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martes, 15 de enero de 2008

El Bautismo: ¿para qué?

Para hablar de este sacramento en particular, primero tenemos que hacer una breve reseña del pecado original y sus consecuencias. Cuando los primeros seres humanos que existieron se dejaron vencer por la tentación y pecaron, contaminaron la misma naturaleza humana, tanto a si mismos como a las muchas generaciones que les seguimos.

De aquella primera ofensa al Señor, la raza humana sufrió las siguientes consecuencias:

► las enfermedades físicas y mentales,
► la muerte física,
► la concunpiscencia, que es la tendencia "natural" a pecar.

(ver también: http://movimientomallinista.blogspot.com/2007/11/jess-el-dios-hijo-dios-hecho-hombre.html)

El Bautismo: sus efectos

La palabra Bautismo viene del vocablo griego "baptism", el cual significa "lavar", "sumergir". La etimología de la palabra ya denota la esencia de este Sacramento instituido por el mismo Jesucristo: lavar la mancha del pecado original que traemos impreso en el alma.

Con el Bautismo, además de limpiarnos el alma, somos incorporados a la Iglesia Católica como miembros del Cuerpo Místico de Cristo. Recibiendo el Bautismo, es que iniciamos nuestro camino en la fe, pudiendo recibir después el resto de los Sacramentos. San Pablo lo denomina baño de regeneración y renovación del Espíritu Santo (Tit. 3, 5).

Recomendamos ver este completo informe sobre el Bautismo: http://www.enciclopediacatolica.com/b/bautismo.htm

El Bautismo en la Biblia

- el mismo Señor explica a Nicodemo la esencia y la necesidad de recibir el bautismo: En verdad te digo que quien no naciere del agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de los cielos"" (Jn. 3, 3-5);

- Jesucristo da a sus discípulos el encargo de administrar el bautismo (cfr. Jn. 4, 2);

- ordena a sus Apóstoles que bauticen a todas las gentes: Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra; id, pues, enseñad a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo (Mt. 28, 18-19). Id por todo el mundo, predicad el Evangelio a toda creatura. El que creyere y se bautizare, se salvar "" (Mc. 16, 15-16);

- los Apóstoles, después de haber recibido la fuerza del Espíritu Santo, comenzaron a bautizar: ver Hechos 2, 38 y 41.

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