaciones "light", cae en el peligro de volverse adicto a este tipo de relaciones tan mediocres. Uno no se ejercita en el compromiso, en el mantenimiento de la palabra, en el cuidado del amor, en elaborar un proyecto de vida junto a la persona amada.

Cuando uno se habitúa a tener relaciones sin compromisos (llamarle "amor" es demasiado...) no se puede madurar nunca afectivamente. En este tipo de relaciones abundan mentiras de todo calibre que son utilizadas para sostener algo ficticio. Cuando uno se acostumbra a tener relaciones sexuales como si nada, se puede volver adicto al sexo y se pierde la libertad para poder enamorarse de otra persona. ¿Cómo? Sencillo, si uno se habitúa a "tener sexo" solo por placer, en encuentros fugaces, no tiene la posibilidad de conocer el verdadero amor y se le pierde el sentido lo que debería ser una perfecta comunión de cuerpos y almas, en donde la pareja se entrega sin ningún tipo de reservas el uno al otro, con la certeza de que hay un compromiso de por medio que alimenta y afirma la unión.

Por más que los que muchos que están a favor de las relaciones "light" hablan maravillas de lo que es "andar" de un cuerpo hacia otro, lo cierto es que, a la larga, uno se siente cada vez más solo y, lo que es peor, empieza a perder la esperanza de encontrar un amor verdadero, un amor puro. El daño en la afectividad es considerable: uno puede ir cayendo en una espiral autodestrucitva en donde quedan relativizados totalmente las esperanzas de poder construir una familia sólida. También, a la larga, daña la propia autoestima cuando se cae en la cuenta de haber sido "usado/a" en ese tipo de relaciones tan débiles. Quien se acostumbra a "jugar" con el amor, a no tomárselo nunca en serio, tarde o temprano, perderá la fe en el AMOR VERDADERO... y será uno/a más de los que dicen desilusionados/as por ahí "todos los hombres son iguales" o "todas son iguales"...

Lo cierto es que la familia que algún día uno pueda constituir va a depender en gran medida de lo que se siembra durante la adolescencia y la juventud. Si uno trata de mantener relaciones afectivas sinceras, sin reservas, asumiendo compromisos con el otro, es más probable que se pueda madurar en la afectividad y después poder asumir un compromiso que esté a la altura de lo que una familia necesita.

El miedo al amor

El amor verdadero nos hace libres. Amar implica la total donación del propio ser al ser amado, sin condiciones, sin reservas, sin desconfianzas, sin miedos: cualquiera de esos sentimientos contamina el amor que uno puede sentir por otra persona. Amar es hacerse cargo de la propia persona... y hacerse cargo de la persona amada, así como es, con sus virtudes y defectos, con sus luces y sombras.

Hay una realidad inevitable, como diría el Padre Mamerto Menapache: "el que se arriesga a amar, se arriesga a sufrir". Amor y sufrimiento no se pueden separar, porque todo crecimiento implica algunos dolores en la vida. Tarde o temprano, por esto de que todos somos imperfectos, amar y unir la vida de uno a la del otro, implica algunos desencuentros, algunas dudas, algunas incertidumbres. Pero si el amor es verdadero, siempre triunfa.

Cuando uno ama sinceramente puede sufrir en algún momento, es ineludible sufrir por amor. Pero es mucho más probable que con el tiempo ese sufrimiento cicatrice y deje su enseñanza. En cambio, cuando no se sabe amar, tarde o temprano, terminamos sufriendo (ninguna relación "light" tiene un buen final) y ahí seremos víctimas del peor de los sufrimientos: sufrir por no saber amar.

Está en tus manos decidir qué querés para tu vida, que querés para tu felicidad, que querés para la familia que podrías formar el día de mañana. Eso sí, lo que decidas, asumilo, HACETE CARGO: tu futuro depende de ello...

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