El "espíritu navideño"

Desde fines del Siglo XX hasta la fecha, ha ido creciendo la idea del "Espíritu de Navidad" en detrimento de la celebración del nacimiento de Jesús.

El llamado "Espíritu de Navidad" es algo que sutilmente impusieron las personas que simpatizan con la New Age, lo cual está muy lejos de centrarse en Cristo, sino más bien en alfo cargado de sentimentalismos y pseudomisticismo, en donde se entremezcla también un acelerado consumismo.

Vemos que en cualquier ciudad del mundo, para esta fecha, todo está decorado con los colores rojo y blanco, tal como la Coca-Cola vistió a Papá Noel, además de los infaltables árboles de navidad decorados con luces de colores. ¿Y dónde quedaron los pesebres? No importa, nadie se percata que lo que celebramos es el Nacimiento de Dios que se hizo hombre.

Esta creencia tiene su génesis, tal vez, en una leyenda nórdica que cuenta que en el solsticio de invierno (momento en que el Planeta Tierra se encuentra más lejos del sol) baja un espíritu para visitar a los seres humanos de "buena voluntad" y cumplirle sus deseos.

El diablo se especializa en deformar y profanar toda festividad cristiana. Como es su proceder, se presenta como algo aparentemente inofensivo para que, una vez que alguien le abra la puerta, soltar todo su veneno sobre las personas. Ahí es cuando una corte de mentalistas, metafísicos, practicantes de reiki, meditación trascendental y demás realizan una suerte de conjuros "navideños".

Lo que en un principio fue una celebración religiosa que unía a familias se fue transformando en un festival de egoísmos y banalidades. Me pregunto qué dirán muchos cuando dicen "Feliz Navidad".

Con esto, se infunde la prescindencia de Dios. Los seres humanos nos vamos olvidando de Dios en el día mismo de su nacimiento y nos vamos distrayendo con porquerías.

Hay gente interesada en que dejemos a Jesús de lado y que nos centremos en cuestiones mucho más superficiales. Son millones las personas que se dejan seducir por mensajes de todo tipo que fingen ser bondadosos. Algunos se aventuran a promocionar ciertos rituales para "invocar" al "espíritu de Navidad" que incluye limpieza de energías negativas de casas a determinadas horas del día para así facilitar que ese misterioso ser tome posesión de quienes lo invocan.

El "espíritu de Navidad" no es mencionado en las Sagradas Escrituras. Nada tiene que ver con el nacimiento de Jesús. No es el Espíritu Santo. No es ningún santo. No es ningún ángel del Señor. Y si el "espíritu" de Navidad no viene de Dios, no es complicado intuir de donde viene.

Como católicos, como cristianos, debemos estar atentos a lo que nos ofrece este mundo y saber distinguir los tantos.

Como buenos hijos de Dios, debemos tener muy en cuenta la centralidad en Cristo que tiene la Navidad, como así también toda la vida debería tener a Cristo como centro, como principio y como fin. Solo en Él está la verdadera felicidad.