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jueves, 18 de junio de 2015

Laudato si': presentaron en el Vaticano la nueva encíclica

El portavoz Lombardi: “Un documento que ha sido muy esperado por todos”. El cardenal Turkson: “Hay que abordar el problema de manera integral”

Vatican City, 18 de junio de 2015 (ZENIT.org) Sergio Mora | 1055 hits Este jueves en el Vaticano fue presentada la mueva encíclica del papa Francisco, Laudato si', “Un documento muy esperado” indicó el director de la Sala de prensa de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi. Añadió que “desde hace un mes el Papa inició a preparar la encíclica. El último paso fue enviar a los obispos del mundo el texto de la encíclica, acompañado por un billete escrito a mano y traducido en diversos idiomas. Encabezado por el IHS el Papa le indicó a los obispos: “En el vínculo de la caridad y de la paz, en la cual nosotros vivimos, te envío mi carta Laudato si'”.

A continuación el cardenal Peter Turkson, presentó a los conferencistas allí presentes y reiteró que la encíclica toma el nombre del Cantico de las Creaturas, Laudato sii'.

Qué tipo de mundo queremos transmitir a quienes vienen detrás de nosotros. ¿Cuál es la finalidad de nuestra vida? Si no nos ponemos estas preguntas de fondo, nuestras preocupaciones ecológicas dificilmente tendrán consecuencias importantes.

Subrayó que el Papa indica la necesidad “de cambiar ruta asumiendo un empeño en defensa de la Casa común”. Reconoce que hay mayor preocupación en el mundo sobre el degrado ecológico, y que “el ser humano es capaz de intervenir positivamente, no todo está perdido”.

El concepto de la “ecología integral”, está en el centro de la encíclica, indicó el cardenal, porque el Papa invita a interactuar con Dios, con los otros seres humanos y con el creado.

“No hay dos crisis separadas, la ambiental y la social, sino una misma crisis socioambiental” y la solución pide abordar el problema de manera integral, integrando a los excluidos. La intima relación entre los pobres y la fragilidad del planeta y que todo está profundamente interconectado.

Y una invitación a entender de otra manera la economía y el progreso. Esto requiere debates sinceros y honestos, y un rechazo a la cultura del descarte y proponer otro modelo de vida.

Los seis capítulos delinean un recorrido preciso, indicó el purpurado, partiendo de los mejores datos científicos disponibles, de manera de dar una base concreta a lo que sigue. Y fue enumerando las particularidades de lo diversos capítulos.

El cardenal concluyó recordando que es un deber entender como en esta encíclica se entrelazana puntos de vista desde el económico, al social, del científico al teológico y tantos otros. Y no se puede dejar todo a solamente las políticas ambientales. Las responsabilidades son de todos, internacionales, nacionales, dentro de los mismos países, del norte y del sur.


Laudato si': una visión general sobre la encíclica

El documento supone un extraordinario compendio de la doctrina social de la Iglesia sobre los grandes desafíos de la humanidad

Madrid, 18 de junio de 2015 (ZENIT.org) La Santa Sede ha presentado este jueves la nueva encíclica del papa Francisco, titulada “Laudato si', sobre el cuidado de la casa común”, y que versa sobre asuntos relacionados con la ecología y el desarrollo pleno del género humano. Mirado en sus 187 páginas, el texto cuenta con una introducción, seis capítulos y dos oraciones finales.

En el documento, el Santo Padre propone una ecología integral, que incorpore claramente las dimensiones humanas y sociales, inseparablemente vinculadas con la situación medio ambiental. En esta perspectiva, el Pontífice invita a emprender un diálogo honesto a todos los niveles de la vida social, que facilite procesos de decisión transparentes. Y recuerda que ningún proyecto puede ser eficaz si no está animado por una conciencia formada y responsable, sugiriendo principios para crecer en esta dirección a nivel educativo, espiritual, eclesial, político y teológico.

