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domingo, 7 de septiembre de 2008

Irma, una mamá que trabaja en silencio por los jóvenes

Irma Cabañas de Barrios está casada, tiene cuatros hijos y tiene 18 nietos; vive enfrente del Colegio María Auxiliadora de San Juan; sus hijos participaron en el Movimiento Exploradores de Don Bosco y en grupos misioneros. Desde hacen 28 años es empleada de maestranza en el Colegio María Auxiliadora y desde hacen unos 21 años está trabajando apostólicamente en la Villa General San Martín, conocida popularmente como la "Villa El Chorizo".

Es una persona que transmite serenidad, se la siempre apacible, su tono de voz es suave y, a pesar de ser un mujer de perfil bajo, es muy querida y respetada por los niños, jóvenes y adultos de esa Villa.


En medio de los juegos y cantos, pudimos tener una charla distendida con Irma a un costado mientras observábamos a los niños, "sus" niños, jugando. Irma conoció el carisma salesiano a través de sus hijos, quienes fueron alumnos en los Colegios Don Bosco y María Auxiliadora. Desde un primer momento, se sintió particularmente fascinada por la figura de San Juan Bosco y decidió participar en los Cooperadores Salesianos. Con gran simpleza, Irma afima que "Don Bosco es un gran ejemplo de vida y por él me nació ésto de trabajar en la Villa. Cuando estaba en la formación de los Cooperadores, me tocó estudiar la vida de Don Bosco y me llamó la atención su gran dedicación por los más necesitados."

Sobre cómo fue que llegó a esa Villa, ella empieza su relato diciendo que "Estaba en la formación en los Cooperadores y le dije a la hermana Hilda Noé si podía acompañarla a ir a la Villa. La hermana me preguntó qué podría hacer y yo me ofrecí a dar cursos de tejido a las señoras que vivían allí". Reconocía su timidez, ya que no conocía el lugar ni a su gente, pero aún así se animó a iniciar este apostolado: "Mientras les enseñaba a tejer, les daba una pequeña catequesis; tiempo después, le llevaba historias de los santos y se las leía, cada una daba su opinión de lo que le contaba. Empecé a trabajar con una chica de los Expladoradores y la Hermana Hilda nos facilitaba los audiovisuales para hacer nuestra catequesis, con ella nos complementábamos muy bien. Nos juntábamos los domingos en distintas casas, íbamos rotando."

Después se sumaron los niños, aunque a las señoras les molestaba porque no las dejaban tejer tranquilas. Casi sin pensarlo, quedamos trabajando solo con los chicos; Con gran fe, Irma declara que "se que Dios quería que trabajáramos con los niños".

Con emoción, Irma afirma "Me siento muy bien con los niños, me hace mucho bien recibir sus muestras de cariño. Inclusive los que hoy ya son adultos y que fueron alguna vez niños que atendí tengo muy buena relación al día de hoy, puedo conversar en confianza con ellos."

La Villa "El Chorizo" nunca tuvo buena reputación en la Ciudad de San Juan por los hechos delictivos en que estuvieron involucradas ciertas personas que allí residieron. Como suele pasar, las generalizaciones condenaron también a otros. "Muchas veces me han preguntado si me da miedo entrar a la Villa pero no, nunca tuve miedo: siempre me sentí protegida por Dios y confiada en que solo hacía el bien. Es por eso que a los chicos que estén pensando en trabajar apostólicamente en una Villa, les diría que no tengan miedo y que se animen a trabajar pensando en el bien que pueden hacer en nombre de Dios, cuando va a hacer el bien, Dios siempre ayuda porque Él quiere que uno haga el bien."

El Gobierno de la Provincia de San Juan ha implementado un Plan de Erradicación de villas que están ubicadas en la Ciudad de San Juan y alrededores para ser reubicadas en barrios con casas antisísmicas construidas para tal fin. En octubre próximo, las familias de la Villa General San Martín serán ubicadas en el Departamento Rawson, a unos 10 kilómetros al sur de donde están actualmente. El cambio representa también un desafío para Irma que, al respecto, dijo "Ahora tengo que ver que harán cuando trasladen la villa, se me complicará un poco el traslado hasta el nuevo lugar".

Irma quiere seguir con su apostolado con su gente. Se siente a gusto compartiendo diversos momentos con ellos y su tarea es un hermoso testimonio de vida de una persona que trabaja por el Reino de los Cielos al estilo de Don Bosco.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mario, la vida de Irma es un ejemplo, ella encontró una manera tan bella y simple de ser sonrisa de Dios que toca al corazón.
Gracias por compartir con nosotros estas historias que nos alientan a seguir por esta senda del amor a Dios.
yeyi

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