Por Luis de Moya - Tomado de http://www.unav.es/
El valor negativo de la palabra “secta” explica los intentos por sustituirla por otras denominaciones asépticas; “nuevos movimientos religiosos”, “nuevas formas de religión”, “nuevas religiones”, “religiones marginales”, “alternativas'”, etc. Pero ¿conviene el calificativo “nuevo'” a las sectas de los s. XVIII-XIX y anteriores?

Realmente, por su definición descriptiva o sus rasgos definitorios, 'secta es un grupo autónomo, no cristiano, fanáticamente proselitista, exaltador del esfuerzo personal y expectante de un inminente cambio maravilloso, ya colectivo, ya individual'.
a) Grupo autónomo: En la Iglesia católica, nadie es autónomo. Las diócesis, los vicariatos, las prelaturas, las órdenes y congregaciones tienen que rendir cuentas a la correspondiente Congregación Vaticana. En cambio, los directores de los testigos de Jehová, de los mormones, etc., pueden introducir cualquier innovación tanto disciplinar como doctrinal, incluso en contra de lo dictaminado por sus fundadores.
b) No cristiano: por tres motivos:
1) Porque no creen en la Santísima Trinidad ni en la divinidad de Jesús de Nazaret y no aceptan el bautismo.
2) Además, los cristianos creemos que la Revelación divina terminó con la muerte del último Apóstol. Las sectas de origen e impronta cristiana creen que la Revelación divina sigue abierta hasta su fundador e incluso indefinidamente, hasta el director actual. Por ejemplo:
Hasta 1940 los Testigos de Jehová aceptaban e incluso alababan las transfusiones de sangre, prohibidas desde 1945, de tal modo que más de uno ha muerto por rechazarlas. Hoy mismo podrían ser admitidas de nuevo.
Los Mormones celebraban la 'Cena' con pan y vino como instituyó Jesucristo para la Sagrada Eucaristía y como se describe en el Libro del Mormón, pero se hicieron abstemios y la 'Cena' es ahora con pan y con agua ¿?.
En las regiones tradicionalmente cristianas, las sectas tienden a presentarse como cristianas por motivos de estrategia proselitista, por ejemplo: los Testigos cristianos de Jehova o el Movimiento gnóstico cristiano universal.
3) Las sectas marginan la Biblia. Incluso las de origen cristiano parecen usarla, pero de hecho la manipulan, pues suelen atribuir un valor y credibilidad superiores a los escritos de su fundador, cuya autoridad prevalece sobre la de la Biblia en caso de colisión (cfr. Conc. Vaticano II, Const. Dei Verbum, n 1,1).
c) Fáticamente proselitista: como es sabido. Pero no es malo el proselitismo, el afán apostólico, sino el fanatismo proselitista o el proselitismo fanático. 'La Iglesia propone, no impone nada, respeta a las personas y las culturas; se detiene ante el sagrario de la conciencia' (Juan Pablo II, Redemptoris missio, 39 y 8). Las sectas tratan de 'imponer' de manera descarada y, a veces, tambien camuflada. El laicismo -por otra parte- pretende relegar lo religioso al foro de la conciencia y al interior de los templos y sacristías.
d) Exaltador del esfuerzo personal: en las sectas, todo es -en general- obra del esfuerzo de los adeptos, de su concentración, con la ayuda de los integrantes del grupo. Esta exaltación del esfuerzo personal resalta en los metodos llamados del potencial humano, que o son secta o están de ordinario vinculados a una secta: yoga (sectas hindúes), zen (sectas budistas), la meditación trascendental, etc.

Masonería, Nueva Acrópolis, Nueva Era, Teosofía, Gnosticismo, etc. La transformación del 'hombre' en 'superhombre' es el objetivo expreso de algunas sectas, como Nueva Acrópolis. Aparte de sus deficiencias doctrinales, su peligrosidad básica radica en que, como cada uno debe actuar de acuerdo con su conciencia, quien se cree 'superhombre' no puede no mirar con conmiseración a los simples 'hombres', a los cuales forzará a aceptar sus deseos de superdotado, de grado o por fuerza.
Agradecemos la colaboración de Yeyi Cabrera (http://movimientomallinistamisiones.blogspot.com/)
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