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sábado, 19 de enero de 2008

Energizantes y otra puerta al descontrol... (II parte)

Una nueva investigación realizada por científicos de los Estados Unidos puso en duda otra vez la supuesta inocuidad de las bebidas energizantes: estos productos, ricos en cafeína, pueden elevar la presión arterial y la frecuencia cardíaca, se alerta en las conclusiones del estudio.

Lo cierto, y más allá de los resultados de esta investigación, es que en la Argentina los energizantes son un inigualable fenómeno de ventas. En el último año, las ventas de este tipo de bebidas en supermercados, autoservicios, minimercados y kioscos de todo el país crecieron un 86 por ciento, según datos de la consultora Nielsen.

El aumento es aún mayor si se miden exclusivamente las ventas en las cadenas de supermercados. "Si se comparan los primeros meses de 2007 con el mismo período de 2006, las ventas en las cadenas crecieron un 109 por ciento", informó a Diario Clarín, Daniel Moreira, director de Calidad de la consultora CCR. Y agregó: "No hay ningún otro producto, ni en alimentos ni en bebidas, que haya crecido tanto en el último año".

Vale aclarar que el mercado local de energizantes aún es módico: este año moverá alrededor de 50 millones de pesos, estimó Walter Santángelo, presidente de la Cámara Argentina de Bebidas Energizantes (CABE). Poco si se lo compara con los 2.000 millones de pesos que se venden en bebidas en general (gaseosas, aguas, vinos, jugos, espirituosas, etcétera) sólo en las cadenas de supermercados, según CCR.

La investigación en Estados Unidos y sus conclusiones contundentes

A principios de este mes, en una reunión de la Asociación del Corazón de los Estados Unidos, se difundió un estudio sobre energizantes llevado a cabo en el hospital Henry Ford de la ciudad de Detroit. Los investigadores establecieron que la presión arterial de jóvenes adultos saludables sube de 5 a 10 puntos y los niveles de ritmo cardíaco aumentan de 5 a 7 latidos por minuto después de ingerir este tipo de bebidas.

"Las personas con enfermedades cardíacas o quienes toman medicina para la presión alta probablemente deberían evitar estos productos. Podría alterar los efectos de los medicamentos que usan", avisó James Kalus, investigador principal del estudio.

Para la investigación se estudiaron a 15 adultos sanos, cuyo promedio de edad era de 26 años. El primer día los científicos midieron la presión arterial, el ritmo cardíaco y les realizaron un electrocardiograma a los participantes. Luego, les hicieron beber dos latas de una bebida energizante. A los 30 minutos, a la hora, a las dos horas, a las tres horas y las cuatro horas de consumir las latas les tomaron los signos vitales.

A las cuatro horas de beber las bebidas, la presión arterial sistólica (es la presión máxima que se registra durante la contracción del corazón) subió 7,9 por ciento el primer día y 9,6 por ciento el último día. La presión diastólica (la mínima), aumentó 7 por ciento el primer día y 7,8 por ciento el último día a las dos horas de consumir la bebida.

Kalus se negó a revelar cuál fue la marca del energizante que consumieron los participantes del estudio. Sólo informó que cada lata contenía 80 miligramos de cafeína y 1.000 miligramos de taurina, un aminoácido presente en las carnes rojas.

Expertos argentinos relativizaron la investigación. "Un estudio hecho con una población de apenas 15 personas no es muy serio", sostuvo Mónica Napoli, médica toxicóloga y coordinadora del Centro de Día Doctor Enrique Biedak. Napoli, sin embargo, resaltó la importancia de alertar "que los enfermos cardíacos e hipertensos no deben beber bebidas energizantes".

Horacio Carbajal, presidente de la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial, dijo: "La cafeína en cantidades importantes puede subir en forma aguda la presión arterial. Pero eso no significa que el individuo vaya a transformarse en un hipertenso". De acuerdo a Carbajal, los valores en que aumentó la presión arterial de los participantes del estudio tras tomar energizantes es "similar a lo que podría subirle a un individuo sano por hacer ejercicio físico o estrés".


¿Qué dicen al respecto los empresarios que lucran con el descontrol ajeno?

Walter Santángelo, de la Cámara de Bebidas Energizantes, apuntó a otro aspecto del estudio. "Los que habían bebido los participantes tenían 80 miligramos de cafeína y todos los que se producen en la Argentina, por normativa de la ANMAT, tienen 50 miligramos."

Con la camiseta puesta, Santángelo argumentó: "Esta es una bebida totalmente inocua. Tiene menos cafeína que una taza de café y la misma cantidad que una bebida cola. Lo demás es todo marketing" (¿¿??)

No se entiende a qué se refiere con "lo demás es todo marketing": ¿será cuestíón de marketing desenterrar la verdad de estas bebidas?, ¿será cuestión de marketing alertar sobre los peligros de beber sin moderación?, ¿será cuestión de marketing cuidar a los jóvenes?.

Es entendible que Santángelo defiende su fuente de trabajo, pero es indudable que poco y nada le importa la salud de la gente, en especial de los más vulnerables a las publicidades: niños y jóvenes.

(Nota publicada por el Diario Clarín: http://www.clarin.com/diario/2007/11/19/sociedad/s-02401.htm)

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