A BORDO DEL VUELO PAPAL.- Ocho días después del atentado contra el semanario satírico francés Charlie Hebdo , que conmocionó a Francia y el mundo, el papa Francisco aseguró que si bien la libertad de expresión es un "derecho humano fundamental", tiene un límite, que es el de no ofender. Lo dijo en una conferencia de prensa de 50 minutos que concedió en el vuelo que lo llevaba desde Sri Lanka a Filipinas, adonde llegó esta tarde (hora local).
"No se pude provocar, no se puede insultar la fe de los demás. No se le puede tomar el pelo a la fe. No se puede", dijo Francisco ante una pregunta realizada por el grupo francófono de periodistas del vuelo papal.
El pontífice, que condenó el atentado dos veces la semana pasada, reiteró que "matar en nombre de Dios es una aberración". Dijo que "es verdad que no se puede reaccionar violentamente", pero consideró "normal" que haya una respuesta ante ciertas provocaciones, algo que explicó a través de un ejemplo concreto.
"Si el doctor Gasbarri [Alberto, responsable de la organización de los viajes pontificios, que estaba en ese momento a su lado], dice una mala palabra en contra de mi mamá, puede esperarse un puñetazo... ¡Es normal!", dijo Jorge Bergoglio, provocando risas entre los 76 periodistas del vuelo papal y, al mismo tiempo, dando lugar a una declaración que seguramente creará polémicas ya que algunos podrán interpretar estas palabras como una justificación al ataque al semanario satírico francés.
Charlie Hebdo es un semanario satírico francés que lleva en sus páginas burlas a las religiones y dirigentes políticos. La revista fue víctima de un incendio intencional en 2011 y el miércoles de la semana pasada fue blanco de un atentado en el que murieron 12 personas, entre ellos, el director. La filial de Al Qaeda en Yemen reivindicó ayer el atentado, y alegó que con él, había vengado a Mahoma, que suele ser caricaturizado en la portada. Ayer, en su primera edición después del ataque, los sobrevivientes volvieron a provocar, al poner nuevamente al profeta en la tapa.
Como en otras oportunidades, más allá del cansancio de dos días intensísimos en Sri Lanka, el ex arzobispo de Buenos Aires estaba en buena forma y respondió a todo tipo de preguntas, sin dejar de lado el humor.
Al aludir al ataque al semanario francés -que nunca mencionó-, el Papa también sorprendió al evocar palabras pronunciadas por su predecesor, Benedicto XVI , en el famoso discurso de Ratisbona de septiembre de 2006, cuando habló de una "mentalidad post-positivista" que lleva a creer que las religiones o las expresiones religiosas son una suerte de subculturas, que son toleradas, pero que son poca cosa, no son parte de la cultura ilustrada. "Y esta es un herencia de la Ilustración. Hay mucha gente que habla mal de otras religiones o de las religiones, les toma el pelo, digamos que juguetea con las religiones de los otros. Y estos provocan y puede pasar lo que le podría pasar al doctor Gasbarri si dice algo en contra de mi mamá", dijo.
Cuando reiteró, por otra parte, que "no se puede matar en nombre de la propia religión, es decir, en nombre de Dios", recordó, haciendo autocrítica, que también los católicos cometieron en la historia ese mismo pecado. "Lo que pasa ahora nos asombra, pero pensemos en nuestra historia: ¿cuántas guerras de religión tuvimos?", se preguntó, al evocar, como ejemplo, la Noche de San Bartolomé, es decir, el asesinato en masa de hugonotes (protestantes franceses) por parte de católicos, durante la guerra de religión de Francia del siglo XVI.
A continuación la transcripción de la pregunta y de la respuesta del Papa:
-Santo Padre, ayer a la mañana durante la misa habló de la libertad religiosa como de un derecho humano fundamental. Pero en el respeto de las diversas religiones, ¿hasta qué punto puede ir la libertad de expresión, que también es un derecho humano fundamental?
- Gracias por esta pregunta que es muy inteligente, es buena. Creo que los dos son derechos humanos fundamentales, tanto la libertad religiosa, como la libertad de expresión. Pero... ¿Usted es francés? Vayamos a París, hablemos claro. No se pude esconder la verdad: cada uno tiene el derecho de practicar su propia religión sin ofender, libremente. Y así hacemos y queremos hacer todos. Segundo, no se puede ofender, o hacer la guerra, matar en nombre de la propia religión, es decir, en nombre de Dios. A nosotros lo que pasa ahora, nos asombra. Pero pensemos en nuestra historia: ¿cuántas guerras de religión tuvimos? Piense en la Noche de San Bartolomé. ¿Cómo se entiende esto? También nosotros fuimos pecadores en esto, pero no se puede matar en nombre de Dios, es una aberración. Matar en nombre de Dios es una aberración. Esto es lo principal de la libertad de religión: se debe hacer con libertad, sin ofender, pero sin imponer y sin matar.
La libertad de expresión: cada uno no sólo tiene la libertad, sino que tiene el derecho y la obligación de decir lo que piensa para ayudar al bien común. Si un diputado o un senador no dice lo que piensa que es el verdadero camino, no colabora al bien común. Y no sólo estos, sino tantos otros. Tenemos la obligación de decir abiertamente, tener esta libertad, pero sin ofender. Porque, es verdad que no se puede reaccionar violentamente. Pero si el doctor Gasbarri, gran amigo, dice una mala palabra en contra de mi mamá, puede esperarse un puñetazo. ¡Es normal! No se pude provocar, no se puede insultar la fe de los demás. No se le puede tomar el pelo a la fe. No se puede.
Benedicto XVI en un discurso, no me acuerdo cuál, había hablado de esta mentalidad post positivista, de la metafísica post positivista, que llevaba a creer que las religiones o las expresiones religiosas son una suerte de subculturas, que son toleradas, pero que son poca cosa, no son parte de la cultura ilustrada. Y esta es un herencia de la Ilustración, eh. Hay mucha gente que habla mal de otras religiones o de las religiones, les toma el pelo, digamos que juguetea con las religiones de los otros. Y estos provocan y puede pasar lo que le podría pasar al doctor Gasbarri si dice algo en contra de mi mamá, ¿no? Es decir, ¡hay un límite! Cada religión tiene dignidad, cualquier religión que respeta la vida, la persona humana. Y yo no puedo tomarle el pelo. Y esto es un límite. Tomé este ejemplo de límite, para decir que en esto de la libertad de expresión hay límites, como el de mi mamá. No sé si logré responder la pregunta.
escrito por Elisabetta Piqué
(fuente: www.lanacion.com.ar)
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