Buscar en mallinista.blogspot.com

jueves, 25 de diciembre de 2008

El amor se construye con servicio (*)

(*) Escrito por Carlos Cuauhtémoc Sánchez

El verdadero amor dista mucho del romanticismo o del erotismo puro; en realidad, se construye con el servicio y con el cuidado que se profesan dos personas realmente comprometidas.

El amor verdadero se origina pensando positivamente del cónyuge y luchando a diario por agradarle. Los divorciados culpan de su fracaso a la incompatibilidad de caracteres o a la mala elección inicial, pero suelen ser simples excusas de quienes no supieron poner orden en su vida y construir el amor con hechos. La “media naranja” o “el alma gemela” no existen. Sólo existe la persona con la que hicimos un pacto de amor, y ese pacto se cumple con esfuerzo y trabajo, no con suspiros. Basar un matrimonio en el romanticismo pueril e idealista es una falta de madurez.

No se trata de quién está conviviendo con quién, sino de cómo lo están haciendo.

En un matrimonio no basta con ser romántico, debemos movernos: ayudar al cónyuge en sus tareas, cuidarlo durante sus enfermedades, apoyarlo y abrazarlo en silencio cuando hay problemas.

No debes divorciarte sin antes darle a tu matrimonio la última oportunidad, pero no como se da una simple advertencia, sino como una promesa de sacrificio total y trabajo incondicional para salvarlo.

El amor ciego es pueril, es un espejismo. De novios los sentimientos son intensos y las emociones excitantes; de casados el corazón late tranquilo y el entendimiento mira la realidad.

Esperar demasiado del cónyuge produce un ambiente de tensión. Las expectativas utópicas destruyen cualquier matrimonio.

El amor conyugal no se da por sí solo. Se siembra con ilusión, se cuida con sacrificio, se ve crecer a un precio muy alto, pero la recompensa es el privilegio máximo al que puede aspirar un ser humano.

Invadidos de pereza, no pagamos el precio de mantener encendida la llama del amor y ésta se extingue. Si quieres recuperar tu matrimonio, deja de ser soberbio y aviva el fuego.

Es falso que entre dos personas se pierda el amor; lo que se pierde son las buenas actitudes.

Lucha por tu pareja antes que por nadie más. Protegerla, respetarla y amarla, a pesar de cualquier defecto, es una fuerza motriz que salva del abismo a los hogares más conflictivos.

Nunca hables mal de tu cónyuge. Tú lo elegiste, le prometiste públicamente amarlo, es parte de ti; al denigrarlo te denigras tú mismo. Si te desagradan los defectos de tu cónyuge, ayúdalo en privado, pero nunca lo dejes mal ante otros. De una esposa que siempre se queja, todos piensan: “Pobre tonta/o, tiene lo que se merece”.

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...