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sábado, 26 de enero de 2008

La Virginidad: ¿es represión sexual, solo un mito o es una virtud?

La sociedad que nos presiona a despreciar la virginidad

Por estos tiempos que corren, cuando escuchamos hablar de la virginidad nos pueden venir a la mente ideas de que es algo anticuado, que es imposible de lograr, algo que está reservado para los santos, entre otras.

En los grupos sociales, la presión para tener "experiencias sexuales" es fuerte, ya sea explícita o implícitamente. Suele suceder que dentro de grupos de varones, es muy valorado el hecho de haber tenido muchas conquistas sexuales en su haber, como si eso los hiciera más hombres. Por otro lado, entre chicas suele darse una suerte de competencia por imitar la sensualidad de determinadas mujeres famosas (cantantes, actrices, vedettes, etc.).

Actualmente, proponer a los jóvenes que vivan en la virginidad es ir contra la corriente, hasta puede ser tomada como una propuesta chocante y ridícula. El tema es que todos, desde los niños hasta los ancianos, estamos siendo bombardeados por distintos mensajes que nos empujan hacia el erotismo:

■ en la televisión se está haciendo cada vez más frecuente ver escenas eróticas en cualquier horario, los diálogos en las series, realities y programas de entretenimiento no son respetuosos y sobreabundan mujeres semidesnudas, inclusive los que teóricamente son de protección al menor;

■ muchas de las canciones de moda, tanto de la cumbia, el cuarteto, el rock, la bolichera, música latina en sus diversos ritmos hasta las baladas hacen referencias a relaciones "rápidas" sin compromiso serio de por medio; en muchas canciones que pretenden ser románticas, utilizan el verbo "amar" como si fuera un sutil sinónimo de "fornicar";

■ en Internet hay miles de páginas con imágenes y videos eróticos y pornográficos de fácil acceso;

■ las modas para vestirse que tienen un sello provocativo, en especial en la ropa femenina que busca ser cada vez más transgresora de los límites del pudor;

■ en los teléfonos celulares se pueden descargar imágenes, videos y ringtones con altas dosis de erotismo;

■ en las tapas de revistas que vemos en cualquier kiosco en cualquier ciudad hay muchas mujeres mostrándose sensualmente con escasa ropa;

■ en las radios escuchamos muchos programas con lenguaje chabacano y muchos diálogos con doble sentido;

¿Qué es la virginidad?

La virginidad es la cualidad que tiene aquella persona que nunca ha tenido relaciones sexuales.

Desde tiempos anteriores al nacimiento a Cristo, entre los israelitas habían jóvenes que libremente se consagraban a Dios asumiendo el compromiso de vivir vírgenes; sin ir más lejos, María, Nuestra Madre Celestial, ya había consagrado a Dios su virginidad física antes de la Anunciación. Después de la Ascención de Jesucristo, hubieron algunos hombres y mujeres que optaban libremente por consagrar su alma y, también, su cuerpo para vivir totalmente entregados a la oración, a la vida contemplativa.

San Pablo, en una de sus cartas apostólicas, recomienda la virginidad: "No obstante, digo a los célibes y a las viudas: Bien les está quedarse como yo" (I Corintios 7,8)


¿Para qué me sirve conservar la virginidad?

Como hemos dicho en otras notas, ser cristiano en este mundo, desde los tiempos del mismo Cristo, ha sido ir "contra la corriente". Hay que decir, aunque le incomode a más de uno, que ser virgen va en plena sintonía con el Evangelio.

Obvio que ninguno de nosotros es "de fierro" y se nos puede hacer muy difícil mantenerse firmes en un mundo cada vez más erotizado. Es mucho más fácil dejarse llevar por los instintos sexuales cuando podemos tener una relación cercana con alguien del sexo opuesto.

La invitación que nos hace la Madre Iglesia, en coherencia con las enseñanzas de Jesús, es luchar contra uno mismo buscando el dominio de las propias pasiones, entre ellas las sexuales, para madurar en el propio control de la persona y ser dueños de uno mismo. El problema se suscita cuando uno se deja llevar por los impulsos sexuales y cae en el hábito de tener relaciones sexuales" sin mucho trámite previo".

El día de mañana,cuando uno forma una familia, hay que estar maduros en el aspecto sexual. Y un indicador de la madurez sexual es la capacidad de saber dominarse y controlarse para poder vivir el sexo más plenamente con la persona con que uno se ha comprometido a amarse de por vida ante Dios y la sociedad.

Si uno llega a constituir una familia sin ser capaz de autocontrolarse los instintos sexuales, es muy probable que, tarde o temprano, en la vida de casados uno caiga en las infidelidades con las consecuencias negativas que todos conocemos (y que muchos quieren relativizar). Vivir la sexualidad en el matrimonio es sublime pero no es sencillo, porque es un camino que se hace de a dos, es un camino de mutuo conocimiento, respeto, saberse esperar y aceptarse mutuamente.

Entonces, durante la adolescencia y la juventud uno debe educarse en el control de las pasiones sexuales. Si no las pasiones sexuales serán la que se adueñen de uno. Uno de los caminos es, precisamente, saber dominarse sexualmente y saber decir "no" a las tentaciones.

Cuando se está de novio, la virginidad es un valor muy importante para la pareja: ambos deben asumirla, ambos deben luchar juntos y ayudarse para cumplir con este propósito: ayudará muchísimo a que la pareja madure y crezca en el amor. Es conveniente que la pareja la viva como una opción de vida y no como una imposición social o religiosa que no admite cuestionamientos. Por eso, es bueno que una pareja de novios esté asistida espiritualmente por un sacerdote o laico

¿Qué pasa si ya no soy virgen? ¿ya no sirve luchar por mi castidad?

Si esta nota es leída por algún joven que ya no es virgen, queremos recalcarle que siempre se puede empezar de nuevo. Nunca es tarde para volver a revalorizarse. Dios nos sigue amando lo mismo. Siempre.

Si uno cae ante una tentación de índole sexual, no hay que dudar en volver a levantarse. Solo hay que tener la precaución de evitar las circunstancias que nos lleven a estar teniendo relaciones sexuales como si nada, sin demasiado compromiso para con la otra persona.

Ahora bien, no hay que reducir el concepto de castidad a lo que es la virginidad. La castidad es algo mucho más amplio que la virginidad. Todo buen cristiano está llamado a vivir la Castidad, tanto los religiosos, los solteros, como los casados, separados y los viudos. Leemos en http://www.teologoresponde.com.ar/, que "La castidad consiste en el dominio de sí, en la capacidad de orientar el instinto sexual al servicio del amor y de integrarlo en el desarrollo de la persona. La castidad cristiana supone superación del propio egoísmo, capacidad de sacrificio por el bien de los demás, nobleza y lealtad en el servicio y en el amor ."

La virginidad debe ser vivida como opción de vida, debe ser vivida con alegría y no como una carga. La manera de poder llevarla adelante a pesar de las tentaciones que nos acosan es sostenidos por Cristo en los Sacramentos.

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