Al inicio de la encíclica, el Papa recuerda el “Cántico de las criaturas” de san Francisco de Asís para hacer un llamamiento urgente a un nuevo diálogo sobre el modo en que se está construyendo el futuro del planeta. Se necesitan los talentos y la implicación de todos --dice-- para reparar el daño causado por el abuso humano a la creación de Dios.

En el capítulo primero, dedicado a “Lo que le está pasando a nuestra casa”, el Santo Padre aborda la contaminación y el cambio climático; la cuestión del agua; la pérdida de la biodiversidad; el deterioro de la calidad de la vida humana y la degradación social; la inequidad planetaria; la debilidad de las reacciones; y la diversidad de opiniones que existen respecto a estas problemáticas.

En el capítulo segundo, titulado “El Evangelio de la creación”, el Pontífice se refiere a la luz que ofrece la fe; la sabiduría de los relatos bíblicos; el misterio del universo; el mensaje de cada criatura en la armonía de todo lo creado; una comunión universal; el destino común de los bienes; y la mirada de Jesús.

En el capítulo tercero, que se ocupa de la “Raíz humana de la crisis ecológica”, Francisco trata sobre la tecnología: creatividad y poder; la globalización del paradigma tecnocrático; la crisis y consecuencias del antropocentrismo moderno.

En el capítulo cuarto, que trata sobre “Una ecología integral”, el Papa reflexiona sobre la ecología ambiental, económica y social; la ecología cultural; la ecología de la vida cotidiana; el principio del bien común; y la justicia entre las generaciones.

En el capítulo quinto, titulado “Algunas líneas de orientación y acción”, el Santo Padre propone el diálogo sobre el medio ambiente en la política internacional; el diálogo hacia nuevas políticas nacionales y locales; el diálogo y transparencia en los procesos decisionales; la política y economía en diálogo para la plenitud humana; y las religiones en el diálogo con las ciencias.

En el capítulo sexto, dedicado a la “Educación y espiritualidad ecológica”, el Pontífice invita a apostar por otro estilo de vida; por una educación para la alianza entre la humanidad y el ambiente; y por una conversión ecológica. Otros temas son: el gozo y la paz, el amor civil y político, los signos sacramentales y el descanso celebrativo, la trinidad y la relación entre las criaturas, la reina de todo lo creado y más allá del sol.

El texto concluye con dos oraciones, una que se ofrece para ser compartida con todos los que creen en “un Dios creador omnipotente”, y la otra propuesta a quienes profesan la fe en Jesucristo, que rima con el estribillo “Laudato si'”, que abre y cierra la encíclica.

El documento trata la cuestión medio ambiental desde un enfoque pastoral, teniendo en cuenta diferentes aspectos. En esta línea, algunos de sus ejes temáticos son: la íntima relación entre los pobres y la fragilidad del planeta; la convicción de que en el mundo todo está conectado; la crítica al nuevo paradigma y a las formas de poder que derivan de la tecnología; la invitación a buscar otros modos de entender la economía y el progreso; el valor propio de cada criatura; el sentido humano de la ecología; la necesidad de debates sinceros y honestos; la grave responsabilidad de la política internacional y local; la cultura del descarte y la propuesta de un nuevo estilo de vida.

En su esperada encíclica, el papa Francisco proclama además que la destrucción de la naturaleza es un pecado mortal moderno, no exento de graves consecuencias. Porque Dios perdona siempre, los hombres a veces, pero la tierra no perdona nunca. Aun así, subraya que no todo está perdido, porque los seres humanos, capaces de degradarse hasta el extremo, pueden también superarse, volver a elegir el bien y regenerarse.

En realidad, el texto supone un extraordinario compendio de la doctrina social de la Iglesia sobre los grandes desafíos socio-culturales, político-económicos y religioso-antropológicos de la humanidad en nuestros días y en el futuro.


Laudato si': ¿Qué pretende el Papa con la encíclica?

