Esta iniciativa nació hace más de 60 años con el objetivo de asegurar a los fieles los sacramentos en horarios en los que no es fácil encontrar un sacerdote
Ciudad del Vaticano, 18 de agosto de 2015 (ZENIT.org)
El próximo Jubileo Extraordinario de la Misericordia será “una buena ocasión para intensificar la colaboración entre los pastores y los laicos en la misión de acudir con afecto y asistir con ternura a los enfermos y los moribundos”.
Así lo desea el papa Francisco en una carta enviada a Manuel Martín Sjöberg, presidente del Servicio Sacerdotal de Urgencia, una experiencia nacida en 1952 en la ciudad argentina de Córdoba con el fin de asegurar a los fieles los sacramentos en horarios en los que no es fácil encontrar un sacerdote.
Asimismo, el Santo Padre asegura en la misiva su apoyo y su aliento a la “obra de misericordia cristiana que, desde hace sesenta años, realizan los voluntarios de la Federación de Servicios Sacerdotales de Urgencia y Nocturno”.
Igualmente, hablando de los necesitados, pide que “nuestras manos estrechen sus manos, acercándolos a nosotros para que sientan el calor de nuestra presencia, de nuestra amistad y de la fraternidad”.
Y añade que “no podemos escapar a las palabras del Señor según las cuales seremos juzgados. Si dedicamos tiempo para acompañar al que estaba enfermo o prisionero, sabiendo que en cada uno de estos ‘más pequeños’ está presente Cristo mismo”.
Para finalizar la carta, el Pontífice anima “a todos los que ya realizan ese servicio o se sumarán al mismo” y les pide que recen por él.
Los Servicios Sacerdotales de Urgencia es un servicio gratuito que ofrece la Iglesia para poder llegar a los más necesitados de los sacramentos en horarios en los que no es fácil encontrar un sacerdote. Sus guardias están constituidas por un religioso y por dos o cuatro laicos que entre las 21:30 horas y las 6:30 de la mañana están atentos a las llamadas para asistir a quien lo solicite.
(18 de agosto de 2015) © Innovative Media Inc.
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