Martes 25 Mar 2014 Brasilia (Brasil) (AICA) El Consejo Permanente de la Conferencia Nacional del Obispos de Brasil (CNBB), conjuntamente con los demás presidentes de las asambleas episcopales regionales, difundió un mensaje sobre la Copa Mundial de Fútbol que se iniciará el próximo mes de junio en varias ciudades del Brasil. El mensaje, titulado "Jugando por la vida", sostiene que la Iglesia en el Brasil “acompaña, con presencia amorosa, materna y solidaria, este acto que reunirá a varios países y la oportunidad de protagonizar una reconciliación universal".
Los obispos invitan a la sociedad brasileña a adherir al proyecto "Copa de la Paz" y a la campaña "Jugando a favor de la vida - denuncie el tráfico humano", que tiene la finalidad de colaborar para que el acontecimientos sea "recordado como un tiempo de fortalecimiento de la ciudadanía".
En el mensaje, los prelados explican que el certamen deportivo sirve para reflexionar con la sociedad sobre las relaciones pacíficas y culturales entre todos los pueblos, así como sobre los aspectos sociales y económicos que involucran al deporte, y observan que el dinero y el éxito no deben prevalecer como el objetivo final.
Los obispos lamentan también que en la preparación para la realización de la Copa haya prevalecido el aspecto económico por sobre los demás, lo que ha motivado manifestaciones populares que “acertadamente reivindican la soberanía del país, el respeto a los derechos de los más vulnerables y efectivas políticas públicas que eliminen la miseria, detengan la violencia y garanticen la vida con dignidad para todos".
"Nos solidarizamos con los que, por causa de las obras de la Copa, fueron heridos en su dignidad y visitados por el dolor de la pérdida de seres queridos –expresaron-. No es posible aceptar que, por causa de la Copa, familias y comunidades enteras hayan sido removidas para la construcción de estadios y de otras obras estructurales, en una clara violación del derecho a la vivienda. Tampoco se puede admitir que la Copa profundice las desigualdades urbanas y la degradación del medio ambiente y justifique la instauración progresiva de una institucionalidad de excepción, mediante decretos, medidas provisionales, ordenanzas y resoluciones".
"El éxito de la Copa del Mundo no se medirá por los valores que inyectará a la economía local o por el lucro que proporcionará a sus patrocinadores. Su éxito estará en la garantía de seguridad para todos sin el uso de la violencia, en el respeto al derecho a las pacíficas manifestaciones de la calle, en la creación de mecanismos que impidan el trabajo esclavo, el tráfico humano y la explotación sexual, sobre todo, de personas socialmente vulnerables y combatan eficazmente el racismo y la violencia", sostuvieron.
"Que la patrona de Brasil, Nuestra Señora Aparecida, nos agracie con su bendición y protección en este tiempo de fraternidad y reconciliación entre los pueblos", concluyeron los obispos en su mensaje, encabezado con la firma del presidente de la CNBB y arzobispo de Aparecida, cardenal Raymundo Damasceno Assis.+
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