El mismo Pontífice explica las motivaciones del documento y por qué pide a toda la sociedad un cambio de mentalidad y de comportamiento

Vatican City, 18 de junio de 2015 (ZENIT.org) El santo padre Francisco ha hecho una invitación urgente a dialogar sobre cómo estamos construyendo el futuro del planeta porque “necesitamos una conversación que nos una a todos, porque el desafío ambiental que vivimos, y sus raíces humanas, nos interesan y nos impactan a todos”. Del mismo modo advierte que las “soluciones concretas a la crisis ambiental suelen ser frustradas no sólo por el rechazo de los poderosos, sino también por la falta de interés de los demás”.

Esta es la llamada concreta del Papa en su encíclica Laudato si', sobre el cuidado de la casa común, publicada este jueves.

En la introducción del documento, al explicar las motivaciones para escribirla, Francisco indica que “el desafío urgente de proteger nuestra casa común incluye la preocupación de unir a toda la familia humana en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral, pues sabemos que las cosas pueden cambiar”. Reforzando esta visión optimista, Francisco asegura que “el Creador no nos abandona, nunca hizo marcha atrás en su proyecto de amor, no se arrepiente de habernos creado”.

Igualmente recuerda que la humanidad “aún posee la capacidad de colaborar para construir nuestra casa común”. Y por eso, el Santo Padre alienta y da las gracias a todos los que están trabajando para garantizar la protección de la casa que compartimos.

Sin embargo, el Papa subraya que las actitudes que obstruyen los caminos de solución, incluso entre los creyentes, “van de la negación del problema a la indiferencia, la resignación cómoda o la confianza ciega en las soluciones técnicas”, advierte.

Por otro lado, el Pontífice asegura que los jóvenes nos reclaman un cambio y se preguntan “cómo es posible que se pretenda construir un futuro mejor sin pensar en la crisis del ambiente y en los sufrimientos de los excluidos”. El Santo Padre manifiesta su deseo de que este documento ayude a reconocer la grandeza, la urgencia y la hermosura del desafío que se nos presenta.

Asimismo, da unas indicaciones sobre la estructura de la encíclica. En primer lugar, hace “un breve recorrido por distintos aspectos de la actual crisis ecológica”, con el fin de “asumir los mejores frutos de la investigación científica actualmente disponible, dejarnos interpelar por ella en profundidad y dar una base concreta al itinerario ético y espiritual”. A partir de esa mirada, el Papa retoma algunas razones que se desprenden de la tradición judeo-cristiana, “a fin de procurar una mayor coherencia en nuestro compromiso con el ambiente”.

Luego trata de llegar a las raíces de la actual situación para no mirar “sólo los síntomas sino también las causas más profundas”. A la luz de esa reflexión el Pontífice quiere avanzar “en algunas líneas amplias de diálogo y de acción que involucren tanto a cada uno de nosotros como a la política internacional”.

Finalmente, al mostrarse convencido de que todo cambio necesita motivaciones y un camino educativo, propone “algunas líneas de maduración humana inspiradas en el tesoro de la experiencia espiritual cristiana”. Según el Santo Padre, se requieren propuestas “de diálogo y de acción que involucren a cada uno de nosotros y a la política internacional” y que “nos ayuden a salir de la espiral de autodestrucción en la que nos estamos sumergiendo”. Del mismo modo, asegura que es imprescindible que la construcción de caminos concretos no se afronte de manera ideológica, superficial o reduccionista. El Pontífice indica que urgen acuerdos internacionales que se cumplan, dada la fragilidad de las instancias locales para intervenir de modo eficaz.

Para concluir esta presentación de la encíclica, el Santo Padre señala algunos ejes que atraviesan todo el documento. Entre ellos están: la íntima relación entre los pobres y la fragilidad del planeta, la convicción de que en el mundo todo está conectado, la crítica al nuevo paradigma y a las formas de poder que derivan de la tecnología, la invitación a buscar otros modos de entender la economía y el progreso, el valor propio de cada criatura, el sentido humano de la ecología, la necesidad de debates sinceros y honestos, la grave responsabilidad de la política internacional y local, la cultura del descarte y la propuesta de un nuevo estilo de vida.

(18 de junio de 2015) © Innovative Media Inc.

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