En la misa de clausura el papa anuncia que la tierra del beato Juan Pablo II acogerá la próxima JMJ
Roma, 28 de julio de 2013 (Zenit.org)
Esta mañana la playa de Copacabana se ha convertido en "papacabana" como ya muchos la están llamando. El santo padre ha presidido la misa de clausura de la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud, en la que han concelebrado con el papa 60 cardenales, 1.500 obispos y 11.000 sacerdotes. Se calcula que unos 3 millones de personas han asistido a la misa de clausura. También han estado presentes la presidente de Brasil, Dilma Russeff, Cristina Fernández de Kirchner, presidenta de Argentina y Evo Morales, presidente de Bolivia y otros mandatarios.
En su última homilía en Río de Janeiro, a los casi tres millones de personas presentes, el santo padre ha dado tres claves sobre lo que hoy "nos dice el Señor": vayan, sin miedo, para servir.
Sobre la experiencia vivida estos días el papa Francisco les ha aconsejado que "no puede quedar encerrada en su vida o en el pequeño grupo de la parroquia, del movimiento o de su comunidad. Sería como quitarle el oxígeno a una llama que arde. La fe es una llama que se hace más viva cuanto más se comparte, se transmite, para que todos conozcan, amen y profesen a Jesucristo, que es el Señor de la vida y de la historia". Ha explicado además que compartir esta experiencia de fe es el mandato que el Señor confía a toda la Iglesia, "es un mandato que no nace de la voluntad de dominio o de poder, sino de la fuerza del amor". Y en este envío, ha añadido el papa, "nos acompaña, está siempre a nuestro lado en esta misión de amor". Así mismo ha recordado que este mandado es para todos, "no es sólo para los que nos parecen más cercanos, más receptivos, más acogedores" y hay que llevar a Cristo a "cualquier ambiente, hasta las periferias existenciales". Y hablando en particular a la Iglesia de América Latina les ha exhortado: "ahora este anuncio se os ha confiado también a ustedes, para que resuene con renovada fuerza. La Iglesia necesita de ustedes, del entusiasmo, la creatividad y la alegría que les caracteriza".
Ha pasado así al segundo punto de su homilía "sin miedo". Como el joven Jeremías, ha recordado el papa, "Dios dice: «No les tengas miedo, que yo estoy contigo para librarte» Él está con nosotros". Por eso, ha insistido, en el la misión del anuncio "Jesús no nos deja solos, nunca les deja solos. Les acompaña siempre". Otra de las claves sobre el envío que ha dado el papa: "Jesús no ha dicho: «Ve», sino «Vayan»: somos enviados juntos", y ha invitado a los jóvenes a "sentir la compañía de toda la Iglesia, y también la comunión de los santos". Por su parte a los sacerdotes les ha exhortado a seguir acompañando a los jóvenes "con generosidad y alegría, ayúdenlos a comprometerse activamente en la Iglesia; que nunca se sientan solos".
En el último punto de la reflexión en la homilía del santo padre ha señalado que "la vida de Jesús es una vida para los demás. Es una vida de servicio". Y añade: "evangelizar es dar testimonio en primera persona del amor de Dios, es superar nuestros egoísmos, es servir inclinándose a lavar los pies de nuestros hermanos como hizo Jesús.
Para finalizar, Francisco ha animado a los jóvenes a que "cuando vuelvan a sus casas, no tengan miedo de ser generosos con Cristo, de dar testimonio del evangelio". Recordando que no están solos en esta misión les ha dicho que "Jesucristo cuenta con ustedes. La Iglesia cuenta con ustedes. El Papa cuenta con ustedes".
Durante el ofertorio el papa ha acogido a una niña muy pequeña que nació sin cerebro y que aún vive, cuando normalmente estos niños fallecen inmediatamente. El portavoz del Vaticano informó que los padres de la niña asistieron a la misa que el sábado el papa celebró en la catedral de Río y se la presentaron al papa y éste pidió que la llevaran al ofertorio, en señal de ofrenda a Dios por su vida.
Después de la comunión el papa ha entregado a cinco parejas de jóvenes, una de cada continente, una cruz misionera con la forma del Cristo del Corcovado con el símbolo de la JMJ.
A continuación unas últimas palabras del papa para introducir la oración mariana del Ángelus y para anunciar el destino de la próxima JMJ: "nos vemos en el 2016, en Cracovia, Polonia".
Tras la bendición final las canciones, los bailes, los coros de "esta es la juventud del papa" han seguido sonando y las banderas han seguido ondeando en la playa de Copacabana. La gran multitud de jóvenes ha seguido celebrando en el último acto de la JMJ Río 2013. Y un grupo de peregrinos polacos han subido al escenario para celebrar que la Cruz de los jóvenes se dirige ahora a la tierra natal del beato papa Juan Pablo II.
(28 de julio de 2013) © Innovative Media Inc.
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