Buscar en mallinista.blogspot.com

lunes, 13 de octubre de 2008


Lectura del Santo Evangelio de San Matero (Mt 22,1-14)

"A todos los que encontréis, convidadlos a la boda.

Tomando Jesús de nuevo la palabra les habló en parábolas, diciendo:"El Reino de los Cielos es semejante a un rey que celebró el banquete de bodas de su hijo.Envió sus siervos a llamar a los invitados a la boda, pero no quisieron venir.Envió todavía otros siervos, con este encargo: Decid a los invitados: "Mirad, mi banquete está preparado, se han matado ya mis novillos y animales cebados, y todo está a punto; venid a la boda."Pero ellos, sin hacer caso, se fueron el uno a su campo, el otro a su negocio;y los demás agarraron a los siervos, los escarnecieron y los mataron.Se airó el rey y, enviando sus tropas, dio muerte a aquellos homicidas y prendió fuego a su ciudad.Entonces dice a sus siervos: "La boda está preparada, pero los invitados no eran dignos.Id, pues, a los cruces de los caminos y, a cuantos encontréis, invitadlos a la boda."Los siervos salieron a los caminos, reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos, y la sala de bodas se llenó de comensales."Entró el rey a ver a los comensales, y al notar que había allí uno que no tenía traje de boda,le dice: "Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin traje de boda?" Él se quedó callado. Entonces el rey dijo a los sirvientes: "Atadle de pies y manos, y echadle a las tinieblas de fuera; allí será el llanto y el rechinar de dientes."Porque muchos son llamados, mas pocos escogidos."

Palabra de Dios
Gloria a Ti, Señor Jesús.

Dice el Señor que preparará un festín y enjugará las lágrimas de todos los rostros, que consumirá a la Muerte definitivamente. Enjugará el Señor Yahveh las lágrimas de todos los rostros, y quitará el oprobio de su pueblo de sobre toda la tierra.

La primera lectura nos muestra el banquete al final de los tiempos, cuando Jesús venga a juzgar a las naciones, habla de la escatología, del final, donde ya no habrá llanto ni dolor para los invitados a gozar de la Fiesta de las bodas eternas del Cordero, Jesucristo nuestro Señor.

Pero mientras peregrinamos en este mundo, necesitamos de Jesús, del Pastor Eterno, para que nos guíe en el camino de la vida, para que nos ayude y sostenga al atravesar oscuras quebradas, llevándonos por senderos de justicia, por amor de su nombre, confortando nuestras almas… porque si Él está conmigo ningún mal temeré, porque tu vara y tu cayado me sosiegan al pasar por valle tenebroso. Sí, dicha y gracia me acompañarán todos los días de mi vida; mi morada será la casa de Dios a lo largo de los días.Porque como nos dice San Pablo, “todo lo puedo en Aquel que me conforta”.

Pero en medio de este peregrinar por este mundo hasta llegar al Paraíso, Dios Padre nos está ya invitando al banquete de bodas de su Hijo.En esta parábola contada por Jesús, se nos explica el sentido del Reino de los Cielos al cual aspiramos y caminamos. El Rey envió sus siervos a llamar a los invitados a la boda, pero no quisieron venir.Envió todavía otros siervos, con este encargo: Decid a los invitados: "Mirad, mi banquete está preparado, se han matado ya mis novillos y animales cebados, y todo está a punto; venid a la boda" de mi hijo.Pero ellos, sin hacer caso, se fueron el uno a su campo, el otro a su negocio; y los demás agarraron a los siervos, los escarnecieron y los mataron. Ninguno se interesó por la boda del hijo del Rey… Dios Padre viene anunciándonos y preparándonos desde antiguo para la llegada de su Hijo Jesús por medio de los profetas, pero a lo largo de la historia todos hicieron lo mismo, se encerraron en sus propios proyectos y no se abrieron a la gracia de Dios.

Hoy el Padre sigue llamando a la Boda de su Hijo, pero seguimos disculpándonos de no poder ir, prefiriendo nuestras cosas, proyectos personales y egoísmos a gozar de la dicha de su salvación y amor.

Y seguimos echando fuera a todos los que Dios nos manda como mediadores e instrumentos de su gracia… seguimos prefiriendo nuestro egoísmo y nuestros pecados que vivir en su gracia. Pero aún cuando aceptamos la invitación, debemos optar por vivir de acuerdo al proyecto de Dios, llevando el “traje de boda” (estar en gracia), pues no se admiten tibiezas o mediocridades, hay que darse por entero, el todo por el todo, como lo hizo Jesús por nosotros, una vez por todas y para siempre.Pidamos a Dios la gracia de estar atentos a su invitación al banquete de bodas de su Hijo, para llevar un vida digna de un cristiano comprometido, que vive la gracia como un don y una tarea para hacerla fructificar, a fin de que podamos encontrarnos un día, todos juntos, en el Cielo, festejando la Boda de Jesús, el Cordero inmolado por nuestra salvación.


No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...