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domingo, 20 de julio de 2008

Venga a nosotros tu Reino...

Lectura del Santo Evangelio según san Mateo

El Reino de los Cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras los trabajadores dormían, llegó un enemigo del dueño, sembró cizaña entre el trigo y se marchó. Cuando crecieron las plantas y se empezaba a formar la espiga, apareció también la cizaña. Entonces los trabajadores fueron a decirle al amo: 'Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, salió esta cizaña?' El amo les respondió: 'De seguro, lo hizo un enemigo mío'. Ellos le dijeron: '¿Quieres que vayamos a arrancarla?' Pero él les contestó: 'No. No sea que al arrancar la cizaña, arranquen también el trigo. Dejen que crezcan juntos hasta el tiempo de la cosecha y cuando llegue la cosecha, diré a los segadores: Arranquen primero la cizaña y átenla en gavillas para quemarla; y luego almacenen el trigo en mi granero"'. Luego les propuso esta otra parábola: "El Reino de los cielos es semejante a la semilla de mostaza que un hombre siembra en un huerto. Ciertamente es la más pequeña de todas las semillas, pero cuando crece, vendrá a ser más grande que las hortalizas y se convierte en un arbusto, de manera que los pájaros vienen y hacen su nido en las ramas". Les dijo también otra parábola: "El Reino de los cielos se parece a un poco de levadura que tomó una mujer y la mezcló con tres medidas de harina, y toda la masa acabó por fermentar". Jesús decía a la muchedumbre todas estas cosas con parábolas, y sin parábolas nada les decía para que se cumpliera lo que dijo el profeta "Abriré mi boca y les hablaré con parábolas; anunciaré lo que estaba oculto desde la creación del mundo". Luego despidió a la multitud y se fue a su casa. Entonces se le acercaron sus discípulos y le dijeron: "Explícanos la parábola de la cizaña sembrada en el campo". Jesús les contestó: "El sembrador de la buena semilla es el Hijo del hombre, el campo es el mundo, la buena semilla son los ciudadanos del Reino, la cizaña son los partidarios del maligno, el enemigo que la siembra es el diablo, el tiempo de la cosecha es el fin del mundo, y los segadores son los ángeles. Y así como recogen la cizaña y la queman en el fuego, así sucederá al fin del mundo: el Hijo del hombre enviará a sus ángeles para que arranquen de su Reino a todos los que inducen a otros al pecado y a todos los malvados y los arrojen en el horno encendido. Allí será el llanto y la desesperación. Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de mi Padre. El que tenga oídos, que oiga".

Palabra del Señor.
Gloria a ti Señor Jesús. (Mt 13, 24-43)

Hoy Domingo, Nuestro Señor nos regala tres parábolas para hablarnos del Reino de los Cielos; Los católicos decimos en el Padrenuestro "Venga a nosotros tu Reino" y es importante saber bien de qué se trata. En este pasaje evangélico, Él trata de darnos ejemplos claros para que nosotros podamos hacernos una idea de lo que es la Vida en Dios. Jesús utilizó varias parábolas para hablar de una manera sencilla y directa para dar a conocer lo que Dios es.
La primera parábola es explicada por el mismo Señor; la cizaña es un yuyo que crece pegado al trigo y no es conveniente que se la arranque apenas brota porque corre en serio peligro el trigo. Es mejor esperar al tiempo de la maduración para poder separar el trigo de la cizaña. Es bueno recalcar que habla también de la existencia del bien y del mal en esta vida, como Dios, siendo siempre respetuoso del libre albedrío del ser humano, prefiere esperar al tiempo de la "maduración" para poder salvar a las almas que permanecen fieles en Él.

Un grano de mostaza es ciertamente muy pequeño y puede ser una perfecta analogía del Reino de los Cielos por su sencillez, porque no llama demasiado la atención pero después, al crecer, asombra por la magnitud de sus ramas. Esta figura nos puede representar como puede fructificar un alma que se empapa de la Gracia Divina: a pesar de haber nacido pequeño y limitado, un ser humano puede engrandecerse si se abandona a las manos de Dios.

Respecto a la levadura que se une a la harina para hacer la masa del pan, podemos decir que u católico es algo así como levadura en este mundo. Su compromiso y acción debe dar frutos en la comunidad en donde vive para gloria de Dios y no para vanagloriarse a si mismo.

Contrariamente a lo que predican sectas como Testigos de Jehová y Mormones acerca del fin del mundo, hay que destacar que la Misericordia de Dios es infinita y el Juicio Final será hecho desde su Amor. Dios siempre esperará a cada persona para que se deje amar por Él; si una persona se condena es porque ella misma optó por el mal. Dios es Amor y nosotros estamos llamados a vivir en Él.

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