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viernes, 25 de enero de 2008

Acerca de LAS PARTES DE LA MISA

RITOS INICIALES

Son ritos introductorios a la celebración y nos preparan para escuchar la palabra y celebrar la Eucaristía. Comprende: Entrada - Señal de la cruz - Saludo - Acto penitencial - Gloria - Oración colecta.

→ Procesión de entrada: llegamos al templo y nos disponemos para celebrar el misterio más grande de nuestra fe. Acompañamos la procesión de entrada cantando con alegría; es muy importante llegar unos minutos antes de que empiece la Celebración, así podemos predisponer el corazón silenciándolo de los ruidos exteriores.
→ Saludo inicial: después de besar el altar y hacer la señal de la cruz, el sacerdote saluda a la asamblea; la señal de la Cruz es para entrar en presencia de Dios.
→ Acto penitencial: pedimos humildemente perdón al Señor por todas nuestras faltas; es cuando rezamos comunitariamente: "Yo confieso ante Dios Todopoderoso y ante vosotros, hermanos... "
→ Gloria: alabamos a Dios, reconociendo su Santidad, al mismo tiempo que nuestra necesidad de Él.
→ Oración / Intenciones comunitarias: es la oración que el sacerdote, en nombre de toda la asamblea, hace al Padre. En ella recoge todas las intenciones de la comunidad: rezamos por la Iglesia toda, desde el papa, los obispos, los sacerdotes y los laicos, rezamos por nuestros gobernantes, nuestros difuntos y otras necesidades especiales.



LITURGIA DE LA PALABRA

Escuchamos a Dios, que se nos da como alimento en su Palabra, y respondemos cantando, meditando y rezando. Comprende Primera Lectura, Salmo Responsorial, Segunda Lectura, Aleluya, Evangelio, Homilía; Credo y Oración universal. Las tres lecturas que se leen están relacionadas entre si y están dispuestas pedagógicamente para cada día del año litúrgico.

→ Primera lectura: en el Antiguo Testamento, Dios nos habla a través de la historia del pueblo de Israel y de sus profetas.
→ Salmo: meditamos rezando o cantando un salmo; tiene su origen en las antiguas celebraciones judías en donde, comunitariamente, se rezaban Salmos.
→ Segunda lectura: en el Nuevo Testamento, Dios nos habla a través de los apóstoles, ya sea a través de pasajes del Libro "Hechos de los Apóstoles" o de las cartas apostólicas de Pablo, Pedro, Santiago y Juan.
Evangelio: el canto del Aleluya nos dispone a escuchar la proclamación del misterio de Cristo. Esta es la parte central, en torno a la cual gira toda la Liturgia de la Palabra. Es la lectura de algún pasaje de la vida de Jesús. Al finalizar aclamamos diciendo: "Gloria a ti, Señor Jesús".
→ Homilía: el celebrante (puede estar a cargo de un sacerdote que concelebre con el sacerdote celebrante) nos explica la Palabra de Dios, dando una breve catequesis de las lecturas leídas y dejando un mensaje para el día a día de cada uno de los asistentes basado en las lecturas que se leyeron en la Misa.
→ Credo: después de escuchar la Palabra de Dios, confesamos abiertamente nuestra fe.
→ Oración de los fieles: rezamos unos por otros pidiendo por las necesidades de todos.

LITURGIA DE LA EUCARISTÍA

Tiene tres partes: Rito de las ofrendas, Gran Plegaria Eucarística (es el núcleo de toda la celebración, es una plegaria de acción de gracias en la que actualizamos la muerte y resurrección de Jesús) y Rito de comunión.

→ Presentación de dones: presentamos el pan y el vino que se transformarán en el cuerpo y la sangre de Cristo, es una analogía de nuestras vidas que se pueden transformar si las ofrecemos a Dios. Realizamos la colecta en favor de toda la Iglesia, los laicos debemos hacernos cargo del mantenimiento material de nuestra Madre Iglesia. Oramos sobre las ofrendas.
→ Prefacio: es una oración de acción de gracias y alabanza a Dios, al tres veces santo. Se canta el "Santo"
Epíclesis: el celebrante extiende sus manos sobre el pan y el vino e invoca al Espíritu Santo, para que por su acción los transforme en el cuerpo y la sangre de Jesús.
→ Consagración: el sacerdote hace "memoria" de la Última Cena, pronunciando las mismas palabras de Jesús. El pan y el vino se transforman en el Cuerpo y en la Sangre de Jesús.
→ Aclamación: aclamamos el misterio central de nuestra fe, manifestando que creemos que el mismo Jesús se hizo presente en el Altar ("anunciamos tu Muerte, proclamamos tu Resurrección...").
→ Intercesión: ofrecemos este sacrificio de Jesús en comunión con toda la Iglesia. Pedimos por el Papa, por los obispos, por todos los difuntos y por todos nosotros.
Doxología: el sacerdote ofrece al Padre el cuerpo y la sangre de Jesús, por Cristo, con él y en él, en la unidad del Espíritu Santo. Todos respondemos: "Amén".
→ Padre Nuestro: preparándonos para comulgar, rezamos esta bellísima y completa oración al Padre como Jesús nos enseñó.
→ Saludo de la Paz: antes de comulgar, nos damos el "Saludo de la Paz", como signo de perdonarnos mutuamente entre todos, inclusive para perdonar a los que no están presentes ahí en la Misa, para que vivamos juntos en la Paz que Jesús nos dejó.
→ Comunión: llenos de alegría, todos aquellos que están en gracia de Dios (es decir, sin pecados graves sin haber confesado al sacerdote) nos acercamos a recibir a Jesús, Pan de Vida. Antes de comulgar hacemos un acto de humildad y de fe.
→ Oración: damos gracias a Jesús por haberlo recibido, y le pedimos que nos ayude a vivir en comunión.

RITOS DE DESPEDIDA

Son ritos que concluyen la celebración.
→ Bendición: recibimos la bendición del sacerdote, invocando a Dios su protección ante las acechanzas del Demonio.
→ Despedida y envío: alimentados con el pan de la Palabra y de la Eucaristía, volvemos a nuestras actividades, a vivir lo que celebramos, llevando a Jesús en nuestros corazones.

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