Buscar en mallinista.blogspot.com

domingo, 5 de octubre de 2008

Los obreros de la viña

Del Evangelio según San Mateo (Mt 21, 33-43)

En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud de los judíos y a los sumos sacerdotes esta parábola: Era un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar y edificó una torre; la arrendó a unos labradores y se ausentó. Cuando llegó el tiempo de los frutos, envió sus siervos a los labradores para recibir sus frutos. Pero los labradores agarraron a los siervos, y a uno le golpearon, a otro le mataron, a otro le apedrearon. De nuevo envió otros siervos en mayor número que los primeros; pero los trataron de la misma manera. Finalmente les envió a su hijo, diciendo: "A mi hijo le respetarán." Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron entre sí: "Este es el heredero. Vamos, matémosle y quedémonos con su herencia." Y agarrándole, le echaron fuera de la viña y le mataron. Cuando venga, pues, el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?
Le dicen: A esos miserables les dará una muerte miserable arrendará la viña a otros labradores, que le paguen los frutos a su tiempo. Y Jesús les dice: ¿No habéis leído nunca en las Escrituras: La piedra que los constructores desecharon, en piedra angular se ha convertido; fue el Señor quien hizo esto y es maravilloso a nuestros ojos? Por eso os digo: Se os quitará el Reino de Dios para dárselo a un pueblo que rinda sus frutos. Los sumos sacerdotes y los fariseos, al oír sus parábolas, comprendieron que estaba refiriéndose a ellos. Y trataban de detenerle, pero tuvieron miedo a la gente porque le tenían por profeta.

Palabra del Señor
Gloria a ti, Señor Jesús.

En este pasaje del Evangelio vemos a Jesús hablándole a los sacerdotes y fariseos quienes, una vez más, tratan de poner a prueba a Nuestro Señor y tener un motivo para apresarlo y darle muerte. Y Jesús habla en parábolas para dejar más en claro su mensaje.

La viña a la que aquí se hace alusión es el mismo Reino de Dios, el cual les fue confiado al pueblo judío. Los siervos que el dueño de la viña envía son los profetas del Antiguo Testamento que, a lo largo de los siglos, fueron los que tuvieron la misión de guiar al pueblo transmitiendo lo que Dios quería de ellos.

Sabemos por las Sagradas Escrituras que, en diversas ocasiones, los profetas no fueron comprendidos por los israelitas.

Luego, el dueño de la viña decide enviar a su único hijo el cual es asesinado por los obreros de la viña. De esta forma, Jesús ya les está anunciando su Muerte y utiliza esta parábola para que los sumos sacerdotes puedan tomar conciencia de lo que ya estaban tramando e invitarlos a la conversión. Pero el corazón de aquellos hombers estaba tan cerrado que no se dejaron conmover por el mensaje de Nuestro Salvador.

Cualquiera de nosotros trambién podemos ser como esos obreros de la viña: Dios nos ha dado una misión en este mundo a cada uno de nosotros y está en cada uno saber responder al encargo de Dios. Dios está esperando recoger los frutos de su viña, ¿estamos dispuestos a trabajar en su viña como Él nos ha pedido? o, tal vez, ¿nos queremos apropiar de la viña y vivir según la "propia ley" en vez de seguir la Voluntad de Dios?

Vos y yo podemos ser como esos obreros de la viña y rechazar inclusive al mismo Cristo que se da por nosotros en la Santísima Eucaristía, al mismo Cristo que nos habla a través de la Biblia, al mismo Cristo que nos habla a través de sus pastores (el Papa, los Obispos, los sacerdotes).

El mensaje de Cristo sigue siendo cuestionador y desafiante, aún en estos días que vivimos. La propuesta de Jesús es para que nosotros reformulemos siempre nuestro amor a Dios, a los hermanos y a nosotros mismos.

En su momento, Cristo fue la piedra angular de la Iglesia que sus constructores rechazaron. Pasa que los pedidos de Jesús suelen resultar "molestos", "incómodos" porque debemos saber morir a nuestro propio egoísmo.

Así como Jesucristo intentó hacer ver a los sumos sacerdotes lo injusto de su rechazo, también nos hace ver cómo nosotros podemos rechazar a Él con pequeñas actitudes e indiferencias.

Está en uno saber qué responderle al Señor. ¡Ánimo!

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...